CAPITULO 9.- LECCIONES PECAMINOSAS.
- Bien, Potter, ya está. – Dijo echándole una mirada superficial a la mano de su alumno. – Aun no me creo que a Umbridge si le permitan utilizar esas plumas de castigo. Yo le pedí a Dumbledore que me dejara usarlas pero se negó. Aunque… – Snape arqueó una ceja al sentir como el chico le apretaba la mano que aun sostenía. – Potter…
- Profesor, aun no le he agradecido el haberme defendido de Malfoy el otro día. – El moreno, sostenía con fuerza la mano de ese hombre, pero no lo miraba pues tenía la vista fija en el suelo.
- Potter, no fue porque yo quisiera, es el deber del profesor…
- Pero usted nunca le ha quitado puntos a su casa, ni ha regalado puntos a una casa que no sea la suya. Al igual que jamás le había cedido la palabra a Hermione, ni defendido a un Gryffindor. Pero más importante, – El chico se incorporó del sillón, sin soltar su mano y se inclino hasta quedar a unos centímetros de su profesor. – jamás había abogado por mí. – Y sin más sucedió.
El chico se dejó llevar por el momento, estaba demasiado agradecido con el mayor. Cerró los ojos y junto sus labios a los de su profesor, quien no daba crédito a lo que estaba viviendo, pero sin decir nada se dejó llevar por su joven alumno.
- Potter – Susurró el hombre cuando sus labios se separaron de los del menor, lentamente abrio los ojos, dejando a la vista esos hermosos, negros y profundos ojos que expresaban tantas cosas en el instante.
- Profesor – Regreso a la realidad de golpe, soltando la mano de su profesor y retrocediendo un poco. Cuando Snape reaccionara ante lo sucedido no se iba a salvar de alguna maldición.
– Yo… Esto… No quise… Es que…
- ¿No quiso Potter? – Se levantó del asiento y se acerco a su alumno. – A mi parecer, eso es una gran mentira. – Compuso una semi sonrisa que Harry encontró seductora.
o “Harry, ¿qué piensas? Snape sonriendo así no es seductor”.
o “Más bien es sexy”
o “¿SEXY? Besarlo te volvió loco”
o “Pero creo que no quiero que esta locura termine pronto”
- Por lo visto la lección de Umbridge no ha quedado bien marcada. – Harry Salió repentinamente de sus pensamientos al oír el nombre de esa asquerosa bruja. – Tal vez sus métodos no son los mejores. Señor Potter, ¿qué le parece si le enseño a no mentir, utilizando un método diferente? – Le tomó la mano, cosa que sorprendió al joven león.
- Usted no entiende, yo solo quería agradecerle. – Trató de soltar su mano pues comenzaba a doler ya que el profesor se la apretó con demasiada fuerza cuando pronuncio esas palabras.
- Pues es una forma muy peculiar de agradecer ¿No cree?
- Es que yo… ¡Auch! Profesor me está lastimando.
- No fue a propósito. – Aflojó un poco la mano, pero sin soltar la del joven. – Si te lastimo no será por que quiera, a menos que te lo merezcas.
o “¿No fue a propósito? ¿Si te lastimo no será por que quiera? En que estas pensando Snape, te estás ablandando con él por un beso”.
o “Pero te gusto, se sintió bien”.
o “Se sintió como un beso cualquiera”
o “Déjate de hacerte el idiota y acéptalo”
o “Ni que estuviera loco”
o “ Lo estás, y no quieres que esta locura termine pronto”
- Entonces es una promesa. – El chico le mostró una cálida sonrisa y recordó el porqué hacía eso, así que sacando todo su valor Gryffindor para llevar a cabo su plan estilo Slytherin, pasó sus brazos alrededor del cuello del pocionista. – Hay que sellar esa promesa. – Sintió que unos fuertes brazos le rodeaban la cintura y lo atraían al cuerpo del mayor, quien se acerco lentamente para sellar la promesa con un profundo beso.
Poco a poco el beso se volvió más pasional. Severus se abrió paso por entre los labios del menor y exploro esa pequeña y húmeda cavidad mientras sus manos entraban debajo de la playera y recorrían la espalda del niño-que-vivió.
Harry llevó una de sus manos al pecho del Slytherin, mientras que pasaba la otra por entre su suave y sedoso cabello, hasta que de repente sintió una mano que suavemente bajo a una de sus nalgas. Asustado, se separó abruptamente del hombre quien no se extraño, pero tampoco retiro sus manos de donde estaban.
