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Complicaciones Innecesarias por Mariohn

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Notas del fanfic:

 

Esta historia se la dedico a dos personas: La primera y muy importante es quien me ha animado desde el momento en que la conocí para explorar un mundo en el que siempre tuve algo de miedo, y me impuso a desarrollarme como escritora aficionada apoyándome y aclarando mis ideas. ¡Muchas, muchas gracias Aymé! ¡Y espero de corazón que sigas apoyándome en un futuro!

Y la segunda, a pesar que sé que no le gustan los relatos de Harry Potter, siempre ha leído los relatos de Naruto que he sacado. Susano’o ¡Gracias!

Notas del capitulo:

Declaimer: Harry Potter © JK Rowling

 

1

Planes

 

 

El cielo no podía estar más despejado.

 

Dos magos de un rictus severo y aspecto lúgubre caminaban bajo el soleado sol. Ataviados por ropas oscuras, susurraban entre ellos mirando celosamente por todos lados, intentando pasar desapercibidos en un pueblo de nadie donde ambos sabían, la población mágica existente es casi nula por no decir que no vivían magos en las cercanías.

A pesar de eso no se sentían confiados. La poción multijugos estaba por perder su efecto, y lo peor que podía pasarles es que alguien les reconociera, lo que no podía ser una opción.

Apresuraron el paso, buscando algo con la mirada que al parecer no encontraban, comenzando a sentirse desesperados.

 

–No está –Exclamó uno de ellos deteniéndose, con un rostro claramente apesadumbrado. El otro mago se volteó haciéndole una mueca.

–Si te detienes a llorar como niñita, es obvio que no lo encontraremos… ¿o ya te acobardaste? –esbozó una sonrisa malvada.

–¡Claro que no tengo miedo idiota! –Replicó indignado volviendo a caminar –Pero no me apetece un crusiatus ¿sabes? Así que apresúrate antes que se nos acabe el tiempo.

 

El otro mago, pelo cobrizo y ojos miel más alto y más delgado hizo una mueca, siguiéndole a paso rápido.

No dijeron nada más, mirando hacia todos lados con precaución. Agradecieron infinitamente a la ropa muggle encantada, que les mantenía el cuerpo fresco y evitaba esos bochornos que con 40° de calor y sin ninguna sombra, no habrían podido evitar.

 

Cuando se hallaban casi a la salida del poblado uno detectó algo. Esbozando una sonrisa cansada, corrió hacia un callejón abandonado, donde un montón de basura y papeles se alzaba casi tapando el exterior. El mago se acercó al borde, moviendo los papeles y mirando hacia el fondo, suspirando de alegría y haciéndole señas al otro sujeto.

Se acercaron pasando por encima del montón de papeles. Caminaron, con paso rápido, sacando la varita intentando detectar la magia.

–Te lo dije– Sonrió.

 

Guardaron sus varitas, alzando sus manos al mismo tiempo para tocar un zapato viejo color café con rayas doradas.

 

Inmediatamente la sensación de un gancho que te tira del ombligo apareció, arrastrándolos a un paisaje bastante diferente al anterior.

En cuanto aterrizaron y dejaron de sentirse mareados, notaron el cambio de ambiente entumeciéndose al instante.

Echaron otro hechizo a sus ropas haciéndolas un poco más calientes, notando los pinos a su alrededor­­.

 

Usando un hechizo brújula caminaron hacia el norte observando cómo los arboles comenzaban a desaparecer y la flora comenzaba a marchitarse.

–Estamos cerca –Dijo uno de ellos, ahora una mujer de pelo azabache lacio recogido en una coleta manteniendo la expresión severa.

 

Un pequeño zorrillo avanzó hacia ellos haciéndolos sacar las varitas, el zorro corrió hacia un matorral haciéndolos detenerse, expectantes. Escucharon un leve puf! Y como una luz proveniente de una varita salía de la oscuridad hacia ambos.

 

Se relajaron al ver a un hombre joven de cabello corto con aire ausente. A diferencia de ellos vestía túnicas de mago.

–Así que lo lograron…– Sonrió socarronamente. Los dos magos restantes hicieron una mueca.

–Claro que si–Añadió el castaño desafiante –¿Acaso nos subestimaban Ford? –El más alto negó con la cabeza.

 

–Estará complacido –Estiró una mano que los otros tomaron, desapareciéndose.

 

Aparecieron en la entrada de un castillo de apariencia del s. XVIII, las grandes torres estaban vigiladas por otros magos. Los menores se voltearon hacia el lado contrario. Era notable el cambio de ambiente desde fuera de las protecciones. Siguieron al mayor a paso ligero, sintiendo cada vez más frio. Ambos sabían a qué se debía, pero decidían no comentarlo. Supuestamente ellos nunca los atacaban.

