Un día común y corriente en la casa de los Yagami-Lawliet…
Se puede ver a Elle haciendo el desayuno.
- Me pregunto si Light ya se habrá despertado…- Piensa en voz alta el pelinegro.
- Hmm...- Light, mientras, abre sus ojos castaños con somnolencia.- ¿Elle?- Estira su mano, notando que el nombrado no se encuentra a su lado.- ¡¿Elle?!
- Bueno, es comprensible que siga dormido… Con todo lo que hicimos anoche...- Seguía en sus cavilaciones Elle, sonrojándose un poco al recordar, terminando el desayuno.
Light se incorpora de golpe, sintiéndose demasiado solo y empezando a notar el frio que la ausencia del pelinegro dejó.
- ¡Vaya, que noche!- Suspira, sonriendo maliciosamente y todavía buscando a su novio con la mirada.- ¿Dónde estás, mi amor?
- Pero… Tengo que admitirlo... Él sí que sabe como hacerlo…- Sirve los platos.- Sólo espero que no esté muy cansado para ir a trabajar... Ya se le hace tarde.- Mira de reojo el reloj.- ¡Light, levántate, el desayuno ya está listo!
- ¡Mierda!- Observa la hora en el reloj digital y frunce el ceño molesto.- No me da tiempo para otra ronda… Aunque…- Sonríe con malicia, dirigiéndose a paso lento hacia la cocina.- ¡Ya voy, amor!
- ¡Apúrate!, ya sabes que odio cuando llegas tarde. No quiero que...- Al volteárse, el pobre se sorprende y sonroja monumentalmente, viendo parado desnudo frente a la puerta de la cocina a su escultural novio.- ¡L-Li-Light!- Exclama con voz entrecortada.- ¿Có-cómo…?
- ¿Sí, mi amor?- Susurra sensual, acercándosele a paso lento y acechante, sus ojos fijos con lascivia en su cuerpo.
- T-Tú... Ahm...- Quita rápidamente la mirada, tratando de concentrarse en cualquier cosa que no fuera el seductor chico en cueros que tenía delante.- ¡P-Ponte algo de ropa, maldita sea!- Poco a poco comienza a retroceder.- No seas… Exhibicionista…
- ¿Por qué no?- Sonríe con inocencia, acercándose más y más a él, aún con aquel brillo en sus ojos.- ¿Acaso no te gusta lo que ves?- Lo sujeta de la cintura, acabando por acorralarle contra el refigerador.- ¿Es eso, Elle?
- No… No quise decir eso...- Reclama entrecortadamente, intentando evadir esa hechizante mirada que, aunque no lo admitiera a la primera, tanto le encantaba, luchando con todas sus fuerzas para no volver a caer en su juego de seducción.- Anda, Light, ve a desayunar, que llegarás tarde...
- No te preocupes por eso…- Ríe el de ojos miel, alzando en brazos al pelinegro y recostándolo repentinamente sobre la encimera.- Esto no nos tomará demasiado.- Comienza a besarle con intensidad y pasión, iniciando en su cuerpo un descenso con su mano desde su torso hacia su entrepierna, sujetándole con la otra los brazos detrás de la cabeza.- Ya verás que nos divertiremos…
- P-Pero… L-Light…- Trataba de protestar entre jadeos el otro.- N-No… D-Detente…
Pero, por más que discutiera, resultaba totalmente en vano; Light no pensaba hacerle caso.
- Sabes que no lo haré.- Susurra entretenido, besando y lamiendo su pecho, con su mano ya en un cadencioso vaivén en su miembro.- Sólo disfruta…- Jadea contra su oído.- El trabajo puede esperar.”
- P-pero… ¡Ahh!- Deja escapar un breve gemido que, al castaño escucharlo, sonríe satisfecho.- Ahh... Eres un... Desgraciado... Ahh....- Suelta pequeños suspiros, realmente harto de la situación; ya estaba cansado, ¡esta vez no quería dejarse someter así de fácil!, Light siempre haciendo lo que él deseara y cuando él lo deseara, ¡ya estaba hasta las narices de eso!, por lo que tenía un plan entre manos.- ¿Sabes…?
- Sí… Tal vez lo sea…- Sonríe una vez más con lasciva malicia, ignorando su llamado y bajando hacia su entrepierna, engullendo su miembro de una sola vez, deleitándose con el sorprendido grito de placer que arranca al joven de ojos color noche.
- ¡Hmmm…! ¡D-Demonios, Light!- De a poco caía en sus redes, volviéndose no más que un dócil saco de huesos a su merced; Pero no, debía jugarse su última carta.- Está b-bien… Pero…- Tomó aire, tratando de normalizar su voz.- Hazme un favor antes…
- Claro… Dime…- Responde Light, aún con la boca ocupada y los dedos jugueteando en su pecho.
