Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y... ¿Cómo es él? por H2NJ Dess Hayashi Nao

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, hola... de nuevo No son horas de andar subiendo fics xDu (2.42am) pero como la mayoría escribo mayoritariamente de noche xD... Y bueno, pasando al fic lo he escrito por un par de razones, la principal fue la repentina inspiración, creo que la frase "prácticamente se escribió sólo" lo puede describir, mas no me siento tan capaz como para decirla... anm, y por otro lado porque ya había dicho que iba hacer un fic Gackuhai, sí o sí... y ya por último la idea salió primero por la última traducción que Higa-chan me hicera el favor de subir n.n!! -eso me hizo decirme por algo tierno nwn- y luego por una canción que escuché... y sí, es la que le da nombre al fic, actualmente no recuerdo de quién era la versión que escuché, pero fue una tipo ranchera xD

En fin, los dejo leer, enjoy~:

    Eran más de las seis de la tarde, cerca de las siete, cuando entré a cierta cafetería muy arraigada en mis recuerdos, hace tanto que no venía a este lugar, que ni siquiera pensaba en el… Afuera ha quedado el frío, la lluvia ligera y el viento. Adentro comienzan mis recuerdos…


 


 


El estar aquí había sido un imprevisto, algo que ni remotamente hubiese planeado. He venido sólo porque mis pies me han conducido hasta este lugar, de alguna forma, al salir del departamento sólo quería ir a donde todo comenzó, tal vez así podría entender cómo es que llegamos a esa tonta discusión.


 


Al entrar veo todo tan cálido, tan ajeno a mí, hay tanta felicidad y alegría en el lugar, como en los viejos tiempos, me digo; mientras, yo estoy hecho una mierda, hay cosas en mi interior que duelen, que incomodan, y no las puedo resolver, simplemente ha sido un muy mal día para mí. Y ahora vengo al lugar a donde comencé. Sin quitarme el abrigo me voy hasta una mesa, tomo asiento y pido un americano, cargado y sin azúcar… muy caliente, por favor. Necesito pensar, recordar… aunque duela, no endulzarme la vida y mimarme para olvidar lo que acaba de pasar; no, eso no va a funcionar esta vez.


 


 


-Hola Hyde- una cara sonriente y despreocupada aparece frente a mí, estoy sorprendido, es inevitable, no esperaba verla aquí… pero que tonto.


 


-Hola… Megumi- respondo con retraso, la sorpresa no pasa rápido y, sin preguntar, ella toma asiento frente a mí.


 


 


Las pequeñas mesas de la cafetería están diseñadas para crear un ambiente de intimidad y desinhibición, amaba este lugar… Llega mi  café, le piden su orden a Megumi lo mismo que a él, por favor. Su cara sonriente no desaparece, ¿Porq ué está ella aquí, por qué justamente hoy?


 


 


-Y ¿qué tal?


 


-Ah… bien -que mierda de mentira, pero sólo he respondido por instinto.


 


 


-¿En serio?… lástima que tu mirada diga otra cosa. Hyde tus ojos son tan delatores, al menos para mí siempre serán así…


 


-Vaya… ¿Tanto se nota? -mis fuerzas se han ido, caigo en mi tristeza y mi voz decaída me acompaña. Volteo hacia la gran ventana que está a nuestro lado, la noche ha terminado por caer y la lluvia se ha incrementado.


 


Su sonrisa había ido aminorándose, después de mi última frase desapareció por completo.


 


-¿Qué pasó?


 


-Nada para preocuparse, sólo que hemos cambiado mucho… -hablo entre líneas, no hablo de Megumi y de mí, hablo de… de él y de mí, el sólo pensarlo me duele, duele tanto.


 


 


Llega su café, y yo recuerdo que ni siquiera he bebido del mío. La conversación se corta por un segundo, y mi mente por fin es un poco más consciente de lo que realmente pasa a mi alrededor, comienzo a escuchar el ruido del lugar, las conversaciones dispersas, pasos que van y vienen… uno, dos, tres… la música comienza. Ese sonido de baquetas golpeando capta toda mi atención, invade mi mente con recuerdos, vuelvo a desprenderme del mundo.


 


 


 


Era tan feliz, la banda, la gente del café, Megumi y yo, éramos una gran familia. No sé cuantos años duró eso, pero fue una gran época de mi vida…


 


 


-Hyde… Hyde -su voz me regresa a la realidad.


