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BARRIOS DE PLACER por Aahil

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Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no son mios son del fabuloso creador... yo solo los utilizo para ponerlos en situaciones comprometidas muajaujaua.

Aclaraciones: La letra cursiva lo esta contando Sasuke lo demas yo...

I

 

El termino prostitución viene del latín "prostituire" que literalmente significa estar expuesto a las miradas del público, estar en venta, traficar con el cuerpo.  La prostitución ha sido calificada eufemísticamente como la "profesión más antigua del mundo", ya que se conoce prácticamente desde que existen registros históricos de algún tipo, y en prácticamente todas las sociedades. La prostitución es la actividad a la que se dedica la persona que mantiene relaciones sexuales con otra a cambio de dinero. La prostitución es un servicio que puede ser ofrecido por hombres y mujeres a solicitud de ambos, pero lo más común en todas las sociedades es la prostitución de mujeres o de hombres a solicitud de hombres.

 

 

 

La Oiran surgió en el Período Edo, como parte de la política de control del gobierno Tokugawa. En aquel momento las leyes establecían la restricción de los burdeles en distritos especiales separados por muros a cierta distancia del centro de cada ciudad, denominados "barrios del placer". Estos crecieron rápidamente hasta convertirse en "Cuarteles del Placer" que ofrecían todo tipo de entretenimientos. Las Oiran eran cortesanas de muy alto rango que desde pequeñas eran vendidas por sus padres a los burdeles y entrenadas para su profesión con un adiestramiento muy estricto y severo en el que no todas servían. Una Oiran no sólo era una simple prostituta instruida en el arte del placer sexual, además hacían un servicio de entretenimiento que incluía las artes del baile, la música, la caligrafía, la poesía y la conversación.  De una  extraordinaria belleza totalmente fuera de lo común, sólo aceptaban a las niñas más bellas, y si al crecer su belleza se deterioraba o no florecía como se esperaba, se la despachaba y se convertía en una simple prostituta vulgar

 

 

 

Hablar de la prostitución para ti y las demás personas seguro y se les viene a la mente inmediatamente mujeres vendiéndose por dinero,  te equivocas, también los hombres ejercemos  esta profesión, yo soy uno, no es que me guste hacer esto, es porque no tengo opción.  Toda mi vida han sido estos muros rodeándome, asfixiándome, encadenándome y matándome lentamente,   sirviendo de compañero noche tras noche a diferentes sujetos, por supuesto soy  caro, mi cuerpo es vendido  a aquel hombre que pueda alcanzar  mi precio, día tras día, noche tras noche desde que tengo memoria.  Mi historia se pierde en el lecho junto a mis tantos amantes,  en el sudor de su cuerpo con el mío, ¿Cuántos? No sé,  perdí la cuenta, Orochimaru,  aquel que me compro no dudo desde el principio de mi llegada su buena inversión en mi,  cuando llegue me opuse con todas mis fuerzas, trate de escapar tantas veces, y esas mismas veces fui castigo por tratar de huir, las correcciones fueron brutales, me dejaban días sin comer y era obligado a presenciar como comían los demás chicos de mi edad o menores que yo mientras yo casi babea como un perro deseando  un pequeño bocado , pobre de aquel que se atreviera a ofrecerme si quiera una mordidita, Kabuto el segundo al mando nos vigilaba a todos atentamente y si no le obedecíamos nos castigaba.  El era una magdalena de la caridad comparado con el señor Orochimaru,  lo comprobé una vez que me le enfrente y esa fue la última vez que lo hice, estuve unas 3 semanas en cama por la golpiza que me dio, la única parte de mi cuerpo que se salvo fue mi cara; el argumento diciendo “tu carita me pagara lo que he invertido en ti”; después de eso me mantuve quieto con él, aun así no mantenía la esperanza de poder salir de este lugar,  de ser libre y tener una vida como los demás hombres,  pero me equivoqué.  Los sueños solo eso son, mi libertad nunca la he tenido, soñar es solo eso: soñar, lo comprobé cuando me enamore por primera vez, aquel hombre rubio de unos hermosos ojos azules, de cuerpo grande y fuerte, aquel  extranjero fue mi perdición, el hundió mi corazón y la poca dignidad que me tenía a mí mismo, pero aun así le recuerdo.

 

 

 

Mi nombre es Sasuke,  Uchiha Sasuke o eso es lo que recuerdo, nací en una pequeña villa entre animales y pobreza, mi madre una mujer de una hermosa cabellera negra y piel blanca,  estaba casada con un pobre campesino, la situación para ellos ya era difícil, alimentar a mi hermano mayor era complicadísimo para mi  padre y la llegada de un nuevo miembro no deseado le hizo las cosas aun mas difíciles, mi madre se opuso rotundamente a regalarme cuando tenía apenas 4 días de nacido, mi padre había encontrado una pareja  más o menos acomoda que no pudo tener hijos.