- Por hoy… ¡Sólo por hoy al menos! Déjame…- Aprieta sus labios, reprimiendo los gemidos que esa experta lengua le causaban.- ¡Déjame ser el seme!
- ¡¿QUÉ?!- Se detiene de golpe, procesando con dificultad la reciente petición.- No… No…- Sube hacia sus labios, mordiendo suavemente el inferior de su pareja y mirándolo entre pasmado y risueño.- Elle, mi vida… Tú no puedes estarme pidiendo eso…
- ¡Oye!- No sabe si el reclamo es por dejar de sentir la embriagante calidez allí abajo, o por la obvia insinuación del castaño acerca de que no está lo suficientemente capacitado para tomar el control.- ¡Pero, Light, tú nunca me dejas estar arriba!- Frunce los labios en un puchero, mirándolo con ojos asesinos.- ¡Eres un egoísta!
- ¡No es mi culpa!- Se defiende éste.- Es que eres demasiado adorable…- Sonríe de medio lado, retomando sus acciones y empezando a descender por su cuerpo una vez más.- No puedes culparme a mí, cuando tú luces todo el tiempo deliciosamente encantador y violable.
- Pero… ¿Sabes algo?- Habla en tono sujerente, bajando su mano hasta el miembro ya despierto del castaño.- Puedo ser bastante violador cuando me lo propongo…- Y, sin previo aviso, aprieta con suavidad la punta, sacándole a su novio un fuerte gemido de sorpresa.- Pero hoy… ¡No tendrás ni lo uno ni lo otro!
- ¡Elle, no hagas eso!- Le reprocha, atrapando con sus labios los del azabache, no dispuesto a dejarle escapar sin dar pelea; sujetándole ambas manos y poniéndoselas detrás de la cabeza, en afán de inmovilizarle.
- Bien… No me dejas opción.- Cierra los ojos, mentalizándose. Entonces, logrando que Light quede completamente embobado, le mira con la cara de perrito regañado más tierna de su arsenal, usando el tono de voz más inocente e irresistible.- Amor… Te lo pido por favor… Hoy no…
- Maldición…- Suelta, notando el obvio enternecimiento que origina en su ser aquella preciosa expresión; sintiéndose horriblemente manipulado.- Odio cuando haces eso…- Enlaza sus miradas, frunciendo levemente el ceño.- ¡Sabes que no puedo resistirme!
- Entonces… Por favor…- Lo mira fijamente, aún con aquella expresión en el rostro, acercándose a su oído y susurrando con voz muy dulce.- Sólo por hoy… ¿Sí?
- Ah…- Suspira resignado, entrecerrando los ojos, frunciendo los labios.- Está bien… Como quieras…- Lo suelta, alejándose de él con rapidez.- Veo que ya no me amas como antes…- Se encoge de hombros, luciendo cabizbajo.- Da igual… Me voy…
- Light.- Lo llama suavemente.
-“¿Sí?”-Responde en voz dolida.
- Te amo aún más que antes… Sólo por hacer esto…- Dibuja en sus labios una hermosa sonrisa, acercándosele y dándole un pequeño beso en la mejilla.- Ahora ve a desayunar, ¿sí?- Acaricia con su mano el lugar recién besado.- Estás justo en la hora.
- ¿Q-Qué?- Lo observa boquiabierto, sin creerse todavía el evidente rechazo.- P-Pero…- Vuelve a acorralarle contra el refrigerador, mirándole fija e intensamente.- ¡Elle, no puedes dejarme así!
- ¿Por qué?- Pregunta, fingiendo inocencia.
- ¡Mierda!- Se enfurece, apartándose de él y entrecerrando los ojos.- ¡Eres un maldito, Elle!-Le mira rencoroso, tiñendo de matices rojos sus ojos miel.- Vale, has lo que quieras… Me largo.-
Y así, enfurruñado, abandona la habitación, cerrando con fuerza la puerta tras de si.
Elle ríe levemente, entre sorprendido y divertido por esa infantil actitud.
- ¡Light!- Le vuelve a llamar.
- ¡Te ignoro!- Se oyó, irritada, la voz del castaño, aparentemente desde la habitación.
- ¡Vamos, Light! No te enojes…
- Luego no te quejes si no llego a dormir.- Aparece de pronto por la puerta, utilizando un tono de voz totalmente sarcástico en cada palabra, ya con su formal ropa de trabajo puesta, haciéndole lucir en exceso atractivo.
El pelinegro sólo puede parpadear sorprendido. Realmente había olvidado lo atractivo que lucía su novio en ese tipo de traje.
