El cielo brillaba con una tonalidad muy intensa, el sol calentaba mientras una brisa fresca apaciguaba un poco la calidez del astro rey. En Asgard, todo parecía perfecto. Sus habitantes caminaban tranquilamente, haciendo sus habituales tareas de día a día.
En el palacio de Odín, un joven de quince años, de cabellos negros y cuerpo tan esbelto, vestido enteramente de verde, estaba sentado, solo, en la biblioteca del palacio. Aquel lugar al que casi nadie iba, salvo el joven que ahí se encontraba tan sumido en su lectura que nada a su alrededor parecía existir.
La gran puerta de aquel santuario de libros se abrió. Un pie grande y torpe, dio un paso dentro dl lugar, para dar pasó a un joven rubio de cuerpo trabajado por el ejercicio y una gran sonrisa en su rostro. Los ojos azules del recién llegado se posaron en el delgado cuerpo que se encontraba a unos pasos dándole la espalda por completo. Se acercó sigilosamente para sorprenderlo pero la suave y tranquila voz del menor lo alertaron.
- No es necesario que intentes nada. Ya te escuche, Thor.
-
Loki… creí que lograría sorprenderte esta vez.
Dijo en derrota el mayor. El ojiverde sonrió levemente.
-
Thor, querido hermano, nunca podrás sorprenderme, mis sentidos son más agudos que los tuyos, además puedo detectar tu presencia a más de veinte metros de distancia, solo tu lograrías hacer un ruido estruendoso al caminar.
Thor se reclinó en la cabecera del sofá que ocupaba su pequeño hermano, tratando de leer lo que había frente a él. Loki frunció el ceño por aquella intromisión.
-
Thor, hermano. Me agrada tu compañía, pero me gustaría que no invadas mi espacio personal. ¿Te importaría? trato de leer.
-
Oh, sí, lo siento hermano.
-
Gracias, Thor.
Regresó su vista al libro. Pero el gusto le duró poco, pues no le agradaba la presencia de Thor tan cerca de él y menos que lo viera tan constantemente. Apartó su vista del libro y miró a su hermano que no le quitaba la vista de encima.
-
¿Qué es lo que miras tanto, Thor?
-
Es solo… que… bueno, esperaba que pudieras acompañarnos a un viaje.
-
¿Acompañarlos?
Enarcó una ceja elegantemente.
-
Si, tu sabes, Sif, Volstagg, Hogun y Fandral.
Loki miró a su hermano mayor.
-
Lo siento hermano, pero no tengo ningún interés en ir a una de tus alocadas aventuras suicidas a quien sabe dónde. A diferencia de ti, a mi no me gusta arriesgar el pellejo. Ve tu solo con tus amigos, no me necesitan.
-
Pero…
-
He dicho que no. Además, un mago “inútil” como dice Sif, ¿De qué podría ayudar? no soy guerrero, soy hechicero.
Regresó su vista a la lectura. Thor lo seguía viendo.
-
Eso lo sé… pero en verdad te necesito.
-
No.
-
Por favor, Loki, no me hagas rogarte, sabes que yo jamás le ruego a nadie.
-
No me importa.
-
Loki…
El rostro de Thor cambió por una mirada maliciosa.
-
Y te prometo que por todo un mes no te molestaré en absoluto.
Loki apartó su mirada del libro y miró a su hermano.
-
Que sea por medio año y trato hecho.
-
Tres meses.
-
Cinco.
-
Cuatro.
-
Que sean por cuatro y medio y trato hecho.
-
Bien, cuatro y medio.
-
Perfecto.
-
¡Bien! salgamos ahora mismo.
-
*Ahora*
-
Si, vamos, no hay tiempo que perder.
Tomando la mano del menor, Thor tiró de Loki provocando que éste tirara el libro que tenía en las manos.
Minutos más tarde. Los tres guerreros y Sif ya los estaban esperando. Thor había llegado trayendo consigo a Loki.