 

 

 

-          Estará mejor con ellos Mikoto, no puedo con ustedes dos y ahora con el – gritaba un hombre alto, sus ropas en color verde agua denotaba su estatus económico.

 

 

 

-          He dicho no, no regalare a ninguno de mis hijos – aquella mujer extremadamente guapa aferraba a sus brazos al pequeño niño envuelto en unas mantitas.

 

 

 

-          Y como lo vas alimentar con  lo que gano a penas y tengo para darte algo de comer a ti y a Itachi –  extendió sus brazos pidiendo al niño – con los señores tendrá un buen futuro, tendrá comida, un techo mejor –  intentaba quitárselo.

 

 

 

-          No Fugaku, es mi hijo, tu hijo,  no se lo daré a nadie, si tengo que vender mi alma  lo hare – fue la última palabra, seria y decidida no dio a su hijo, su esposo dejo de insistir conservándolo.

 

 

 

Mis primeros años de infancia fueron los más agradables, mi vida al lado de mi madre fue lo mejor, ella se las ingeniaba para que no nos faltara la comida racionándola y a veces dejándome a mí su parte, fue una  mujer  extraordinaria,  nunca se quejaba, al contrario, siempre mostraba esa sonrisa  y esa vitalidad de luchadora, mi padre no era tan optimista pero era mi ejemplo a seguir, muchas veces me demostró que no me quería siempre poniendo delante de mí a mi hermano, sin embargo yo trataba de complacerlo en todo, a veces cuando llegaba del trabajo yo iba y le cargaba sus cosas dejándola en el pequeño asiento dispuesto ahí para sus herramientas, lo sentaba y le descalzaba sus pies mostrándole mucho cariño y respeto, jamás que yo recuerde, me devolvió una sonrisa o una muestra de cariño por el contrario se desquitaba conmigo de su mal día,  sabia cuando empezaba porque solo me mostraba esa cara al principio sorprendida y después su mueca de fastidio, esa era mi señal para irme. Mi hermano mayor, Itachi, era gentil, el era mi modelo de padre amoroso y cariñoso, siempre  se preocupaba  por mí, las peleas entre mis padres cada día se hacían mas y mas frecuentes, corría  al lado de Itachi y el solo me tomaba en sus brazos esperando que mi padre saliera con un portazo y volver a verlo en la mañana.

 

 

 

Cuando cumplí los 8 años  mi padre me obligo a trabajar con él, yo no me quejé, por el contrario esperaba poder ser útil y demostrarle que era fuerte; puede ser que por  lo escasa que era la comida mi complexión era de un  niño débil y delgado, Itachi a mi edad tenía ya el cuerpo mas remarcado a  diferencia mía, en el físico me parecía más a mi madre, según mi hermano era como ella en versión masculina, y yo al escucharlo decir eso me alegraba pero también eso le molestaba bastante a mi padre quien me regañaba y no me bajaba de  inútil y debilucho, cuando el e Itachi se quedaban en la montaña junto al ganado yo era el encargado de ayudar a mi madre con las tareas de la casa, era esos días cuando veía a mi madre mas despreocupada, las peleas con mi padre eran lo peor; trabajé sin quejarme, obedeciendo a mi padre en todo lo que me ordenara, aun cuando me dolía, mi padre contento por primeara vez me felicito,  yo contento por sus palabras hasta me olvide del cansancio, esa  tarde llegue a casa y se lo conté a mi hermano, el solo sonrió golpeando mi frente para después irse a dormir depositando un beso en mi.

 

 

 

Mi felicidad era absoluta tenía una madre hermosísima aun debajo de esas ropas  gastadas, un hermano bondadoso que me quería demasiado, un padre  al que trataba de gustarle pero era mi padre, esa era mi vida a los 10 años, podría haber vivido así todo el tiempo sin que los años se movieran pero  la felicidad duro hasta ahí, cuando mi madre enfermó a mediados de julio,  en pleno verano, al principio no le hizo caso pero pasados los meses comenzó a presentar síntomas más graves, por la falta de dinero y el traslado al distrito  mi padre decidió dejarnos a mí y a ella con tíos hermanos de él, cada dos días regresaba y mi madre empeoraba mas y mas,  yo no me separe ningún instante de ella, a mitad del invierno; un invierno más duro que otros años; estábamos reunidos todos,  mi padre, mi hermano y yo esperábamos  al médico que iría esa misma tarde, cuando termino nos dio la esperanza de saber que se podía salvar solo era cuestión de llevarla al  centro del distrito donde podían atenderla y darle las medicinas, el problema era el dinero, yo estaba sentado al lado izquierdo de mi madre cuando vi aquella mirada de mi padre a mi persona como jamás la había visto, me tomo por el brazo de una manera brusca, yo le seguí sin protestar, caminamos directo a la villa aun cuando era de noche, mi hermano nos siguió un rato pero la orden de mi padre lo detuvo regresando.

