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Nightmare por H2NJ Dess Hayashi Nao

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Notas del capitulo:

Hola, pues aquí les dejo mi primer y tal vez único fic de esta banda, no porque no me agraden, sino porque con ellos no se me dan mucho los fics, su música me encanta pero nada más ;D

Aclaraciones:Ya leyeron lo de "muerte de un personaje" ¿no? entonces advertidos quedan, y por otro lado aclarar que el siguiente texto es total y completamente ficticio, y por mi parte les deseeo una larga y bonita vida a los integrantes de esta banda. Finalmente ellos son propiedad de su disquera -artisticamente hablando- y de su fandom, ok?... anm, a sí perdonen la originalidad del título xDu pero si no fuera xq me puse a pensar ¿qué sería para ellos una pesadilla? y luego ¿qué es una infidelidad? *Pesadilla*... pues no tendría mi fic... y creo que es todo así que Enjoy~!:

P.D.: Para este fic tuve una gran beta en HelenaYuuji y le agradezco las ideas y correcciones n.n!!

 

La lluvia que cae copiosamente viste de luto al cielo que hoy te recibe, entre la multitud de calles, con toda esta gente que va y viene sin sentido ni dirección. Lo veo todo como una película que está llegando a su final, las oscuras manchas, el adolorido llanto de una familia que ha perdido a un hijo… mi propio llanto, que no cesa de lastimar mi corazón, estoy completamente sin fuerzas, tirado a un costado de la entrada del servicio funerario a dónde se lleva a cabo… ¡tu funeral, mi amor!… ¿cómo, cómo acabo esto así?…

-*-*-*-

El amanecer llego con su ajetreo, mis padres y sus empleos, mi hermanita y yo regresando a clases. Primer día de clases, y tendría que llevar a mi hermanita, pues a diferencia de ella yo había vivido mi infancia en este lugar, sólo que mi padre tuvo un cambio en su trabajo y nos mudamos, y ahora estamos de regreso.

Tenía esperanzas de encontrar algún viejo amigo en mi nueva secundaria, mas no estaba confiado. Por suerte, apenas llegue encontré a un viejo conocido.

Mi amigo me reconoció a la distancia, mientras yo entraba en la escuela, con un grito llamo mi atención. Un gran y efusivo saludo aunado a las preguntas habituales de mi ida y ahora de mi regreso, fueron nuestra corta plática, y fue ahí cuando lo vi por primera vez, con una cálida sonrisa y una actitud tímida, detrás de mi amigo apareció Hitsugi.

Ahora mi mejor amigo tenía su propio mejor amigo, era lógico después de que me mudara, eso no me incomodo en nada, al contrario, viví agradecido de que mi neko hubiese aparecido en mi camino desde esa mañana.

-*-

Después de que acabáramos la secundaria varios buscamos ir a la capital para seguir estudiando y tener mejores expectativas en la universidad. Al inicio Hitsugi no quería ir a Tokio, si bien su familia se sentiría muy orgullosa de su inteligencia, él sabía que tarde o temprano no podrían ayudarlo, así que prefería ser él quien se sacrificara y los ayudase a ellos.

Al final mi insistencia con el argumento de que con un título universitario podría serle más útil a su familia y un pequeño ahorro que su padre había hecho con ese fin, no le dejaron otra salida a Hitsugi.

Cuando me dio la noticia de que sí iría conmigo a la capital lo abrace con tanta efusividad que caímos al piso de mi habitación, era la primera vez que le dejaba entrever lo mucho que lo quería… en realidad creo  que ya lo amaba, pero no podía decirle nada, tenía tanto miedo de perderlo, su actitud tímida me hacía pensar que íbamos a ser amigos hasta que una linda chica me lo arrebatara para casarse con él, e incluso sería padrino de sus hijos… desde la primera vez que tuve esa idea lloré, no pude evitarlo, aún así prefería seguir así a su lado, esperando a volver a ver esa sonrisa que me hipnotizo desde la primera vez que lo vi.

