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Amigos ¿Para siempre? por Drasami

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Notas del capitulo:

Al fin, publicado!!!!!

universo, personajes y todo eso pertenecen a Akira Toriyama

 

Disfrutenlo

Goten miraba atentamente a Trunks, sus ojos mostraban señales de querer ponerse a llorar, pero el pelilila miraba hacia otra parte


-¿ya no quieres que seamos amigos? – preguntó el pelinegro, inevitablemente su voz se quebró al pronunciar la última palabra


-¡yo no dije eso! – respondió algo alterado Trunks, al fin devolviéndole la mirada al pelinegro


-¡pero ya no quieres que cuide de ti! Y eso es lo que hacen los amigos: se cuidan entre sí


Un silencio inundó la habitación del pelilila por unos instantes. Trunks miraba sus manos y el edredón de su cama como si fuera lo más interesante del mundo, esto estaba resultando más difícil de lo que imaginó


-yo… - la voz de Goten se escuchaba entrecortada – yo… ¡¡no quiero que te vuelva a pasar nada malo!! – Las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas del menor – yo me muero si alguien te hace algo… ¡¡tengo que cuidarte!!


Trunks miraba fijamente a Goten, la desesperación en la que estaba el pelinegro era más que evidente. Sin saber cómo, se acercó al pelinegro y lo abrazó, como si una fuerza extraña guiara sus movimientos


-estoy bien, y es gracias a ti – susurró el pelilila


Al oír esas palabras Goten reaccionó y abrazó con fuerza a Trunks, quien sintió su corazón estremecer, cerró los ojos y se quedó disfrutando y a la vez sufriendo por la situación, disfrutando de la cercanía de Goten y sufriendo por no saber si sus sentimientos eran correspondidos, pero no era el momento para saberlo. Estuvieron abrazados por largos cinco minutos, cinco minutos en los que ninguno dijo nada. Fue Goten quien rompió el silencio, se apartó un poco y miró a Trunks a los ojos


-lo lamento – murmuró – en verdad lo lamento, por favor… perdóname – suplicó el pelinegro


Trunks sonrió suavemente, como sólo él sabía hacerlo – ya lo hice – dijo mirando fijamente esos ojos oscuros, “¿Cómo no hacerlo? Si eres la persona que más amo en este mundo” pensó


-¿lo dices en serio? – preguntó titubeante Goten, acercando su rostro al de Trunks, para asegurarse que no mentía


-claro que sí – respondió el mayor, aguantando por enésima vez las ganas de besar esos labios. El pelinegro sonrió más tranquilo, – de hecho… - prosiguió Trunks, cerrando los ojos para concentrarse, respiró profundamente y miró a Goten - ¿te gustaría ir de vacaciones conmigo este verano?


 


-----


 


Trunks trataba de mantener ese aspecto de chico serio y maduro, pero a medida que pasaban los minutos no podía seguir ocultando esa sonrisa de emoción que se esforzaba en salir a la luz


-aunque no sonrías, se nota que estas feliz – dijo Annière mientras repasaba su maquillaje – tus ojos están brillando


-bueno, ¿y qué esperabas? – Trunks susurraba, no quería que nadie se enterara de sus planes – en quince minutos más estaré viajando hacia ese hotel en la playa… y estaré una semana con ya sabes quién


-y al fin le dirás tus sentimientos – continuó Annière en tono burlesco – y se besaran apasionadamente por el resto de la eternidad


-pues ese es el plan – dijo Trunks sin enfadarse


-¿en serio? Porque Goten cree tu objetivo es ir a conquistar chicas – le recordó Annière, quien ahora se cepillaba su largo cabello ondulado – deberías darle alguna pista, o al menos decirle que le quieres decir algo importante


-¿estás loca? ¿Acaso no viste cómo actuó estos meses, desde que lo invité a vacacionar? – Se exasperó un poco el pelilila, recordando lo agobiante que había sido Goten, preguntando todo tipo de cosas sobre el viaje – si le digo algo así no se quedará tranquilo hasta saber de qué se trata, y ya tengo planeado exactamente qué y cuando voy a decirle lo que siento…


La mente del Trunks comenzó a viajar a una escena romántica que había pensado y planeado cientos de veces: el último día de vacaciones, tendría una cena romántica con Goten en la habitación del hotel y al finalizar la cena, le diría que está profundamente enamorado de él, entonces Goten sonreirá y le dirá que siente lo mismo por él, se besarán apasionadamente e irán al cuarto a expresar su amor… se desvestirán y al fin sentirán la piel desnuda de cada uno.


El timbre de fin de año sacó a Trunks de su fantasía amorosa, sus mejillas se habían ruborizado un poco al imaginar eso y un pequeño bulto había aparecido en sus pantalones, pero no le dio importancia, se puso de pie, decidido, tomó su bolso y respiró profundo, pero la emoción que sentía hace unos momentos comenzó a transformarse en un nerviosismo que aumentaba cada vez más, respiró profundo tratando de calmarse, pero no tuvo efecto. Respiró profundo una tercera vez y su nerviosismo se transformó en pánico


-no puedo hacerlo – dijo aterrado, sentándose nuevamente en su silla


-¡claro que sí! – Dijo Annière poniéndose de pie tranquilamente – además si no lo haces, lo perderás una vez más, y – acercó su rostro al de Trunks y sus ojos verdes miraron fijamente esos ojos azules -  esta vez podría ser para siempre…


Eso asustó a Trunks de una manera diferente a cómo se sentía, su corazón se apretó en su pecho y una imagen de Goten alejándose junto a una sombra se puso en su mente. Automáticamente se puso de pie y se caminó con decisión hacia la entrada de la escuela, donde se encontraría con Goten, Annière sonrió con suficiencia mientras seguía a Trunks. Cuando llegaron a la entrada de la preparatoria, fue un poco difícil encontrar al pelinegro, tuvieron que abrirse paso entre una multitud de jóvenes ansiosos que salían de vacaciones y sus respectivos padres o choferes que los esperaban para irse de viaje


-¡Trunks! – Goten llamaba y agitaba los brazos para llamar la atención de su amigo entre tantas personas, llevaba el uniforme de gimnasia, la camiseta blanca dejaba translucir un poco su musculoso torso, algunas chicas que pasaban junto a él lo notaban y se ruborizaban, pero quien estaba más ruborizado era el pelilila, al verlo una idea aterradora comenzó a formarse en su mente…


-tranquilízate – ordenó la pelirroja, eso despejó la mente de Trunks, respiró profundo y se acercó a Goten sonriendo como de costumbre


-te ves emocionado, ¿ya estás listo? – preguntó tratando de parecer normal, intentando no quedarse embobado mirando el cuerpo de ese chico que lo volvía loco


-¡por supuesto que sí! ¡Estoy listo desde que mamá me dio permiso de ir hace un mes! Gracias por ir a hablar con ella, no me hubiera dado permiso, anoche no pude dormir, nunca antes he ido de vacaciones sin mis padres o sin Gohan, ¿crees que estoy hablando muy rápido? Como hoy entregaban las calificaciones finales, me puse muy nervioso, pues mi mamá me exigió mínimo un ocho, así que para calmarme me quedé jugando toda la noche en la computadora, me tomé unas cuantas bebidas energéticas para no dormirme mientras jugaba, porque como ya dije, anoche no dormí nada, nada de nada, ¿y tú cómo estás? – Goten dijo todo eso sin parar y muy rápidamente, dejando a Annière y Trunks un tanto atontados. La pelirroja dio un paso hacia atrás y luego miró a Trunks un poco asustada, el pelilila entendió la preocupación de Annière


-mejor vamos a entrenar antes de ir al hotel – sugirió Trunks mirando el estado de Goten, sería caótico que llegara así al hotel


-¿qué? ¿Por qué? – preguntó Goten, alarmándose un poco


-bueno, estas muy sobreexcitado – trató de explicar el pelilila, pero Goten comenzó a reírse con una risita tonta, - ¿Qué pasa? – quiso saber Trunks


-dijiste “sobreexcitado” – dijo Goten conteniendo la risa


Trunks quedó perplejo por la respuesta de Goten, suspiró resignado – está bien, vamos al hotel – accedió, “supongo que al volar se le pasará algo el efecto” pensó


-¡SÍ! – dijo Goten a viva voz, agarró su maletas y se elevó un poco, esperando a Trunks - ¡vamos, date prisa!


-buena suerte en tus vacaciones y con tu plan – dijo Annière riendo por el comportamiento del pelinegro, y dándole palmaditas en el hombro al pelilila - ¡ánimo!


-no molestes Annière – dijo Trunks algo frustrado por el comportamiento de Goten, no esperaba que sus vacaciones comenzaran así, se elevó un poco y fue con Goten en dirección a Corporación Capsula a buscar sus maletas, Goten lo esperó afuera, no quiso entrar para que no los retrasaran, el pelilila solo tardó cinco minutos, un poco molesto


-toma – dijo pasándole a Goten un pedazo de pastel – mi abuela te lo envía


-gracias – dijo el pelinegro que, como siempre, tenía mucha hambre. Pero al momento de tomar el pastel notó algo - ¿Por qué estás ruborizado? – preguntó inclinando un poco su cabeza, con una expresión inocente


Trunks se sintió descubierto – no… no es nada – respondió Trunks mirando hacia otra parte, no quería decirle a Goten lo que su madre le había dicho al salir, la burlesca voz de Bulma retumbaba en sus oídos: “Me alegro que sea Goten con quien vayas de vacaciones, así no me preocuparé de que regreses con un nieto para mi”


Goten alzó una ceja, desconfiando un poco -como digas – una sonrisa entusiasta se dibujó en su rostro – ¡vamos, hay que darse prisa!


-¡sí! ¡Vamos! – Trunks sonrió, al parecer a Goten ya se le había pasado el efecto de las bebidas energéticas


Los jóvenes saiyan se fueron volando rápidamente, iban en dirección a una de las playas y destinos turísticos más populares y hermosos que había en el planeta, aunque Goten eso no lo sabía. Era un lugar tan exclusivo que Trunks tuvo que pedirle a su madre que hiciera la reservación, pues a él no le creyeron que era hijo de la gran Bulma Brief, hasta el mismísimo gerente se disculpó cuando la peliazul apareció en el videoteléfono.


Luego de unos minutos Trunks descendió inesperadamente y Goten lo siguió sin notar muy bien donde estaban, cuando aterrizó y alzó la vista quedó asombrado por el enorme y lujoso hotel que estaba frente a ellos, tenía más de 50 pisos y estaba cubierto con mármol, la puerta de bronce parecía hecha para un gigante de cinco metros. Goten no solía dejarse asombrar por la ostentosidad de la gente rica, de hecho le molestaba un poco, pero ese edificio deslumbraba, lo tenía con la boca abierta y sus ojos negros muy abiertos mirándolo todo.


