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A pesar de todo por Solin

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Notas del fanfic:

 

Esta es una historia que hace muchos años me encanto y que pensé estaría fantástica adaptada con los personajes de Naruto. Espero les guste tanto como a mí.

 

Notas del capitulo:

 

Los personajes de Naruto no me pertenecen son de Kishimoto sama, solo los secuestro un rato ^o^ 

 

 

Sus labios se dirigían a los míos. ¿Se encontrarían al fin? Nunca antes había ocurrido a pesar de que lo deseaba profundamente. Inclinó la cabeza ligeramente y mi corazón se aceleró. Oh, sí... esta vez sí. Pero cuando me  preparaba para el deseado encuentro, él empezó a alejarse. Su imagen se disolvió por completo cuando el odioso sonido del teléfono me obligó a salir de mi hermoso sueño.

 

Tome el teléfono inalámbrico aún algo perdido en el mundo de los sueños, un mundo en el que mi amado Sasuke Uchiha no estaba comprometido con la fa­mosa modelo Sakura Haruno.

 

-¿Sí? – conteste con voz somnolienta

- Naruto, ha ocurrido algo terrible.- La voz de Itachi Uchiha me hizo abrir los ojos de golpe.

-¿Algo terrible? –pregunte, sentándome de un salto y encendiendo la luz casi a la vez.

- Demonios. ¿Cómo te lo digo? -dudó mientras me esperaba la terrible noticia que ya presentía-. Es Sasuke. Está en coma.

-¿Dónde está? -pregunte, saltando de la cama con mis azules ojos encendidos por el terror.

 

Ni siquiera pregunte qué había pasado, ya me entera­ría de eso más adelante. Necesitaba saber dónde estaba Sasuke y llegar allí cuanto antes, así que empecé a quitarme el pijama.

-Está en un hospital en Nueva York.

 

¿En Nueva York? Ni siquiera sabía que Sasuke es­tuviera en Estados Unidos, pero la verdad era que había evitado tener contacto con él desde que había anunciado su compromiso con Sakura dos meses an­tes.

Con un pie aún enredado en el pantalón del pijama, conseguí llegar hasta la mesa y encontrar lápiz y papel.

-¿En qué hospital?. Estaré allí en cuanto pueda.

 

Colgué el teléfono antes de que Itachi pudiera decir una palabra más, pero lo entendería. Él había pensado en llamarme inmediatamente sin importar la hora, mientras que sus padres  hubieran esperado por educa­ción hasta la mañana siguiente. Itachi sabía que siempre había estado enamorado de su hermano. Habían sido muchos años de sentimientos ocultos no correspondidos y el reciente compromiso de Sasuke con esa mu­jer no había logrado acabar con mi amor.

 

Recorrí el apartamento a toda velocidad, juntando las pocas cosas que necesitaba para el viaje a Nueva York. Pensé en tomar un avión. En coche se tardaba dos horas y media, pero tardaría aún más si tenía que ir hasta el aeropuerto, reservar un vuelo y después volar hasta Nueva York. Además yo no podía hacer lo que los Uchiha... no podía soñar con las atenciones de primera clase, ni subirse al próxi­mo avión a no ser que hubiera sitios libres en clase tu­rista.

 

No me detuve ni para peinarme mi rubio y alborotado cabello. Me vestí con unos vaqueros gastados, un jersey ligero y deportivas. Poco después de dos horas estaba entrando en el hospital y preguntando por Sasuke.

 

La enfermera que estaba detrás del mostrador de infor­mación me miró y preguntó:

-¿Es familiar suyo?

-Sí -mentí sin pensarlo dos veces.

Los Uchiha siempre habían dicho que yo era como de la familia, la única familia que me quedaba, y el hecho de no tener vínculos de sangre era irrele­vante en aquel momento.

-Llamaré a alguien para que lo acompañe.

Cinco minutos después, que a mí me parecieron cin­co horas, un joven vestido con una bata verde llegó para acompañarme hasta la UCI.