–Joder –Masculló el castaño. El más alto se giró alzando una ceja, divertido. El chico, más bajo que él y un poco más ancho gruñó un poco– Están demasiado cerca–

 

–Tonterías –Añadió la mujer moviendo una mano.

El ruido en la habitación contigua los hizo reaccionar avanzando rápidamente. A medida que se acercaban a las mazmorras el sonido aumentaba. Uno de ellos cerró la puerta avanzando hacia ellos menguando los gritos.

 

–Pensamos que no llegarían –Aclaró sonriendo de lado. Ambos menores bufaron.

–No sé de que hablas Rowle –Se cruzó de brazos la mujer– Hicimos un buen trabajo.

–Veamos si Legstrange piensa lo mismo.

 

Siguieron avanzando por pasillos casi en completa obscuridad. Ambos estaban preocupados pero intentaban componer su postura y sus facciones.

 

Entraron a una sala bastante amplia. El olor a moho les hizo arrugar la nariz de inmediato. Varias cabezas voltearon a los recién llegados, echándoles una breve mirada antes de seguir en lo suyo.

 

Había una repisa que cubría la mitad de la habitación repleta de libros, según ambos de ocultismo. Daba la impresión de encontrarse en la sección prohibida de hogwarts, pero más extensa y mil veces más macabra. Había magos apiñados revisando papeles, o mirando grandes mapas de lugares apuntándoles con la varita.

 

–No pensé que los vería aquí tan pronto –Escucharon haciéndolos mirar hacia el fondo. Los susurros se acallaron rápidamente. Ambos magos ocultaron el estremecimiento que les invadió.

 

Ford les dirigió una mirada serena, antes de inclinarse hacia adelante y apiñarse con los demás magos que miraban con curiosidad.

 

–Señor… –La mujer inclinó con la cabeza– Como hemos dicho antes, hemos cumplido en el tiempo que usted nos dio–

El hombre también castaño, de aspecto sucio y mirada depredadora que respondía al nombre de Lestrange se levantó de su silla, aplaudiendo con una sonrisa.

–Estoy orgulloso –murmuró apremiante. Ambos chicos se estremecieron un poco. Los dos tipos que se encontraban a ambos lados de él se acercaron a ambos magos empujándolos hacia el primero.

 

–Usen Legeremancia– Siseó receloso. La mujer se acercó a ambos alzando la varita.

–A ver que nuestra cosecha logró –Sonrió de lado.

 

La sensación no podía ser más mala. Ambos sentían como si estuvieran dándose de cabezazos hacia la pared, pero aceptaron los avances de los magos, más que nada porque no tenían otra opción. Estuvieron cerca de un minuto intentando recordar el más minúsculo de sus recuerdos de la misión, hasta que los magos lo consideraron suficiente. Se dejaron caer al piso cansados, con un horrible dolor de cabeza.

 

–Está hecho –Anunció Alecto Carrow con una sonrisa en los labios –Mejor de lo que esperabas Rodolphus–

 

–Están listos para lo que viene…–Añadió Amycus. Ambos menores levantaron la cabeza hacia él.

 

–¿Segunda parte? –Preguntó el castaño. Rodolphus le sonrió socarrón.

 

¡Agg! ¡Ayuda! –Escucharon desde la habitación contigua. Ambos chicos se estremecieron. Los demás fingieron no tomarle atención, volviendo a sus cuchicheos y planes.

 

–Ford –Habló al hombre quien se acercó de inmediato –Provéelos de túnicas y la información necesaria para la próxima fase –El hombre asintió. Lestrange frunció el ceño ignorando los alaridos que al parecer se habían aumentado golpeando el respaldo de la silla que hizo un sonoro ruido vagando por toda la gran habitación–Ya pagaran esos bastardos por darle la espalda a nuestro señor–

Notas finales:

 

¿Qué puedo decir? Es un piloto de algo que hace meses había planeado. Incluso cuando creé Sonrisa pensé… ¿Cómo llegaron a esto? Y con lo romántica empedernida que soy para mi maldición interna, lo primero que se me vino a la mente fue este fanfic.

Debo decir que en mi vida me había informado más (ya saben, nombres de mortífagos y cosas que una suele pasar por alto cuando te centras sólo en Harry y sus amigos) y de verdad espero que este tercer long fic llegue a tan buen puerto como el segundo que estoy escribiendo.

Muchos Saludos.

 

Mariohn


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