 

 

 

-          Tengo que conseguir dinero – murmuraba, yo desde abajo le miraba aun jalándome.

 

 

 

Llegamos a la villa  temprano, el sol apenas  estaba saliendo, caminamos toda la noche pues de la villa a mi casa era un buen trecho, cada vez que acompañaba a Itachi saliamos desde un día anterior para poder descansar y vender lo que llevábamos para irnos al otro día temprano y llegar a casa en la noche, mi padre me mando a sentarme mientras él iba a una tienda donde vendían bebidas alcohólicas, espere su regreso ahí sentado, cada 10 minutos podía ver la mirada de mi padre  después seguía con aquellos hombres ya casi perdidos en el alcohol, salió a eso del medio día, yo me pare y fui a su encuentro, el rudo como siempre solo movió su cabeza para que yo lo siguiera, así estuvimos mucho tiempo solo dando vueltas mirando los puestos de comida, pasábamos por ahí y mi hambre despertó, era cierto, desde ayer que no comía.

 

 

 

De pronto  a lo lejos vimos como la gente se empezaba a acumular a lo largo de la entrada, mi padre saco varias monedas compro unas bolitas de arroz, después como yo miro a esa dirección.

 

 

 

-          Oiga señor, ¿Qué sucede ahí? – le pregunto al señor mientras me ofrecía una yo la recibí comiéndomela al instante eran mis favoritas.

 

 

 

-          Es  el *Oiran-dochu, se lleva a cabo cada año promoviendo usted ya sabe que – sonrió, Sasuke solo los miro no entendiendo las señales corporales entre ellos, su padre sonrió también, después giraron otra vez mirando a las mujeres pasar – y también vienen a reclutar carne fresca – retomo la plática de nuevo.

 

 

 

-          Como pueden hacer eso – pregunto Fugaku un poco ofendido ofreciéndole otra bola de arroz a su hijo.

 

 

 

-          Es lo mismo que me pregunto, pero cuando tienen necesidades no lo piensan, dicen que dan muy buena plata por las mujeres – sacó la espátula de madera de aquel casón grande y maltratado.

 

 

 

Un hombre alto de pelo blanco en una coleta  de unos profundos ojos negros, llevaba una camisa  color purpura con mangas blancas y pantalones del mismo color se acerco a ellos  pidió una orden, el dueño rápidamente le atendió,  Kabuto como se hacía llamar miro al niño delante de él interesado, después por la interrupción de su orden pago, estaba dispuesto a irse cuando giro sobre sus pasos acercándose a Fugaku quien estaba otra vez enfrascado en otra conversación.

 

 

 

-          Amigos me preguntaba si ustedes saben quién o alguien  nos pueda proporcionar gente para nuestro negocio – hablo cercas de ellos, ellos al verse interrumpidos solo negaron con la cabeza – Bien… si hay alguien conocido por favor díganles que estaremos aquí hasta mañana, si tiene algo pueden verme en la entrada ahí estaré… -- les agradeció para irse después, Fugaku un poco ofendido se marcho de ahí, fue directo  a la casa del señor feudal, Sasuke esperó en la entrada sentado sobre una roca, veía pasar las carretas de aquí para allá, también a la gente, cada uno enfrascado es sus cosas.

 

 

 

A la media hora salió su padre, Sasuke se levanto sonriendo dispuesto a ir a su encuentro pero se detuvo al ver como su padre maldecía a los dos hombres ahí parados en la entrada a la  mansión, llego con él con esa mueca enojada, Sasuke le ofreció la bolsa a su padre, el la recibió de un manotazo, Fugaku iba caminado pensando en la plática anterior.

 

 

 

Inicia Flash back

 

 

 

-          Lamento tu situación pero no necesito más  gente y tampoco  quiero  algo de tu rebaño, estamos completos, si tanto necesitas dinero vende alguna de tus hijas seguro sacas algo – un hombre ya mayor frente él se cruzaba de  brazos indiferente.