 

-Me alegro de que esté aquí. Llamamos a su familia a Japón hace tres horas -entonces, justo antes de que Itachi me llamara-, y aún tardarán varias ho­ras en llegar. En casos como éste, tener a los seres que­ridos cerca en las primeras horas puede ser importante.

 Bueno, tal vez  no fuese uno de sus seres queri­dos, pero yo sí lo quería y eso tenía que servir de algo.

 

-¿Qué quiere decir con «en casos como este»?

-Usted ya sabe que el señor Uchiha está en coma, ¿no?

-Sí.

-El estado de coma es aún un misterio incluso con los avances médicos actuales, pero creemos que la pre­sencia de las personas importantes en la vida del pa­ciente puede ayudar a sacarlo de este estado. Me dijo esto con un tono ácido que no pude comprender.

Nos detuvieron en la entrada de la UCI para que las enfermeras me dieran instrucciones antes de que entrara a la habitación. Allí me entere también de que el joven que tan bien conocía el estado de Sasuke era un interno, ayudante del médico de guardia de la UCI.

 

Al entrar en la UCI, ignore toda la parafernalia mé­dica alrededor de Sasuke y sólo me fije en el hombre de más de un metro ochenta que estaba en la cama. Tan inerte como una figura de mármol. Sus preciosos ojos negros estaban cerrados y tenía lesiones en la cara y una mancha rojiza en un hombro. No parecía llevar nada bajo la sábana y la manta que le cubrían hasta el pecho. Su respiración era tan débil, que por un aterrador momento  pensé que no respiraba en absoluto.

 

Avance hasta su cama y alargue  mi mano para poder tocarlo. Necesitaba desesperadamente sentir la fuerza de la vida latir bajo su piel. Al ver que no tenía ninguna venda, coloque suavemente la mano sobre la parte izquierda de su pecho y casi me fallaron las rodillas por la emoción. El latido constante del corazón  bajo mis de­dos era la prueba de que, por muy pálido que estuviera, seguía vivo.

 

-Te quiero, Sasuke. No puedes morir, por favor. Lu­cha, sigue luchando.

 

No me di cuenta de que estaba llorando hasta que el interno me pasó un pañuelo de papel para que me secara las lágrimas que me corrían por las mejillas. Lo tome y  las seque sin quitarle los ojos de encima al hom­bre que estaba en la cama.

 

-¿Qué ocurrió? -pregunte.

-¿No se lo han dicho?- me dijo extrañado

-Colgué el teléfono antes de que su hermano tuvie­ra tiempo de decírmelo. Llegar aquí cuanto antes me pareció más importante que entretenerme con detalles –admití.

-Le dispararon cuando intentaba salvar a una mujer de un atraco.

-¿Le dispararon? -las únicas vendas que podía ver eran las que tenía en la cabeza.

-La bala sólo le rozó el cráneo -dijo el interno se­ñalando las gasas-, pero cayó al suelo en medio de la carretera y un coche lo atropello.

-¿Y las heridas?

-Se las hizo un coche.

-¿Hay algún daño permanente?

-Los médicos no lo creen, pero no podremos estar seguros hasta que no se despierte.

Algo en su voz hizo que me se pusiera en aler­ta:

-Dígamelo.

-Alguno de los traumatismos puede provocar una parálisis temporal o permanente, pero no podremos sa­bremos hasta que no salga del coma.

-¿Dónde está el médico?

 

Necesitaba más información, más opiniones aparte de la de un interno, por muy informado que pareciera.

 

-Está haciendo la ronda y vendrá dentro de poco a ver al señor Uchiha. Podrá hablar con él entonces.

 

 Asentí con la cabeza y mis ojos se volvieron a po­sar sobre Sasuke, olvidando por completo que el inter­no también estaba en el pequeño cubículo. Para mí solo contaba Sasuke. Él había llenado mi mundo durante tanto tiempo, que la idea de seguir viviendo sin él hacía que el dolor que sentí cuando supe que se había compro­metido fuera insignificante en comparación.