- ¿Qué sucede Potter?
- Es que yo… Eh… Yo nunca…esto… – Dijo nervioso.
- ¿Nunca ha hecho esto?
- No, no, no. Si lo he hecho es solo que…esto…yo…
- ¿Qué? ¿Acaso nadie lo había tocado así? – Apretó con fuerza el glúteo del chico. - ¿O es que nunca lo había tocado un hombre?
- ¿Por quién me toma? ¿Por un mojigato? – Su voz se tornó desafiante mientras posicionaba sus manos sobre el trasero de su profesor, sonrojándose.
- Pensé que ya había pasado por esto Potter. Según tengo entendido estuvo saliendo un cierto tiempo con la señorita Ying Yang o Mulan o algo así.
- Cho Chang, señor. – Dijo fríamente mientras que el profesor lo soltaba y se dirigía al sillón, cosa que le sorprendió completamente. – Y sí, es cierto que fue mi pareja.
- La única que ha tenido.
- La única oficial. No me gusta exponer mi vida privada, pero ella quería que se supiera, y se supo que era mi pareja. Pero le puedo decir que no ha sido la única con la que he estado. Y he hecho esto muchas veces, aunque no lo crea – Su voz se tornó nerviosa, era obvio que mentía. – Lo he hecho con muchos, hombres y mujeres, no es nada del otro mundo. – Rió nerviosamente mientras el pocionista se sentaba y lo veía directamente a las enormes esmeraldas que tenía por ojos.
- Entonces Potter usted es lo que se conoce como un “Putón”. – Suspiró.
- ¡¿QUÉ?! ¡No soy un putón! – Bramó un Harry muy ofendido mientras se acercaba al hombre.
- Claro que lo es. Se le considera putón a aquellos hombres que han tenido muchas parejas, y es lo que usted está diciendo.
- Y si lo fuera ¿qué tiene de malo? ¿Le afecta en algo?
- No, de hecho me alegra.
- ¿Por qué?
- Porque tienes experiencia en esto Potter. – El chico se sorprendió ante las palabras del hombre. – Y yo no la tengo.
Harry estaba boquiabierto. No podía creer lo que el hombre le decía. Ni siquiera se había sonrojado y aun le mantenía la mirada.
o “Mierda, sí que es directo”
- Yo… ¿qué?
- Escucho bien Potter, se podría decir que usted me guiara en esto, si es que usted quiere.
Sus corazones estaban acelerados, tanto que estaban a punto de salir de sus pechos. Harry estaba más sonrojado que el cabello de Ron y Snape soltó esas palabras sin pensarlo.
Poco a poco, Harry se acercó a su profesor y se sentó a horcajadas sobre él, tomó las manos de este para ponerlas sobre su trasero y rodeo con sus brazos el cuello del mayor. El hombre no parecía reaccionar, así que el inexperto Gryffindor aprisiono los labios del otro, regresándolo de donde sea que estuviera. La cosa fue subiendo de tono y pronto Harry se encontró con el pecho desnudo, siendo devorado por los feroces labios de aquel pálido hombre mientras él trataba de desabotonarle la túnica.
Snape apretaba lo más que podía los glúteos de su alumno, mientras marcaba un camino de besos, partiendo de su boca, bajando lentamente por entre el cuello y deteniéndose un momento en su clavícula. Lo llenó de besos, pequeñas mordidas y caricias mientras el chico solo gemía disfrutando y dejándose hacer. Después de un rato entretenido en la clavícula, decidió dar el siguiente paso. Bajo a uno de los pezones, apresándolo con los dientes arrancó un grito de dolor por parte del menor. Snape lo soltó y fijó su vista en el chico que estaba sonrojado y se acababa de rendir en su tarea de desabotonar la túnica de su superior. Acto seguido, lamió el otro pezón, estimulándolo, succionándolo, marcando unos pequeños círculos con la lengua dejándolo duro mientras que con un hábil movimiento lo acostaba sobre el sillón, dejándolo bajo su cuerpo.
Harry se sentía bien, lo estaba disfrutando demasiado, tanto que le daba miedo. En ese momento, su detestado profesor estaba estimulando un pezón con la mano a la vez que lamía el otro y se sentía bien.