Trunks por su parte estaba acostumbrado a lugares así, pero aun así le sorprendió ver los excesos del edificio, el mármol y las molduras de oro le parecían demasiado, aunque por otro lado le parecía el lugar perfecto para una cita romántica lujosa. Sonriendo como un idiota comenzó a caminar hacia la recepción


-vamos a registrarnos – dijo sin dejar de sonreír, pero notó que Goten no lo había escuchado, aun miraba embobado el hotel - ¡Goten! – llamó alzando un poco la voz, eso sacó de su ensoñación al pelinegro, miró a Trunks y luego notó a un grupo de personas que se reían de él


-sí, ya voy – dijo y comenzó a caminar algo avergonzado de actuar como un pueblerino, pero apenas dio unos pasos, escuchó un murmullo tras de sí y siguiendo su instinto se volteó a mirar, lo que vio lo dejó más extasiado que el lujo el hotel, caminó hasta llegar a unas escaleras igual de lujosas que el hotel, pero no era eso lo que hizo que sus ojos se abrieran enormes


Trunks ya estaba en la recepción cuando notó que Goten no estaba a su lado, salió a buscarlo y al verlo distraído mirando la bahía se molestó un poco, debían registrarse pronto o perderían la reservación, se acercó rápidamente al menor


-¡Goten! – llamó con la intención de regañarlo, pero entonces notó el brillo en esos ojos negros profundos y la sonrisa amplia, el rostro del pelinegro se iluminó como cuando era un niño, Trunks al verlo así se sintió más atraído por él


-es, es… - Goten miraba la playa, el mar y la bahía en general sin poder encontrar palabras que la definieran - ¡¡¡ES INCREÍBLE!!! – Gritó de pronto, tomando de los hombros al pelilila - ¡ESTE LUGAR ES ASOMBROSO! – Abrazó a Trunks – gracias por traerme a este lugar – murmuró y soltó a Trunks sonriendo


Trunks sonrió de vuelta, sus mejillas estaban algo rojas, pero no le importaba, lo único que le interesaba en esos momentos era que a Goten le había gustado ese lugar y lo había abrazado


-¡Ven, vamos! ¡Hay que bañarse! – dijo Goten entusiasmado tironeando a Trunks en dirección a la playa


-¿qué? – la idea aterradora que estuvo a punto de tener Trunks cuando vio a Goten a la salida de la escuela comenzó a tomar forma – no, aun no, debemos registrarnos en el hotel


-¡bien! Pero hay que darse prisa – dijo Goten corriendo con su maleta hacia la recepción


-¡Goten, espera! – Trunks corrió tras él, cuando entró a la recepción, la idea aterradora se iluminó en su mente, se quedó de pie mirando a Goten – si estamos en la playa – murmuró – tendré… que ver a Goten… - sintió como el pánico comenzaba a aumentar – lo veré sin polera… en traje de baño y saliendo del agua… todo el tiempo – una lluvia de imágenes del pelinegro usando un traje de baño muy ajustado y todo empapado llenó la mente del pelilila, su rostro se puso tan rojo que se podía ver el vapor emanando de su cabeza


-mi nombre es Son Goten – decía el pelinegro al recepcionista – aunque supongo que la reservación está a nombre de Trunks – pensaba en voz alta - ¡Hey, Trunks! Vamos, tienes que dar tus datos – llamó


-… ¿eh? – aun ruborizado Trunks se acercó al mesón de recepción, inevitablemente Goten lo notó


-¡woah! Sí que estás rojo… ¿Qué pasó? ¿viste algo? – preguntó curioso


-¿Qué? ¿rojo? – Trunks fingió sorpresa - ¡claro que no! No he visto nada, no pasa nada, estas exagerando, debe ser por el calor – dijo mirando hacia otra parte


-pues no parece por efecto del sol – señaló Goten – además yo soy más blanco y de piel más delicada, y a mí no me ha pasado nada – comentó el menor y señaló su rostro


-mi nombre es Trunks Brief, tengo una reservación para dos – dijo Trunks dirigiéndose al recepcionista, sin hacer caso de Goten, aún estaba nervioso


Luego de un rato, en que Trunks firmó unos papeles y pagó la habitación del hotel por una semana, al fin se dirigieron a su habitación, en el piso 42. Apenas entraron quedaron asombrados, era un lugar enorme. Había una gran sala de estar con unos sofás que se veían muy cómodos, al centro había una mesa y un gran televisor en la pared. Goten rápidamente se acercó al gran ventanal y lo abrió


-oye, Trunks, desde este balcón se ve toda la bahía – dijo y se volteó a ver a su amigo


-aquí tiene dos copias de la llave – dijo el botones – que disfrute su estancia


-gracias –respondió el pelilila y le dio una generosa propina


-ojalá yo ganara una propina así – comentó Goten cerrando el ventanal del balcón


-ordena tus cosas – dijo Trunks tomando su maleta


-pero aquí no hay camas, ¿Dónde vamos a dormir?


-esto tiene dos habitaciones, Goten – explicó el pelilila – ven – dijo y caminó por un pasillo que Goten no había notado


-mmm… - dijo Goten caminando tras el pelilila – elijo la habitación grande


-aun no las vemos


-lo sé, pero siempre hay una habitación más grande que otra – explicó el pelinegro


-está bien, puedes quedarte con la habitación que sea más grande


En el pasillo había dos puertas, una frente a la otra, abrieron la puerta de la izquierda, era una habitación grande con una cama matrimonial en el centro, un gran ventanal permitía ver la playa


-¡quiero ésta! – dijo Goten tirándose sobre la cama – que blandita es… - comentó abrazando una de las almohadas


Trunks lo miraba atentamente “cómo desearía ser esa almohada” pensó, meneó la cabeza para ordenar sus ideas, - bien, entonces yo me quedaré con la otra habitación – dijo y abrió la otra puerta, también era una habitación grande, pero era una cama individual. Abrió su maleta y sacó unos pantalones largos y una camisa, y comenzó a cambiarse su uniforme de colegio que aún traía puesto


-¡Trunks, vamos a bañarnos! – Goten apareció en su cuarto, llevaba sandalias, un traje de baño y lentes de sol. A Trunks le bastó solo con una mirada para tener que darle la espalda pues un bulto comenzó a notarse en sus pantalones


-¿Por qué llevas pantalones largos? – Inquirió el menor rascándose su nuca, lo que marcaba aún más sus musculoso y fibroso torso, se acercó a Trunks – vamos a ir a la playa, debes usar tu traje de baño


-¿no crees que es muy tarde? – preguntó Trunks sin atreverse a mirar a Goten


-¡son las cuatro de la tarde! – reclamó el pelinegro


-yo quería ir a caminar por ahí, ver cómo es el lugar, así podemos organizar panoramas para los días siguientes – Trunks miró a Goten, concentrando toda su mente en no bajar la vista, pues moriría al ver el cuerpo de Goten tan cerca y prácticamente sin ropa


-mmm… está bien – aceptó Goten un tanto decepcionado – pero mañana iremos a la playa todo el día, ¿sí?


-claro, esa es la idea – sonrió Trunks


-iré a ponerme una camiseta – dijo Goten dirigiéndose a su habitación.


 


Minutos más tarde ambos caminaban tranquilamente por el borde costero, estaba lleno de tiendas, restaurantes y parques por todas partes, para alegría de Goten había también muchas heladerías, Trunks no pudo evitar quedarse mirando la vitrina de una librería hasta que el pelinegro lo regañó por querer estudiar en vacaciones. Caminaron y se tomaron fotografías hasta que comenzó a ponerse el sol y entonces decidieron regresar al hotel


-ven, el hotel tiene un restaurante, podemos cenar ahí – dijo Trunks


-genial – dijo Goten – tengo mucha hambre. Se sentaron en una mesa y leyeron las cartas, Goten casi se va de espaldas al ver los precios de la comida – esto es una locura – le susurró a Trunks – para comprar algo de aquí tengo que juntar seis meses de mi mesada


-no te preocupes, yo pago – dijo sin preocuparse Trunks


-sé que tienes mucho dinero, Trunks – comentó Goten – pero olvidas algo fundamental: tengo apetito de saiyan


-ya había pensado en eso – Trunks sonrió cálidamente


-oh, genial – el ánimo volvió al pelinegro mientras revisaba el menú sin fijarse en los precios


Una hora más tarde, ambos subían hasta la habitación luego de dejar impresionados a todos los meseros y demás comensales con todo lo que comieron, en especial Goten, incluso Trunks se avergonzó un poco. Al llegar a la habitación Goten se tiró en un sofá y encendió la televisión


-hey, están dando una película muy buena ¿la vemos? – Goten miró esperanzado a su amigo


-está bien – Trunks se sentó en el mismo sofá, pero un poco apartado de Goten


-¿Qué te pasa? No te voy a morder – rio Goten por el comportamiento del pelilila


Trunks rio algo nervioso, “desearía que lo hicieras” pensó. Tratando de parecer normal se acercó un poco a Goten. Habían visto solo diez minutos de la película cuando Goten comentó


-¿sabes lo que falta aquí? Bocadillos


-pero si acabas de comer


-¿y eso qué? No puedo ver una película sin bocadillos o algo de beber


-argh, eres increíble – dijo en tono algo sarcástico Trunks – según la página web del hotel cada habitación viene con un minibar – dijo rindiéndose


Goten sonrió y comenzó a buscarlo por todo el lugar, lo encontró dentro de un elegante mueble, estaba lleno de jugos y sodas


-no es justo, yo quería cerveza – reclamó el menor


-lo cambiaron porque somos menores de edad


-que aburrido


Siguieron viendo la película, y luego otra y otra, hasta que el sueño los venció y decidieron irse a la cama. Cuando en el pasillo se despidieron para ir a sus respectivos cuartos, Goten puso su mano en el cabello de Trunks


-que duermas bien – dijo y revolvió el largo cabello del pelilila, acto seguido entró a su cuarto y cerró la puerta. Trunks en cambio se quedó de pie mirando esa puerta que acababa de cerrarse, sentía el alma en un hilo, una parte de él lo incitaba a entrar tras el pelinegro y besarlo apasionadamente


-¡no! – se dijo con firmeza, entró a su cuarto y se tiró en su cama, “¿Cómo es posible?” pensaba, “¿Cómo es posible que con un simple gesto provoque este caos en mí? Debo calmarme, debo apegarme al plan y todo saldrá bien”. Al fin se calmó y se quedó profundamente dormido.


 


Al día siguiente el sol deslumbraba en lo alto, Goten se despertó con energía, dispuesto a irse a bañar a la playa a toda costa, nuevamente solo llevaba puesto su bañador, sandalias y lentes de sol, tomó su toalla y salió rumbo a la playa. Trunks tardó unos minutos más en despertar, salió de su cuarto hacia la sala de estar aún en pijama y se dio cuenta justo a tiempo que Goten había salido sólo en traje de baño


-¡Goten! – Salió corriendo, aun en pijama, tras el pelinegro – ¡Goten, espera! – lo alcanzó justo antes que Goten tomara el ascensor


-¿qué pasa? – preguntó Goten sin entender


-no puedes andar por el hotel sin camisa – explicó el mayor


-pero voy a la playa – dijo inocentemente Goten


-sí, pero… es una política del hotel – replicó Trunks – no puedes andar sin camisa


-¿Por qué? – Goten no entendía


-bueno, algunas personas se pueden ofender – trató de hacerle entender Trunks – además, mira lo que estás provocando – susurró Trunks señalando a un grupo de mujeres de veinte años que reían y miraban lujuriosamente el bien formado torso de Goten


Goten las miró de reojo y luego sonrió con suficiencia – bueno – dijo en voz baja, miró a Trunks y tomando su barbilla acercó sus labios a los del pelilila – solo hay que demostrarles que tengo otros intereses – y giró un poco su cabeza, para que pareciera que se estaban besando, pero no era así


El grupo de mujeres un poco molestas tomaron el ascensor, decepcionadas. Goten sonrió burlesco. Trunks por su parte estaba en estado de shock, realmente pensó que Goten lo iba a besar, su rostro se puso muy rojo, su corazón comenzó a latir rápidamente


-Trunks, ¡deberías ver tu cara! – se burló Goten señalando el rubor en las mejillas del pelilila – ya tranquilo – dijo dándole una palmada en la espalda – en verdad creíste que te iba a besar, ¿cierto?