-
¡Hey! chicos, lo conseguí. ¿Ven? soy muy persuasivo cuando quiero.
Loki rodó sus ojos con fastidio. Sif parecía molesta.
-
Bien, pero ya no perdamos tiempo y andando.
Así, el grupo de seis emprendieron el viaje. Loki tenía curiosidad.
-
A ¿Dónde hay que ir?
-
Es un secreto, querido hermano.
A Loki no le agradaba nada la idea de que fuera un secreto. Generalmente cuando eso sucedía es por que irían a un lugar prohibido o peligroso, o ambos. Cuando menos se lo esperaba, Loki alcanzó a ver a una figura de negro. Era una chica de cabellos largos como la noche. Sus ojos eran de un color oscuro grisáceo. Miró a los seis.
-
¿Todos ustedes irán?
Thor se apresuró a contestar.
-
Sin, mis amigos, mi hermano y yo.
-
Bien. Pasen.
La chica creó un agujero negro en el aire, Loki no parecía muy convencido de entrar pero la mano de su hermano sujetó la suya y entraron todos al agujero dimensional.
En un instante habían llegado a un oscuro y frondoso bosque. Su aspecto era tenebroso, las ramas parecían enormes brazos dispuestos a lanzarse para sujetar a una desventurada víctima. Había algo en ese lugar que no le agradaba a Loki. Las hojas eran de un color azul agrisado y la corteza de los troncos eran negros como el carbón. Parecía que el bosque se había incendiado y los árboles hubieran tomado ese color permanentemente.
Caminaron a través del bosque “del miedo”. La chica los guiaba por un estrecho camino que aún así, no quitaba ni un poco de aquel ambiente tenebroso. Loki sentía que su piel se erizaba, un escalofrío le recorría el cuerpo. Eso no era una buena señal. Generalmente eso le sucedía cuando debía tener extrema precaución. Thor por el otro lado, parecía emocionado, tal parecía que en su pobre mente el tenebroso lugar era como un hermoso bosque verde y lleno de vida, con pajarillos y mariposas revoloteando a su alrededor.
Trató de reírse de aquel pensamiento, pero no pudo. Aquel lugar lo intranquilizaba. Cuándo alzó la vista, vio un enorme castillo de colores oscuros que se alzaba sobre aquel horrible bosque perturbador. El silencio era tal que las respiraciones de todos se podía oír, incluso los leves latidos de los corazones de cada uno. Loki podía escuchar claramente como el suyo palpitaba frenéticamente.
Cuando al fin salieron del bosque, habían llegado a aquel inmenso castillo. La chica se giró.
-
Bien, aquí esta. Tengan mucho cuidado. No es un lugar agradable y menos de noche.
-
¿Noche?
Loki no comprendía. ¿Significa que iban a pasar la noche en ese lugar? miró a su hermano y la mirada del rubio le dio a entender que su aseveración estaba correcto.
-
No puede ser, Thor ¿Qué es lo que piensas? Padre se enfadará si descubre que…
-
Padre no se enterará.
-
¿Cómo estas tan seguro?
-
Porque le dije que pasaría la noche con mis amigos.
-
Pero aún así no deberíamos estar aquí.
-
Relájate hermano.
-
¿Cómo me pides que me relaje? esto puede ser muy arriesgado.
Pero como siempre, Thor no escuchaba a su hermano. Loki se sintió frustrado. ¿Para que quería que lo acompañara en algo tan peligroso y ni siquiera lo escuchaba? sería lo mismo que si no hubiera venido. Entraron a aquel castillo que parecía muy viejo y abandonado. La puerta de madera rechinó y el ruido era tan horrible que los oídos de Loki que eran muy sensibles, comenzaron a reaccionar con una leve molestia.
Entraron uno por uno y comenzaron a inspeccionar con la vista todo el lugar. Había
unas escaleras de piedra que subían en caracol hasta la cima. Subieron por éstas y cuando habían subido ya un buen tramo, Thor se detuvo y caminó hasta Loki.