 

-Tienes que despertar, Teme. Tienes que vivir. Yo no puedo vivir sin ti, ninguno de nosotros, en realidad. Tu madre, tu padre, tu hermano. Todos te necesitamos. Por favor, no nos dejes. No me dejes –incluso me obligue a mi mismo a mencionar a Sakura y su próxima boda-. Pronto estarás casado y tendrás niños, Sasuke. Es lo que tú querías... siempre decías que querías tener la casa llena de niños.

 

Siempre fue mi sueño ser yo quien te diera esos niños, pero ahora no me importaba si los hijos que tuvieras fueran de  Sakura. Lo único que deseaba era que tú vi­vieras. Seguí hablándote, pidiéndote que te despertaras, que no me abandonaras y repitiéndote lo mucho que te amaba.

 

El médico llegó al cabo de un rato. Examinó el historial de Sasuke y los monitores que lo rodea­ban.

-Todos sus signos vitales parecen correctos.

-¿No puede hacer nada para despertarlo? -dije, con la voz rota por las lágrimas.

-Lo siento. Ya hemos probado con estimulantes, pero sin éxito

-Supongo que tendrá que despertarse él solo enton­ces. Es tan obstinado como una mula, pero lo hará.- decía mientras apretaba la mano inmóvil de Sasuke. Mientras el doctor sonreía comprensivo.

-Estoy seguro de ello. En mi opinión, tener a sus familiares cerca es de gran ayuda -había cierto tono de censura en la voz, pero era muy claro que no lo decía por mí.

-Sus padres y su hermano llegarán tan pronto como les sea posible. El vuelo desde Japón es largo, aunque vengan en jet privado.

-Desde luego, pero es un pena que su prometida no encontrara el modo de quedarse.

-¿Sakura está aquí? ¿En Nueva York?

-Llamamos a la señorita Haruno a su hotel. Cuan­do llegó, se puso histérica al verlo, furiosa con él por arriesgar su vida por una mujer «tan estúpida como para no saber que no tenía que salir sola por la noches» -en esta ocasión el tono de censura era patente.

-Pero, ¿por qué no está ella aquí? -tal vez Sakura hubiera salido un momento.

-Se quedó una hora o algo así, pero cuando le dijimos que estaba en coma y que no sabíamos cuando saldría de él, decidió marcharse. Dejó un número de contacto para que la llamáramos «cuando se despertara» -otra vez el tono de censura.

-Debe de estar pasándolo muy mal -dije mientras miraba el cuerpo inmóvil de Sasuke, comprendo per­fectamente que su prometida se derrumbara ante tan dolorosas circunstancias. Aun que yo no podía ni imaginarme abandonándolo, pero estaba claro que cada uno reaccionaba ante el miedo de distinta manera.

 

-Ella dormirá bien esta noche. Insistió en que le re­cetáramos un tranquilizante -añadió mordaz el doctor.

 

Yo solo asentí sin pensarlo pues toda mi atención estaba de nuevo fija en Sasuke. Mientras acariciaba la piel de su mano con el pulgar.

 

-Está caliente... se hace difícil creer que no esté simplemente dormido.

-¿Puedo quedarme? -pregunte, sabiendo que tendrían que llevarme la fuerza de su lado.

El doctor soltó una carcajada.

-¿Qué hará si le digo que no?

-Me pondré una bata verde y una mascarilla y me meteré a escondidas bajo su cama -admití, con sorpresa al ver que aun tenia humor para gastar en bromas con Sasuke en tan mal estado.

-Era lo que pensaba. ¿Es usted su hermano? -pre­guntó el doctor.

 

Sentí que mis mejillas enrojecían... ¿debía mentir de nuevo? Al ver la mirada comprensiva del médico comprendí que esta vez no sería necesario.

 

-No, soy un amigo de la familia. - me observó un momento antes de asentir con la ca­beza.

-No se lo diré a nadie. Es obvio que se preocupa por esta persona y su presencia será más beneficiosa que dañina.

-Gracias –le dije mientras una oleada de alivio me recorría de pies a cabeza.

-Es por el bien del paciente.

 

El médico salió del cuarto pensando que era una pena que su paciente no estuviera comprometido con aquel hermoso y delicado doncel que obviamente se preocupaba más por él que la  odiosa arpía de corazón de hielo que tenía como novia.