-¡claro que no! – dijo Trunks reaccionando ante la risa burlesca de Goten, le dio la espalda y comenzó a caminar hacia la habitación


-oye, no te enfades – Goten lo seguía


-no estoy enfadado – dijo Trunks decepcionado, “¿Por qué demonios me tiene que hacer eso justo a mí?” pensaba, - me iré duchar – dijo al entrar al cuarto


-me pondré una camisa – dijo Goten – te esperaré para que vayamos juntos a la playa


Al oír eso Trunks se dio vuelta para mirarlo, Goten sonreía como siempre, Trunks no pudo seguir enfadado con él, sonrió de vuelta – me daré prisa – dijo


Una vez en la playa, el día transcurrió con normalidad, Goten se lanzó al mar y nadó todo lo que pudo, Trunks fue tras él, inevitablemente se pusieron a hacer competencias, quien nadaba más rápido, quien aguantaba la respiración más tiempo. Fueron regañados por los salvavidas por nadar más allá del sitio señalado, luego de eso Trunks decidió ir a tomar sol y Goten quedó bañándose en el mar, hasta que a eso de las dos de la tarde, fue prácticamente llorando donde Trunks porque tenía hambre desde la mañana


-¿eh? – Trunks se sorprendió – pero ¿Por qué no me dijiste?


-es que lo de ayer salió muy caro y no quería causar molestias – Goten se tiró en la arena – tengo hambre


-está bien, vamos a comer algo, yo también tengo hambre – Trunks sonreía, la escena le parecía muy tierna


Mientras comían las hamburguesas, Goten escuchó de un paseo del terror que se realizaba cada sábado en el bosque de la ciudad, al atardecer


-¿del terror? – preguntó Trunks


-sí, suena interesante ¿verdad? – Goten estaba muy entusiasmado – debemos ir


-aaa… está bien – dijo algo inseguro el pelilila


El resto del día fueron a conocer los sitios turísticos y famosos de ese lugar, tomaron muchas fotografías. Cuando empezó a atardecer llegaron a ese lugar del paseo, a las afueras del bosque, esperaron pero parecía que nada iba a pasar, empezó a llegar más gente, sobretodo parejas jóvenes y grupos de niños, cuando se oscureció por completo, muchos empezaron a enfadarse pues nada pasaba, hasta que de pronto se encendió una luz en el bosque, y comenzó a acercarse a la multitud, una chica delgada de aspecto lúgubre llevaba la lámpara, hizo que todos formaran un circulo alrededor de ella


-bienvenidos al paseo del terror – dijo la chica de aspecto lúgubre -  por favor, apaguen sus celulares y formen parejas – sonrió de manera tenebrosa - el objetivo de esto es llegar al otro lado del bosque… si es que sobreviven. Hay un solo camino, y solo podrán usar sus antorchas para iluminarlo


Otro joven de aspecto lúgubre comenzó a entregar las antorchas apagadas a las parejas


-muy bien – dijo la chica – los primeros que quieran probar su valentía que se acerquen, yo encenderé sus antorchas, cuando sea su turno


-¡nosotros! – un chico alto junto a una chica rubia y bonita se acercaron a la chica lúgubre, quien encendió la antorcha soplando sobre ella. La pareja se adentró en el bosque, se veían muy seguros y confiados. Luego de unos minutos ya no se podía ver el fuego de la antorcha desde la entrada al bosque. De pronto el grito aterrador de una mujer se escuchó desde lo profundo del bosque. La chica lúgubre comenzó a sonreír


-muy bien – dijo de pronto - ¿Quiénes siguen?


-Trunks, vamos – susurró Goten


-¿Qué? No, aun no


-no tienes miedo ¿o sí? – preguntó Goten


-no – dijo Trunks – mira, ya fue otra pareja


Todos esperaron y nuevamente se escuchó un grito desgarrando el aire


-el siguiente – dijo la chica lúgubre sonriendo con malicia


-¡aquí! – Respondió Goten, antes que Trunks pudiera detenerlo – vamos


-s-sí – aceptó Trunks que se acercó lentamente a donde estaba la chica lúgubre


Los jóvenes saiyan se adentraron en el bosque, Goten iba muy seguro pero Trunks caminaba despacio, mirando hacia todos lados, manteniéndose detrás del pelinegro


-¿estas asustado? – preguntó de pronto Goten deteniéndose a mirar a Trunks


-claro que no – mintió Trunks


-entonces date prisa – exigió el pelinegro. Trunks no tuvo más alternativa y caminó junto a Goten, no le gustaban las cosas de terror, era muy valiente si se tenía que enfrentar a un enemigo más poderoso que él, pero no podía evitar el miedo que sentía ante las cosas sobrenaturales. De pronto algo se mueve al costado, una luz ilumina una parte del camino, en la luz hay un bulto, parece ser un hombre arrodillado, abre la boca y caen unas gotas de sangre al piso


Los cabellos de la nuca de Trunks se erizaron al ver eso, -vámonos – pidió. Goten mantuvo la calma, comenzó a avanzar rodeando a ese extraño hombre, Trunks lo seguía de muy cerca y no le quitaba la vista a ese tipo, entonces ese sujeto levantó un poco la cabeza y miró a Trunks con sus ojos totalmente blancos, aterrando aún más al pelilila, que se acercó más a Goten. En ese momento Goten, que tenía sus sentidos en alerta, notó algo, miró a Trunks de reojo y una sonrisa se dibujó en sus labios.


De la nada, salieron cerca de veinte sujetos como el anterior, con los ojos blancos y sangrando por la boca que intentaron atrapar a Trunks, el primero de ellos, tomó al pelilila del tobillo y gruñó mostrando sus pocos y afilados dientes manchados de sangre. Ante todo eso, el pelilila no aguantó más y gritando se aferró al brazo de Goten con fuerza.


-tranquilo, Trunks, ya se fueron – dijo luego de unos minutos el pelinegro, que trataba de aguantarse la risa. Trunks abrió los ojos y con cautela miró alrededor, se sentía avergonzado por actuar así, entonces notó que aún estaba aferrado al brazo de Goten, rápidamente lo soltó


-regresemos al hotel – pidió, un poco sonrojado


-no digas tonterías – Goten sonrió y lo tomó del brazo – ya queda poco para salir del bosque – comenzó a caminar siguiendo el camino – no creí que aun te dieran miedo estas cosas – comentó


-…


-no te preocupes, no le diré a nadie lo que pasó – Goten rio un poco, luego se volteó a Trunks y acercó su rostro al de él – será nuestro secreto – susurró


Los ojos de Trunks se abrieron grandes, hipnotizados por esos ojos negros, “estaban tan cerca”, su corazón latió con fuerza, “estaban completamente solos”, Trunks tragó saliva, nervioso


-ven, démonos prisa – fue Goten esta vez quien interrumpió el momento, sujetó a Trunks con fuerza del brazo y se fueron corriendo, siguieron apareciendo fantasmas y monstruos en el camino, pero Trunks estaba más concentrado en Goten que en cualquier otra cosa. Al fin llegaron al final del bosque, se encontraron en la playa, había luces colgadas y una gran fogata en el centro


-¡felicidades! – Dijeron dos jóvenes que eran los encargados del paseo, les dieron collares de flores – ¡disfruten del banquete!


-¡genial! – dijo Goten al ver la gran mesa llena de comida deliciosa, soltó a Trunks y fue a comer de todo lo que encontró. El pelilila, ya más calmado, lo quedó mirando y luego se fue hacia unos roqueríos que había en la playa, alejado del resto. Goten lo vio alejarse, tomó algo de comida y fue tras él.


Trunks se sentó en una alta roca, mirando al mar, se sentía algo frustrado, ese día no había salido como él esperaba, tenía la esperanza de que fuera romántico o por lo menos poder ver el atardecer en compañía del pelinegro, se sentía tan tonto por pensar en ese tipo de cosas


-¡hey! Toma, debes tener hambre – dijo Goten pasándole una hamburguesa


-gracias – respondió Trunks. Goten se sentó junto a él, hubo unos minutos de silencio


-si no querías venir a este paseo debiste decírmelo – dijo de pronto el menor


-te veías emocionado


-pues sí, de hecho la pasé muy bien, en especial cuando gritaste como niña – se burló Goten


Eso hizo enfadar a Trunks – ¡yo no grité como niña! – reclamó


-¡oh! Por supuesto que no, tu grito de miedo fue muy varonil – Goten comenzó a reírse, Trunks le dio un golpe en el brazo - ¡auch! – Se quejó el pelinegro – no te enfades, fue muy divertido, al menos para mí


-sí, claro –bufó Trunks – pues para mí no…


-Trunks, ¡mira! – fue interrumpido por el pelinegro, que señalaba el horizonte, donde una luna casi redonda comenzaba a salir e iluminaba aquella noche oscura y su reflejo en el mar la hacía verse más brillante – nunca había visto la luna así


-aun no es una luna llena – comentó Trunks – creo que dentro de unos días lo será


-eso que importa – reclamó Goten – aun así se ve hermosa… ¿no sientes ganas de estar más cerca?


-¿Qué? – preguntó algo sobresaltado Trunks


-de la luna – aclaró Goten con inocencia - ¿has sentido alguna vez tu poder aumentar cuando hay luna llena? – preguntó emocionado


-sí… según tengo entendido, los saiyan que tienen cola se transforman en una especie de monos gigantes


-eso sería genial – comentó Goten en voz baja e inocentemente apoyó su cabeza en el hombro de Trunks, mirando la luna embelesado


Trunks por supuesto sintió un vuelco en su corazón al tener a Goten tan cerca, su corazón comenzó a latir rápido, sus mejillas se pusieron coloradas y comenzó a transpirar helado a causa de los nervios. Tratando de parecer normal, se quedó mirando la luna, no podría haber nada más romántico que esos dos jóvenes que miraban la luna aquella noche, y entonces el pelilila sonrió, después de todo no había sido un día tan malo.


