Abro mis ojos lentamente, ya es de día. Miro a mi alrededor desesperado buscando tu cuerpo, tu dulce sonrisa, tu hermosa voz, pero no hay nada, tu ya no estás a mi lado. Me dejaste, te fuiste sin decirme nada a la cara, sólo dejaste una carta junto a tu cuerpo, pidiendo disculpas por haberme molestado y dándome un montón de explicaciones sin sentido. Aún así, no logro comprender por qué me dejaste, si decías amarme tanto, por qué me haces sufrir así? Ahora debes estar en algún lugar riéndote de mí porque nunca pensaste que me haría tanto daño tu partida.
Después de esta reflexión matinal, me levanto y camino hacia el baño, una vez desnudo entro en la bañera y siento como el agua fría recorre mi cuerpo y, aquí es cuando retornan a mi mente los bellos momentos que pasamos juntos, fueron pocos, es cierto, pero los recuerdo perfectamente. Siempre terminábamos mal, de alguna manera lograbas que me enojara más de la cuenta y lo único que conseguías era que te gritara y te pusieras a llorar diciendo que yo no te quería, aunque sabías que no era cierto. Apesar de todo el daño que te hice, te amaba y lo sigo haciendo, sólo tu recuerdo vive en mi corazón.
Salgo del baño ya vestido y me dirijo hacia la cocina en busca de mi desayuno: una lata de cerveza. Luego, voy hasta el living y me siento, volviéndo a pensar en ti. Si estuvieras aquí, en este mismo instante estarías acurrucado entre mis brazos o quizás saltando y gritando por todos lados, pero no es así, no estás en ningún rincón de esta fría casa invadida nuevamente por el silencio y la soledad. Desde el día que te encontré en la bañera cubierto en sangre, mis ojos dorados han perdido su brillo y mi vida se ha vuelto un desastre como si estuviera cubierta por una nube negra de la que no puedo escapar, me siento solo, triste y desdichado y, no creas que exagero porque no es así. Ojalá me hubieras dado un poco más de tiempo para haber podido expresarte todo lo que siento por ti, no sé porqué, siempre que te retaba o te ignoraba pensabas que no te quería, o cuando te engañé con Segushi, decías que lo único que quería de ti era tu cuerpo o tu compañía, pero nunca fue eso, te amé desde el principio, desde el día en que nos conocimos en ese parque sentí algo muy especial por ti y, más cuando comencé a conocerte.
Por si no te has dado cuenta, estoy siendo un poco cursi mas no me importa, ya que no estas. Qué he hecho para merecer ésto? Dime Shuichi, por favor. Me gustaría verte, tocarte, poseerte una vez más pero haga lo que haga no lograré volverte a la vida y me duele, me duele que hallas tomado una decisión como esa sin haberme dado una oportunidad aunque sé que me diste muchas pero... Por qué tuviste que hacer algo así? No se te ocurrió otra cosa? Acaso fue la única manera que encontraste para dejar de sufrir? Siento como tibias lágrimas caen de mis ojos apagados humedeciendo mis mejillas...mejillas... Recuerdo tu rostro completamente ruborizado cuando te besaba de forma repentina o haciamos el amor, sin duda eras la criatura más hermosa de la tierra y yo como un completo idiota te hacía mucho daño. Soy un baka al igual que lo eras tu, mi niño.
Aún recuerdo cuando llegaste por primera vez, te traté muy mal e intenté alejarte con mi fría y cruel actitud, pero no funcionó; con el tiempo fuiste atravesando el muro que había construído en mi corazón, logrando con ello que volviera amar. Amar... De qué sirvió si me dejaste? Para qué querías que te amara si terminaste destruyendo mi corazón igual que él? No puedo creer que nunca más volveré a tenerte, pensar que hace tan sólo seis días estaba a mi lado, y, ahora no estás, tu cuerpo está bajo tierra y tu alma... En dónde estará?... Seguramente, sí creyera en fantasma y esas cosas extrañas, podría verte, o no? Qué estupideses estoy hablando!! Cómo se nota que me haces falta!! Mis palabras son absurdas, no tienen sentido. Me encuentro perdido si tú no estás. Soy como un cachorro abandonado por su madre. No sé que hacer, mi vida ya no tiene sentido.