-*-

Durante el primer año de la preparatoria vivimos en apartamentos separados, el mío era apenas un poco más grande, sólo porque en vez de una habitación grande, cómo el suyo, el mío tenía dos pequeñas.

Si bien nuestros padres mandaban una cantidad mensual para ambos, también los dos tomamos pequeños empleos.  Mientras todo ese tiempo transcurría jure que era lo mejor de mi vida, ya que prácticamente éramos vecinos, y aunque no asistíamos a la misma escuela ni al mismo empleo nuestro tiempo libre era prácticamente absorbido en convivir con nosotros mismos.

Perdí la cuenta de veces que mordí mis labios y oculte mi mirada, por los deseos que tenía de besarlo, deje de pensar en sí se casaría o no, y deje que mis sentimientos por el neko crecieran,  casi hasta hacerme daño.

Comencé a darme cuenta de que mi verdadera pasión no estaba en mis estudios, lo había sentido desde la secundaria, intente escribir poesía en ese entonces, mas no funciono como yo creí. Ahora mis pensamientos giraban en torno a la música, comencé a relacionarme con compañeros que sabían del tema, acercándome cada vez más a ella, no sólo escucharla, sino también para hacerla.

Un día Hitsugi lo notó, fui sincero con él, ya no deseaba acabar la preparatoria para ingresar a una buena universidad, ahora quería hacer música, no se trababa de ser famoso y toda esa parafernalia, ¡no! yo sólo quería expresarme, y dejar que los demás sintieran lo mismo que yo…

En ese momento vi su rostro tan ensombrecido y no lo entendí, prácticamente rompió en llanto después de mi declaración, cuando pregunté él me acuso de ser un grandísimo idiota, que no era capaz de decidir de una buena vez lo que quería en mi vida, y por lo tanto lo había arrastrado a él a un lugar a dónde terminaría sólo.

Su alegato acabo con un balbuceo entrecortado por su llanto: te amo, y el más tierno beso que jamás me dieran… y para ser sincero el primero que recibí.

-*-

Acabo el segundo año y ya éramos notoriamente algo más que ‘amigos’, aún no podíamos declarar que teníamos una relación, porque no era así. Su timidez era increíble, tuve que ganarme su confianza a pulso. En cierta forma yo mismo había generado esta situación, mi actitud pese a todo lo que sentía por él siempre había sido guardando la debida distancia, ocultando muy bien mi sentir.

Por otro lado, ambos habíamos tomado bastante interés en la música, abandonamos nuestros empleos de medio tiempo para unirnos a bandas que necesitaban músicos de soporte, la mayoría era por completo desconocidas. Sólo estábamos ahorrando para formar una agrupación propia.

En las vacaciones viajamos juntos para visitar a nuestras familias. Fue la primera vez que noté la realidad tras la timidez de Hitsugi. En mi casa hubo un cálido recibimiento, yo también extrañaba verlos, pero la felicidad de estar con Hitsugi me hacía sobrellevarlo bastante bien.

En cuanto estuvimos solos mi madre empezó con las preguntas ‘incomodas’, qué si tenía novia, qué si tenía cuidado con las chicas con las que me involucraba… Para mi buena suerte ella siempre había sido así. Con cierta reserva le conté de Hitsugi, al inicio se puso muy seria, me dio medio… al final me brindó todo su apoyo, “sí yo era feliz con él, todo estaba bien…”.

Después me habló de la familia de Hitsugi, yo sabía que su padre tenía un carácter algo seco, y que sus hermanos se llevaban bien con él, pero nada más. Ya que ambos estábamos cerca en Tokio ambas familias habían comenzado a tener contacto para sentirse más seguros. Mi madre me explico que realmente el padre de Hitsugi era un hombre de mucha tradición, bastante rígido, y que lo más probable era que no admitiera una relación entre dos hombres, menos cuando uno de ellos era su propio hijo…

Ese verano prácticamente no vi a Hitsugi, hasta el viaje de regreso. Durante todo el trayecto su expresión fue sombría, no me atreví a preguntarle nada. Después de eso la rutina de la escuela, el trabajo y nuestro trato diario regresaron a la normalidad. Todo parecía ir como de costumbre a unos meses de nuestro regreso, salvo que un día amanecimos con la noticia que el país tenía problemas económicos,  se recomendaba ahorrar y no gastar innecesariamente. Ambas familias mandaron la cuota mensual, pero advertían que tendríamos que tomar un empleo ya que el próximo mes se veía comprometido, nada que nos preocupara, sólo por prevención.

