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Nekkar por Deilita

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Notas del fanfic:

 

 En Nekkar existen seres llamados híbridos que son mitad humanos mitad animales, los seres humanos se han acostumbrado a vivir con ellos, pues antes vivían ocultos o eran venerados como Dioses, ahora que viven en paz con los humanos sigue habiendo cierto grupo de intolerantes, los más “retrogradas”.

      Algunos se adaptan a la fácil vida humana y otros siguen en sus formas de vidas animales, muchos viven en los bosques y junglas, otros son pobres e inclusive hay de la alta sociedad, la nobleza que tienen se define gracias a lo que llamaríamos pedigrí, la pureza de la raza es lo que da el estatus a las familias, pero depende de la persona darle el valor o no para encontrar el amor en este diverso mundo.

 *

   Esta historia la escribí cuando tenía trece años. Espero que sepan perdonar las cosas extrañas y los cambios que fueron necesarios de la historia original. La había subido a esta página hace como siete años, la corregí para que todo tenga sentido y coherencia y que sea mejor. Espero que la redacción también haya mejorado y pueda entretenerlos que es el único objetivo de esta historia.

Notas del capitulo:

Hola!!! pues de vuelta con otro fic :D yeyyy!!! (solo yo me hecho porra u.u) jaja en fin espero que les guste, gracias a todos los que me siguen y a los que he tenido oportunidad de conocer en esta pagina, espero que les guste este fic, es un poco para amantes de los nekos, pero creo que es apto para todos <3

 

-Ven acá-mandó Teiwas a su amigo que estaba del otro lado del vagón.

-Ya voy-respondió comenzando a avanzar.

  Caminó hacia su amigo casi desfilando con la minifalda por todo el vagón, se plantó frente al hombre y delineó su cuerpo con ambas manos mordiéndose el labio inferior y rió alegremente, le encantaba ver la cara de interrogación de aquel corpulento amigo suyo.

-Deja eso-mandó frunciendo el entrecejo.

-Sé que me deseas-se pavoneó con él sin dejar sus movimientos.

-¿Y esa minifalda?-interrogó-¿Desde cuándo te vistes de chica?

-Sólo hoy, la encontré por allí y me pareció divertido-dijo riéndose-A que así me veo más tentador.

-Qué extravagante eres-se quejó el hombre.

  Bastas había escapado de casa hacía seis meses y estaba feliz por ello, nunca en su vida había sido tan feliz como fuera de ahí. La primera semana se había encontrado con Teiwas, un hombre corpulento, de cabellos dorados al igual que sus ojos y la mirada algo fuerte, al ver a aquel chico se le había insinuado, pero sólo consiguió llevarle a su casa, nada más, le había ayudado a conseguir un departamento y un trabajo cuidando trenes en la noche para que pagara sus propias cosas.

-Te enseñaré cuanto te deseo-dijo tomando la mano llena de pulsera de colores y tiró de él hasta el vagón de carga.

-¡Ay!-se quejó el chico trastabillando, aunque el tren no estuviese en movimiento la velocidad de su amigo y los tacones le hacían perder estabilidad.

  Teiwas le hizo entrar y encendió la luz, era tenue y amarillenta. En el lugar había una caja de madera bastante grande pegada a la pared, unas cuantas valijas y cobijas en un rincón y un botiquín obligatorio cerca de la puerta, que fue todo lo que el chico alcanzó a ver antes de caer al suelo.

-¿Qué haces?-rió nerviosamente al ver los largos colmillos.

-Satisfaré mi lujuria contigo, provocador-dijo acorralando al chico contra la caja que le llegaba a la altura de la cintura.

-No, déjame-mandó paralizándose al ver las orejas y la cola de un lobo salir de su amigo.

-¿Qué, ahora me tienes miedo? nunca tientes al cazador siendo la presa-le dijo comenzando a desabrochar la falda.

-¡No!-gritó cuando comenzó a desvestirle, pero era demasiado fuerte.

  El semi-lobo sonrió al oler el miedo, olfateó el cuello y percibió un olor extraño pero decidió que no importaba en ese momento, había querido tirarse al chico hacía mucho tiempo, le desnudó a la fuerza y le colocó bocabajo contra la caja entró escuchando los gritos suplicantes del chico, pronto las embestidas se le facilitaron gracias a la sangre que emanaba de Bastas, cerró los ojos por el placer y se permitió unos cuantos jadeos, después de todo el otro seguía luchando pero era demasiado débil contra él. Terminó dentro y salió recargándose en la espalda del chico que se había aferrado a la caja sin hacer nada más que mirar al frente.

