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CUANDO LA CADENA CASTIGA. por madamechan

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Notas del capitulo:

Bueno aqui la continuacion de este fic entre Leorio y Kurapica con su toque de Lemon otorgado por Yui como siempre

-¿Dòn… de estoy? –Se preguntó al despertarse. Sintió que se había adaptado a aquellos dolores en el pecho pues no le importó el dolor. Sentía una calidez poco característica y quiso quedarse así. Al percatarse  de que  había estado  todo este rato  abrazado a Leorio le hizo apartarse y sonrojarse. Luego  se sintió arrepentido y quiso volver a su lado.

Leorio despierta y ve que kurapica está durmiendo tranquilo. Sin despertarle  toma el agua de Nikki  y le refresca el rostro.  Cuando Kurapica abre los ojos  tendió a quejarse un poco de dolor; pero nada comparado a como era antes.

-¿Te sientes mejor? Tienes mejor cara

-Parece que esa agua  contiene algún tipo de nen. Es anestesiante.

-Conocí a Nikki  hace unos días mientras buscaba ayuda para curar tu fiebre. Es un cazador médico como yo.

-Leorio…  No debiste esforzarte tanto por mí.

-Somos amigos. Después de todo

-El dolor no se irá jamás… jamás…

-¿A qué te refieres Kurapica?

-Me refiero a que… moriré Leorio… tarde o temprano por estas cadenas… el dolor quizás  por ahora  ha disminuido… pero…  habrá un tiempo  en que el agua de nen  ya no me hará efecto… Y el dolor volverá a ser insoportable.

-No pienses en eso ahora.

El de lentes le miró fijamente a los ojos como si algo quisiese decirle o hacer. El rubio no entendía. Cuando Leorio puso sus manos en el pálido rostro del rubio; este tendió a responder con una sonrisa comprensiva dentro de lo que se pudiese. Kurapica siempre sonreía para sus amigos, fieles e inseparables; sabiendo que quizásseria Leorio la última persona que le vería sonreír.

Se puso de pie y tendió a tambalearse a lo que es sujetado por su compañero.

-¿A dónde vas?

-A atrapar a la araña ahora que puedo moverme.

-Es peligroso y estas débil Kurapica

-No importa… si no voy ahora quizás—

-Entiende que si vas en ese estado morirás.

-No me importa! Voy a destruir—

El sonido de aquella cachetada se escuchó por todo el cuarto. El rubio apenas pudo mantenerse en pie a causa del impacto.

-Leo…rio

-Con suerte has podido mantenerte en pie con eso y pretendes destruir a la araña

-No es asunto tuyo

-Tú mismo dijiste que recuperarías todos los ojos de tu tribu y solo has obtenido unos pocos. Si vas morirás y nadie  intentara devolverle paz a tu gente.

Tendió a calmarse un poco. Lo dicho por su compañero era cierto por más que le costara admitirlo; aun así, no volvieron a hablar por un rato. La lluvia no daba tregua y era difícil para ambos  hablar después de esa pequeña discusión.

Kurapica aguantaba el dolor y trataba de mantenerse despierto lo más que pudiese. -<<si duermo, tal vez no despierte en mucho como la otra vez>>.

-Voy a preparar café. –dijo el de lentes al ponerse de pie.

-Está comenzando a hacer frio. –Respondió el rubio.

Leorio se sacó la chaqueta y se la dio para que se abrigara.

-¿Y tú?

-Estoy bien… tú la necesitas más que yo.

-Gra…gracias.

-…

-…

-Lamento haberte golpeado.

-No te preocupes, me estaba comportando como un crio.

-¿Te duele mucho?

-Solo fue una cachetada… no es nada. –Dijo sonriendo

-No me refiero a eso. –le pasó el tazón de café y  puso su mano en el pecho del rubio. –me refiero a tu corazón.

-Puedo soportarlo. –dijo algo sonrojado.

-Deberías tratar de descansar… duerme que yo haré la guardia.

-Quizás no debería… no quiero volverme a dormir  semanas enteras…

-Si te duermes yo voy a estar cuidándote… Kurapica. –Dijo mirándole fijamente  a los ojos. Mientras el rubio se sintió   dominado.

-…  -Estaba  inquieto ante aquella miraba de su compañero. -<<no me mires, no mires!... si sigues viéndome así yo…>> -pensó para luego cerrar los ojos  y evitar verle. En eso sintió una gran puntada que por poco le hace desmayarse; a causa del dolor  no pudo evitar soltar una lágrima. En ese momento su compañero le abraza fuertemente como si tratase de darle fuerza para soportar tal dolor.

-Aguanta Kurapica… estoy contigo.

-Due…le.

Cuando finalmente  el dolor disminuyó; Kurapica tendió a  respirar más calmadamente y se tranquilizó un poco; dejando su cabeza apoyada en el abrazo que su amigo le daba.  Leorio sin soltarle ni un segundo no pudo evitar ver que la camiseta que traía kurapica estaba demasiado sudada a causa del esfuerzo y tal vez la fiebre había vuelto. Quiso cerciorarse y unió su frente a la del rubio para ver si tenía fiebre.