-
Hermano, esta es la razón por la cual quería que vinieras. Cuando el sol se oculte, algo va a pasar. Para que no nos afecte del todo, necesitamos que uses un hechizo para cubrirnos.
-
Pero…
-
Vamos… el sol está por ponerse.
-
Está bien.
Suspiró resignado. Pensó en un hechizo que fuera útil y entonces, una esfera verde apareció envolviendo a todos. Cuando el sol se ocultó, el castillo comenzó a moverse y a crujir. Las escaleras comenzaron a tambalearse y la esfera los mantuvo flotando, ya que la escalera se había desmoronado al igual que todo el castillo. Cuando el humo del polvo se disipó, lo que vieron no lo podían creer. Todo el castillo se veía diferente.
Las escaleras de piedra habían cambiado de lugar y el resto del castillo se asemejaba a un palacio subterráneo. Hecho de piedra y antorchas que alumbraban el lugar. Loki sabía que eso no era algo bueno. Los lugares encantados se suponen que están encantados por obvias razones.
Thor miró maravillado todo a su alrededor. El lugar parecía haberse extendido, porque lo recordaba más estrecho.
-
Bien, busquemos donde descansar hasta el amanecer.
Loki no podía creer la simpleza en aquellas palabras. Debía estar totalmente loco.
-
Thor, hermano, no me parece buena idea hacer eso, lo mejor será salir e irnos.
-
Lo siento hermano, pero una vez que se entra, ya no se puede salir hasta el amanecer. Además, el bosque es grande, de noche salen criaturas peligrosas y devoradoras de carne, incluso nos podríamos perder. Nuestra guía regresará hasta el amanecer.
-
¿De dónde sacaste a esa mujer?
-
Es amiga de Sif, le comenté de nuestra idea y se ofreció a guiarnos para que no nos perdiéramos.
-
Pero tu escuchaste también que era peligroso ¿No? No es seguro.
-
Ya estamos adentro, no podemos salir hasta que el sol salga.
Loki tenía ganas de golpear a su hermano. Nunca pensaba en lo peligroso que podía resultar todo, solo pensaba en la diversión que tendría sin importar si salían heridos o peor, muertos. Thor tan solo sonrió a su hermano. Loki se cruzó de brazos y se dejó caer el suelo para sentarse. Thor miró hacia arriba y después sonrío.
- Vamos arriba.
Loki miró a su hermano con una expresión de horror en la cara. ¿No hablaba en serio? Los inseparables amigos del rubio lo acompañaron como fieles ciervos. Odiaba eso. Thor se detuvo para mirarlo.
- ¿No vendrás, hermano?
Sif habló con una sonrisa.
- Seguro que prefiere quedarse aquí solo, como siempre.
Loki la miró con resentimiento. Se levantó, sacudiéndose un poco el polvo y acompañó a los demás. Mientras subían las escaleras, Loki sintió de nuevo aquel escalofrío. Se frotó los brazos. Thor al ver esa reacción se acercó a Loki y lo envolvió con uno de sus brazos, sorprendiendo al menor.
- ¿Qué haces?
- Hermano, sabes que si tienes frío puedo cubrirte.
Loki se sintió molesto. Se soltó de Thor.
- No tengo frío y tampoco necesito de sus abrazos.
Se adelantó al grupo hasta que llegaron al siguiente piso. Había tres puertas alrededor, separadas por una gran distancia. Sif abrió la primera puerta y comprobó que se trataba de una amplia habitación. Ella sonrió.
- Bien, yo dormiré aquí.
Entró y cerró la puerta. Thor miró a sus compañeros y sonrió. Caminó hasta la otra puerta y la abrió, dejando ver otra habitación igual de amplia.
- Bien amigos, creo que aquí descansaremos.
Los tres guerreros entraron y cuando Thor estaba por hacerlo vio como su hermano iba a la otra puerta, abriéndola y entrando para después cerrarla. Thor se quedó unos minutos ahí de pie, en la puerta, observando. Se encaminó hasta la otra habitación, abriendo la puerta y entrando.