-¿Bastas?-preguntó volviendo en sí y darse cuenta de lo que había hecho.

 El chico se subió a la caja en cuanto el otro se alejó y abrazó sus piernas aún temblando, nunca le había dado mucha importancia al sexo, pero eso no le había gustado de ninguna manera, dolía demasiado, comenzó a llorar silenciosamente, sentía unas extrañas ganas de abalanzarse contra el hombre y golpearlo hasta que muriese.

-Oye-llamó recargando en la caja el botiquín-Tengo que curar eso, lo lamento.

 Teiwas logró atrapar al chico por el brazo y tirarle de vuelta a la caja para comenzar a curarle, en el proceso el chico le arañó, pateo y mordió, pero no dijo ni una sola palabra, al fin logró terminar la curación y vestir al chico para sentarle con cuidado en la caja.

-Lo lamento mucho, no debí hacer eso por ningún motivo-se disculpó pero el chico sólo le miraba-Háblame, Bastas.

-Eres un maldito hijo de perra-sollozó-Sabías que yo no quería.

-Lo sé-aceptó bajando la mirada-Me haré responsable por todo, ya no trabajarás, si quieres… seremos pareja.

-No quiero nada contigo-dijo con coraje y luego le miró de reojo pensándolo mejor, podía estar muy enojado, claro pero sabía lo que le convenía así que suspiró-¿De verdad te harás cargo?

-Te lo prometo-dijo cargándole y vio el gesto de dolor del chico-Te llevaré a un médico.

-Teiwas-susurró de pronto aún en los brazos de aquel hombre-¿Eres un hibrido?

-Sí-dijo mostrando orgulloso su cola lobuna.

-Yo... yo también-dijo y una cola felina asomó por debajo de la falda y unas orejitas negras salieron entre el azabache cabello.

 Teiwas gruñó molesto consigo mismo, de por si en  una relación hibrido-humano era probable tener bebés, una relación con otro híbrido sin importar la raza era un 95% probable que le hubiese embarazado, notó que el chico bajaba su cola y las orejas ante aquel gruñido y se sintió peor.

-No quieres hacerte cargo-dijo el chico preocupado, sabía al igual que el otro las posibilidades.

-¡Dije que lo haría!-dijo algo enfadado y no pudo evitar apretarlo contra sí.

-AH-se quejó el chico así que el otro aflojó un poco el agarre.
-¿Por qué lo ocultaste?-preguntó curioso.

-Muchos harían... lo que acabas de hacer-dijo molesto-sólo por tener bebés.

    El turno de ambos comenzaba al anochecer y terminaba al amanecer, así que pronto terminó su turno y Teiwas llevó al chico a su casa, ningún consultorio estaría abierto a esas horas, le sentó en un sofá, ya sabía que era el olor que no había identificado en el chico, era el olor de un gato.

-Lo siento-volvió a disculparse con el chico.

-Lo hecho, hecho está-dijo cruzándose de brazos con más tristeza que enojo.

-¿Lo vas a abortar?-preguntó algo temeroso.

-¿Quieres que lo aborte, Teiwas?-preguntó viéndole retadoramente.

    El lobo le miró serio, no había planeado estar con un hombre, menos tener un bebé con uno, él quería una mujer, pero había prometido hacerse cargo de sus acciones, y sabía que lo más probable era que estuviese en estado.

-Dije que me haría cargo ¿No? además, aún no sabemos si estas embarazado.

-Es lo más probable-dijo haciendo sus orejas hacia atrás-Te... te corriste dentro-dijo con lágrimas y asco.

-Si estás en estado ya veremos-dijo y le acarició la oreja que el gatito sacudió por las cosquillas-De verdad lo lamento ¿Puedo hacer algo para que me perdones?

-Si hay bebé quiero que te hagas cargo de todo, este bebé va a crecer con padre-le dijo señalándole el pecho clavándole la uña un poco.

-¿No te preocupa que sea lobo? sabes cómo me pondré-le recordó no sin cierta aflicción.