 

 

 

-          Sabes que ambos son hombres – ya más desesperado Fugaku le contesto parándose frente a él.

 

 

 

-          Es lo mismo, tu hijo menor tiene la cara de una mujer seguro y te dan algo por él, no decías tu que era una carga para ti, esta es tu oportunidad te desases del mocoso y le devuelves la salud a tu esposa – se levanto, se paro frente a él y puso sus manos sobre su hombro – descuida tu esposa lo entenderá, lo importante ahora es llevarla y curarla ya después recuperaras a tu hijo, será como un préstamo o algo así – lo condujo a la puerta, Fugaku  aun pensando le siguió como autónoma, su esposa jamás lo perdonaría por vender a su hijo, el tampoco quería aun cuando en el principio decía lo contrario, era de ayuda pero si no conseguía el dinero ella podría morir y eso jamás lo permitiría.

 

 

 

Fin del Flash back

 

 

 

Cuando salió de la casa rechazando la propuesta encontró a su hijo menor, la sola idea de venderlo  a esa gente le retorció algo en el estomago pero nadie quería prestarle el dinero ni mucho menos comprarle, el ganado estaba débil y  no conseguiría sacar ni la mitad por ellos, giro su rostro y ahí en silencio le seguía su hijo menor, dárselos podría ser la solución a sus problemas era joven y fuerte, aunque aun era un niño mugroso por todo esa suciedad, debajo había alguien  atractivo no lo podía negar, era la viva imagen de su esposa, su cara afilada como ella llamaba la atención a  las niñas más grandes que él, su complexión; todavía no desarrollada; delgada, su piel blanca  como la de su esposa, no se parecía en nada a él salvo el cabello y los ojos negros de ahí en más era totalmente diferente a Itachi y a él, sacudió esos pensamientos no era como esa gente sin sentimientos aun cuando parecía carecer de ellos jamás llegaría a esos extremos.

 

 

 

Llegaron a una de la casa de un amigo  de su padre, los hicieron pasar mientras la esposa les servía algo de comer, Sasuke comió todo lo que le sirvieron estaba tan hambriento que no se dio cuenta de cuando su padre y su amigo salieron de la casa, estuvo ahí acompañando a la mujer por varias horas hasta que la noche callo, la señora le dio permiso para poder descansar, le prestó una pequeña manta para acostarse, estaba tan casado y el sueño lo venció rápidamente, horas después ya entrada la madrugada sintió como alguien movía su cuerpo, rápidamente despertó encontrándose con su padre.

 

 

 

-          Sasuke ven – lo agarró por un brazo mientras le quitaba la manta, el amigo de su padre entró, alumbrando el lugar con una vela – vámonos.

 

 

 

Salieron de la casa, ya en la salida aquel hombre le  puso en los hombros la cobija con la que minutos antes dormía, caminaron en  la oscuridad, Sasuke aun dormido y bostezando seguía a su padre, tomaron un camino diferente para regresar a casa, caminaron hacia la entrada principal de la villa, Sasuke al principio se sorprendió pero iba con su padre no tendría  que preocuparse de nada, caminaron un buen tramo más, entre la oscuridad solo se escuchaba el sonido de los grillos, un poco alejados de la aldea estaban varias carretas, habían varios hombres sentados frentes a las fogatas, uno de ellos al percatarse de sus presencias los interceptaron, Sasuke estaba fascinado mirando a toda esa gente ahí, varios les miraban curiosos, otros murmuraban entre ellos sonriendo, algunas mujeres que bajaban de las carreta con recipientes de agua se paraban a observarlos para luego seguir su camino.

 

 

 

-          Busco a un hombre llamado Kabuto – dijo su padre al hombre alto y fuerte frente a él, aquel hombre con un silbido llamo a otro, este comprendió y salió caminado a una carreta algo más grande que las demás, minutos después  y entre la oscuridad apareció aquel mismo hombre del puesto.

 

 

 

-          Espérame aquí – le ordeno, Sasuke asintió, ahí quieto en su lugar, pasaron varios minutos y él seguía allí, atento a la conversación de su padre,  aunque no podía escuchar lo que decían, de vez en cuando le miraban.

 

 

 

De pronto ambos se acercaron,  Kabuto hizo una señal con la mano y rápidamente se acerco otro hombre con una antorcha, los tres lo rodearon, Kabuto le tomo del mentón girando su rostro, le hizo levantar ambos brazos, toco su pecho,  midió su altura, después lo rodeo analizándolo mas.