Sin darme cuenta, ya son las dos de la tarde y no he comido por estar pensando en tí, no creas que te estoy echando la culpa sólo... me toma muchísimo tiempo para pensar en ti. Voy a la cocina para ver que puedo preparar, escucho mis tripas reclamar por comida, lástima que tendrán que esperar...no hay nada de comida, por lo que, iré a comprar.
Ya, ahora sí. Me demoré mucho? No creo, fui lo más rápido que pude. Adivina que compré!... Sí adivinaste... Ramen!! Tu comida favorita... Fue lo único que encontré, el hambre me va a matar, mejor voy a comer.
Las horas pasan veloces ahora que tu no estás, los días se van tan rápido como el agua de un río. Recuerdo, que antes, los días eran eternos mientras tu trabajas con ese grupo de locos, no hallaba la hora en que volvieras a casa para estar contigo. Ahora es distinto, mi espera es más larga. Pero no creas que voy a esperarte toda la vida, vamos a estar juntos lo más pronto que crees. De acuerdo a la hora, me dirijo al estudio, enciendo la laptop y tomo asiento frente al escritorio comenzando a escribir algo que tengo en mente, no voy a decir lo que es, es sorpresa, una sorpresa para ti. Con respecto a mi sorpresa, tengo un sólo problema: Cómo leerás lo que te estoy escribiendo? Aún no se me ocurre cómo lo harás, pero tendrás que leerlo sí o sí, ya veré como. No te imaginas lo díficil que me es escribir mientras pienso en ti. Tu sonrisa y tu cuerpo desnudo entre mis brazos invaden mi mente a cada momento. Qué puedo hacer para sacarte de mi cabeza sólo para escribir este poema?... Oops, lo dije, se me salió... Bueno, no importa, al fin de cuentas igual te ibas a enterar que era un poema.
Aaahh-suspiro mientras estiró mis brazos- Shuichi, te echo tanto de menos, me haces mucha falta, mucha.
Vuelvo a concentrarme en el poema, ya esta casi listo. Siempre fuiste mi fuente de inspiración, cada vez que deseaba escribir, bastaba con que pensara en ti para que las ideas aperecieran en mi mente. Mi pequeño, tan hermoso y alegre, eras la razón de mi vivir... ya no tengo esa razón, no deseo seguir viviendo. Sabes lo que significa? Así es, pronto me reuniré contigo, sólo necesito el valor necesario para cumplir mi deseo... Por qué no puedo entender que me hallas dejado? Por qué... Nuevamente las lágrimas se apoderan de mi ojos, no puedo contenerlas, necesito desahogarme, te necesito, Shuichi.... Mi Shuichi... La única persona a la que realmente he podido amar... Oculto mi rostro húmedo por las lágrimas con mis manos, no sé por qué lo hago, nadie me está mirando, pero...
Débilmente corro la portátil y me recuesto sobre el escritorio, las indeseadas lágrimas corren incontrolables por mi rostro, lloro desconsoladamente por ti... Qué me hiciste, Shuichi? Parezco un frágil niño que llora por la pérdida de sus seres queridos sin tener a alguien que lo consuele. Y eso es lo que soy ahora, un frágil niño que llora desconsolado por haber perdido a la persona que más ama en el mundo y que no tiene a alguien que pueda consolarlo. Que puedo hacer?... No quiero seguir sufriendo, no quiero sufrir otra vez... Así me quedo por largo tiempo, llorando incontrolablemente sin dejar de pensar en tí. Ya me decidí. No seguiré sufriendo por tu culpa, seré libre y estaré junto a ti en un hermoso lugar en donde nadie nunca podrá separarnos, verdad?...
