-Kaname-sama- susurró el rubio al entrar a la habitación. Kaname se encontraba mirando por la ventana, con aire pensativo, pero apenas escuchó la voz del menor apartó la vista del enorme ventanal.
-¿Qué ocurre Aidou?- preguntó con voz tersa- ¿Otra pesadilla?
Aidou bajó la cabeza.
-No precisamente…- respondió negando suavemente con la cabeza. Dio unos pasos al frente, titubeante, hasta que Kuran le indicó que podía acercarse- Simplemente lo extraño…
-Tal vez las cosas deben de ser así- fue la respuesta del mayor, quien volvió su vista a la ventana. Aidou se sentó frente a él y lo miró fijamente, sin decir nada. La esencia de una perdida flotaba por el aire haciendo el ambiente más pesado, si ya de por si estar en la misma habitación que Kaname Kuran, un “sangre pura” y élite en la escuela, le producía escalofríos a Hanabusa. Pero era precisamente él el único capaz de confortar a Aidou en esos momentos. Y es que ya no quería cerrar los ojos.
-Me prometió que estaríamos juntos siempre Kaname-sama- murmuró mientras abrazaba sus rodillas- ¿Te has sentido así?
Kaname lo miro inexpresivo, Aidou bajó la cabeza.
-Creo que no debí preguntar eso…
-Una vez- respondió el Presidente de la clase nocturna, sin apartar su mirada del ventanal. Había comenzado a llover.
-¿Cómo lo lograste?- preguntó el rubio, su tono no sugería que quería saberlo, simplemente no quería quedarse dormido.
-Prioridades- respondió el otro- Mi deber es proteger a la escuela, a Yuki y a ustedes. No tenía tiempo para un corazón roto.
-Tú tienes porque luchar Kaname-sama- respondió Hanabusa- Yo solo me dedico a seguir órdenes.
-No, tú haces lo que quieres Aidou- respondió Kaname, mirándolo de nuevo- Ya te dije que puedes irte con él si lo deseas
-Me necesitas aquí… Sin Ichijou-sempai por aquí no hay nadie que te apoye- respondió débilmente Aidou. La mirada de Kaname se nubló ligeramente ante la mención de Takuma.
-Ruka-san estaría dispuesta a ayudarme- respondió intentando no pensar demasiado en el asunto. Aidou negó con la cabeza.
-No tiene las cualidades que necesitas- dijo- Solo ve por sus necesidades, si por ella fuera asesinaría a todos los humanos de aquí…
-Lo sé
-¿Y aun así prefieres que te ayude ella?- preguntó el rubio enarcando la ceja.
-No, pero mereces ser feliz.- respondió suavemente Kuran- Yo, más que nadie, deseo eso.
-Kain la escogió Kaname-sama- la voz de Aidou tembló un poco, atrayendo completamente la atención de Kaname- prefirió hacerse a un lado a contradecirla. ¿Y ella que hizo? Se burló en su cara, prefiriendo vivir rodeada de todos aquellos a los que aborrece a abandonarte. Odio con toda mi alma a esa chica.
-Yo también- dijo Kaname. Aidou lo miró confundido, pidiendo una explicación con la mirada, sin embargo Kaname simplemente le acarició el cabello- pero no podemos vivir odiando a las personas. Akatsuki hizo su elección, al igual que Ruka-san, e incluso tú lo hiciste. Preferiste vivir sin estar con Kain a dejar que la escuela se derrumbara.
-¿Y la decisión de Ichijou-sempai también está bien?- preguntó en un impulso Hanabusa. Kaname retiró su mano de la cabeza de Aidou, quien lo miró arrepentido.
-No fue su decisión, yo se lo ordené- respondió Kaname mirando por la ventana.
-¿Por qué?- preguntó el menor sorprendido.
-Va a haber una gran batalla Aidou- respondió el Presidente- intento proteger a los que amo. Es una forma de apaciguar al consejo.
-Si Ichijou-sama se hubiera quedado el consejo no nos atacaría Kaname-sama
-El consejo nos hubiera atacado por el simple hecho de apoyar a los humanos, estuviera o no Takuma Ichijou- el gesto de Kaname era perfectamente serio- Prefiero morir sabiendo que él estará a salvo a morir sabiendo que él murió por mi causa
-Si de verdad te amaba lo hubiera hecho
-Lo sé- respondió Kaname con voz triste
-Y si tú de verdad lo amaras hubieras entendido porque lo hacía…
Kaname abrió completamente los ojos, sorprendido. Aidou bajó la mirada…
-Yo entiendo porque Kain se fue, él nunca me amó. Yo esperaba que lo hiciera pero sabía que cuando estaba conmigo únicamente pensaba en ella… y aun así lo acepté, porque lo amo.