-Lo sé, pero no me preocupa, así me dejaran en paz-dijo abrazando sus rodillas y comenzó a quedarse dormido con pequeños hipidos que sacudían su cuerpo.

    El lobo le cargó y le dejó en el cuarto que tenía para invitados, Bastas iba a tener que renunciar, en los híbridos sus instintos animales les llegaban a dominar por completo algunas veces, y más aún cuando había cachorros de por medio, estaba en un problema gordo por sus acciones, pero también había sido culpa de su parte humana, la lujuria le había dominado.

  Se fue a dormir, en la noche tendría que llevar al chico a que presentara su renuncia, tenía que llevarle al médico y por sus cosas, viviría con él, eso estaba decidido sin necesidad de preguntar, tenían que reducir gastos de ambos.

     En cuanto Bastas se levantó se alisó un poco el cabello y observó el cuarto con extrañeza hasta que recordó lo de la noche anterior, unas lágrimas brotaron a sus ojos y se miró el vientre, sabía que sería muy difícil, se recostó y se tomó la cabeza, lloró libremente todo lo que quiso hasta que le dolió la cabeza y sus ojos ardieron por la sal de las lágrimas.

   Teiwas se había levantado y al escuchar los sollozos se asomó al cuarto del chico, el corazón se le encogió al verle de esa manera, se maldijo varias veces, sabía que era su culpa, decidió no pensarlo mucho y preparar algo de comida, después de todo eran las cinco de la tarde y pronto tendrían que ir con un médico.

-¿Qué haces?-preguntó Bastas llegando a la cocina y notando la lata.

-Bueno... como eres gato no sabía que darte y...-dijo apenado mirando la lata de atún.

-Está bien, gracias-dijo tomándola riéndose por lo bajo aunque sin mucho ánimo.

    Comieron y el gato le impidió al otro lavar los platos,  los lavó y los guardó en su lugar, salió con el lobo y se fueron en el carro de éste a un médico, les recibieron de inmediato e hicieron que el chico se recostara en la camilla.

-¿Es necesario?-preguntó el lobo sin admitir cuanto le molestaba eso.

-Completamente, podría haber algún desgarre importante-asintió el médico.

    El hombre aceptó no muy contento y el médico cerró la cortina tras de sí, pasaron cerca de diez minutos cuando el chico salió completamente sonrojado y con la mirada gacha, seguramente no le había gustado en absoluto que volvieran a acercarse a esa zona en especial, menos aún revisarla con detenimiento.

-Hubo un pequeño desgarre que tal vez le esté causando molestias-dijo el doctor haciendo una receta-Les sugiero tener más cuidado en esos momentos-dijo mirando al lobo seriamente.

-Lo haré, gracias-dijo desviando la mirada.

-Sólo le mandaré este ungüento, una vez al día. Antes de dormir y listo, le sugiero no hacer esfuerzos-dijo esto último al chico que asintió.

  Habían agradecido al doctor y el hombre llevó al chico a la farmacia por aquella pomada, la compró y en cuanto se subió al auto notó la hora, tenía que estar en el trabajo en 15 minutos, por fortuna no quedaba muy lejos y su jefe le debía varias horas extras, notaba al chico demasiado serio pero prefirió no decir nada, la situación no era para menos.
  Llegaron a la oficina y después de tocar entraron ambos, su jefe les pidió que tomasen asiento y les hizo esperar un poco gracias a una llamada que tenía, por fin colgó y les sonrió a ambos.

-Mi esposa-rió entornando los ojos-¿Qué desean?

-Vengo a dar las gracias-dijo el chico tímidamente-ya no podré trabajar aquí.

-¿Te lastimaste o algo?-interrogó el señor con preocupación.

-No-dijo avergonzado de pedir una renuncia tan rápido.

-Lo más probable es que vayamos a ser padres-dijo el lobo sin darle mucha vuelta al asunto.

-Oh, ya veo-dijo claramente sorprendido y carraspeó-Bueno, supongo que querrás un turno diurno, Teiwas.

-Sí, prefiero cuidar de él en la noche-respondió el hombre.

-De acuerdo, buscaré a algún suplente, ¿Algo más, chicos?-preguntó.

-Sí, ¿Podría tomarme las horas libres?-preguntó Teiwas.