Me levanto lentamente y camino hacia el baño, al ver la bañera, recuerdo el momento en que te encontré, mi corazón se hacía pedacitos y no atiné a nada, sólo a contemplarte confundido. Cuando te hallé, ya era demasiado tarde, habías perdido muha sangre, no tenías pulso, ya estabas muerto. Recuerdo haberte tomado entre mis brazos y haber acariado tu rostro. Después, sólo recuerdo que llegó la ambulancia...
Humedezco mi rostro buscando borrar los rastros de mis lágrimas, me miro al espejo. Soy patético. Salgo del baño y voy a nuestra habitación. Esta vacía desde que te fuiste. Busco desesperadamente en el armario mi arma favorita. Enredada en unos trapos la encuentro, la saco cuidadosamente y veo si quedan balas, para mi suerte, hay una. No estoy seguro de hacerlo, pero por ti mi koi, soy capaz de todo. Voy a la ventana y miro a través de ella, ya es de noche y ésta será la última vez que vea este mundo. Me recuesto sobre la cama, saco el seguro del arma y apunto a mi sien. Antes de arrepentirme y sin dudar, apreto el gatillo. Un ruido sordo s escucha por toda la habitación, siento como dolorosamente la bala penetra mi cabeza e instantáneamente pierdo el conocimiento.
Un ángel me dio
parte de su corazón,
Alzó vuelo con mi ilusión.
Todo se dio;
y bajo su tierna mirada
creció mi corazón.
Un ángel me dio
parte de su vivir con la dulce esperanza
de unir nuestras almas al fin.
Un ángel me dio
Una historia tierna sin fin,
de muchas vivencias aprendí
que sin ti amor no puedo vivir.
Un ángel me dio
todo su existir,
me dio su pleno amor,
me dio su dulce voz,
me dio "El Amor".
Un ángel conocí
y me hace sentir,
que sin su amor
no puedo vivir.
De pronto, despierto. Estoy en un lugar rodeado de nubes y frente a mi se extiende un larga fila de escaleras. Inconscientemente comienzo a subirlas y al final de éstas hay una enorme puerta cerrada con gruesas cadenas de oro y un gigantesco candado también de oro. Por arte de magia, la puerta se abre y frente a mi aparece un hombre alto, vestido de blanco, con unas grandes llaves en su mano y una larga y blanca barba. Antes de poder abrir mi boca para preguntar en dónde estoy, el hombre me dice: "No digas nada, te están esperando". Detrás de él, puedo observar un trono junto a una larga mesa; entro sin entender lo que está pasando cuando escucho una voz que me llama, una voz conocida para mis oídos. Volteo desesperado y mis ojos se encuentran con unas hermosas y brillantes orbes violáceas.
Ahí estas tú, parado frente a mí, vestido de blanco y con una hermosa e indescriptible sonrisa. Me lanzó a tus brazos y me recibes cálidamente diciendo a mi oído "Okaeri, Yuki". Te beso apasionadamente y te abrazo fuerte. Nos separamos mirándonos fijamente. No sé que decirte pero tu, en cambio, prefieres actuar; tomas mi mano y caminas hacia otra puerta para salir de allí. Ante ambos, se extiende un hermoso parque, seguimos caminando hasta llegar a un árbol junto a un lago, me abrazas y luego dices: "Gracias por el poema, Yuki. Ai shiteru". No sé como habrás leído el poema que escribí para ti, mas eso no importa, estás conmigo de nuevo a pesar de lo confundido que me encuentro. Nos sentamos en el pasto y me invitas a abrazarte, comenzando una ronda de interminables besos que terminará cuando hayas sido mío una vez más.
FIN.
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Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!! (Zelden llora desconsoladamente) *snif...snif*
Ya espero que os haya gustado y que hayan llorado tanto como yo.
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