 

 

 

-          Esta muy delgado, pero tiene una cara bonita, puedo darte  300  grandes por el – Sasuke arrugo su ceja molesto por las confianzas de ese hombre – que dices – ambos nuevamente se alejaron, miro a su padre con un semblante preocupado y a la vez sorprendido, tardo varios minutos en responder  mientras lo miraba desde su lugar, al final tomo la mano de aquel hombre de coleta aceptando, el hombre de coleta mando a otro por una pequeña bolsa saco varias monedas y se las dio a su padre contándolas en voz alta, él las guardo en su pantalón después le miro, se cerco a él agachándose a su altura le revolvió sus  cabellos negros y rebeldes.

 

 

 

-          Cuando pagues tu deuda puedes volver – dicho esto se paro, le dedico una última mirada  para después caminar por donde llegaron, Sasuke no entendió  las palabras de su padre, no sabía a que habían venido, ni por qué lo  revisaron como si fuese algún ladrón, tampoco entendió las palabras de su progenitor, “deuda”, ¿cual deuda? él no tenía ninguna deuda, después miro a su padre irse.

 

 

 

Tardo un poco de tiempo en reaccionar pero después como desde el día anterior estuvo haciendo lo siguió, corriendo, mientras le gritaba que lo esperara,  su carrera fue detenida por el mismo hombre de coleta y cabello blanco, lo jaló del brazo, las personas de antes levantaron la cabeza al ver comenzar un escándalo por aquel niño, Sasuke trató de zafarse mientras le gritaba a su padre y  pataleaba  tratando de detenerlo  y soltarse, Kabuto sonrió por los esfuerzos de aquel niño, lo tomó de los cabellos negros obligándolo a caminar, Sasuke al verse  dominado por aquel hombre y la figura de su padre perderse en la oscuridad gritó más fuerte, se llevó las manos a su cabello y trato de soltarse mientras que con sus piernas se oponía a caminar, Kabuto estaba empezando a molestarse de los gritos de aquel niño lo tiro de una manera ruda levantando polvo cuando su cuerpo hizo contacto con el suelo, ahí Kabuto se agacho a su lado tratando de volverlo a agarrar, Sasuke instantemente manoteó tratando de alejarse, se paró rápido comenzando su carrera y gritando, pidiendo auxilio a las demás personas que solo se limitaban a mirar, Kabuto de nuevo lo agarró pero esta vez le plantó un buen golpe en el estomago eso hizo que callera de rodillas sobándose y recuperando el aliento, estaba atontado cuando Kabuto  mas alto que él lo cargo solo con su brazo derecho para dirigirse a una de las carretas, otro hombre lo alcanzo abrió la reja agarrando la pequeña puertita Kabuto  lo bajó, Sasuke ya  se había recuperado mientras era cargado había pataleado, gritado, mordido el brazo fuerte de ese hombre que lo retenía contra su voluntad, Kabuto  agarrándose  el brazo miró como de la herida salía sangre, bufó enojado.

 

 

 

-          Suéltenme, déjenme ir – trató de correr a cualquier parte lejos de esos hombres, el otro lo agarro jaloneándolo fuerte, Kabuto con una orden se lo paso.

 

 

 

-          Escúchame bien mocoso, tu padre te vendió, ahora nos perteneces ¿entiendes? – le tomó de los hombros mientras lo zarandeaba, Sasuke de nuevo se retorció por la forma tan brusca en que apretaba sus brazos.

 

 

 

-          No es cierto, papá  no me dejes…– gritó otra vez.

 

 

 

-          Me importa poco si me crees o no, ahora cállate o si no te voy a dar una paliza que recordaras el resto de tu vida— lo empujó pero al ver que no obtendría resultados lo giro bruscamente y le planto un buen golpe en la cara dejándolo inconsciente, Sasuke se desvaneció, aquel lugar se hizo  negro, Kabuto lo volvió a cargar mientras lo aventó dentro de la carreta, saco una cadena gruesa le coloco el candado,  miro al otro hombre para después retirarse maldiciendo al niño que lo había lastimado.

 

 

 

