Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El novio de mi hijo por Novata

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno os explico, este fic va a ser corto, es decir máximo 4 capítulos pero eso no significa que no tengáis que dejar reviews. Al contrario, dejadme comments para saber que os ha aparecido esta historia.

¡A disfrutar!

 

Es difícil, muy difícil seguir fingiendo como si no pasara nada... El saber que nunca habrá esperanza para los dos... para mí... Y esta situación es cada vez más insoportable.  Pero tengo que seguir luciendo mi máscara de indiferencia aunque se me rompa el corazón cada vez que lo veo sonreír en sus brazos o recibir sus palabras de cariño, sin miedo ni decoro.

 

Al principio, cuando me lo presentó, no le acordé más de dos miradas, pero eran suficientes para percatarme de su extraño pelo rojo e incluso de su bullicioso carácter. Siempre había pensado que aquel tipo de persona me sacaría de quicio y que lo mejor era guardar la distancia. Pero debido a sus continuas y forzosas visitas, debido al sonido escandaloso de su voz, por su forma peculiar de autoproclamarse "genio", por su sonrisa cautivadora, y debido a su delicioso aroma, su presencia empezó a cobrar fuerza y dejó de ser invisible desde que empecé inconscientemente a buscarle con la mirada, deseoso de verlo entrar por la puerta de casa.

 

Aquel chico era tan alto como yo y tan joven como él... mi hijo. "Papá, te presento a mi amigo, Hanamichi Sakuragi. Es el nuevo de clase, el chico de quien te hable", me dijo con su sonrisa de siempre y con una mano posada sobre el hombro del muchacho. Asentí con la cabeza sin saber muy bien de que hablaba y me enfrasqué en mis cosas sin sospechar... como era de esperar...

 

¿Cómo iba a saber que aquellos dos compartían más que una simple amistad?, siendo mi hijo, la cotorra más insoportable que haya conocido, guardaba bastante secretismo  para este tipo de cosas. No fue hasta poco, cuando me enteré de su orientación sexual, cuando le sorprendí besando apasionadamente a aquel mono pelirrojo en el baño de mi casa. Afortunadamente, pude esconderme antes de me que sorprendieran, pero quien estaba realmente sorprendido era yo. No sabía que mi hijo le gustaban los hombres...  Al principio me pregunté qué era lo que había hecho mal para que saliera así pero rápidamente dejé de tener una mentalidad retrograda al comprender que lo querría igual, gay o heterosexual, y sobre todo al percibir que a mí también me despertaba curiosidad el cuerpo masculino, sobre todo el de su novio...  


"¡Mierda Kaede! ¡Deja de pensar en el puto niñato ése y compórtate como el adulto que eres!";  intento hipnotizarme pero sin éxito, lo único que consigo es cortarme el dedo con el cuchillo de pan. Empieza a sangrar furiosamente y abro rápidamente el grifo. Pongo el dedo bajo el chorro y observo como el agua fría va diluyendo la sangre sin piedad. El olor a carne quemada me invade de repente las fosas nasales y sin darme tiempo a curar la herida, me precipito sobre el horno para sacar el asado que estuve preparando durante toda la mañana."Eso me pasa por pasarme el día fantaseando sobre el novio de mi hijo...". Suelto una pequeña risa de... ¿diversión?... mientras deposito la bandeja del asado encima de la encimera para continuar cortando el pan.

 

"Sendoh... Me ha salido bastante bien teniendo en cuenta mi personalidad... y menos mal que no ha salido a su madre, con lo psicópata que es...".

 

Mi hijo era todo lo que yo no era; sociable, extrovertido y querido por gran cantidad de personas, incluido yo aunque no se lo haya demostrado como era debido. Y el pelirrojo era una de esas personas, no hay más que verle sonriendo bobamente a cada palabra que decía mi Sendoh.

 

Venía muy a menudo a casa y, delante de mí, y sin ningún tipo de pudor, cuchicheaban excitados siempre que podían y se manoseaban felizmente intentando esconder lo obvio. Sin embargo no era tanto su relación secreta que me sacaba de quicio y que me corroía por dentro sino los celosos que empecé a padecer poco después de conocerle, celos de mi propio hijo y que me recordaban cada día lo mal padre que era. Por eso intentaba corregirme y no prestar atención al maldito y tonto pelirrojo. Me daba igual si me comportaba como un mal criado al no devolverle el saludo, solo quería arrancarlo de mi cabeza lo antes posible. "Señor Rukawa, ¿se encuentra bien?" me preguntó un día al notar que le ignoraba descaradamente. Levanté los ojos del periódico que tenía en las manos y observé sus enormes ojos marrones, que lucían una expresión de desconcierto absoluto.

