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Beloved Brother por Oliv_Lufk

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Notas del fanfic:

Espero les guste y no me tiren tomatazos. Es mi primer intento de violación. Por favor cualquier duda, sugerencia, crítica constructiva u otras cosas apartes haganmelo saber mediante un review. ¡Gracias!

Notas del capitulo:

Como ya dije, es mi primer intento de violación, no soy experta, quise probar con algo nuevo. Por favor dejen RR. ¡GRACIAS!

Beloved brother

By Oliv-chan

Su vida siempre fue relativamente feliz. Nunca había tenido problema alguno con la rutina que llevaba. Era el menor de la familia, sus padres divorciados desde hace tres años se encargaban de llenarlo de mimos que lo atosigaban.

Tal vez por culpa….

Pensó la primera vez que se sintió asfixiado por tanta preocupación de parte de sus progenitores.

Tenía un hermano. Su héroe, su modelo a seguir. Siempre correcto y recatado, poseía el don de la palabra y con las mismas era capaz de tranquilizar la situación más crítica. Simplemente perfecto.

La diferencia de edad entre ellos era de cuatro años y medio, mientras el vivía sus trece tiernos años en una etapa de la pre adolescencia en la que todo le molestaba, su hermano ya estaba próximo a cumplir su mayoría de edad y ser legalmente adulto.

Todo era normal, transcurría sin la menor alteración. Sin embargo, en su estado letárgico se preguntaba en qué momento su cotidiana y rutinaria vida se había visto truncada.

Fue un viernes por la tarde, su madre había ido a una reunión de trabajo fuera de la ciudad y volvería en dos días, su padre estaba viviendo su amorío con su secretaria por lo que se iba alejando cada vez más de su antigua familia. Y su hermano se encontraba encerrado en su habitación sin intenciones de salir de esta.

Golpeó el cuaderno que yacía en el escritorio con frustración. La trigonometría no se le daba, era como si los números le escupiesen en la cara y se burlaran de su falta de capacidad para resolver los ejercicios.

Suspiró y se puso de pie dispuesto a ir a pedir ayuda a su hermano mayor. Él si era bueno en esa materia.

Caminó lento sin querer llegar realmente a su destino. Dobló el pasillo y se posicionó frente a la última puerta de la segunda planta. Tocó con su nudillo derecho hasta escuchar la sombría voz permitirle el acceso.

Giró la perilla de la puerta con temor. En sus trece años jamás había escuchado la reconfortante voz del mayor tan tétrica y gutural. Ahogó un gemido de asombro al verlo sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la cama y la mirada perdida en un punto inexistente del suelo.

Parado en el umbral de la puerta, tembló. Deseó con todas sus fuerzas correr hasta su cuarto y encerrarse con pestillo. Y no salir hasta el final de los tiempos. Pero sus traidoras piernas no reaccionaron y quedó estático viendo la imagen demacrada de la persona que creyó jamás le haría daño.

Se equivocó.

Nunca había presentido el pecaminoso sentimiento que le provocaba al mayor. Nunca se había percatado de la mirada de soslayo que le dirigía cuando se encontraban en los pasillos de la casa, ni del dolor que le producía cada vez que lo llamaba hermano. Se sintió culpable, se sintió dolido. Pero más que eso, se sintió responsable.

Él era quien con su ingenuidad lo había incitado inconcientemente a la destrucción del prototipo de familia estereotipada. No su hermano, no quien lo dañó y masacró interiormente. Y recién cuando sintió las manos temblorosas del otro limpiar la sangre de entre sus piernas llegó a esa conclusión. ¿Cómo alguien que le limpiaba después del pecado podría ser el culpable? ¿Si se preocupaba de él aún en ese momento?

Se había quedado como espectador ante la imagen nunca vista de su adorado hermano. Él se levantó y miro extraño. Con un oculto deseo que pugnaba por salir a flote.

Para cuando se dio cuenta ya era muy tarde.

La puerta cerrada, la habitación a oscuras por las ventanas cubiertas de las negruzcas cortinas, su cuerpo agarrotado ante el golpe con el mullido colchón y un peso extra sobre él.

Tenía tanto miedo.