Sasuke  estuvo inconsciente por más de 7 horas, despertó por el movimiento brusco de la carreta,  le dolía el estomagó por el golpe de horas antes, su lado izquierdo de la cara también le dolía, tocó la parte afectada sacándose un brinquito por el ardor, se revisó y encontró  sangre ya seca, se incorporo rápido al notar aquel camino desconocido, a su mente vinieron los  sucesos anteriores,  recordó como su padre sin mirar atrás lo abandono ahí con esos sujetos, sintió desesperación aun con sus gritos suplicantes no se giro ni un momento a verlo, recordó a su madre tendida  y enferma, a la  mente se le vino la imagen de su hermano mayor seguramente el lo buscaría cuando su padre llegara sin él, de pronto  el grito de un hombre y la carreta detenerse alerto a Sasuke, se aferro a los barrotes  mirando lo que sucedía, el mismo hombre de pelo blanco en una coleta lo miro, después se alejo, Sasuke le siguió con la mirada, allá a lo lejos habían varios hombres con unas 4 niñas más o menos de su edad paradas juntos a ellos, 6 hombres siguieron a Kabuto,  miro como los adultos se alejaban, después como recibían su dinero como había visto antes ya, a las niñas las llevaron a otra carreta, empezaron a gritar y a tratar de huir como el mismo lo había hecho cuando vieron como los adultos las dejaban atrás, a la fuerza las  metieron todas juntas  en una misma carreta, después la cerraron, cuando Kabuto pasó por su lado le sonrió cínicamente mientras golpeaba los barrotes, Sasuke se hizo para atrás, después la carreta se volvió a mover.

 

 

 

Esa situación se volvió a repetir en un intervalo de 2 horas, la misma situación y 4 chicas más fueron  llevadas a la fuerza, para la tarde la caravana se volvió a detener, cuando Sasuke vió que la puerta era abierta no dudo en saltar y huir pero antes si quiera de caer en el suelo Kabuto ya lo tenía sujetado, volvió agitarse tratando de soltarse pero Kabuto lo estampo otra vez dentro de la carreta,  después le paso un pequeño plato con comida muy a su pesar se la comió tenía ya bastante rato sin probar bocado, Kabuto se marcho sonriente de cómo su presa comía casi desesperado después de eso colocó una manta sobre él y siguieron el  camino.

 

 

 

Muy temprano, el ruido de la cadena siendo removida y las palabras burdas de aquellos hombres lo alertaron, se quedó quito en su lugar, esperando, escuchó como la cadena era quitada, la puerta fue abierta y la voz de aquel hombre ordenándole, Sasuke se quedó quieto sin moverse, más unos segundos después era jalado, Kabuto ya muy desesperado lo bajó a la fuerza, ya de pie personalmente Kabuto fue el que lo  hizo caminar, unas enormes  puertas se abrieron  delante de él  dejando a la vista una pequeña  ciudadela  rodeada por unos enormes muros, Kabuto lo jaló, cuando llegaron junto al guardia  de su pantalón saco unos papeles, el guardia los tomo revisándolos  después se los entrego y  le abrió las puertas, Kabuto gritó y varios sujetos entraban con las demás niñas, las demás personas adultas también lo hacían después Kabuto empujó a Sasuke dentro, el solo se quedó quieto mirando cómo la gente de ese lugar miraba a los recién llegados, de nuevo aquel hombre lo empujó para después volverlo a  jalar del brazo, caminaron detrás de los demás compañeros , doblaron una esquina y ahí frente  a ellos una enorme casa se veía al fondo, Kabuto y los demás siguieron su camino tanto las niñas como el miraban a los lados, una enorme barda en piedra de la más resistente cubría el camino a esa casa, los hicieron esperar cuando llegaron, la puerta adornada especialmente se abrió, una mujer  joven, vestida con un largo kimono en color verde, con camelias blancas bordadas en su espalda,  su pelo  de color morado lo traía recogido por una cinta negra, su olor a flores cada vez que camina o se movía impregnaba el lugar, Kabuto le sonrió camino a su lado hablándole al oído, aquella mujer demasiado guapa miro detenidamente a la niñas, después ordeno que la siguieran dentro, pasaron por varias secciones,  en aquel lugar habían más mujeres de una increíble belleza, varias de ellas acompañadas de hombres ricos, su aspecto refinado era visible; bebiendo mientras reían junto a ellos, Sasuke pasó mirando detalladamente a todos, las risas y platicas era elevada, mas al fondo habían varios muchachos vestidos increíblemente bien, la limpieza en su ropa era sorprendente, Kabuto lo volvió a empujar para continuar, Guren como así  la llamaron varios hombres se giró, les ordeno esperar mientras ella corría la pequeña puerta con dibujos de cisnes, Sasuke aun impresionado recorría con sus ojos negros el lugar, después de varios minutos la puerta se abrió dejando ver la figura de un hombre, de pelo negro hasta la espalda, su piel blanca, sus ojos amarillos estudio primero a las niñas.

 

 

 

-          Llévatelas contigo Guren, ya sabes qué hacer con ellas, báñalas y ponles ropa limpia – dijo a la mujer, ella asintió después, algo brusca las jaló y con gritos se las  llevó  por otro pequeño pasillo.