Había estado con Cho Chang, y llegaron a tener relaciones, pero nada se sintió como lo que sentía en ese momento. Con Cho todo fue algo incomodo pues era la primera vez de ambos y no sabían bien que iban a hacer y eso les trajo tantos problemas que terminaron rompiendo en aquel ridículo salón de té de Madame Pudipié.
- Ahh… – Gimió. Snape lo había hecho salir de sus pensamientos tan repentinamente. Había lamido tanto sus pezones que estaban húmedos, y sopló sobre ellos, lo que provoco que Harry gimiera y regresara a la realidad con esa sensación tan refrescante, electrizante y provocativa.
De repente, Severus sintió como una dura protuberancia aparecía sin previo aviso un poco arriba de su vientre, cosa que hizo que el muchacho se sonrojara y lanzara al profesor al suelo. Harry tenía la cara fundida al rojo vivo y se había incorporado tratando de tapar con las manos la erección que mantenía bajo su pantalón, escena que le resultó muy divertida al profesor y sonrió, pero el moreno no se dio cuenta pues estaba más preocupado en esconder a su “amiguito feliz”.
- Potter, ¿le sucede algo?
- Yo… eh…esto…yo…es que…
- No pensé que el Gran Harry Potter, quien ha luchado y vencido al Señor Tenebroso más de una vez, que ha visto la muerte a los ojos varias veces, sea precoz. – Se levantó del suelo y transformando su sonrisa en un gesto serio se acerco lentamente a donde el ojiverde permanecía sentado.
- ¡No soy precoz! – Exclamó un tanto molesto.
- Bueno, – comenzó a decir mientras se arrodillaba frente al chico. – eso estamos a punto de descubrirlo. – Y con una mano comenzó a sobar el miembro del chico, mientras este gemía de placer.
- Pro…Profesor…Ahh…Por-Por f-favor…no…
- ¿No, Potter? ¿Quiere que no lo toque así? – Dijo mientras volvía a frotar por sobre la tela el pene del joven Gryffindor mientras este negaba con la cabeza.
- No…No q-quiero…
- Está bien. – Y con un rápido movimiento de manos, bajó la bragueta del pantalón del chico y saco su palpitante miembro.
Al verlo, Snape se lleno de lujuria y se inclino para devorar lo que le parecía un suculento manjar mientras sentía como su propio miembro despertaba.
Comenzó lamiendo lentamente el pene de la cabeza a la base, luego regresó a la cabeza metiéndoselo en la boca, haciendo movimientos circulares con su lengua mientras que una de sus manos masajeaba los testículos acciones que arrancaban sensuales gemidos del chico.
- Ahh…pro-profesor…n-no – Sin previo aviso, deslizo todo el pene dentro de su boca, tratando de llegar a lo más profundo de su garganta y comenzó a subir y bajar a un ritmo que él mismo marco. – Ahh…Ahh… ¡Snape! – La boca del pocionista se llenó de la esencia del joven al momento en que este grito su nombre. Snape levantó la vista al chico, quien desvió la mirada ante la vergüenza que estaba experimentando en esos momentos, no era posible que se viniera tan rápido y dentro de la boca de su profesor, quien sin decir una sola palabra, había tomado todo lo posible de esa blanquecina sustancia.
- Potter, creo que no le he dado autorización para llamarme por mi apellido. – Dijo mientras se paraba y limpiaba los labios.
- Yo…disculpe…no fue a propósito. – El chico se levantó del sillón y se guardo su, ahora, flácido miembro a la vez que Severus se alejó del chico y abrió la puerta de su despacho.
- Bien Potter, creo que hemos terminado la lección de hoy. Lo veo en su castigo el lunes a las 6, y retomaremos el tema de hoy. – Y compuso una suave sonrisa que el chico apreció tanto que su corazón reaccionó con un desesperado palpitar.
- ¿Lección? Señor, esto…
- Esta fue una clase, más bien sus lecciones para dejar de mentir tan compulsivamente, y las seguiremos teniendo hasta que aprenda a decir la verdad Potter.
o “¿Sabrá que de verdad solo he estado con Cho?”
- Bien. – Dijo el chico, cabizbajo y sonrojado, mientras se acercaba a la puerta. – Hasta el lunes. – Y aprovechando que el hombre se distrajo, le robó un suave y dulce beso de sus labios y salió corriendo del despacho.