Tomamos la mitad del dinero de cada uno, y regresamos la otra mitad, con una carta que explicará que tomaríamos el mismo apartamento para los dos y que podríamos vivir bien con esa cantidad, lo demás saldría de nuestros empleos.

La primer noche que Hitsugi dormiría en mi apartamento preparé la segunda habitación, supuse que realmente él no vendría y como sí nada admitiría dormí en mi cama. Pero esa noche la pasamos dormidos en la sala, después de la cena habíamos  conseguido un poco de beber, yo caí primero, enroscado como un gatito en el regazo de mi neko. Pasaron así tres noches, no volvimos a tomar, pero él hacía todo lo posible por no encaminarse a las habitaciones, salvo para cambiarse o bañarse, lo cual hacia en tiempo record. Esta vez lo encare y le pedí que durmiera en su habitación, ya se estaba volviendo incómodo dormir en la sala. Sólo me contestó con una pregunta sólo dormir ¿cierto?… Yo estaba lavando los trastos y él estaba sentado en la mesa detrás de mí, voltee a verlo sin entender a lo que se refería, al ver su carita sonrojada y su mirada clavada en la mesa solté una risotada, y en broma le contesté está noche… eres mío.

Esa noche fue muy divertida, él me apaleaba  con sus manos, mientras yo me colaba entre sus brazos para robarle pequeños besos… no sé cómo, pero llegamos a mi habitación, llegamos hasta la cama. No fue fácil para ninguno, cuando acabaron las risas y nuestras miradas se cruzaron él estaba sobre de mí, yo sujetaba aún sus muñecas y noté su nerviosismo… Sólo lo besé, y no lo dejé ir, sujete su frágil cuerpo al mío, y pasamos la noche compartiendo nuestro calor. Creo que ha sido mi sueño más profundo.

Antes de que acabara el año escolar ambas familias habían salido avante sin problema alguno, simplemente tomaron en cuenta nuestro ejemplo, se restringieron y trabajaron mucho. Lo único que no sabían abiertamente era de nuestro trabajo. Ya estábamos casi listos para a completar la banda, Ni~Ya  y Yomi se nos habían unido como bajista y voz, ya realizábamos presentaciones propias y sí conseguíamos algún baterista fijo no estaríamos lejos de firmar con algún sello, era eso o pedirles a nuestros padres un último préstamo.

Mi padre se escandalizó cuando recibió la noticia de que ya no pretendía estudiar, mas mi madre lo convenció de apoyarme, así que podía contar con ellos. Ni~Ya  y Yomi hace tiempo que no estudiaban, y mi última idea les había sonado a maravilla, se pusieron a trabajar y me ofrecieron poner una parte para crear nuestra propia productora. Incluso Ni~Ya  contactó a un viejo amigo, Ruka, el hombre trajo más dinero y su batería, sólo hacíamos falta Hitsugi y yo.

Por mi parte estaba bien, pero no sabía qué pasaría con mi neko, temía por la reacción de su padre. Él tomó la decisión, iríamos a nuestro pueblo natal para informar formalmente a nuestras familias que estábamos emprendiendo un negocio, necesitábamos dinero, ya no estudiaríamos y éramos oficialmente novios.

En mi casa no paso de la sorpresa, algo de conmoción, y con un poco de esfuerzo nos aceptaron. Mi padre prácticamente me hizo firmar con avalúo de mi propia vida para hacerme el préstamo. Después de las bendiciones de mi madre y las felicitaciones de mi hermana fuimos a casa de Hitsugi, cenamos y todo parecía normal. Al acabar la cena Hitsugi le pidió a su padre que habláramos en privado, sólo le dijo ‘tenemos un negocio en mente’. Por ese lado su padre sólo lo vio como sí aún tuviese a un niño frente suyo, aún así aceptó la reunión en privado.