 

 

 

-          Señor Orochimaru, este es el único que pude encontrar – Kabuto lo empujó, Sasuke se quedó quieto observando desde su lugar a ese hombre con aspecto tenebroso y serpentín, Orochimaru le miró,  se acercó a él, Sasuke se hizo para atrás pero Kabuto lo detuvo tomándole de los hombros, le tomo el mentón, sus manos eran frías en la cara del niño.

 

 

 

-          Dime niño ¿cómo te llamas? --  preguntó cercas de él.

 

 

 

-          Sasuke, señor – pronunció

 

 

 

-          Bien Sasuke – se levantó –  ¿donde lo encontraste? – preguntó a Kabuto con una mirada burlona  mientras con una mano les ordenó que lo siguieran dentro de aquel cuarto, Kabuto agarró a Sasuke metiéndolo primero después corrió la puerta.

 

 

 

-          En un pueblucho, di 300 grandes  por él, pero vale la pena señor – Orochimaru le miró mientras se sentaba en aquel pequeño cojín en color rojo, Orochimaru aun pensativo miró a Sasuke – es como Kimimaro, ¿no cree señor?

 

 

 

-          Si, con una buena pulida y creo que dejara mucho capital, llévatelo, lo bañas personalmente y lo cambias, después cuando termines lo traes de nuevo y veré si es como esperamos que sea – Kabuto asintió después jaló a Sasuke guiándolo por otro pasillo diferente a donde se llevaron las mujeres.

 

 

 

Pasaron a una sala con varios muchachos más grandes que él, todo ellos miraron al recién llegado pero nadie dijo nada, Kabuto pasó de ellos tomo varias toallas y siguió caminado, por otra puerta, detrás encontró a un sujeto recargado en la pared.

 

 

 

-          Ja solo uno, Kabuto – un hombre con una bufanda en su cuello, de cabello verde claro, su piel morena le miraba sonriendo, Kabuto lo ignoro pasando de él.

 

 

 

-          Las zorras están escanciando, pero este se ve que traerá mucha clientela – de nuevo habló, Sasuke no entiendo las palabras de ese hombre solo se dejo guiar por Kabuto aun mirándolo ahí quieto para después entrar.

 

 

 

Casi se ahoga cuando Kabuto le lanzo una cubeta de agua fría sin avisar, soltó un largo suspiro temblando, sin avisarle le enjabono la cabeza tallándosela bruscamente, pero no se quejó ya que cuando llegaron y le ordenó que se quitara la ropa él se  opuso, Kabuto enojado lo jaloneo rompiéndole la ropa mientras lo desnudaba, gritó pidiendo ayuda pero  Kabuto lo amenazó con pegarle  peor que la vez anterior, Sasuke se dejo hacer y desprevenido como estaba lo empezó a bañar, cuando Kabuto término de limpiarlo lo sacó a fuerzas, le coloco la pequeña toalla ordenándole secarse mientras le levantaba la mano en señal de que lo golpearía si no obedecía, después le paso una yukata en color azul corta, Sasuke se lo puso rápidamente.

 

 

 

Dentro de su oficina improvisada Orochimaru revisaba algunos papeles, la venta con Guren estaba levantándose muy bien, ahora que habían llegado nuevas reclutas podría ponerse al orden con las que perdió más de la mitad de capital, en cuanto a los chicos estaban siendo pedidos mas y mas, Kimimaro hasta ahora era muy solicitado aun podría hacerse cargo con lo más adinerados de todos modos era solicitado por ellos, si tenía suerte encontrando a mas de su talla podría quitarle algo de trabajo, con el nuevo niño si es como pensaba que era aun debajo de esa ropa mugrienta podría sustituirlo fácilmente, si pudiera encontrar  otro como él las cosas serian mas calmadas.  El sonido de la puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos, Kabuto paso primero, antes de mostrarle al niño le paso una bolsita con dinero, después paso  a Sasuke dejándolo solo con Orochimaru, sentado aquel hombre le miro atentamente. Le ordeno voltearse lentamente, se paro acercándose a él, le reviso su pelo negro, su largo cuello blanco le gustó, sus manos delgadas tenían un poco de ampollas por el trabajo duro que realizaba pero podrían arreglarse, su complexión delgada al parecer seguiría así al crecer, le levanto la yukata dejando expuestas sus piernas largas y estilizadas, le tocó el pequeño trasero comprobando su redondez y firmeza, Sasuke con eso se espanto alejándose, pero Orochimaru lo calmó prometiéndole no volver hacerlo, después se sentó de nuevo,  estuvo mucho tiempo solo contemplándolo sin decir nada.  Le gustaron sus profundos  ojos negros demasiados inocentes, sus labios rosados y pequeños, sus pómulos muy bien marcados, definitivamente sería muy arriesgado invertir en el pero también sería demasiado tonto no intentarlo, se paró de nuevo llamando a Guren cuando ella entro y se puso al lado de Orochimaru el con señales le indico, ella hizo lo mismo que anteriormente Orochimaru, Sasuke ahí quieto en su lugar les observo hablar entre ellos, Guren al parecer aprobó la decisión de Orochimaru, poco después entró Kabuto.