-De acuerdo-aceptó no muy feliz-Tienes como para un mes de las horas acumuladas.

-Gracias, señor-dijo el lobo levantándose y estrechó la mano de su jefe.

    Subieron al carro y el hombre condujo de regreso a casa, miró de reojo al chico que estaba cruzado de brazos mirando por la ventanilla, apenas y había hablado desde que se levantaron, pero tal vez era porque estaba demasiado molesto o triste por lo que le había hecho, suspiró y miró al chico.

-¿Por qué no hablas?-preguntó sin delicadeza alguna apretando el volante, los rayos de sol reflejaban en sus rubios bellos que poblaban ambos brazos.

-Porque no tengo ganas-musitó sin mirarle aún.

-Estás molesto, ¿Hice algo mal?-preguntó preocupado.

-Me forzaste-dijo obviando con un nudo en la garganta.

-Sabes a que me refiero, ya te pedí disculpas por lo otro y me estoy haciendo cargo-gruñó el lobo.

-No es agradable que me estén tocando y regañando-contestó bajando las negras y suaves orejas.

-Supongo-suspiró-¿Quieres hacer algo?

-Dormir-contestó de mala gana.

    Teiwas se armó de paciencia con el chico, después de todo era su culpa que estuviese así, aceptó las ordenes del chico y le llevó al departamento para recostarle en la cama y dejarle dormir en paz, se dirigió a su propia habitación y tomó su celular notando extrañado la llamada de un número desconocido, nadie tenía ese número excepto algunas personas, no terminaba de adaptarse a la ciudad después de todo.

    En el momento en que iba a dejarlo en la cómoda comenzó a sonar, tomó el celular y después de pensarlo unos segundos decidió contestar, no sabía que podía ser.

-Diga-respondió.

-Hola Teiwas soy Kano-dijo alguien del otro lado de la línea, el lobo se tensó un poco.

-¿Qué sucede?-preguntó, si le hablaban es porque era algo necesario, después de todo dudaba que le quisieran de vuelta.

-Escucha, nos mandaron unos días a la ciudad y...

-¿Pretendes quedarte en mi casa?-preguntó hastiado.

-Son órdenes de Gebo-dijo cansadamente-Llegaré en dos semanas.

-¿Tan lento eres?-se burló el lobo.

-Partiré ese día-dijo molesto por la actitud.

-Nos vemos, Kano-dijo y cortó la llamada, no tenía la menor gana de recibirle ni de saber nada de todas esas personas, además quedaba la intriga de cómo habían conseguido su número.

  Al día siguiente ambos se levantaron un poco temprano, tenían que ir al departamento del chico para recoger las cosas y avisarle al dueño que el lugar se iba a desocupar. Llegaron y el lobo torció los ojos al entrar, todo estaba perfectamente ordenado, todo muy limpio con el defecto de que había pelo de gato por todos lados ¿Cómo no lo había notado antes? Era tan obvio, tomó una maleta y se la dio al chico que guardó sus pertenencias, eran pocas, sólo unas pocas prendas y sus cosas de baño, el resto era rentado al igual que el lugar. Teiwas cargó la pesada maleta y subió al chico a su auto, vivir con él sería bastante difícil, estaba acostumbrado a su privacidad, pero había prometido hacerse responsable y eso es lo que haría, no le quedaban muchas opciones después de haberle dado su palabra al chico, y encima no podía permitir que le pasara algo a su cachorro, sangre de su sangre.

   Por su lado mil cosas pasaban por la mente de Bastas, no sólo estaba aceptando vivir con la persona que había roto si intimidad, que había arrebatado de él la libertad de decidir su primera vez, su instinto indicaba que se avecinaba algo mucho mayor, y de nuevo comenzó un llanto que no pararía esa semana, ni siquiera ese mes, era un llanto constante, sentido y algo desesperado…

 

Notas finales:

Insistiré con lo de la estrella! jajaja me ha dado por las constelaciones, enserio, si tienen dudas diganmelas, se las aclararé con gusto :) en el segundo capi describiré mejor a todos lo prometo T-T y bueno... esta historia la escribí aprox hace tres años, encontré la libreta lo edité y me gustó, espero que les guste a ustedes! subiré el próximo Lunes o Martes bye bye ^^


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