 

Creo que me temblaron los labios, y tuve que apelar a toda mi fuerza de voluntad para no tirarme encima de un menor y violarle allí mismo, en el salón de mi casa. Le encaré impasible, sin dejar traspasar mis pensamientos libidinosos y pedófilos;  bajé la mirada sin contestarle pensando que se alejaría, sin acordarme más importancia... seguro que mi hijo le había contado que era una persona retraída y no muy amante de las largas conversaciones... y supuse que entendería mi falta de participación como algo natural.

 

"Kitsune apestoso, ¡¿quién demonios se cree que es, ignorando a este tensai?!". Lo dijo por lo bajo pero lo suficientemente alto y con la entonación airada para que lo pudiera oír claramente. Escapó antes de que pudiera recriminarle su falta de respeto pero tampoco hubiera encontrado las palabras adecuadas para hacerlo, porque más que enfadarme  me divirtió el mote o... ¿acaso es un insulto?... que me había atribuido.

 

"Papá, deja de molestar a Hanamichi. Ha estado inaguantable durante toda la tarde por tu culpa."  Me miró molesto con sus ojos violetas y cogió un trozo de limón para chuparlo como un dulce caramelo. "¿Qué le has hecho? No me lo quiere decir..."

 

"Nada hijo... son imaginaciones tuyas...". No dijo nada, solo se contentó a observarme mientras mordía a gusto el trozo de limón.

 

Y así, recibiendo por una parte miradas desaprobadoras de mi hijo y otras de molestia del pelirrojo, pasó el tiempo como una terrible agonía durante la cual me prometí que enterraría aquellos sentimientos para el bien de mi hijo... y para el mío.

 

Sin embargo, últimamente aquellos sentimientos cobraron más fuerza y mi corazón empezó a palpitar nervioso e impaciente. Creo que he visto una señal de interés por parte del do'aho... Mmmm lo empecé a llamar inconscientemente "tonto" porque lo era... era estúpido y tan denso como bello, tan idiota como extravagante, tan bobo por haber conseguido derretir mi apatía y por haberme devuelto las ansias de vivir y de ... amar... lo malo es que no era correspondido, y aunque lo fuera... no puedo traicionar a mi hijo.

 

Porque últimamente he visto algo en su mirada, en sus reacciones y en sus gestos... algo nuevo que se sucedía cada vez que me veía. Y porque ahora me he dado cuenta que no todas sus miradas se centraban solo en mi hijo. De vez en cuando le sorprendo dirigiéndome miradas cargadas de pasión contenida... sí, pasión, lo he dicho bien... Tengo mis años y reconozco rápidamente las miradas de interés que me envía la gente... A Hanamichi Sakuragi le intereso pero todavía no parecía asimilar lo que sentía o esto he creído hasta hora...

 

Oigo unos pasos distintivos y que reconocería en cualquier parte del mundo. Dejo de cortar el pan y aguanto la respiración. "Hm, qué patético soy... ponerme nervioso de esta manera por un chiquillo de 16 años..."

 

-Rukawa-san...

 

Escuchó tu voz masculina y rebosante de fuerza resonar por toda la cocina. Y lo único en  que pienso es en aprisionarte en mis brazos y ahogarte con mi boca. Mis manos tiemblan, aparto el cuchillo y me apoyo ligeramente contra la encimera. No sé cuánto tiempo he tardado en girarme hasta encararte pero me ha parecido una eternidad, durante la cual he intentado serenar mi respiración, controlar los sudores fríos que me recorrían la espalda y comportarme como el adulto que era.

 

-No era mi intención asustarte Rukawa-san...

 

"No me he asustado",  pienso sin soltar palabra, "me he sobresaltado de excitación porque al fin estamos solos y... me he encogido de pavor porque estamos solos...". Sonrío ante mis estúpidos pensamientos. Nunca me había sentido así, ni con la madre de mi hijo...

 

-Sendoh no tardara en llegar...

 

Nada más acabar la frase, quise abofetearme. "Pero qué estúpido, ¿acaso no tengo nada mejor que decir?". Dejo rápidamente de autoflagelarme, cuando percibo tu estado de ánimo.

 

¿Es decepción que noto en tu rostro? ¿Pero por qué? porque mi hijo no está aquí o por-

 

-Lo sé Rukawa-san, no he venido para ver a Sendoh pero para... verte a ti...

 

Se rasca la mata de pelo rojo de manera incómoda y sin saber dónde posar los ojos y yo le observo embobado sin saber que pensar...

 

TBC

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).