- Loki ¿Pasa algo?
El menor le daba la espalda, estaba de pie, cruzado de brazos.
- Claro que si, Thor.
Se dio la vuelta, parecía muy molesto.
- Pasa que no estoy de acuerdo con esto, estoy aquí por que tú me convenciste y aún no puedo creer que siempre lo consigas.
- Loki, solo relájate.
- No, no puedo relajarme solo por que tu tienes deseos de diversión aunque eso sea arriesgado.
Thor tomó de los hombros a Loki, éste miró a su hermano a los ojos. Se relajó, estaba molesto, pero se sentía terrible de no poder expresarlo libremente. Todo tenía que ser como su hermano decía. Siempre era a su modo, nunca lo escuchaba, nunca lo tomaba en serio, solo era un simple cero a la izquierda. Thor lo condujo fuera.
- Vamos, hermano. No es bueno que estés solo. Acompáñanos.
Así, Loki entró en la habitación con los demás. Pasados varios minutos que se volvieron eternos, Loki despertó de su ligero sueño. Miró por la puerta, regresando su vista a los demás. Se levantó de su lugar y se acercó a la puerta, escuchando ruidos extraños. La entre abrió y salió cuidadosamente, sintiendo aún ese escalofrío que ya lo tenía muy nervioso. Miró a todas partes sorprendido. Las luces de las antorchas que alumbraban los corredores tenían una llama tan débil que apenas alumbraba nada. la flama tenía un color azulado en vez de rojo. Se acercó al barandal para ver hacia abajo, notando que las luces habían desaparecido. Estaba todo en total negrura. Miró hacia arriba y su sangre se congeló cuando las débiles luces de la parte de arriba desaparecieron. Sintió de nuevo ese escalofrío. Se alejó del barandal, pues tenía la impresión de que había algo ahí. Trató de acercarse de nuevo a la habitación cuando las pequeñas flamas al fin se apagaron, dejando a un muy asustado Loki a medio camino, corriendo hasta arrinconarse en la pared. Con su mano tanteó la entrada y al tener la manija al alcance entró sin pensárselo dos veces, pero se dio cuenta de que estaba en la habitación vacía en vez de la que compartía con los demás muchachos.
Trató de salir pero justo en eso, escuchó unos pasos pesados que se acercaban a donde se encontraba. Se arrinconó en la pared, observando totalmente tieso como la puerta se habría lentamente. Pudo distinguir una extraña sombra proyectada por una débil luz que parecía proceder de algún rincón de afuera. Su mano cubría su boca, tratando de contener la respiración. Sentía su corazón bombear la sangre a una gran velocidad. La puerta se cerró y escuchó atentamente como los pasos se alejaban después de varios segundos de inquietante silencio. Se relajó, soltando lentamente el aire contenido.
Entre abrió la puerta, notando como las llamas de las antorchas habían vuelto a alumbrar aunque muy débilmente. Salió de la habitación y se dirigió a la de los chicos, abriéndola para cerciorarse si se encontraban bien. Lo primero en notar fue a Thor y sus ronquidos. Sonrió aliviado. Pero su alivio se esfumó al sentir de nuevo aquel escalofrío. Se dio la vuelta para ver si había algo detrás de el, pero no había nada. sintió el deseo de ir a la otra habitación para cerciorarse del estado de Sif, pero algo le hizo acercarse al barandal y ver de arriba a bajo, notando que las luces de ambas direcciones seguían extintas.
Sintió una presencia detrás de el y se dio la vuelta, notando una gran sombra que lo observaba. Un grito quedó atrapado en su garganta. Trató de correr pero solo podía retroceder del extraño ser que se acercaba a el con cada paso que daba. Finalmente se encontró el final de su camino, topándose con la puerta. Aquella criatura levantó su mano`. Loki creyó que se dirigía a el, pero abrió la puerta y ya que Loki estaba recargado sobre esta cayó al suelo. Se arrastró para quedar fuera del alcance de aquella criatura que se acercó hasta el y cuando menos lo pensó, el rostro del ser estaba a centímetros del suyo. Pudo distinguir una horrible sonrisa blanca y unos ojos de un color que no pudo distinguir.