 

 

 

-          Estarás con Kimimaró a partir de hoy, lo ayudaras, lo obedecerás en todo lo que él te pida ¿entiendes? – dijo Orochimaru mientras subían por unas escaleras al segundo piso.

 

 

 

Ese lugar era mucho grande y mejor que abajo, estaba divido en varias habitaciones, se colocaron frente a una entrando sin ser anunciados, en el piso estaba tirado un joven de piel pálida, sus ojos verdes se abrieron al sentirse observado, llevaba  dos puntos en color rojo sobre su frente, sus rasgos faciales eran entre masculinos y femeninos, su pelo largo atado en una cola de caballo suelto cerca de la mitad de la espalda con dos separaciones individuales a cada lado de la cara, vestía un yukata en color lavanda luz, holgada, de manga larga,  cinturón de púrpura atado a su cintura, sobre su cabeza traía dos adornos rojos para el cabello en forma de tubo, uno a cada lado de la cabeza, asegurando dos mechones de su pelo de color blanco plateado, se incorporo rápidamente al percatarse de quien era el hombre que lo miraba, se sacudió y fue a su encuentro con una sonrisa alegre.

 

 

 

-          Kimimaro este niño estará contigo a partir de hoy – le tomó su mentón en una sutil caricia para después enseñarle al niño que venía de tras de él, Kimimaró lo miro analizándolo después asintió sonriéndole a Orochimaru  como siempre lo hacía – enséñale lo que debe saber de acuerdo.

 

 

 

Orochimaru y Kabuto se  fueron dejando a Sasuke ahí con el otro chico, Kimimaro volvió a su posición recostándose mientras miraba  como el  recién llegado contemplaba su cuarto, tomó su pipa de fumar llevándosela a la boca.

 

 

 

-          Niño, ¿Cómo te llamas? – preguntó soltando el humo mientras hablaba.

 

 

 

-          Sasuke – respondió – ¿sabes cuando me van a dejar ir? – ahora fue él quien preguntó inocentemente, Kimimaro sonrió divertido por aquella pregunta estúpida, le llamó con la mano izquierda para después sentarse junto a él.

 

 

 

-          ¿Quieres irte? – preguntó acariciando sus mechones negros – lo siento niño pero no podrás irte, fuiste vendido si quieres irte paga tu deuda o muere en el intento – dijo kimimaro, después se recostó completamente en el suelo mirando al cielo por aquella ventana con un semblante amargo.

 

 

 

-          Pero mi madre está enferma, tengo que verla, mi hermano seguro me está buscando y mi padre…-- unas carcajadas inundaron el lugar callando a Sasuke.

 

 

 

-          Niño olvídate de tu madre y los tuyos, de aquí no podrás salir si no eres comprado o en un ataúd, entiendes – pronunció severamente.

 

 

 

-          Pero yo no… --

 

 

 

-          ¿Eres tonto? tus padres te vendieron, se deshicieron de ti, olvídalos y mejor preocúpate por lo que viene, entiendes ahora ve y tráeme agua tengo sed – lo obligó a pararse mientras lo corría, Sasuke salió temiendo que lo golpeara aquel chico con cara angelical.

 

 

 

Continuara...

 

 

 

* El Bunsui Sakura Matsuri Oiran Dōchū celebrado en Tsubame (Niigata), es un desfile muy importante, en el desfilan las Oiran mas importantes acompañadas por sus ayudantes y sirvientes. También se puede conocer este desfile por el nombre de Echigo no yume-dochu.

Notas finales:

Hola he aqui otra de mis mariguandas salida de mi mente sucia y pervertida muajuajaau, espero y agrade dejenme comentarios por favor

dou- san aqui esta la subi por fin mujauajaua, a las personitas que me han querido linchar por no continuar el otro fic que tengo lo siento ya lo tengo solo que la persona que me lo lee antes de publicarlo se ha puestos sus moños y no lo ha visto aunque de igual manera me ha decepcionado de grahn manera  y con todo el trabajo que he tenido perdi totalmene el hilo y ya no se que era lo que seguia uopss...


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