Ya sabía yo que de su padre no íbamos a conseguir dinero, nada de aceptación, estaba seguro de tener que salir corriendo con Hitsugi de la mano para evitar una golpiza o algo parecido. No hubo golpes, tampoco dinero… sólo palabras crueles que hirieron a mi neko, no lo soporté calle al hombre con una bofetada y lágrimas en mis ojos. ¿Cómo pude llamarse padre? Hitsugi lo respeta, y ¿usted responde así? “mi hijo ha muerto, lárgate”. Me equivoqué, era Hitsugi quien jalaba de mi mano mientras nos íbamos de esa casa.

-*-*-*-

Desde que Sakito entro en mi vida hasta ahora, de él siempre obtuve felicidad. En el primer cumpleaños que me celebraron en Nightmare me regaló a nuestro hijo, un precioso gatito blanco con negro… o ¿negro con blanco? Cómo sea, esa mascota era nuestra adoración, la banda había salido adelante mejor de lo que esperábamos… la vida de Sakito aún estaba en peligro por la deuda con su padre, pero se iba aminorando a pasos agigantados. Sus ideales parecían encajar con los míos, nunca había pensado en lo bien que se sentiría pisar un escenario y sentirse lleno de las emociones que fluyen en ese acto.

Para mí Sakito lo era todo, a veces me cuestionaba sobre sí realmente lo amaba o sólo era que soy incapaz de dejarlo. Cuando comencé a tocar la guitarra supe que realmente lo amaba, no se trataba de aprender a tocar el mismo instrumento o de seguirlo a donde él fuese por capricho mío, sino que mis dedos acariciaban las cuerdas anhelando acariciar su piel, mis sentimientos pretendía expresarse en la música… lo había escuchado de él, pero hasta ese momento lo comprendí por mí mismo. Nos costó horas de ensayos y que los demás participaran con nosotros para poder definir que teníamos una banda, después el trabajo rindió sus frutos.

Se podría decir que éramos realmente felices, cuando mi madre llamó para avisar que mi padre había muerto. Al inicio no fue una noticia muy dura para mí, ya que desde hace muchos años yo había renunciado a mi familia, sabía que sí me quedaba con Sakito ellos no me aceptarían, y yo no podía vivir atado a una familia así, preferí estar con quien amo.

Le informé a Sakito, no dijo nada, pero me abrazo con mucha fuerza… Al final decidí ir al servicio funerario, tomé un vuelo para poder llegar lo más rápido posible. Al llegar mi madre estaba inconsolable, mis hermanos no se veían tan afectados. Hubo la lectura del testamento, no deseaba asistir, peor mi madre insistió, me dijo en sus últimas horas tu padre lloraba por haberte alejado de su lado, él temía por ti, él sólo hubiese querido protegerte… mas no supo cómo hacerlo. Aún ahí no pude llorar por él, en el testamento me había dejado una cantidad de dinero igual a la de mis hermanos, para mi madre dejó la casa y dinero, cedí mi dinero a mi madre. Mi boleto de avión era de “ida-y-vuelta”, por la lectura del testamento había perdido el vuelo, llame y le dije a Sakito llegare un poco más tarde, espérame en casa.

Así que al bajar del tren nadie vería mis ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Al bajar y no ver a Sakito por ningún lado fue más duro de lo que pensaba, ahora deseaba haberle pedido que fuera por mí. Tuve que espera a que amaneciera un poco más y tomar un taxi que me llevara a casa.