Un trueno retumbó a la distancia, sobresaltando a Aidou. Kaname se removió en su asiento y le indicó al rubio que se sentara a su lado. Permanecieron así, sentados el uno al lado del otro, sin hablar por un buen rato.
-Kaname-sama, si yo me hubiera ido ¿me echarías de menos?
-Tú has estado conmigo siempre,- respondió Kuran- por supuesto que te extrañaría.
-Me alegra, gracias a eso puedo estar seguro de mi decisión
Aidou esbozó una sonrisa leve, Kaname lo miró y sonrió también.
-Esto es patético ¿no?- preguntó Idol- Míranos, dos vampiros deprimidos, desahogando sus penas en una habitación tétrica. Creo que ni las mujeres hacen eso.
Kaname rió.
-Pero… en cierta forma me gusta. Siento que al menos a alguien le importo- dijo comenzando a sollozar.
Era muy extraño ver a Aidou en ese estado cuando generalmente era muy extrovertido. Pero Kaname no podía negar la verdad de sus palabras, él también necesitaba a alguien que lo necesitara. Aidou había estado buscándolo desde hacía dos semanas, cuando Akatsuki Kain había decidido volver a su casa y olvidarse de la lucha que habían estado combatiendo en favor de la academia Cross desde hacía ya dos años. Una batalla que probablemente no terminaría bien.
Kaname abrazó a Aidou, dejando al idol totalmente sorprendido. Kaname rara vez permitía contacto físico. Giró la cabeza, buscando una explicación y se encontró con los labios del otro. No sabía si estaba bien o no, pero ese contacto era todo lo que necesitaba. El beso duro un largo rato, cuando Kaname decidió que necesitaba algo más de Aidou.
Empujó levemente a Hanabusa hacía atrás hasta que quedó sobre él. Lentamente comenzó a quitarle la camisa a Aidou mientras bajaba por su cuello, rozando levemente su piel con los labios. El rubio comenzó a desabrochar la camisa de Kaname, con manos temblorosas, hasta que su torso quedó desnudo. No tenían prisa, simplemente necesitaban sentir al otro, saber que alguien los quería. El resto de sus prendas fueron quedando en el piso una a una, mientras ellos continuaban besándose. Cuando Kaname comenzó a penetrar a Aidou este pensó que realmente era Kain y dejó su mente volar. Kaname, por su parte, necesitaba sentir todo el calor de Hanabusa, necesitaba olvidar a Takuma.
Los jadeos pronto inundaron la habitación, Aidou arañaba la espalda de Kaname con cada estocada mientras este no dejaba de susurrar su nombre. Cuando Kaname se corrió en el interior de Aidou sintió que su pesar se desvanecía. Se dejó caer en el pecho de su amante, intentando normalizar su respiración. El rubio intentaba sentir a Kaname, era menos doloroso que recordar a Kain, pero su mente no dejaba de repetir su nombre.
Ambos se incorporaron y trataron de arreglarse lo mejor posible.
-Kaname-sama… si te pido que te quedes conmigo, ¿lo harías?
-No- respondió Kuran con sinceridad- No soportaría perder alguien a quien amo.
-No te estoy pidiendo que me ames- dijo el rubio mirándolo a los ojos- Solo… no me abandones.
Kaname se inclinó a besar de nuevo a Aidou.
-Buena noches, Hanabusa- susurró. Aidou comenzó a llorar, pero aun así se puso de pie y caminó hacia la gran puerta de roble que daba hacia el pasillo para desaparecer por ella. Kaname suspiró.
-¿No te han dicho que es de mala educación escuchar tras las puertas?- dijo en voz alta. La puerta de roble se volvió a abrir y Ruka Souen entró a la habitación. La chica se dejó caer frente a Kaname.
-¿Por qué a Aidou? Yo debería estar a tu lado Kaname-sama
Kaname dirigió su mirada hacia ella.
-Pero es que siempre ha sido él… Él me necesita Ruka, tu no.
Ruka cerró los ojos y luchó contra el instinto de llorar. Kaname miró a la luna y pidió que donde estuviera Ichijou lo perdonara, Aidou lo necesitaba más.