 


A la mañana siguiente Trunks despertó temprano, un suave olor dulce llegó hasta su nariz, se volteó y abrió los ojos: Goten lo miraba desde el borde de su cama


-¡¿Qué haces?! – preguntó alterado Trunks, cubriéndose aún más con su manta


-nada – dijo sonriendo Goten – solo esperaba que te despertaras, creí que gritarías como niña – se burló Goten


-no molestes – reclamó el pelilila – y se volvió a acostar en la cama – anoche nos acostamos tarde, quiero dormir


-¡no seas aburrido! – Exigió Goten – además solo te vine a despertar para no comerme yo solo toda la comida que pedí


-¡¿pediste servicio a la habitación?! – se levantó alarmado el pelilila


Goten comenzó a reírse – claro que no –dijo – solo quería ver tu reacción


Trunks se alivió al oír eso, pero no le quedó más remedio que levantarse e ir a desayunar junto con Goten, a pesar de que tenía mucho sueño. El pelinegro nuevamente salió usando su traje de baño, pero esta vez no olvidó ponerse su camiseta. Luego del abundante desayuno y ante la insistencia de Goten, nuevamente fueron a la playa, pero Trunks no quiso bañarse, se quedó mirando, más bien deleitándose viendo a Goten todo empapado por el agua del mar. El calor del sol sobre su cabeza hizo que se empezara a adormilar un poco, se sobresaltó un poco cuando sintió que alguien se paraba junto a él, pestañeó un par de veces y luego levantó la vista. Goten lo miraba sonriente, aún estaba todo empapado, tanto que el agua aun bajaba rauda por sus músculos


-¿Goten? – preguntó el pelilila algo confundido del comportamiento del pelinegro


El menor, al oír su nombre, una sonrisa amplia se dibujó en su rostro, como las que ponía cuando niño y planeaba alguna travesura inocente. Se agachó para quedar a la altura de Trunks, quien estaba sentado en la arena. El pelinegro de pronto comenzó a mover su cabeza de un lado a otro rápidamente, haciendo que toda el agua que aún tenía en su cabello salpicara a Trunks


-Así está mejor – comentó cuando hubo terminado – la playa es para bañarse, no para venir a dormir


-que molesto eres – comentó Trunks en voz baja, se había enfadado un poco con el pelinegro por hacer eso, iba a decirle algo cuando notó que la mirada de Goten estaba fija en otra parte. Miró hacia ese lugar y notó a dos chicos bastante guapos y supo inmediatamente a cual Goten estaba mirando. Era un chico alto, muy alto, casi tanto como el señor Piccolo, su cabello era largo y morado, lo llevaba suelto hasta los hombros, sus ojos eran del mismo color de su cabello, comía aburridamente una barra de chocolate.


Trunks miró a ese chico atentamente y luego miró a Goten, que seguía con sus ojos negros fijos en ese chico alto y entonces Trunks se enfadó, presionó los puños e hizo rechinar los dientes, y su corazón comenzó a doler. Trunks no lo aguantaba, quería decirle a Goten que parara, que dejara de mirarlo así, que ese chico jamás lo iba a querer de la misma manera que él lo amaba, pero tan solo presionó aún más los dientes. Volvió a mirar a ese chico, esta vez con rabia, pero ese chico alto parecía no darse cuenta, y entonces, de la nada el chico de cabello morado se volteó y miró directamente hacia donde estaban los jóvenes saiyan, y sobretodo directamente a esos ojos negros y profundos que poseía el más joven.


Goten en lugar de desviar la vista, se puso de pie para mostrar su cuerpo bien formado, sonrió y sin dejar de mirarlo, descaradamente alzó una ceja de manera seductora. Una leve sonrisa se dibujó en el rostro del chico alto, con la mirada recorrió una vez más el cuerpo de Goten, se dio media vuelta y se alejó de la playa junto con su amigo. Solo entonces Goten recordó que Trunks estaba ahí, se volteó a comentarle lo que había pasado, pero el pelilila ya no estaba. Goten recorrió toda la playa con la miraba buscando a su amigo, pero no lo vio, no era posible que se alejara tanto, pensó Goten. Siguió buscando y entonces lo vio, caminaba rápidamente en dirección al hotel. El pelinegro corrió para alcanzarlo


-¡hey! – dijo sonriendo Goten cuando llegó junto a Trunks - ¿Por qué te fuiste? Creí que seguiríamos en la playa


Trunks no respondió, miró hacia otro lado y apuró el paso. Goten se preocupó por ese comportamiento de su mejor amigo, apuró el paso también


-oye, ¿Qué sucede? ¿Pasó algo? – preguntó Goten preocupado, sin imaginar que él fue quien causó esa reacción. Trunks siguió caminando, ignorando a Goten y eso el pelinegro no lo aguantó. Dio dos grandes zancadas y tomó al pelilila del brazo, con fuerza, obligando a mirarlo


-¿Qué pasó? – preguntó Goten con voz fuerte y autoritaria, mirando a Trunks con esos ojos negros y profundos, con la misma severidad que su madre usaba en ciertas ocasiones


Trunks quiso responderle con sinceridad, decirle que todo era su culpa, que solo se pasaba coqueteando con chicos imbéciles, que no se daba cuenta de todo el amor que el pelilila sentía por él. Pero una vez más calló todos esos sentimientos – nada – mintió a Goten mirándolo a los ojos, pero Goten sabía que era una mentira, no por nada se conocían desde siempre, lo miró unos segundos y luego inesperadamente lo soltó, Trunks se sintió algo aliviado


-estas mintiendo – dijo de pronto Goten, su voz sonaba extrañamente calmada, pero a la vez un tanto triste, sus ojos miraban serenos y apagados. Trunks no pudo seguir mirándolo, su corazón se presionaba con dolor solo por ver al pelinegro así


-creí que te irías con ese chico y me dejarías solo en la playa, quise evitarte molestias – dijo de pronto Trunks, miraba al piso avergonzado. Esa era aproximadamente el cincuenta por ciento de la verdad, y Goten no podía siquiera imaginar que había una razón que implicaba un corazón roto, así que quedó satisfecho con la respuesta. Sonrió y deslizó su brazo sobre el hombro de Trunks


-tranquilo – dijo Goten – no te dejaría solo, vinimos juntos a este lugar ¿no?, además – agregó y se rascó su mejilla derecha – tengo mucha hambre, ¿podemos ir a almorzar? – preguntó


Trunks en lugar de enfadarse por eso, sonrió, inexplicablemente se había sentido muy aliviado cuando Goten le dijo eso, - bien, vamos a comer – aceptó


Después de almorzar fueron a caminar por la orilla de la playa, ayudaron a unos niños que construían un gigantesco castillo de arena, cuando lo terminaron se sacaron varias fotografías, hasta que una ola grande llegó y los empapó a todos y deshizo el castillo. Los niños algo decepcionados comenzaron a construir uno nuevo, pero Goten y Trunks siguieron su camino. Conversaban alegremente, sintiendo el agua fría del mar en sus pies cuando de pronto


-¡¡mira, hay helados!! – gritó entusiasmado Goten, mirando un local cercano. Tomó del brazo a Trunks y fueron corriendo a comprar helados


-¡woah! ¡Mira cuantos sabores! – dijo asombrado el menor con la nariz pegada a la vitrina del local


-¡ay! Goten no tienes que tironearme para que te acompañe a un lugar – dijo Trunks moviendo su brazo, el agarre de Goten le había dolido un poco


-¡lo siento! – dijo Goten mirando fijamente a Trunks, lo cual puso algo incómodo al pelilila


-bien, ¿de qué sabor quieres tu helado? – pregunto Trunks para cambiar de tema


-mmm… quisiera de dulce de leche y menta


-yo quiero uno de vainilla – dijo Trunks pasándole su helado a Goten. Mientras Trunks esperaba su helado, el pelinegro fue a sentarse a una banca cercana y entonces lo vio: un chico alto, moreno, de cabello azul oscuro estaba cerca de allí, apoyado en una baranda, jugueteaba con una pelota de básquet y parecía estar esperando a alguien, pero eso al pelinegro no le importó, lo quedó mirando fijamente, de arriba abajo, mientras comía su helado. En ese momento el chico moreno miró fugazmente a Goten y el saiyan aprovechó la oportunidad para sonreírle. El chico moreno desvió la mirada rápidamente y pareció ignorarlo, pero luego de unos segundos, miró nuevamente a Goten y alzó una ceja, intrigado. Goten no se hizo de rogar y sin dejar de mirar a ese chico, pasó la lengua por su helado muy lentamente. El chico moreno sonrió astuto y satisfecho, parecía querer acercarse a Goten, pero en ese momento un chico bajito y delgado se acercó a él, y el chico moreno se fue con él.


Goten sonrió y se volteó para hablar con Trunks, pero el pelilila no estaba a su lado, ni en la heladería, preocupado comenzó a mirar por todos lados, pero Trunks no estaba. Comenzó a caminar en dirección al hotel, pero tampoco estaba por ahí, así que dio media vuelta y comenzó a caminar en sentido contrario, miró en todos los locales que había, incluso entró a una librería, pero Trunks no estaba en ningún lado. Iba caminando cuando chocó contra alguien, miró y se trataba del chico alto de cabello morado que había visto en la playa


-em… lo siento – dijo Goten, ahora estaba más preocupado de encontrar a Trunks que de otra cosa


-toma – un chico bajito de cabello rojo como el fuego le entregó un papel – daremos una fiesta dentro de unos días


-gracias – dijo Goten guardando el papel y siguió buscando a Trunks. Buscó casi por toda la bahía, incluso trató de sentir el ki del pelilila, pero había tantas personas que no pudo encontrarlo. Cuando el cielo se puso rojo por el atardecer, decidió que lo esperaría en la habitación del hotel. Llegó y fue directo al baño, a ducharse, tenía hambre, pero estaba mucho más preocupado por Trunks. Cuando pasó frente a las habitaciones, notó que había un papel pegado en la puerta del cuarto de Trunks


                                                               “Estoy cansado. No me despiertes.


                                                                                                              Trunks”


 


El pelinegro leyó la nota dos veces y luego abrió levemente la puerta de la habitación del pelilila, y lo vio durmiendo plácidamente, suspiró aliviado y cerró la puerta.


Cuando sintió cerrarse la puerta, Trunks abrió los ojos, se volvió a limpiar la marca que las lágrimas habían dejado en sus mejillas, sus ojos estaban rojos y algo hinchados. Volvió a acurrucarse. Se sentía tan tonto, “¿Cómo me pasó eso? Soy un imbécil” pensaba, “creí que viniendo a este lugar bastaría para que él me mirara de manera diferente”, “las cosas no son tan sencillas”, “¡¿Por qué tiene que coquetear con todos?!” Comenzó a enfadarse una vez más, desde que vio a Goten comiendo seductoramente ese helado y salió corriendo para esconderse a llorar en su cuarto, había estado viajando en el círculo de la autocompasión y la ira. Estuvo así hasta que al fin el sueño lo venció.


 


El pelinegro se levantó temprano esa mañana, aun en bóxer se dirigió a la sala de estar de la habitación, cuando llegó ahí, vio a Trunks mirando el televisor y tomando una taza de café. Lo miró unos instantes y luego sonrió


-buenos días – dijo sonriendo Goten acercándose a Trunks por detrás del sofá, se agachó hasta quedar a la altura de Trunks - ¿Cómo estás?