-*-*-*-

Eran poco más de las ocho de la mañana cuando Hitsugi entraba al departamento que compartía con Sakito, por supuesto, ya no era su apartamento de estudiantes, pero seguían viviendo juntos. Al inicio no advirtió cambio alguno, avanzo hacia la sala y comenzó a notar la presencia de algunas botellas de cerveza, enarco una ceja y prosiguió al interior del departamento. No vio que dos de sus compañeros de banda estaban tirados sobre su sofá, la mañana parecía no querer dejar de ser gris e incluso se hacía un poco más fría conforme llegaba a la habitación de ambos. Estaba por abrir la puerta cuando escuchó ruidos a su espalda, volteó rápidamente y se encontró con Ruka y su dolor de cabeza…

-Neko ruidoso… ¿podrías callarte y dejarme dormir?… por cierto, Sakito te extrañó-

Hitsugi se había asustado de ver a alguien más en su casa, ni siquiera le contesto a Ruka, el más alto sólo volvió sobre sus pasos y cayó sobre Ni~Ya en el sofá. Hitsugi respiro de nuevo, y con cansancio abrió la puerta…

Sobre la cama, su cama, no estaba un solo hombre, sino dos. Yomi se abrazaba  al pecho de Sakito, y este le abrazaba por los hombros. Las sabanas apenas si cubrían los desnudos cuerpos.

Al neko se le fueron todas las fuerzas, la maleta que llevaba arrastrando se quedo ahí, tan estática como él. Hubiese querido desmayarse, perder la conciencia para luego despertar y que le dijesen que tuvo una pesadilla o un infarto, pero  no quedarse ahí, contemplando la infidelidad de la única persona que había conseguido anidarse en su corazón… ¿cuánto… cuánto tiempo fue? Un par de días, ni siquiera una semana ¡ni una semana! Todo su cuerpo tenía un ligero temblor, pero no le salían las lágrimas, en su corazón los sentimientos pasaron de la tristeza y la desolación al coraje, ni siquiera pudo emitir una opinión sobre “su amigo”, que ahora parecía estar muy cómodo entre los brazos del pelinegro.

Al fin reacciono, al parecer si tenía un par de lágrimas en sus mejillas, las secó con una mano y con la otra tomó su equipaje, dio media vuelta mientras azotaba la puerta. Ruka y Ni~Ya se despertaron por el estruendo de la puerta al golpearse, vieron pasar a su amigo fan de los gatitos como una sombra oscura y a toda velocidad. Abrió la última puerta y al salir la dejó entreabierta, sólo iba corriendo hasta alejarse de aquella pesadilla.

-*-

Llamadas, mensajes, intercepciones, envíos… había intentado de todo, y nada le había servido. Sakito llevaba cerca de un mes buscando recuperar a como diera lugar la confianza y el amor de Hitsugi. Esa mañana había despertado al escuchar el portazo… no tenía idea de lo que había pasado, sólo comenzó a recordar al ver a Yomi al lado suyo, sin ropa y en la misma cama… HITSUGI! Fue el único pensamiento que le cruzo por la mente, buscó su ropa y se metió en ella como pudo, al salir al pasillo no había nadie, siguió corriendo hasta salir del edificio pero ya no lo encontró. Golpeó la primer pared que se le cruzo y se dejo caer mientras lloraba… ¿Qué clase de pesadilla es está? ¿En qué momento había comenzado?

 Y aún se lo seguía preguntando, le costó semana y media ubicarlo, obviamente los ensayos y todo lo que tuviese que ver con la banda estaba detenido, Hitsugi no se había ni asomado por el trabajo. Yomi no tenía cara para ver a ninguno de los otros tres, en especial a Sakito. Esa noche  habían estado bebiendo por el regreso del neko, esperaban animarlo en cuanto llegara, pero cómo no llegó… iniciaron la fiesta sin él. Sakito se mostró renuente, pero Yomi sabía picarle bien las costillas, comenzó a jugar con que Hitsugi se había quedado más tiempo porque no soportaba al frío de Sakito, incluso propuso que se había encontrado a otro; el líder no se quedo callado por mucho tiempo ¿frío? Enano desgraciado, ¡tú que sabes de mi relación con Hitsu, él y yo la pasamos muy bien, te lo demostraría…! Yomi que ya estaba borracho se le encimo y le dio un beso, para después irse a reír a gusto por otro lado, el juego creció hasta llevarlos a la cama, donde Sakito se apropio del cuerpo del vocalista, para callarle la gran bocota que tenía.