Quiso gritar, pero su voz estaba atorada. Sus ojos se ampliaron y llenaron de lágrimas, de miedo y de impotencia.
****
Cuando el sol estaba por salir, Thor despertó, observando por una abertura que la luz del sol estaba asomándose. Se levantó y llamó a los demás.
- Hey, ya debemos salir.
Al notar que Loki no estaba se preocupó. Salió de la habitación y tocó la puerta de la que ocupaba Sif. La chica abrió con algo de pereza.
- ¿Qué sucede?
- ¿Loki pasó la noche aquí?
Thor parecía preocupado.
- ¿Estas bromeando?
Era la forma de Sif de decir que ni loca iba a dejar que un hombre pasara la noche con ella en una misma habitación. Thor parecía que estaba por estallar cuando notó a Loki salir de la otra habitación. Se calmó un poco. El pelinegro parecía muy desganado.
- Aquí estoy, hermano.
Loki caminó por las escaleras, con la miraba al piso. Thor se acercó a el.
- Loki…
El ojiverde se detuvo y medio volteó.
- Recuerda que tienes que usar tu magia para salir de aquí.
El pelinegro bajó su cabeza un poco decepcionado.
- Claro, ¿Cómo pudo habérseme olvidado?
Thor y los demás se acercaron a el y Loki uso el mismo hechizo mientras el castillo comenzaba a temblar para cambiar su apariencia.
La puerta se abrió, dejando salir a un alegre Thor. El cielo estaba de un hermoso color dorado. Loki observó el cielo y su mirada estaba sumergida en una profunda reflexión. ¿Cómo podía haber un amanecer tan hermoso y a sus ojos se viera como el amanecer más horrible del mundo? La misma chica de negro apareció.
- ¿Cómo pasaron la noche en el castillo?
Thor respondió con decepción.
- Aburrido, esperaba algo más emocionante.
- Aquí siempre suceden cosas, pero uno tiene que aprender a abrir los ojos a lo que sucede.
Su miraba se centró en Loki. El pelinegro se sintió desnudo. ¿podía ser acaso que esa mujer supiera lo que le había pasado? No. No era posible. Thor colocó su brazo en los hombros de su hermano menor.
- Loki ¿No crees que hubiera sido interesante que algo hubiera pasado anoche?
Sin mirarlo y con la expresión más seria que nunca, le dijo con una voz muy fría.
- No creo que dijeras lo mismo si realmente “hubiera pasado algo”. y trató de alejarse de un confundido Thor que miró a sus amigos que estaban igual de confundidos que el.
- Andando, el camino es largo.
Dijo la extraña pelinegra.
- Loki, ¿Te pasa algo?
- Thor, prometiste no molestarme si te acompañaba, por favor, cumple tu promesa y ya no me molestes más.
Entre susurros Loki dijo con más amargura.
- No vuelvas a molestarme por todo lo que resta de mi vida.
Cuando llegaron a la salida, para regresar a casa, Thor se despidió de la chica,
- Gracias Re-Dah.
- Es Rih-Dah.
- Si, lo siento, Rih-Dah.
Loki reaccionó curioso al nombre de la chica.
- Ese, es un nombre elfico ¿no es así?
- Si, así es. Soy un elfo oscuro.
- ¿Elfo oscuro? Eso quiere decir que…
- Así es, este es el dominio de los elfos oscuros. Si quieren que los ayude o guíe avísenme y con gusto los atenderé de inmediato.
Loki parecía no reaccionar. Miró de nuevo en dirección del castillo. Aquel tenebroso lugar de donde por entre sus paredes surgía una siniestra risa burlona por lo que había pasado ahí esa noche.