-… bien – respondió de manera fría y cortante Trunks, ni siquiera se volteó a mirarlo, sus ojos aún seguían algo hinchados. Un silencio incomodo llenó la habitación por unos instantes, hasta que Goten volvió a hablar


-sabes – dijo sentándose en el respaldo del sofá y luego dejándose caer hacia atrás – ayer estaba muy preocupado, no sabía dónde estabas… creí que te había tragado la tierra o algo así y que el señor Vegeta iba a golpearme y torturarme hasta la muerte por no haberte cuidado como debía – comentó el pelinegro sonriendo. Pero Trunks no le respondió, siguió mirando la televisión como si no hubiera escuchado al pelinegro. Ante eso la expresión de Goten cambió, se puso serio y se incorporó en el sofá, miró a Trunks fijamente


-muy bien, ¿Qué sucede? – preguntó


Trunks solo tomó otro sorbo de su café y siguió mirando el televisor. Goten se estaba hartando de esa situación, sin pensarlo dos veces le quitó de las manos la taza de café al pelilila e inevitablemente el pelilila lo miró, algo sorprendido


-¿Qué diablos te sucede? – La voz de Goten era firme – ayer te desapareciste toda la tarde y hoy no quieres hablarme, dime qué sucede – exigió


-n-nada… - titubeó Trunks, desviando la mirada, eso exasperó al pelinegro


-¡¡Mientes!! – Goten alzó un poco la voz, eso lo sorprendió así mismo, no quería que eso se convirtiera en una pelea, – lo siento – dijo de pronto – no quise gritar, es solo que… estuve muy preocupado por ti


Goten miraba hacia un costado, sus mejillas tenían un casi imperceptible tono rosa. Trunks lo miró y se quedó embobado, se veía tan guapo con esa leve expresión de avergonzado, una leve brisa entró por la ventana y entonces Trunks lo notó: Goten solo llevaba puestos ese ajustado bóxer, sintió sus mejillas arder y rápidamente miro hacia otro lado.


-bueno, iré a darme una ducha – dijo el pelinegro poniéndose de pie y estirándose, lo que marcó aún más su fibroso cuerpo. Trunks miraba una cuchara de té como si fuera lo más interesante del mundo, si miraba a Goten se desmayaría en el acto.


-espero que tu enfado conmigo se vaya – comentó Goten y dio media vuelta en dirección a la ducha – en especial porque no sé qué fue lo que hice


Esa frase hizo que Trunks se volteara a verlo, justo a tiempo para ver la bien formada espalda del pelinegro, sintió todo su cuerpo hervir y se recostó en el sofá, tratando de calmarse.


El sonido del agua de la ducha llegó a los oídos de Trunks, mientras él seguía recostado en el sofá, su respiración era lenta y profunda, sus mejillas seguían muy rojas. “Estuve muy preocupado por ti”, la voz de Goten diciendo eso retumbó en su cabeza, lo cual lo puso aún más nervioso. Miró el techo, “¿en verdad estaba preocupado por mí?” pensó, una luz de esperanza iluminó su pecho, “pero, siempre está coqueteando y mirando a todo chico que se pase por delante. A mí nunca me ha mirado de esa manera”, los celos lo hicieron dudar una vez más, una vocecita irritante apareció en su mente “si quieres que te mire de esa manera tan lujuriosa entonces quieres acostarte con él ¿verdad?” la sonrisa astuta y un tanto burlona de una chica pelirroja de ojos verdes se apareció en su cabeza


-¡claro que no! – respondió en voz alta el pelilila, sentándose de un golpe – bueno, claro que quisiera estar con él en… la… cama – susurró eso ultimo – pero lo que más me importa son sus sentimientos… ¿eh? – se dio cuenta que estaba hablando solo. - ¡¡AAARGGHH!! Maldita Annière, ni siquiera estando aquí tan lejos de ella puedo escapar de sus burlas


El sonido del agua corriendo se detuvo y unos minutos después Trunks escuchó la puerta del baño abrirse, eso hizo que se tranquilizara, “quizás he sido muy fastidioso con él” pensó el pelilila. Suspiró profundamente y sonrió, ahora con más ánimo. Estaba a punto de ponerse de pie para ir a hablar con el pelinegro cuando notó que la chaqueta de Goten estaba tirada junto al sofá. El día anterior Goten la había dejado por ahí, Trunks la tomó e iba a ir a entregarla cuando un papel se cayó del bolsillo


-¿uh? ¿Qué es esto? – murmuró Trunks recogiendo dicho papel. Lo leyó e inmediatamente el enfado que sentía contra Goten volvió


Goten apareció en la sala de estar sonriendo, con el cabello húmedo y vistiendo unos pantalones ajustados y una camiseta


-el agua estaba deliciosa – comentó como si nada y entonces notó la mirada de Trunks, esta vez era de una ira profunda, muy distinta a la anterior que era tan solo un simple enfado, - ¿Qué-qué pasa? – preguntó algo preocupado Goten


Trunks no pudo aguantarlo más, la ira causada por los celos era tanta que no pudo soportarlo


-vaya, veo que estás listo – dijo en un tono un tanto altanero, casi burlándose – supongo que conseguirás muchas citas, espero que tengas suficientes condones… aunque no creo que eso te detenga


Un silencio abrumador llenó la habitación, una sonrisa forzada y maliciosa se dibujaba en el rostro de Trunks. El rostro de Goten palideció, sus ojos se pusieron vidriosos, como a punto de llorar, pero se contuvo


-¿de qué demonios estás hablando? – La voz de Goten sonó algo aguda pero fuerte, ya no era ese chiquillo llorón, - ¡Trunks, responde! – exigió ante el silencio del pelilila


Trunks estalló


-¡¡CÓMO SI NO LO SUPIERAS!! – Gritó - Lo único que siempre haces es andar coqueteando por ahí con todo lo que se mueva


Goten frunció el ceño y presionó los dientes, - ¡no es cierto! – se defendió


-¡claro que sí! – Trunks estaba claramente enfadado – siempre te la pasas mirando a los chicos que te parecen guapos, para ver si tienes alguna oportunidad de acostarte con ellos


Goten abrió la boca para contestar, pero Trunks continuó


-¡¿acaso crees que estoy ciego?! Siempre estas coqueteando con todos y, y… - por la mente de Trunks aparecieron imágenes de Goten lamiendo lentamente un helado - ¡¡eres un pervertido!! – Dijo al fin – lo único que haces es, es… ¡ofrecerte!


-¿a qué viene todo esto? – Goten seguía sin entender nada – está bien, ayer quizás coqueteé con unos chicos, ¡¿y eso qué?! No entiendo por qué actúas así, no te dejé solo en ningún momento, de hecho fuiste tú quien se fue y me dejó solo a mí


-¡no te hagas la victima! – Interrumpió el pelilila y le lanzó el papel – tenías planeado irte de fiesta con tus amigos


Goten miró el papel, era la invitación a una fiesta que le había pasado el chico bajito de cabello rojo, ni siquiera lo había mirado el día anterior, pues estaba concentrado buscando a Trunks. Debajo la hora y la dirección había un pequeño arcoíris y las letras “LGTB” estaban escritas abajo. Las mejillas de Goten se pusieron un poco rosa.


-¡¿Por qué te enfadas por esto?! Acaso no he estado contigo todos estos días, has tenido toda mi atención – reclamó Goten – y para que lo sepas – agregó – ni siquiera había visto este papel


-¡¡LO ÚNICO QUE HACES ES ANDAR MARAQUEANDO!!


En el preciso instante que Trunks dijo esa palabra, se dio cuenta que se había pasado del límite. Los ojos de Goten se abrieron grandes por la sorpresa. Sus labios se abrieron levemente, listos para decir palabras que nunca salieron. Agachó la cabeza unos instantes y luego miró a Trunks, no estaba llorando, ni siquiera sus ojos estaban vidriosos, su mirada era confusa, parecía sereno, pero irradiaba una ira descomunal y un dejo de decepción casi imperceptible


-bien – fue todo lo que dijo, casi arrastrando la palabra. Tomó su chaqueta y sus llaves de la habitación y salió dando un portazo, dejando sólo a Trunks.


“Odio”


Eso era lo que había en la voz de Goten cuando dijo esa simple palabra, pensó Trunks, nunca antes Goten le había hablado así. Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas


-lo arruiné – murmuró el pelilila y se sentó en el sofá a llorar su amargura. Definitivamente nada estaba saliendo como él lo había planeado.


 


 


Trunks se quedó en la habitación del hotel todo el día, esperando que Goten regresara, pero el pelinegro no volvió. A eso de las tres de la tarde el pelilila pidió que le llevaran el almuerzo a su habitación, fue a su cuarto a comer, no quería estar en la sala de estar, pues la discusión volvía a su mente cada vez. Luego se comer se quedó dormido.


Cuando despertó ya estaba oscuro, eran más de las diez de la noche, sintió ruidos en la sala, esperanzado del regreso de Goten salió a ver. Cuando abrió la puerta de su cuarto se topó frente a frente con Goten besando a un chico, mientras otro lo abrazaba por la espalda. Goten los hizo entrar en su cuarto y luego miró a Trunks


-¿Quién es este chico? – preguntó un tercer muchacho que venía del baño


-no es nadie – murmuró Goten, pero el muchacho no lo escuchó


-¿quieres unirte a nuestra “fiesta”? – preguntó acercando su rostro al de Trunks, con la clara intención de besarlo. Trunks no sabía qué hacer, estaba paralizado desde que vio a Goten besando al otro chico, y ahí estaba, a punto de ser besado por un completo desconocido


-¡él es hetero! – gruñó Goten empujando al muchacho a su habitación, impidiendo el beso. Goten miró una vez más a Trunks y se encerró con esos tres chicos en su cuarto, cerrando la puerta con fuerza.


El sonido de la puerta al cerrarse hizo reaccionar al pelilila


-Goten – murmuró y siguió de pie mirando aquella puerta. Luego de unos minutos de la habitación del pelinegro comenzó a oírse el sonido de la cama moviéndose y gemidos cada vez más fuertes. Avergonzado Trunks miró el piso, con sus mejillas un poco rosadas, y entonces lo escuchó, un gemido con la inconfundible voz de Goten, el cuerpo del pelilila comenzó a temblar, regresó a su cuarto, cada vez más sonrojado. Cerró la puerta, pero los gemidos de la otra habitación traspasaban la pared. Fue a acostarse y se cubrió el rostro con la almohada, pero el sonido seguía llegando fuerte (cada vez más fuerte) y claro a sus oídos, y lo peor era que una incómoda erección se erguía bajo sus pantalones.


Desesperado, tomó sus audífonos y fue a la sala de estar, encendió la televisión, conectó los audífonos y puso una película de vaqueros, comenzó a subirle el volumen hasta que ya no pudo escuchar los gemidos. Se quedó ahí, acurrucado bajo una manta, con sus ojos fijos en la película, pero en realidad no la estaba viendo, su mente estaba concentrada en lo que estaba pasando en la habitación del pelinegro.


“Goten… está… haciéndolo… con tres chicos… a la… vez”, pensaba, y su rostro se enrojecía y sentía como su entrepierna exigía atención, “!no pienses en eso!”, se regañaba a sí mismo, “deberías estar lamentando esta situación y no estar…”, bajó su mirada a su entrepierna, “no estar pensando en lo sudoroso y excitado que debe estar Goten”. Sintió la temperatura de su cuerpo subir al imaginar al pelinegro en esa situación


-tra… tra... ¡tranquilízate! – dijo en voz alta, preocupado de que lo escucharan se quitó un audífono, pero lo único que escuchó fueron los gemidos de Goten y esos chicos. Sentía su rostro arder, algo avergonzado se quitó la camiseta, pero la calor que sentía no disminuía, al contrario, aún había un punto de su cuerpo que estaba muy caliente


“No me quitaré los pantalones” pensó con firmeza, volvió a quitarse los audífonos para ir hasta el mini bar por una soda, pero al abrirlo recordó que Goten había comprado y llenado el mini bar con cervezas. Sacó una a regañadientes, “no creo que me pase nada por una cerveza” pensó y en ese instante un sonoro gemido salió de la habitación del pelinegro, haciendo que los cabellos de la nuca de Trunks de erizaran. Tomó varias cervezas y rápidamente fue a ponerse los audífonos y tratar de concentrarse en la televisión.