Ahogó el grito de terror cuando las hirientes manos tocaban su cuerpo con descontrol, dañándolo. Intentó quitárselo de encima. Mordió los labios contrarios cuando lo besaron con fiereza dejándoselos hinchados. Y la mano contraria chocó contra su pálida mejilla con fuerza. Dejándola roja.

Lloró aterrado cuando su ropa quedó hecha añicos ante la brutalidad del trato del cual era víctima. Desnudo y denigrado le pedía que se detuviera. ¡Le exigía que se detuviera!

Mientras su hermano se quitaba la ropa intentó huir. De rodillas en la cama gateó hasta en otro extremo para bajar y correr despavorido por ayuda, pero la fuerte mano lo jaló del tobillo y arrastró a la posición anterior, boca abajo.

Bajo el yugo de su hermano tembló horrorizado. Sentía la ardiente verga de su hermano rozarse descarada con sus nalgas. ¿Qué planeaba hacer? La respuesta se vio bloqueada, su mente aun de infante no concebía semejante acto.

Mordió las sábanas desechas. Las lágrimas se desbordaban de sus ojos enrojecidos. Tenía frío y miedo.

Lloró, gritó, pataleó y suplicó. Pero nada detenía al hombre que lo marcaba y lo dejaba <<sucio>>.

Se sostuvo con fuerza de la cama cuando sintió ese pedazo de carne caliente y palpitante desgarrándole las entrañas sin complacencia. El grito en su garganta surgió involuntario como consecuencia del dolor.

La misma mano que lo había jalado le tapó la boca y le prohibió gritar.

Lloró en silencio mientras el vaivén frenético lo partía desde dentro. Vio desde su posición su cuaderno tirado en el suelo con las hojas dobladas por la súbita caída.

Yo sólo quería ayuda con mi tarea de trigonometría…

Se lamentó.

Jadeó cuando fue volteado y quedó de frente a su hermano, que con la mirada desquiciada embistió con fuerza una y otra y otra vez. Satisfaciendo su más anhelada fantasía.

Miró hacia un costado incapaz de verlo a los ojos, viendo en el espejo de cuerpo completo como su cuerpo magullado estaba a completa merced de ese hombre, que para nada se asemejaba a su ejemplar y respetable hermano mayor.

No lloró más, no tenía más lágrimas. No gritó más, no tenía más voz que alzar. Se mantuvo callado sintiendo como la boca ardorosa le manchaba el pecho de chupetones asquerosos que le recordaría ese episodio tan horrible.

Su espalda se arqueó al momento que un gemido de placer salía de la garganta de su hermano y un escozor le recorría desde la cola toda la columna vertebral. Arrugó la nariz por el dolor.

Su cuerpo fue depositado con cuidado en la cama, entumecido. Sentía desde dentro como una mezcla de fluidos salía de él hasta caer en las sábanas y mancharlas. Como su alma.

Se hizo un ovillo, a pesar del dolor y sollozó ocultando su rostro en sus brazos.

Tembló cuando la voz apacible y protectora de su hermano llegó a sus oídos.

-Tranquilo, todo va a pasar…- Le aseguró acariciando sus desordenados cabellos.- Mamá no se puede enterar de esto, ¿de acuerdo? Ella no entendería y no queremos que malinterprete las cosas, ¿verdad?- Preguntó recibiendo como respuesta un asentimiento repetitivo de cabeza.- Bien, descansa pequeño…- Finalizó con un beso en la coronilla de la cabeza de su hermanito menor. Lo cubrió con los cobertores y veló sus sueños.

Aun con temor se dejó mimar. Cerró los ojos cansado, tenía sueño, pero el miedo latente le sobresaltaba el corazón. Luego de unos minutos se tranquilizó, nada podría ocurrirle, estaba con su amado hermano mayor y él lo protegería. Ese hombre que lo había ultrajado no volvería o eso se empeñaba en creer.

Y finalmente se durmió.

Fin.

Notas finales:

¡Uf! ¿Y que tal? ¿Muy malo? Todo tipo de comentarios al respecto (o a parte) puede ir en un RR , ¿si?

(¡Vamos! No se les van a caer los dedos por un review)

ByE!


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