-Creí que tenías fiebre nuevamente.

-Estoy bien

Aquella escena duró por lo menos un rato en la que ninguno estaba dispuesto a separar su frente de la otra; si bien eran inconscientes de lo que les sucedía en aquel momento. Hasta que Kurapica reaccionó y acercó sus labios un poco; Leorio no se apartó y al contrario encontró aquellos con los suyos en un cálido beso.

Aquel beso fue largo. Querían probar sus bocas, sus lenguas , sus labios;  querían sentir como el otro intentaba probar aquella comisura  con locura; sentir la intromisión de la lengua del otro dentro de su boca  hasta el fondo como si fuese a devorarlo. Se detuvieron a tomar algo de aire, en especial el rubio que debido al dolor tenía dificultades de respirar bien.

Si había un momento para retractarse era este; en el que  sus labios se habían separado. Kurapica como que tendió a retroceder muy confuso a lo que Leorio le ataja con un nuevo beso en el cual el rubio se dejó llevar.

-Leorio… -Dijo al sentir las manos de su compañero recorrer toda su espalda.

Sintió como el medico acariciaba sus hombros; como deslizaba una mano por su espalda y todo aquello sin dejar sus labios de lado en ningún instante.  Suavemente dejó que Leorio le sacara la chaqueta pues frio ya no sentía;  subió aquella camiseta y apreció el abdomen y pecho del rubio como se movían producto de la agitación.  Volvió a besarlo mientras comenzaba a desabotonar su camisa y desanudar su corbata; Kurapica le ayudó  a deshacerse de aquellas ropas mostrándole al rubio  todo su torso.

Mientras los besos continuaban; ambos estaban abrazados buscando el contacto de sus torsos; sentirse la piel, como sudaba por el contacto entre ambos.  El de lentes dejó descansar los labios del rubio para irse a su cuello y orejas;  mientras que el rubio trataba de aguantar las sensaciones de aquellos besos y lamidas  que poco a poco bajaban más. Cuando llegó a su abdomen no contuvo más  y pegó un gemido largo al sentir como  aquella lengua invadía su ombligo.

-aaaahh!...

Fue recostado y sintió la presión del pantalón de su amigo en  su cadera. Leorio lo había abierto de piernas y se posaba en el para frotar ambos pantalones; sentía indirectamente con cada movimiento algo demasiado placentero por lo que no pudo ocultar más el rubor en su pálido rostro.

-Kurapica…

-Leo…rio… ah! … no sé si debamos…

-No me hagas detenerme… kurapica…

De pronto sintió el tacto de una mano bajo su ropa;  si bien el mismo estaba pidiendo que se detuvieran, su cuerpo reaccionaba en contra dejándose manosear y no dudó en hacerle lo mismo a su compañero  metiendo su mano  por la cremallera. Se asustó cuando sintió tal tamaño; másaún cuando se dio cuenta de que  el medico estaba retirándole los pantalones.

Kurapica no razonaba ya; el tacto en su entrepierna lo tenía en un trance mientras le era arrebatado de su mano el miembro de su compañero quien comienza a frotarlo entre sus muslos.

-Leorio … ah!!

-Déjame tenerte así un rato Kurapica… se siente demasiado bien

Sentir aquella cosa deslizarse era un cosquilleo tan grande que  le hizo venirse en la mano de Leorio. Avergonzado tendió a retirarse pero su compañero le retuvo frotándose mas rápido. Con aquella mano bañada en la sustancia del rubio; intervino en la entrada de este con un dedo.

-Aaaah! ¿Qué… hace--¡

La intromisión era un poco dolorosa pero poco a poco lograba acostumbrarse para luego sentir un segundo y tercer dedo dentro de él.

-ahh! Detente… por favor…

Leorio se detuvo pero el movimiento de las caderas que inconscientemente el rubio hacia le hizo retomar con algo un poco más grande. Para cuando Kurapica sintió la invasión y la unión de su cuerpo con la de Leorio; gimió dolorosamente para luego poco a poco invadirse de un tremendo placer. 

 

 

 

-Deberías dormir un poco.

-Mira quien lo dice; tus eres quien menos duerme

-Kurapica…

-Dime.

No supo cómo decirlo y calló  un segundo para luego sonreír tristemente. Sabía que el rubio intentaría irse para enfrentar a la araña; sabía que  si se volvía a dormir es posible que no despertara. Aun así volvió a pedirle que descansara.

-No tengo sueño. –dijo aunque sus ojos reflejaban agotamiento.

-Entonces no te molesta si duermo un rato. –Dijo el mayor para cruzar sus brazos por el menudo cuerpo del ojirojo. –Quiero dormir sintiéndote cerca.

-Ni modo. –rió para luego dejar que su amigo durmiera abrazado a él. El cansancio le llamaban y el sueño se dejaba caer; pero Kurapica trató de no dejarse vencer. No ahora.

Finalmente sus ojos se cerraron

 

Notas finales:

Espero les guste y desde luego sus reviews

los kiero!


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