Tomó un sorbo de la primera cerveza, “está fría” pensó, eso lo animó. Pero por muy frías que estaban la primera, segunda y tercera cerveza, eso no bajó el calor que había en su entrepierna, parecía que la necesidad de tocarse iba en aumento a cada minuto. Sin poder aguantarlo más, se quitó sus pantalones.


Sintió algo de alivio, pues el frio de la habitación le ayudó a calmarse un poco, pero a la vez, el cómodo bóxer le daba más espacio a su miembro y tenerlo ahí, frente a él, palpitante… miró de reojo hacia la habitación de Goten, tomó de un sorbo la mitad de la cerveza y se sacó un auricular. Los gemidos aún se escuchaban, Trunks prestó atención, hasta que escuchó la voz de Goten


“ponte así, sí”


Al oírlo, automáticamente miró hacia otro lado, avergonzado, y lentamente su mano fue deslizándose hacia su entrepierna. Comenzó a tocarse con timidez, por sobre el bóxer, a cada gemido de Goten que oía se tocaba con más rapidez y fuerza. Se recostó en el piso y se abrazó a una almohada, sin dejar de tocarse, aun con uno de los audífonos pegados a su oreja, pero con todos sus sentidos pendientes de aquella habitación. Siguió tocándose, esta vez era de su boca de donde salían los gemidos, cómo deseaba estar con Goten. Se aferró con fuerza a la almohada y presionó la punta de su miembro, aun por sobre el bóxer, sintió el clímax cuando su semen comenzó a salir y humedeció su ropa interior. Inmediatamente después, se quedó dormido.


 


A la mañana siguiente Goten se despertó tarde, a eso del mediodía, despertó a los chicos con quienes había pasado la noche, para que se vistieran y fue inmediatamente al baño a lavarse los dientes. Ese día en verdad tenía muchas razones para querer lavarse los dientes. Cuando salió del baño, vio que los tres muchachos estaban en la sala de estar, parecían estar mirando algo. Goten paseó su vista por el cuarto, asegurándose que nada se les quedaba y luego fue con ellos para llevarlos a la salida


-¿Qué están haciendo? – preguntó algo intrigado, pues tenían sus celulares a la mano y parecían estar sacando fotografías. Cuando llegó a la sala de estar, se dio cuenta que eso que estaban viendo en verdad merecía una fotografía:


Trunks seguía acurrucado en el piso, aferrado a la almohada, con el auricular puesto. Pero eso no era todo, estaba sin camisa, podía verse su musculoso torso; sin pantalones, podían verse sus poderosas piernas; sólo llevaba puestos sus bóxer, unos ajustados bóxer que marcaban casi en demasía su trasero.


Goten no pudo evitar sonrojarse


-¡hey! ¿Qué están haciendo? – dijo esta vez en tono enfadado - ¡no le tomen fotografías! – cubrió a Trunks con la manta y se puso frente a él impidiendo la visión de los tres chicos


-¡vamos, Goten! – Dijo el más alto – no seas aguafiestas, je, debimos invitar a ese chico a nuestra fiesta de anoche - agregó


-¡no digan tonterías! – Exigió el pelinegro – vamos, salgan de una vez – Goten llevó a los tres chicos a la puerta – ahora, borren las fotografías que tomaron o les destruiré los celulares, saben que puedo hacerlo


-está bien – aceptaron los chicos, luego de unos instantes Goten les revisó los celulares, asegurándose de que no había ninguna fotografía de Trunks


-vas a ir a la fiesta, ¿verdad? – preguntó uno de ellos


Goten recordó la fiesta por la que Trunks se había enfadado, - no lo sé – respondió con evasivas


-bueno, si vas asegúrate de llevar a ese chico contigo – sugirió el más alto señalando la sala de estar. Goten lo miró con rudeza.


Cuando los tres chicos tomaron el ascensor, Goten regresó a la habitación del hotel, cerró la puerta tras de sí y suspiró. Fue un suspiro largo, agotado, nunca antes, desde que empezó a tener relaciones, se había sentido tan vacío luego de tener sexo. Se acercó a Trunks, que seguía durmiendo, se veía tan inocente, sonrió. Lo tomó en brazos y lo llevó hasta el cuarto su cuarto, lo dejó bien arropado y pasó su mano por ese largo cabello pelilila.


Cerró el cuarto de Trunks y suspirando resignado se puso a limpiar y ordenar su propio cuarto. Sabía que el hotel contaba con servicio de limpieza, pero no le daría a nadie el trabajo de limpiar ese desastre. Luego de media hora que tardó en limpiar lo “escandaloso” no tuvo más remedio que llamar al servicio de limpieza, pues necesitaba sábanas y mantas limpias. Mientras estaba en la sala marcando el número de la recepción, Trunks apareció en el pasillo, venia solo usando su bóxer


Los ojos azules y negros se conectaron durante unos instantes en los que nadie dijo nada


-vine por mi ropa – dijo Trunks señalando su camiseta y su pantalón que estaban tirados en la sala de estar, caminó hacia ellos


-debí llevarla a tu cuarto, no la había notado – comentó Goten


Trunks tomó su ropa y se quedó ahí de pie, dándole la espalda a Goten, el pelinegro colgó el teléfono. Un silencio forzado se sentía en la habitación, como si ninguno de los dos supiera qué decir


-recuerdas cuando éramos niños – dijo de pronto Goten, Trunks lo miró – no siempre pasaba, pero había algunas veces en las que peleábamos, y peleábamos en serio, nos lastimábamos con palabras en lugar de golpes y era mucho más doloroso


-sí, si lo recuerdo – dijo Trunks


-y éramos tan tercos que ninguno quería dar su brazo a torcer – siguió Goten sonriendo un poco – y mientras más días pasaban más nos dolía estar enfadados… entonces nuestras madres nos obligaban a pararnos uno frente al otro y decir a la vez que lo sentíamos – dijo Goten parándose frente al pelilila. Trunks lo miró, hubo un breve momento de silencio y entonces


-¡lo siento! – dijeron al unísono


Goten sonrió, feliz. Trunks lo miró unos instantes, se sentía tan avergonzado por todo, decir lo siento no era suficiente, bajó la vista sin poder decir nada más


-tranquilo – escuchó de pronto un susurro muy cerca de su oído – ya no estoy enfadado contigo – la voz suave y profunda de Goten tan cerca lo hizo sonrojarse. Goten fue de nuevo a llamar a la recepción y sonrió a Trunks. Tímidamente Trunks le devolvió la sonrisa y fue lo más tranquilo que pudo a su cuarto, cerró la puerta y se abalanzó sobre su celular. Marcó el número rápidamente y esperó, “ojalá conteste” pensó


-¿aló? – una voz de chica muy relajada se escuchó


-¿eh? ¿Annière? – preguntó preocupado Trunks


-Trunks ¿Qué tal? – Respondió Annière – estoy en un spa… aún no pasa una semana – pensó en voz alta e inmediatamente su voz cambió a su tradicional voz enérgica - ¿qué hiciste ahora? – lo regañó


-nada – mintió Trunks, pero su voz lo delataba. Annière no dijo nada, pero se escuchaba su respiración enfurecida


-está bien – aceptó Trunks y le contó todo lo que había pasado


-eres un idiota – fue el primer comentario de Annière luego de escuchar a Trunks – hay tantos insultos que quisiera decirte en estos momentos… pero no lo voy a hacer – respiró profundamente – escucha, ¡ni se te ocurra acobardarte ahora! – lo regañó


-¿Qué?


-debes seguir tu estúpido plan para declarártele, ¿entendido? – la voz de Annière era amenazante


- ¿Qué? – Trunks se ruborizó - ¿estás-estás loca?


-escúchame muy bien – exigió – si no te le declaras a Goten este verano, yo misma iré y te cortaré tus bo…


Tiiiit


Trunks cortó la llamada antes de que Annière dijera esa palabra. Dejó el teléfono en silencio y fue a ducharse. Mientras sentía el agua correr por su cuerpo pensó en lo que le había dicho Annière, eran casi solo amenazas, pero tenía razón. Si no aprovechaba estos días para decirle a Goten, no merecía llamarse Trunks Brief y ser hijo del príncipe de los saiyan.


Terminó de bañarse y se miró en el espejo, con determinación, no había tiempo para pedir una cena romántica al hotel, pues ya era muy tarde. Lo dejaría para mañana en la noche. Decidido salió del baño, Goten lo estaba esperando en la puerta de su cuarto, cuando se acercó, el pelinegro le mostró el papel del desastre: la invitación a la fiesta que había ocasionado todo ese pleito


-la fiesta era hoy – dijo Goten


-ya veo – dijo Trunks un poco avergonzado – supongo que quieres ir – trató de actuar con naturalidad


-sólo si tú vas – aclaró Goten


-pero es para gays


-no, esa imagen es para decir que se aceptan en la fiesta y también para avisar a los demás que van a haber parejas homosexuales


-entiendo


-prometo que no te dejaré solo en ningún momento, ni que coquetearé con ningún muchacho, por muy guapo que sea – Goten miró con esos ojos enormes y brillantes a Trunks – por favor – suplicó


Trunks nunca podría negarse a esos ojos – está bien.


 


 


Eran cerca de las nueve de la noche cuando Goten al fin decidió que ropa ponerse para ir a la fiesta. Trunks estaba sentado en la cama del pelinegro, mirando como éste se cambiaba una y otra vez de ropa, sentía que estaba en el cielo, se mordía el labio disimuladamente y había tenido que ponerse un cojín en su entrepierna para esconder su miembro erecto que se alzaba bajo su pantalón


-no crees que estas exagerando – preguntó por enésima vez


-me gusta verme bien – respondió una vez más Goten – en especial si voy a una fiesta. Discúlpame si no soy el chico naturalmente guapo y misterioso que es Trunks Brief, que con una mirada o peor, que con un gesto de desprecio hace que todas las chicas se vuelvan locas por él


-no te burles – dijo Trunks un poco contrariado de que su amigo pensara eso sobre él


-sí, es cierto – comentó Goten mientras abrochaba sus zapatos – no es tu culpa que las chicas sean unas dementes, ahora que lo pienso no te he visto salir con chicas desde hace algún tiempo – miró intrigado a Trunks


-me he concentrado en mis estudios – dijo rápidamente Trunks


-como digas – dijo Goten sin creerle mucho.