 

-¿Recuerdas cuando murió mi madre? Yo tenía cin­co años y tú diez; tenías que odiarme por andar siem­pre detrás de ti... Itachi me decía a menudo que era un pesado, pero tú nunca lo hiciste. Me tomaste de la mano y hablamos de mi madre. Me llevaste Sensoji  aquel lugar tan bello, y me dijiste que allí estaría más cerca de ella. Tú me reconfortaste en aquellos duros momentos.

 

Intente evitar pensar en lo distinto que había sido cuando mi padre murió. Hacía solo un año de aquello y Sasuke ya estaba saliendo con Sakura... ella no había teni­do tiempo y se había asegurado de que él tampoco lo tuviera.

 

-Teme, ahora lo que quiero es que te pongas mejor ¿me oyes? Creía que nada podía dolerme más que el anuncio de tu compromiso, pero estaba equivocado. Si mueres, yo no quiero seguir viviendo ¿Me estás escu­chando, Sasuke? – Dije apoyando la cabeza en su fuerte brazo-. Por favor, no te mueras – le pedía mientras las lágrimas bañaban de nuevo mi rostro.

 

-¿Naruto? Despierta, pequeño.- escuche que alguien me llamaba

 

Levante la cabeza y me di cuenta de que  había quitado la barandilla de la cama y me había puesto lo más cerca que me era posible de él. Sentía la necesidad del contacto físico para recor­dar que Sasuke aún estaba vivo.

 

-Itachi, ¿dónde están tus padres?

-Se fueron de crucero hace tan sólo dos días en el yate de unos amigos para celebrar su aniversario. Mi padre insistió en permanecer incomunicados y no vol­verán hasta dentro de un mes. No tengo manera de con­tactar con ellos, pues sólo Sasuke tenía esa información.- dijo frustrado

 

Me dio un vuelco el corazón al pensar en la re­acción de sus padres cuando supieran del acci­dente de su hijo y que Itachi no había podido contactar con ellos.

 

-Si muere... -dijo con la voz invadida por la desesperación.

-No morirá -dije mirando con fiereza a Itachi-. No lo dejaré.

 

Itachi me abrazó sin decir nada. No era necesario, pues ambos sabíamos que no podría hacer que Sasuke viviera, pero eso no iba a impedirme intentarlo.

 

-El médico dice que su estado no ha cambiado des­de que lo estabilizaron poco después de traerlo aquí.

-Sí –le dije que había estado allí todo el tiempo

-¿Cuándo llegaste? -preguntó asombrado

-Un par de horas después de que tú llamaras.

-Pero se tarda más de dos horas en llegar hasta aquí... –solo suspire mientras me encogía de hombros -Menos mal que no te han puesto una multa. Mi hermano se hubiera enfadado mucho contigo por ello.

-Cuando salga del coma, puede sermonearme todo lo que quiera por mi forma de conducir

-Tienes razón -dijo, antes de recorrer el cuarto con la mirada como si estuviera buscando algo-. ¿Dónde está Sakura? Creía que ella había venido con él en este viaje. Tenía que aparecer en algún programa mientras Sasuke asistía a la conferencia de finanzas.

 

Le conté lo que el doctor había dicho e Itachi juró elocuentemente en japonés antes de pasarse al ára­be al ver cómo mi cara enrojecía.

 

-Lo siento mucho. Es una zorra y mi hermano es tan tonto que no se da cuenta.

 

La idea de Sasuke perdidamente enamorado me era a la vez divertida y dolorosa.

 

-No puedo imaginarme Sasuke perdiendo la cabeza sólo por una cara bonita, Itachi. Estoy seguro de que hay cosas de Sakura que él admira de verdad puesto que, después de todo, va a casarse con ella. Debe de quererla -pronunciar aquellas palabras me resultaba do­loroso, pero apreté con fuerza mis manos al admitir el deseo que Sasuke sentía por esa mujer. Itachi solo reía con asco.

-Lo que le pasa es que está obsesionado sexualmente con ella. Ella sabe cómo utilizar su cuerpo para manejarlo a su gusto.