 


-¿Eh?… ah, lo siento Megumi, estaba recordando…


 


-¿Recordando qué?… Cuando eras feliz aquí, con los chicos en el escenario, yo era camarera… las noches pasaban ligeras, éramos…


 


-…Como una gran familia, sí, lo éramos… que felices fuimos -esto no ayuda, en vez de sentirme mejor, todos estos recuerdos sólo me ponen más triste.


 


 


-Así es, pero… vino él y te robó -por un momento también me sentí mal por ella, también la estaba haciendo sentir triste… pero ‘él te robó’… eso me hizo enfurecer… él!


 


-Él no me robó Megumi, no soy un objeto, ¡ni le pertenezco a nadie! -su rostro se escondió, mirando al piso.


 


-Perdona, es sólo que para mí, así fue… y así será, lo siento Hyde.


 


-Disculpa, será mejor que me vaya…


 


-¡No, espera!… aún podemos seguir platicando -alzó su rostro y pintó una sonrisa, aunque sus ojos escondían lágrimas, mientras sujetaba mi brazo –es muy raro que nos hayamos encontrado, por favor quédate un poco más. -Accedí a su petición.


 


 


Por unos momentos no hubo plática, nos concentramos en nuestras bebidas, tome casi media taza antes de que volviéramos a pronunciar palabra. De todas formas mi mente había quedado en blanco, ya no había recuerdos… ni felices ni tristes, tampoco preguntas o respuestas, sólo tenía mi café delante.


 


 


-Y bien… ¿cómo es él?- al fin preguntó Megumi.


 


No era la pregunta que esperaba, mi mente quedó aún más en blanco después de eso. Hasta que la pregunta apareció sobre ese blanco… y de poco a poco la volví a escuchar, y la fui descifrando, hasta que por fin comprendí todo su alcance, era tanto… que no supe por donde comenzar.


 


-Ah… él… pues, es… -buscaba la respuesta en mi taza de café, en la mesa, en el piso… y poco a poco los recuerdos se abrieron paso de nuevo. Una risita efímera me llamo la atención.


 


-… A caso, ¿Es tan interesante que no lo puedes describir?


 


-¿Eh?… Ah… no, no es eso, es sólo que no sé por dónde comenzar.


 


-Pues, el inicio siempre es un buen comienzo -tomaba pequeños sorbos a su café, y mi mente se llenaba con las imágenes de Gackt, así es, todo volvía a ser más armonioso.


 


-Unm… sí, tienes razón… pues él es… amable… bueno, sólo conmigo, suele ser frío, su trabajo lo hace actuar demasiado diplomático con todos, a los clientes les da una sonrisa de cortesía, a mí me regala sonrisas cálidas…


 


-Me recuerda a ti… -Megumi ya no sonreía, tampoco ocultaba lágrimas, me escuchaba sinceramente.


 


-A… ¿A mí? ¿En qué?


 


-Ante el público dabas una sonrisa de cortesía, pero entre los amigos eras tan cálido, tal vez es sólo que así es mucha gente… puede ser.


 


-Puede ser… también es protector, es muy cuidadoso, se encarga de tantos detalles como pueda, en su trabajo, conmigo, en su vida en general… él es… un gran hombre, tiene muchas responsabilidades en la empresa de su tío, aún así acomoda todo para estar conmigo. Nos gusta la misma música, vemos las mismas películas… jugamos a la play… -sin darme cuenta en mi cara ya tenía una sonrisa de bobo, y mi mente plagada de los buenos recuerdos, de todos los detalles que habían hecho que me enamorara de él.


 


-Lo amas ¿Cierto?-


 


-Es lo más probable, es la clase de persona que te llena con sus virtudes y defectos, que se siente siempre cálida, me gusta su sonrisa, y sus ojos… veo que todo esté bien, sólo porque quiero que él esté feliz, el tiempo que pasamos juntos es tan diverso… podemos hablar por horas de un solo tema, o simplemente ver un atardecer hasta quedarnos dormidos, sin decir nada… también discutimos, sería idiota que lo negara, por tonterías… a veces por cosas importantes.


 


-Pero… lo arreglan siempre ¿No? -mi sonrisa comenzaba a flaquear, por fin estaba haciendo lo que realmente vine hacer aquí: resolver mi última discusión con Gackt.