Llegaron al lugar de la fiesta, cerca de las once de la noche, era una casa de estilo japonés tradicional. Había alrededor de cincuenta personas y seguían llegando más. La música fuerte, el alcohol y las risas contrarrestaban con el aspecto natural de la casa. Llegaron y tomaron unas bebidas


-ven, vamos a buscar al dueño de casa – dijo Goten – hay que agradecerle


A penas comenzaron a caminar, Trunks lo sintió, la mirada de un grupo de chicos estaba fija en él y se reían por lo bajo


Meneó la cabeza, “no, debía estar imaginando cosas, de todas formas, él no conocía a ninguno de esos chicos”, siguió a Goten hasta que llegaron a una mesa llena de bocadillos


-come con moderación, por favor – le pidió Trunks al pelinegro


-lo intentaré – dijo Goten mientras se llenaba la boca con camarones. Trunks comenzó a comer alitas de pollo, varias personas se acercaban a comer, Goten se ponía a hablar con ellos y luego se iban. Luego de varios minutos, mientras Goten conversaba con chicas estudiantes de medicina, que estaban fascinadas de que Goten fuera el hermano de Son Gohan, el más joven en obtener un doctorado en medicina, un joven de unos dieciocho años se acercó a comer pasteles y vio a Trunks


-¡hey! ¡Eres tú! – Dijo emocionado, sonriendo y señalando a Trunks - ¡vaya, eres mucho más sexy en persona!


-¿eh? – el rostro de Trunks se puso entre azul y rojo, no entendía lo que estaba pasando


-¿de qué hablas? – Goten interrumpió la conversación


-pues de él – dijo el muchacho sin dejar de sonreír – no creí que te conocería en esta fiesta, amigo, ¿te gustaría ir por ahí?


– Creo que estas equivocado, debes estarlo confundiendo con alguien más – dijo Goten en tono severo, poniéndose frente a Trunks. Lo tomó del brazo y lo apartó de ese lugar, - ¿Qué fue eso? – le susurró a Trunks un poco molesto


-no lo sé – dijo Trunks con sinceridad – nunca lo había visto – luego miró hacia la mesa de bocadillos y vio como ese grupo que parecía estar riéndose de él cuando llegaron se acercaron a hablarle a ese muchacho – creo que hay varios aquí que me conocen – dijo preocupado Trunks


-¿Qué? – Goten no entendía nada, miró a su alrededor y notó que varios estaban mirando a Trunks. Goten tenía más experiencia en eso de las fiestas y notó algo que Trunks no vio: las miradas se concentraban bajo la cintura del pelilila, estaban mirándole el trasero


-¡hey, Goten! – Uno de los chicos con quien Goten había estado la noche anterior se acercaba a ellos sonriente – genial, tu amigo sí quiso venir – dijo mirando a Trunks – oye Goten, deberías ir a saludar al dueño de casa


-lo sé – dijo Goten – pero no sé quién es


-su nombre es Akashi, ven te guiaré – dijo el muchacho, Goten y Trunks lo siguieron. Llegaron a una sala muy amplia, también había muchas personas, al centro, rodeado de chicas y chicos, había un chico vestido con yukata, Goten y Trunks se acercaron


-hola – dijo algo tímido Goten – gracias por invitarnos


- es un placer – dijo Akashi sonriendo amablemente mirando a Goten, luego su vista se posó en Trunks – tu eres…


-¡ay, tú también! – Se quejó Goten – parece que aquí todos lo conocen


-entiendo – murmuró Akashi – vengan por favor – los guio hasta una computadora – esto ha estado circulando en internet, más o menos desde el mediodía  - dijo Akashi y puso una imagen muy escandalosa, una imagen donde Trunks era el protagonista: salía durmiendo recostado sobre un costado, solo usando bóxer. Pero lo peor, era que alguien había escrito en una esquina de la imagen “la zorra de la semana”


-esos malditos – dijo Goten – no borraron la imagen cuando se los pedí


Trunks estaba en shock, no quitaba la vista de la fotografía, su rostro estaba pálido, sus ojos se habían puesto llorosos. Miró las palabras que acompañaban su fotografía y llevó una mano a su estómago, sentía nauseas. Entonces, lentamente, como salidas de un sueño, llegaron a su mente las palabras de Goten, lo miró casi a punto de llorar


-¿por tu culpa pasó esto? – preguntó con la voz entrecortada, señalando la pantalla del computador


Goten abrió la boca, pero no supo que responder


-¡ERES UN IMBÉCIL! – gritó Trunks y sin importarle nada, elevó su ki y se fue volando de ahí a toda velocidad


Goten se quedó pasmado unos instantes y luego tomó del cuello a ese chico que los había guiado hasta Akashi, - dime quien fue – ordenó


El muchacho no quería responder, pero la mirada de Goten era para morirse de miedo – está bien, está bien, fue Nill, pero no está aquí hoy


-si lo ves – el murmullo de Goten hizo que el cabello del muchacho se erizara – dile que es hombre muerto – luego de eso se fue volando tras el pelilila


-bueno, sigamos con la fiesta – gritó Akashi quitándose su yukata y mostrando su fibroso cuerpo, animando la fiesta nuevamente


 


Goten llegó a la habitación justo a tiempo para ver a Trunks entrando en su cuarto, rápidamente fue tras él


-Trunks, escucha – pidió


-¡¿Qué?! ¿Qué quieres que escuche? – reclamó el pelilila, llorando – ¡¡por si no te diste cuenta soy la ZORRA DE LA SEMANA!! – Gritó – y todo es por tu culpa


- intenté detenerlos, ¡en serio!, lo lamento – se disculpó Goten desde la puerta del cuarto de Trunks


-¡ya déjame! – gritó Trunks lanzando, sin fijarse en lo que hacía, todo lo que estaba en su mesita de noche, incluyendo los platos y cubiertos del almuerzo del día anterior. Miró una vez más a Goten y se sorprendió tanto que su ira se calmó un poco: Goten no se había movido, la cuchilla había pasado rozando su mejilla izquierda, haciendo un pequeño rasguño del que brotó un hilillo de sangre


-entiendo – dijo Goten con voz queda y se fue a su cuarto


Trunks se sentó en su cama, derrotado, se sentía una basura, había lastimado a Goten, era un accidente y muy leve, pero aun así se sentía horrible. Puso sus manos en su cabeza, decepcionado de sí mismo, sin saber qué hacer.


Goten entró en su cuarto y cerró la puerta, pasó su pulgar por su mejilla para limpiarse la sangre y luego se desvistió, quedando solo en camiseta y bóxer, se acostó mirando el techo, presionó los labios, sentía un nudo en la garganta, pero se rehusaba a llorar.


 


Eran cerca de las dos de la madrugada, cuando Goten que no había podido dormir nada, sintió que alguien abría la puerta de su cuarto, miró de reojo hacia la entrada y luego cerró los ojos, fingiendo estar dormido.


El pelilila entró con cuidado, caminó despacio, iba descalzo para no hacer ruido, hasta que llegó al lado del pelinegro, lo miró atentamente durante unos instantes, sin poder aguantarse pasó su mano suavemente por el cabello y la frente de Goten, luego acarició su mejilla y notó la pequeña cicatriz


-lo siento – murmuró acongojado. Miró los ojos cerrados de Goten, parecía estar profundamente dormido, Trunks tragó saliva, quizás no tendría otra oportunidad, se agachó hasta quedar a la altura de Goten y suavemente le dio un tierno beso en la mejilla, era demasiado cobarde como para besarlo en los labios. Se separó un poco, solo un poco, quedando a unos cinco centímetros de Goten, lo miró


-en verdad lo siento – susurró, cómo deseaba que las cosas no hubieran sucedido de esa manera


 


Goten abrió un ojo levemente, lo labios de Trunks estaban tan cerca, tan rosados, tragó saliva. Trunks se empezó a apartar, pero algo lo detuvo, la mano derecha de Goten lo sostenía por la nuca, miró al pelinegro y chocó con esos ojos negros profundos, que lo miraban como una bestia indomada


-ya no aguanto más… – susurró Goten de manera intensa y acercó la cabeza de Trunks hacia sí para besarlo de una manera salvaje.


Trunks abrió los ojos sorprendido y un tanto asustado, sentía la lengua de Goten dentro de su boca y torpemente le devolvió el beso, hasta que su lengua se adaptó al ritmo del pelinegro. Goten lo soltó justo a tiempo para permitirle respirar, Trunks tomó una bocanada de aire, sus mejillas estaban muy rojas y su cuerpo temblaba, su corazón parecía querer salirse de su pecho. No tuvo tiempo de pensar, cuando Goten tomándolo del brazo y en un giro lo tiró en la cama con fuerza, rápidamente se puso encima de Trunks y siguió besándolo con locura.


El pelilila no podía que pensar, lo único que atinó a hacer fue a seguir besando al pelinegro, mientras las manos de Goten comenzaban a recorrer su cuerpo tembloroso por sobre la ropa, de pronto las caderas del menor comenzaron a moverse cadenciosamente sobre la entrepierna del pelilila. Trunks sintió que iba a estallar.


Goten seguía besando a Trunks salvajemente, se apartó de él un poco para tomar aire, su respiración era caliente, pero en un segundo volvió a besarlo, esta vez en la mejilla y comenzó a bajar hasta llegar a la oreja del pelilila. La lamió lentamente en toda su extensión y Trunks sintió como si una corriente eléctrica bajara directamente desde su oreja hasta su miembro, que se endureció aún más, un leve gemido salió de sus labios. Goten sonrió ante eso, mordió el lóbulo por ultima vez y concentró su atención en el cuello de Trunks que comenzó a besar, morder y sobretodo, succionar, en ese momento, sus manos encontraron el camino por debajo de la ropa hacia el torso de Trunks. Sus manos comenzaron a subir, acariciando cada centímetro de la piel de Trunks, mientras sus labios comenzaron a bajar.


Se apartó de pronto, molesto, la ropa de Trunks le impedía seguir recorriendo ese cuerpo. De un tirón le quitó la ropa, rompiéndola, los botones de la camisa saltaron por todas partes, Trunks tembló, asustado, pero no había terminado, en un segundo Goten le arrancó los pantalones y los bóxer que llevaba debajo, dejándolo completamente desnudo, Trunks se sintió muy vulnerable, instintivamente trató de cerrar un poco sus piernas, abrió la boca para decirle algo a Goten, pero entonces el pelinegro se quitó su camiseta, quedando solo en bóxer, dejando al desnudo su torso. Los ojos del pelilila se abrieron enormes, las pocas palabras que se había animado a decir se desvanecieron y su mente volvió a ponerse en blanco, cautivado por esa imagen casi celestial.


Goten volvió a ponerse encima, comenzó a besar y lamer los pectorales del mayor. Trunks podía sentir el miembro duro de Goten incluso por debajo del bóxer, frotándose contra su propio miembro, gimió suavemente. Los labios del pelinegro se dirigieron hacia las tetillas de Trunks y comenzó a lamerlas y morderlas suavemente, Trunks sentía su cuerpo arder como nunca antes. Entonces, la mano izquierda de Goten comenzó a bajar por la cintura del pelilila y presionó con fuerza sus glúteos, Trunks abrió los ojos de golpe y se aferró a las sábanas, un gemido ahogado salió de su garganta. La mano de Goten siguió bajando y recorrió los muslos de Trunks, mientras su lengua comenzaba a jugar con la otra tetilla. Goten acarició los muslos de Trunks hasta donde alcanzó el largo de sus brazos, inició el camino de vuelta, esta vez por la zona interior del muslo. La atención de Trunks se centró en esa mano que subía lentamente, que iba en camino directo a tocar su entrepierna. Cuando estuvo a punto de tocarlo, Goten se detuvo, se levantó un poco para que su rostro quedara justo frente al de Trunks


-tranquilo – susurró, y deslizó delicadamente sus dedos por la extensión del miembro del pelilila, mientras observaba, deleitado, las reacciones de placer y nerviosismo de Trunks. Volvió a besarlo, al mismo tiempo que tomaba con firmeza el miembro del mayor, comenzó a mover su mano hacia arriba y abajo, mientras besaba delicadamente esos labios rosados del pelilila.