-Yo... –no sabía que decir, mi cara estaba totalmente enrojecida de vergüenza.

-Tú eres muy inocente, pequeño -suspiró Itachi. Yo no quería entrar en una discusión sobre el por qué a mis veinte y tres años seguía siendo virgen. Nunca había deseado a otro hombre que no fuera Sasuke, pero el solo me consideraba su hermano pequeño.

-¿Qué tal el vuelo?

-No tengo ni idea -respondió, sacudiendo la ca­beza-. Me lo he pasado rezando- le tome la mano pero sin dejar el contacto con el hombre que estaba en la cama.

-Se pondrá bien, Itachi. Tiene que ponerse bien.

-¿Has comido algo desde que llegaste?

-No he tenido hambre.

-Hace horas que tenías que haber desayunado -me regañó

 

Y así es como pasaron los cuatro días siguientes. Sasuke fue trasladado a una habitación individual a peti­ción de Itachi,  yo solo salía del hospital para bañarme. Aparte de eso, me negué a alejarme de Sasuke. Itachi siempre me llevaba la comida a la habitación.

Sakura pasaba una vez al día y se queda­ba unos cinco minutos, mirándome con una mez­cla de burla y pena.

-¿De verdad crees que por no separarte de él las co­sas cambiarán algo? Se despertará cuando se tenga que despertar y entonces me querrá a mí a su lado.

Yo no me molestaba en discutir; sin duda Sakura tenía razón, pero realmente no me importaba.

Eran las tres de la mañana del quinto día y todo era silencio en el hospital. La enfermera había pasado a ver a Sasuke a medianoche y desde entonces nadie del perso­nal del hospital había pasado por allí. Itachi dormitaba en un sillón en una esquina de la habitación, mientras yo como no podía dormir, hablaba y acariciaba a Sasuke a la vez que lo miraba con amor.

-Te quiero, te quiero más que a mi propia vida. Por favor, despierta. No me importa si lo haces para ca­sarte con Sakura y para tener con  ella los hijos que yo de­searía darte. No me importa si me hechas a patadas de tu vida cuando sepas que me he comportado como un idiota durante los últimos cinco días pero... despierta.

Mis palabras estaba llenas de desesperación y deseaba tanto descubrir algún signo de que me había escuchado que, cuando él se movió, pensé que ere mi imaginación la que me estaba jugando una mala pasada. Pero los músculos de sus brazos se estaban moviendo a es­pasmos y empezó a mover la cabeza de un lado a otro.

 

-¡Está despertando! ¡Itachi, rápido! -grite mientras apretaba el timbre para llamar a las enfermeras.

 

Itachi saltó de la silla totalmente despierto. Des­pués de eso, todo pasó muy rápido. La enfermera llegó corriendo y pronto la siguieron un médico y otra enfer­mera, que nos saco de la habitación. Después comenzó la espera; yo solo andaba de arriba abajo mientras Itachi se sentaba y luego se levantaba, andaba un poco y finalmente se volvía a sentar. Cuando por fin apareció un médico por la sala de espera nos sonrió. Era el mismo que había estado de guardia la no­che que ingresaron a Sasuke.

 

-Está despierto aunque un poco desorientado. Pue­den verlo cinco minutos cada uno.

 

Itachi entró primero. Cuando volvió a la sala de es­pera, en su rostro se reflejaba una expresión de preocu­pación. Yo estaba tan desesperado por ver a Sasuke que estuve a punto de pa­sar por encima de Itachi sin dirigirle una palabra si no hubiera sido porque él me detuvo agarrándome por un brazo.

 

-Espera, pequeño. Hay algo que debo decirte.

-¿Qué ocurre?

 

Itachi me miró a los ojos. La angustia que vi en sus ojos me aterró

-¿Qué...? ¿qué pasa? ¿ha vuelto a entrar en coma?

-No. Él... - aspiro profundamente- no puede mover las piernas.

 

 

 

 

Notas finales:

 

 No sean tan duros conmigo es mi primer fic   T^T

Se aceptan  Reviews, díganme si debo continuar 

 


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