 


-Pues… hasta hoy, sí… hoy discutimos como nunca… -recuerdo los gritos, las palabras hirientes y sin sentido, los desplantes… -incluso botamos las cosas por los aires, no recuerdo cuan fuerte grité todas esas cosas hirientes… aún peor, no recuerdo porque carajos discutimos así… sólo dejamos que creciera hasta que los intentos silenciosos de disculparse, sólo acercándonos, fueron inútiles, lo último que recuerdo es que quiso abrasarme, y yo sólo rechace el abrazo con tanto coraje que mis puños estaban apretados, y le grité que era el más grande idiota que conocía… sólo yo… sólo… -fue tan duro el recordar, ya no pude más y comencé a sollozar, cubrí mi cabeza con mis manos, pegándome a la mesa.


 


-Hy…Hyde -la voz angustiosa al borde del llanto de Megumi me regreso, limpié un poco mis lágrimas, y continúe.


 


-Le dije que sólo yo era más idiota… por soportarlo, ¡Dios Soportarlo!, cómo sí el estar con él fuese una tortura… una tortura ¿Lo que más amo, lo único que me ha hecho sentir más completo en mi vida?… que idiota, sí… sí que soy idiota, lo arruiné.


 


-No, Hyde… ve con él -ambos nos sorprendidos, ¿Mi ex-novia dándome consejos para que no pierda a mi nuevo novio? Eso sí que era inesperado, después de todo Megumi también había sido una gran persona en mi vida. Incluso ahora lloraba conmigo.


 


-Y ¿Qué le voy a decir?… lo siento, no quise insultarte… no creo que eso lo solucione, pero gracias.


 


-Dile todo lo que me acabas de decir a mí, que es la persona más maravillosa que conoces, aunque ambos sean idiotas por discutir así cuando se aman tanto, que son idiotas por tirar algo tan bonito a la basura… -Megumi sólo lloraba, era cómo si también lo dijera por ella misma y lo que hubo alguna vez entre nosotros.


 


-Tal vez eso sí funcione, gracias mi querida Megumi, yo también me sentí mal tras dejar esta vida, sólo pude seguir adelante porque lo deje por Gackt, sí… toda esa tristeza sólo fue opacada por la felicidad de estar a su lado…


 


-Entonces, regresa y dile todo esto, todos aquí te extrañamos mucho, los chicos ya no tocan aquí… se han hecho fama, y bueno… el café les ha quedado chico, pero aún vienen, y todos nos sentimos bien al saber que estabas feliz, también por eso pudimos seguir adelante, sin que la tristeza nos ahogara.


 


-Y tú… ¿también? -por fin secó sus lágrimas, y dejo salir una risita.


 


-¡Ah… me he de ver horrible con el maquillaje arruinado!… -sentí que evitaba la pregunta, pero enseguida me respondió –bueno, yo… a mí me costó un poco más de trabajo, saberte feliz me daba consuelo… pero también por mucho tiempo me pregunté ¿Qué te había hecho falta conmigo, por qué te habías ido?… Hoy respondiste esas dudas, yo sé todo lo que te di, no te falto nada… salvo que yo no soy la persona que amas, quién sabe de dónde se saque ese ingrediente, pero Gackt lo tuvo y yo no… -por un segundo se había recompuesto, hablaba tranquila, y eso a su vez me tranquilizo a mí… su mirada se hizo extraña y se sonrojó levemente –Sólo espero… que no sea eso que él tiene entre las piernas y yo no… -me sorprendió lo que decía y, al segundo siguiente, soltamos la carcajada.


 


Los viejos tiempos se sentían en el ambiente, ella seguía sonrojada y sólo reíamos por inercia. Al fin encajábamos en el lugar, las risas acabaron y estuvimos serios por un momento.


 


-Bueno… no quiero herirte, pero no puedo compararlos en ese sentido… y es todo lo que puedo decirte -apresure mi última sentencia, ella aún rió un poco más. A mí ya se me hacia tarde para regresar sobre mis pasos, y recuperar mi vida amorosa del basurero al que la avente sin sentido alguno.


 


 


Acabamos el café, y me contó un poco más sobre los chicos de la banda, y sobre su vida, era tan alentador saber que todos habíamos tomado nuestros caminos, y que estábamos enfrentando nuestras decisiones, con lo bueno y lo malo que estas nos habían traído.