Trunks no sabía qué hacer, sus caderas comenzaron a moverse tímidamente ante el estímulo de Goten, sentía su miembro más tenso que nunca. Y cómo disfrutaba ese beso, era tan suave y a la vez pasional. Cuando Goten se apartó un poco, sus labios lo buscaron, decepcionados de que el beso terminara, un leve jadeo salió de su garganta y un hilillo de saliva conectaba las dos bocas que ahora estaban separadas. Trunks no tuvo tiempo de reclamar, Goten sonrió y bajó hasta las tetillas de Trunks, donde se había quedado, las succionó un poco, pero esta vez comenzó a bajar… A bajar más y más, por el estómago del pelilila, sus abdominales bien formados, alrededor de su ombligo, nada se quedó sin pasar por la boca del menor de la familia Son.


Cuando sintió una leve mordida en sus caderas, Trunks, que había estado disfrutando de toda la atención que Goten le daba, se dio cuenta de lo que el pelinegro quería hacer. Levantó la cabeza y miró a Goten, asustado. Goten ya estaba a la altura adecuada


-¡Goten! – Su voz tembló al llamarlo – es-espera…


Pero Goten lo único que hizo, fue sonreír y pasar su lengua lentamente por su labio superior, y ese gesto tan dominante hizo enloquecer a Trunks, volvió a apoyar la cabeza atrás y esperó. Un placentero escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando Goten lamió lentamente la extensión de su miembro. Apretó con fuerza las sábanas cuando el pelinegro comenzó a introducir su miembro dentro de su boca.


“Era tan húmedo y cálido”


Goten comenzó a succionar, metiendo el miembro de Trunks cada vez más adentro de su boca. Trunks gemía, nunca antes había sentido algo así, sus caderas se movían con más soltura. Se sentía tan bien. De pronto, sin poder controlarlo, sintió una tensión en su miembro y eyaculó dentro de la boca de Goten, gimiendo sonoramente.


Luego de eso, abrió los ojos y miró a Goten preocupado


-lo siento – susurró


Goten se quitó el miembro de Trunks de la boca y tragó, lo cual sorprendió al pelilila. Se quitó un poco de semen que tenía en la mejilla y lamió su dedo


-eso fue rápido – comentó con voz ronca. Trunks abrió los ojos, avergonzado.


En un segundo Goten se había vuelto a poner encima del pelilila y lo besaba apasionadamente, haciéndole sentir el sabor de su propia esencia, lo cual sorprendió un poco al pelilila. Mientras se besaban, Goten se quitaba rápidamente su bóxer, cuando lo hizo apoyó su erecto miembro sobre la entrepierna de Trunks, que al sentirlo, le bastó para volver a excitarse. Goten abrió las piernas de Trunks y lo mantuvo así con sus propias piernas, seguía besándolo, mientras sus miembros seguían friccionándose uno contra otro. Una mano de Goten bajó y comenzó a acariciar los testículos de Trunks, volvió a subir esa mano. Comenzó a mordisquear la oreja izquierda de Trunks, mientras metía sus dedos en la boca del pelilila.


Trunks los lamió sin saber porque, estaba tan excitado que no podía pensar en nada. Goten retiró sus dedos y volvió a bajarlos, pero esta vez los bajó directamente hacia el orificio de Trunks. El pelinegro se incorporó un poco, levantó una pierna del pelilila


-tranquilo – murmuró


Presionó su dedo índice contra la abertura de Trunks y lo metió lentamente. Trunks se quejó y se retorció un poco, como tratando de quitar ese intruso de su interior. Se quedó quieto y entonces Goten comenzó a acariciar su miembro con la mano que tenía libre para calmarlo, al mismo tiempo comenzó a mover lentamente su dedo índice en el interior de Trunks, hacia adentro y hacia afuera, y en círculos, Trunks gemía entre dientes, parecía estar en una sensual lucha entre el placer y el dolor.


Cuando Goten se aseguró que el pelilila estaba suficientemente abierto, metió el segundo dedo, lo metió de una vez y sin rodeos, y empujó ambos hasta el fondo de una sola vez. Trunks gimió fuerte y quiso apartarse, pero Goten no se lo permitió, siguió masajeando el miembro del pelilila, mientras con sus dedos masajeaba su interior, hasta que sintió que Trunks se relajaba lo suficiente. Quitó sus dedos, Trunks jadeó de alivio.


Goten puso su miembro en la entrada de Trunks, al sentirlo el pelilila se tensó nuevamente. Goten lo besó con intensidad para relajarlo, y comenzó a meter lentamente su miembro en el interior del mayor. Trunks comenzó a gemir cada vez más fuerte. El pelinegro presionó con fuerza


“Está tan apretado”


Metió toda la punta dentro del pelilila. Trunks apretó con todas sus fuerzas las sábanas y su gemido llenó la habitación, pero Goten no le permitió seguir gimiendo, rápidamente lo volvió a besar, masajeando su lengua contra la de Trunks, eso relajó al pelilila. Goten no pudo aguantar más y de una sola vez metió todo su grueso miembro en Trunks.


Trunks gritó tan fuerte que era seguro que lo habían escuchado en los otros pisos, sentía sus piernas temblar


-duele… - se quejó con la voz quebrada, sus ojos se habían llenado de lágrimas a causa del dolor


Goten lo besó como toda respuesta, luego de un rato comenzó a moverse, primero lento, los gemidos ahogados de Trunks llenaban la cabeza del pelinegro. No podía aguantarse más, comenzó a embestir con más fuerza, hasta que lo encontró. El punto exacto.


La espalda de Trunks se curvó y gimió con todas sus fuerzas, extasiado. Sus ojos estaban abiertos de par en par, mientras un calor inconcebible quemaba sus entrañas. Miró a Goten, para pedirle que no se detuviera, pero no fue necesario. Los ojos de Goten ardían de pasión. Siguió embistiendo a Trunks con fuerza, mientras mordía su cuello. Trunks seguía gimiendo, el dolor inicial había quedado olvidado, deseaba que Goten se lo metiera cada vez más y más fuerte. Goten parecía pensar lo mismo, pues en un instante se detuvo un poco y levantó ambas piernas de Trunks, sosteniéndolas con sus hombros.


Una especie de suspiro salió de la boca de Trunks, en esa posición se sentía tan pervertido… Goten lo embistió de nuevo, rápidamente y con fuerza, ahora podía penetrarlo mucho más y con más facilidad. Trunks no podía dejar de gemir, las embestidas de Goten eran tan intensas que apenas si podía respirar. Se aferraba a las sábanas con tanta fuerza que las había rasgado un poco. Tenía los ojos cerrados por la mezcla de dolor y placer, pero entonces Goten lo tomó del mentón y


-¡mírame! – ordenó en un susurro


Trunks abrió los ojos sorprendido, sintió su rostro enrojecer por la vergüenza de mirar a Goten encima de él, pero no desvió la vista. Miró esos ojos, que lo miraban intensamente, casi con furia en cada embestida, miró esos labios, un tanto hinchados por tantos besos, miró ese torso, cómo los músculos se marcaban, fibrosos, ese abdomen contra el que su miembro se rozaba. Sintió su cuerpo temblar, su corazón latía con tanta fuerza que lo sentía en los oídos. La respiración de Goten estaba tan cerca.


“Cómo quería tocarlo”


El crujido de la cama se confundía con los gemidos del pelilila, no iba a aguantar más, se iba a correr en cualquier momento. De pronto Goten tomó las manos de Trunks y las puso alrededor de su espalda


-estoy a punto de correrme – susurró el pelinegro en el oído de Trunks, poniéndolo nervioso


Las embestidas de Goten se volvieron aún más intensas, Trunks se aferró a la espalda de Goten, estaba a punto de llegar. Goten dio una última embestida y Trunks sintió como el miembro del pelinegro se tensaba, tocando una parte a la que no había llegado antes, Trunks curvó su espalda y clavó sus uñas en la espalda del pelinegro, gimiendo, casi gritando de placer al sentir el semen de Goten en su interior.


 


El silencio inundó la habitación, solo se escuchaba la respiración agitada de esos jóvenes adolescentes. Las manos de Trunks se desplomaron a sus costados. Con mucho cuidado Goten salió del interior de Trunks, escurriendo un poco de semen, Trunks gimió levemente.


El pelinegro agotado se acostó de espaldas en la cama, al lado derecho de Trunks, miró el techo unos minutos y luego cerró los ojos, angustiado, “¿Qué demonios he hecho?” pensó, “me acosté con Trunks, así sin más…”, abrió los ojos, “¿Qué le voy a decir ahora? ¿Cómo lo voy a mirar a la cara?”. Su corazón comenzó a latir con fuerza, y a llenarse de un terrible dolor, “me debe estar odiando”, miró hacia el costado, no se atrevía a mirar a Trunks, “no me habló cuando lo besé… de seguro ahora quiere matarme” “no tengo alternativa, debo decirle algo… debo disculparme”, tragó saliva y se volteó hacia Trunks


-Trunks, yo… - comenzó a decir, pero se detuvo, Trunks dormía profundamente, era más que evidente que estaba agotado. Goten lo miró unos instantes, y luego suspiró resignado, arropó bien a Trunks y luego se sentó en la cama


“¿Qué voy a hacer?” pensaba, “lo arruiné, en verdad lo arruiné”, se pasó una mano por el cabello. Su corazón dolía de una manera descomunal


 -me aguanté por tanto tiempo, y en solo un instante arruino una amistad de años… para siempre – murmuró acongojado. Miró una vez más a Trunks, su largo cabello lila caía desordenadamente sobre la almohada, se veía tan apacible durmiendo así. Goten sonrió, pero luego su sonrisa se desvaneció – lo mejor será que me vaya – murmuró, se puso de pie, pero sus piernas dolían, volvió a sentarse – esperaré un poco – miró a Trunks, resopló – de todas formas dormirá hasta tarde


Miró el reloj de la mesita de noche, eran las cuatro de la mañana, “dormiré unas dos horas” pensó, se acostó al lado de Trunks, pero no se pudo dormir, el miedo que sentía por lo que tendría que vivir, el odio que Trunks sentiría contra él luego de esa noche, todo eso lo agobiaba, una lágrima solitaria recorrió su mejilla hasta perderse en la almohada.


El cielo comenzó a aclararse a medida que pasaban los minutos, cuando la habitación estuvo más iluminada, Goten se puso de pie, se vistió y guardó sus cosas en su maleta. Salió de la habitación lo más silencioso que pudo. En la puerta miró una vez más a Trunks


-Adiós, Trunks – murmuró y cerró la puerta tras de sí.


Trunks se movió entre sueños, “Goten… te amo” murmuró dormido las palabras que no había podido decir en todo ese tiempo, pero no había nadie ahí para escucharlo.


 

Notas finales:

No se preocupen, lo habia terminado de escribir hace una semana, pero como no tenia internet no lo pude publicar. Así que empecé a avanzar en el siguiente capitulo. No demoraré tanto en el siguiente. No se desesperen

 

Comenten, sin amenazas por como termina el capitulo, plis


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