Y todo eso se lo había querido explicar una y otra vez, no sólo Sakito, también Yomi e incluso Ruka lo habían intentado, sólo que el neko se negaba a verlos, ya no digamos a oírlos.

Acabo por mudarse de nuevo, y Sakito volvió a buscarle hasta por debajo de las piedras. Por ende no tardo mucho en encontrarlo, ya casi un mes de pesadilla y parecía no querer acabarse. Ambos la sufrían, uno al sentirse vilmente traicionado y el otro por arruinar con un estupidez toda su vida, porque eso era Hitsugi para Sakito, toda su vida.

Al encontrarlo por segunda vez no fue de inmediato, lo estuvo espiando y observando, Hitsugi parecía ir tomando de nuevo el curso de su vida, su mirada estaba triste, pero nada más. Sakito intentó hacer creer que sí Hitsugi estaba bien y volvía a ser feliz, él también lo volvería a ser, sólo por verlo bien de nuevo, mas no pudo. Todos sus esfuerzos por convencerse que sería capaz de dejar de lado al guitarrista y continuar sólo sabiendo que estaba bien, fueron en vano, lo veía a diario, lo seguía, y espiaba cada movimiento. Eso no era dejarlo de lado para que pueda ser feliz, era hacerse miserable a sí mismo porque no podía devolver la sonrisa a su amado neko-boy.

Una semana en esa rutina, y los demás comenzaban a decírselo, no sólo era patético, era enfermizo, y así no conseguiría nada, o seguía insistiendo hasta que Hitsugi le escuchará o lo dejaba, ¡pero lo dejaba, no seguir acosándolo! Esas habían sido sus palabras. Y era cierto, ¿dónde había quedado él en todo esto? ¿Sólo podía seguir tras un gatito huidizo sin esperanza alguna? ¡no, tenía que resolverlo de una buena vez!

Ese día lo espero francamente expuesto sobre la acera frente al edificio de apartamentos, la mañana era extrañamente fría, y con poca gente. Por fin, bajaba las escaleras sin mucho cuidado, ya se veía bastante despreocupado, sólo si se le veía a los ojos se notaba que aún estaba muy dolido y triste. Ni siquiera notó a la persona frente a las escaleras, las bajo y seguía su camino habitual. Cuando una mano sujeto su brazo y lo hizo girar. Sorprendido volvió a encontrarse con esos ojos, ese rostro… que amaba tanto, y al mismo tiempo le causaba tanto dolor. No dijo nada, se zafó bruscamente del agarre e intento irse, Sakito lo volvió a sujetar.

-espera… espera, no te vayas aún… ¡tenemos que hablarlo! ¡Yo no quise hacerlo! ¡Nunca te haría daño, te amo! Hitsu, Htsu por favor, escúchame-

¿Cómo podía decir eso? Después de que se acostara con uno de sus amigos en común, tarde o temprano lo hubiese sabido, y cuando no se había ido ni por una semana… además, ¿se tenían que revolcar en su propia cama, la noche que iba a llegar? ¿No era obvio que en ningún momento pensó en él? al contrario, era como sí lo hubiesen planeado.

Ahora que le había destruido el alma y el corazón, cuando más lo necesitaba, todavía regresaba a hacerlo sentir peor.

-déjame en paz- fue todo lo que consiguió salir de su boca, era un sonido ronco, estaba al borde del llanto, con la cabeza baja, luchando por no ceder y abrazarle. Era idiota, que en todos estos años su apoyo había sido el mismo Sakito, y ahora que necesitaba el apoyo de alguien… era a la única persona a la que no podía recurrir. Hubiese sido mejor que absolutamente nada entre ellos hubiese pasado… desde un inicio, porque no es que ya no lo amara, al contrario, eso es lo que le dolía aún más.

-¡No, porque te amo! ¡Entiéndelo, no puedo dejarte ir, sin ti nada tiene sentido, mi vida no existe si tú no estás conmigo!-

-entonces… ¡muérete!- Fueron esa clase de segundos que parecen detenerse y alargase como si fueran horas.