- Pensándolo Bien… Sólo serían un par de minutos, ¿no?- Dijo risueño, mientras sus mejillas se teñían levemente de carmín.
El oji-miel se le acerca, dirigiéndole su sonrisa más seductora y utilizando su tono de voz más sensual.
- Exacto…
Elle se le acerca más, dándole un lento y suave beso en los labios.
- ¿A-Aún quieres…?- Menciona, cada vez más ruborizado.
Light, sonriendo, se separa, rozándole los labios con la yema de sus dedos.
- Claro que sí, amor…- Baja sus manos hacia su miembro otra vez, a penas acariciándolo.- Pero…- Hace un mohín, volviendo a sonreír con inocencia.- Ya es tarde, ¿verdad?- Le suelta sin más, dirigiéndose de nuevo hacia la salida.- Debo irme, no lo olvides.
El pelinegro se queda como piedra, viendo como su castaño sale lentamente del lugar.
- Te… Quiero…- Es lo único que alcanza a balbucear, dándose cuenta que, otra vez, Light había acabado saliéndose con una de las suyas.
- ¡Y yo a tí!- Responde el susodicho desde la puerta principal, cerrándola enseguida sin miramiento alguno y dirigiéndose como si nada hacia su costoso automóvil color gris.
Por breves momentos, la casa se queda en completo silencio.
- ¡Es un maldito idiota!- Grita a la nada, sintiéndose frustrado.- Supongo que ahora sólo seremos tú y yo, ¿no?- Resopla, mirando resignado su mano.- Algún día, Yagami… ¡Algún día me vengaré por esto!- Exclama furioso, dirigiéndose a paso lento hacia el baño.
Entonces, un ruido en la sala lo sobresalta.
- ¡Es un maldito idiota?
Al parecer, había olvidado que la televisión estaba prendida.
- ¡Sí!- Responde el azabache, aún sin mirar la pantalla.
- ¡Sólo piensa en si mismo?
- ¡Claro que sí!- Responde, ya mirando directamente la pantalla, con una mueca de alegría y sorpresa a la vez.
- ¿Jamás te da la oportunidad de deMostrar que puedes convertirte en quien mande?-
- ¡SÍ!- Grita eufórico, poniéndose delante de la televisión.
- ¡¡¿Ya estás harto de la misma situación?!- En la pantalla la imagen de dos chicas era perfectamente visible.
Asiente muchas veces con la cabeza, aguándosele los ojos.
- Pues ya es hora de hacerte oír, ¿no crees?- Ambas tenían expresiones serias y decididas en el rostro, al tiempo que un número y una Dirección de e-mail aparecían también en la pantalla.
- Ah, creo que lloraré… ¡Tienen razón!- Se enjuga los ojos con el dorso de la mano.- ¡Al fin un comercial que entiende como me siento!
- ¡No! ¡Lágrimas fuera! ¡Debes ser fuerte e imponer lo que realmente quieres que se haga!-
- ¿Ah?- Queda perplejo.
- ¡Comunícate con nosotras y da fin a tus problemas de una vez!-
- ¡El comercial que me entiende tiene razón!- Elle hablaba como loco, tomando lápiz y papel y anotando los datos indicados.
Mientras tanto, fuera de la casa…
Una chica de cabello castaño oscuro reía sin parar, viendo la escena por la ventana.
- Neeh, sister… Es una suerte que el satélite nos indicara el lugar exacto donde se transmitiría nuestro primer comercial, ¿no crees?
- ¡Sí!- Sonríe a su vez su compañera, una joven de cabello castaño un tanto más claro.- ¡Al fin el idiota de Ruperto hace algo bien!- Observa como el chico, dentro de la casa, parece al borde de un ataque de histeria.- Aquí sí que nos necesitan.
- ¡Ahahahaha, es verdad! Menos mal que a mí y mis ataques de locura se nos ocurrió instalar unas cámaras en la casa de estos dos... ¡Ya tendremos con que hacer nuestro primer capítulo!- Dijo sonriente su compañera.
- Sí, hermana, eres una genio.- Afirmó la mayor de ambas.- Disfrutaré demasiado torturando… Ehm, digo… Ayudando a estos pobres chicos.
Rieron maníacamente, planeando su próximo trauma… Es decir, programa, brillando la malicia en sus ojos.
Y dentro de la casa…
- ¡Muahahahahahah, sabía que algún día llegaría este momento!- Se carcajeaba como nunca Elle, llenando el formulario, sin siquiera preveer lo que realmente les esperaba a él y a su atractivo novio de cabellos castaños.
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Light, sentado con la barbilla apoyada en una de sus manos, intenta no dormirse en la reunión de personal que se le acaba de ocurrir hacer a su insoportable jefe.
- Maldición…- Piensa.- Tal vez sí debí llegar tarde…