 


 


Con todos esos ánimos renovados salí del local, la noche era profunda, e igual profundamente interrumpida por las luces de la ciudad y el bullicio de la gente, después de todo esto es Tokyo. Tomé un taxi, no podía esperar a llegar caminando.


 


 


Por suerte al salir, en mi abrigo había metido por inercia llaves y cartera, así que entre sin problema alguno. Lo hice con cuidado de no hacer ruido, no había ni una luz prendida, el desastre de la tarde seguía en su lugar, sólo algunas cosas se habían movido, unas las había acomodado… cómo el retrato sobre la chimenea falsa donde salíamos los dos abrazados, pero el mío que estaba sobre una mesita de la sala estaba con el vidrio roto y tirado cerca de una pared… no lo aventó, pero sí lloró sobre él. Seguí avanzando, en la cocina había una taza de café vacía… tan parecidos, y tan diferentes… regrese hacia la sala, y ya estaba él en el marco de la puerta que conducía al pasillo, por donde se llegaba a nuestra habitación; aún traía la camisa y el pantalón blancos, sus cabellos revueltos y el rostro desmejorado…  me hele, me quede paralizado, no sabía que iba hacer él.


 


 


No dijo nada, sólo se quedo ahí recargado, con actitud de derrota y a la vez esperando algo, así que con dudas empecé a hablar.


 


 


-Gac… Gackt!, yo -mi ánimo iba y venía –yo… perdóname, hable de más, ni siquiera puedo recordar porqué peleábamos…


 


-Porque aplazaremos, por tercera vez, nuestro viaje a China… -mis ojos se abrieron sorprendidos, él sí lo recordaba… y era una tontería, me devaste nuevamente, pero recordé a Megumi, y volví a tener esperanzas.


 


-Que idiota… ¿Sabes? Fui a la cafetería… vi a Megumi, y… ¿Sabes otra cosa? Ella opina que somos un par de tontos por arruinar nuestro amor con discusiones sinsentido… me hizo recordar lo mucho que te amo, Gackt! Yo en verdad no quiero estar sin ti, sí te herí tanto… -mi mirada se había clavado en el piso tras divagar por la figura de Gacchan y el desastre de la sala, mi voz se escuchaba llorosa, porque en mis ojos se acumulaban gotitas de dolor –si yo logré herirte hasta hacer que dejes de amarme… yo… no sé qué haría, te amo, y no encuentro como disculparme de todo lo que dije -No supe en qué momento había caminado hasta mí, sólo sentí su fuerte abrazo, sus lágrimas, escuché su llanto y lo abrace sin pensarlo dos veces.


 


-Hide tonto… si tú puedes hacer a un lado todos mis insultos, y regresar llorando porque te has sentido perdido, ¿Cómo crees que estoy yo? Eres mi vida, vivo para hacerte y verte feliz, soy un idiota por amarte tanto… no porque sea malo amarte, sino porque no puedo ver nada más, y me equivoco y te hago sufrir… mi hermoso Hide, perdóname tú a mí.


 


Apenas separo nuestros cuerpos para poder besarme, los segundos de castidad del beso se me esfumaron, su lengua invadió mi boca, y yo con gusto lo acepte, estruje su ropa y lo atraje más hacia mí, fue el mejor beso que hubiese dado y tal vez el más largo. Cargo conmigo hacia la habitación; y nunca antes la había sentido tan cálida, me recostó en la cama y me volvió a besar, estando tan posesivo sobre de mí supuse que los temores de Megumi se volverían ciertos… pero en cuanto a cabo el beso me abrazo, y ni siquiera me saco el abrigo. Nos movimos hasta sentirnos cómodos, unos momentos después la calidez de su cuerpo y la tranquilidad de volver a estar juntos me sumieron en un profundo sueño, estoy seguro de que yo sonreía en esos momentos y Gackt también… nos quedamos así hasta el siguiente amanecer.

Notas finales:

Pues espero no se hayan dormido n.nU... y si les ha gustado, que bueno n.n!!...

No va a ser el último gackuhai que haga, pero el siguiente es parte de una historia Más larga... y me van a tener que esperar, necesito acabar con Príncipe vs Pato, y ya después veremos... Muchisimas gracias por leer!! ^o^!!

Sayoo~!

Hayashi Nao~!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).