Hitsugi se arrebato del agarre una vez más, con más fuerza prácticamente aventando a Sakito fuera de la acera, este se encontraba choqueado por las palabras tan duras de su amado que no sintió cuando tropezaba con lago en la acera, sólo se dejo caer, tampoco notó cuando el coche de enfrente daba la reversa y comprimía su delgado cuerpo contra el otro automóvil estacionado atrás Eso era todo, ¿con eso te hacia feliz de nuevo? Mi amor, lo hubieses dicho desde antes… Un par de lágrimas surcaron su rostro, y todo se volvió oscuro sin sentido alguno.

-¡SAKITO!- fue el único e interminable grito que se escucho en la calle, Hitsugi estaba de nuevo tan estático, de rodillas en la acera, con la ligera lluvia humedeciéndolo, mientras los paramédicos intentaban resucitar a Sakito.

En veinte minutos Ruka y Ni~Ya estaban con Hitsugi, el baterista lo hizo subir a su departamento, mientras el bajista se encargaba de llamar a la familia del fallecido.

Intentaron hacer que Hitsugi entrara al servicio fúnebre y se despidiera de Sakito por última vez, pero aquella comprensible mujer que años atrás los había apoyado incondicionalmente, ahora era una madre cegada por el dolor de haber perdido a su hijo. En cuanto vio a Hitsugi se levanto, secó sus lágrimas y camino hacia él.

-¡ASESINO!… tú… tú, ¡maldito asesino, lo mataste!… cuando él… ¡él sólo supo amarte! ¡Eres un cruel asesino! Tú y ese idiota del coche! ¡ASESINOS!-

En ese momento el guitarrista era como un muñeco de trapo, no pudo más que escuchar a la histérica mujer, le dolía más no poder llegar hasta donde estaba su amado que todos esos golpes, ni siquiera oía las palabras, sólo contemplaba el ataúd en medio de la sala, sabía que ahí estaba él, él único que le había amado, él único que le comprendía y ahora ya nunca más estaría con él, con Sakito.

A él lo tuvieron que sacar de la sala, y a la señora le dieron un par de tranquilizantes. Vio el entierro a la distancia, para evitar cualquier disturbio.

Regreso a su departamento, no al que habita solo desde hace casi un mes, sino al que compartió con su amado, al entrar todas las luces estaban apagadas, y así las dejó. Llego a la sala, y un gato blanco con negro se le enredo melosamente entre las piernas…

-que flaco estas, ¿no has comido, cierto?- sujeto al minino por las costillas y lo cargo, al dar la vuelta hacia la cocina en su mirada se cruzo la puerta de la habitación, por un instante recordó la última escena que tuvo de esa habitación, cerro con fuerza los ojos y se concentro en su gato.

Con el cuchillo en la mano terminaba de aderezar la comida de su hijo, por un segundo contemplo el filo del instrumento, lo puso sobre su muñeca izquierda…

¡No!… no, no… no lo puedo hacer El cuchillo cayó al piso, asustando al felino, y regresando a Hitsugi a su realidad. Acabo de alimentar al gato y se sentó al lado, sobre el piso frío, aún con toda la oscuridad rondándole.

No voy a suicidarme Sakito, aun queda una oportunidad para que te vea, si me suicido perderé mi alma, pero sí la conservo y sigo vivo, aún puedo cumplir tus sueños y tus metas, y al morir podré ir a donde sea que estés ahora… Perdóname por haberte dicho esas cosas, yo aún te amaba, y aún lo hago, así que por favor espérame…

 

 Cuándo esta pesadilla termine volveremos a estar juntos.

-*-*-*-

Notas finales:

Bueno, pues con eso acabamos esta vez, finalmente quiciera dar un pequeño espacio a una noticia que me hizo pensar mucho en si publicar o no: El bajista Taiji (X-Japan y otroas bandas... de cuyo nombre no me puedo acordar u.uU) falleció recientemente, casi al tiempo que yo planeaba este fic... En cierta forma me afectó, y por eso deje muy claro que esto es Ficticio, y bueno pues ojala les haya gustado.

Nos estamos leyendo, Hayashi Nao~!


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