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Frio Sentir por Mero_Luz

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 Grandes muros de piedra y serpenteantes pasillos que se perdían a la vista hacia de ese lugar un inmenso laberinto, si no fuera porque llevaba milenios recorriéndolo seguro que se extraviaría y terminaría perdiendo la cordura como lo hacían sus víctimas.

 

Ciertos detalles no permanecen con el tiempo, pero en cambio otros sucesos nunca se borraban y quedan en la memoria gravados como el primer día. Sus recuerdos más nítidos, al contrario de todos los demás vampiros, eran los de antes de su trasformación.

 

Recordar a su lautn (1) no le traía sentimientos nostálgicos, solo reflexivos.

 

Etruria se regía por un sistema de Estados, muy parecido a la jefatura y a los sistemas tribales. Por esa época las culturas italianas no tenían países consolidados. Su gobierno se basaba en la teocracia, de modo que se creía que la autoridad central de todas las tribus y clanes, tenía el poder sobre la vida y la muerte, y él como Lucomo (2) tenía ese poder supremo.

 

Normalmente los Lucomos duraban en ese cargo un año; pero él, fue el único en lograr perdurar cinco años siendo a la vez uno de los más jóvenes… pues contra los beneficios de su forma de Lacair (3) nadie se podía quejar.

 

Las técnicas militares superiores que ejerció hicieron de su pueblo el dueño del norte y centro de la Península itálica en el siglo VIII a.C.

 

Como monarca absoluto era el encargado de distribuir la justicia, actuaba como sumo sacerdote y comandante del ejército.

 

En aquel entonces confiar en alguien más que él mismo era el más grande de los peligros, sin embargo lo hizo, confiaba en Kamilo Sberna.

 

Era el hijo de uno de los poderosos 12 del pueblo Etrusco. Muy joven con respecto a él mismo, que de por sí lo era, fue un muchacho callado y pensativo, pero no por eso de pequeñas ideas, desarrollo los cimientos de todo lo que seria los avances arquitectónicos y políticos de esa época, tuvo gran relevancia en la cultura y arte del momento, aunque eso lo descubrió mucho tiempo después de la muerte del chico.

 

Fue la época que conoció a Aro, Didime y Marcus, se presentaron ante él como dos de los de los doce gobernantes de Etruria. Le sorprendió desde el mismo momento en que se conocieron, con conocimientos tan exactos de lo que pensaba y sentía, claro que después de conocer los poderes de Aro y Marcus no era cosa de asombrarse .

 

Estos le hicieron una propuesta a la que no pudo negarse… la vida eterna. No fue algo que siquiera dudo en hacer, aunque si en creer.

 

De eso ya casi habían pasado aproximadamente 3000 años, sin embargo todavía recordaba a la primera persona que mato claramente.

 

Volverse vampiro, fue para él como si le hubieran dado el poder del que siempre alardeaban sus ancestro, pensaba y aún mantenía ese pensamiento que debía explotarlo y sacarle todas las ganancias que pudiera de ello, sin el temor de morirse se hizo más temerario y arrogante de lo que ya de por si era.

 

-¿En qué os has convertido?- fue la calmada pregunta que le hizo su joven mano derecha al verle alimentarse de una doncella.

 

-En un Dios- le respondió con soberbia.

 

-O en un monstro- fue su seca respuesta y sacando una espada la apunto hacia él.

 

El vampiro lo había querido transformar para que sintiese lo que él era ahora, pero el muchacho al verse perdiendo y adivinar sus intenciones, tomo su propia espada y se hirió mortalmente.

 

-Se a que soy fiel, ni con vuestros tesoros, ni vuestros poderes, haríais que venda mi alma-

 

A pesar de que consideraba esa las palabras más estúpidas que el muchacho la había dicho, nunca las olvido, ni esas palabras ni a Kamilo Sberna.

 

Fue después de su muerte que se enteró de lo que pensaban sus súbditos de él y el muchacho, los muros de los mausoleos estaban decorados con figuras en honor a ellos dos, desnudos o semidesnudos, en posiciones a veces sexuales, mostrando abiertamente escenas de homosexualidad.

 

No por nada los romanos veían a los etruscos como gente promiscua y que tenían muy poca estima a la mujer.

 

No creía que Kamilo supiera sobre esas pinturas, pero si era responsable las obras de arte que eran los sarcófagos de la aristocracia, gracias a él empezaron a realiza esas auténticas obras de arte que requerían tanto esmero, la mayoría representando a la persona en la flor de la vida… como si fuera inmortal.

 

Por fin encontró su cena, el humano corría pero una vez encontrado era muy difícil que perdiera la pista de su presa, tomo al hombre del cabello y le partió el cuello sin ningún esfuerzo, su sangre estaba caliente y sacio su sed enseguida.

 

Debía dejar de pensar en eso, al final había tomado como compañera de vida a una Romana que compartía su forma de pensar, Atenodora. Si alguna vez compartió un lazo muy fuerte con ese humano, como le había dicho Marcus, no volvería.

 

Sin embargo, un sutil olor le llamo poderosamente la atención, se inclinó sobre el cadáver que había tirado al piso al cumplir su función, registró en su chaqueta y encontró un pañuelo con las iniciales CD, de ahí venia el olor, lo aspiro y sintió como la ponzoña se le acumulaba en la garganta. Se rebajó a seguir buscando cosas en ese cuerpo sin vida y encontró una foto de una orquesta juvenil, al parecer eran extranjeros, todos los integrantes estaban con sus instrumentos en orden, pero una persona llamo su atención.

Kamilo

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Llevaba un mes encerrado en aquella habitación, uno de esos monstros lo había separado de sus compañeros y llevado ahí, los vio matar y devorar a más de uno de sus conocidos, no tenía duda que estaba en la puerta del infierno.

 

Sin embargo, estaba vivió y a angustia por no saber que harían con él lo estaba consumiendo, casi no dormía ni comía, despertaba en las noches asustado y confundido, solo el sueño del ángel de cabellos rubios lo mantuvo con condura, soñaba que un hombre angelical lo arrullaba y lo calmaba con cariño casi paternal.

 

Al menos así fue hasta que se enteró que ese ángel de nombre Caius y era otro vampiro más.

 

Vio su violín sobre la mesa y sintió la necesidad de tocar, no lo había hecho desde que llego a ese lugar.

 

Sintió su alma elevarse con los primero sonidos, su cuerpo se relajaba y su mente entraba en una paz que era como llegar al cielo, toco y siguió haciéndolo porque lo necesitaba.

 

Cuando por fin se detuvo vio al vampiro de cabello amarillo y ojos rojos sentado en una silla en la parte central de la habitación, había prendido la chimenea y todos los candelabros del lugar, aunque el muchacho ensimismado en su música no lo había notado.

 

-Tocas muy bien- le dijo y no era el primero que lo hacía, tocaba desde muy pequeño y no por nada era el violinista principal de su orquesta o por lo menos lo era.

 

-Gracias- se limitó a decir sin  mover un musculo y viéndolo fijamente.

 

–Siempre fuiste un artista- otra vez volvía hablar de él como si se conocieran -Ven Kamilo- el vampiro estaba empeñado en llamarlo así desde que lo vio, lo había corregido, diciéndole que se equivocaba de persona, que no era quien creía, pero poco caso de hacia el otro.

 

Miro desconfiado el cojín azul que estaba entre las piernas del vampiro, el lugar al que le había indicado el vampiro que se acercara.

 

Podía negarse, pero eso no lo llevaría a ningún lugar, sabía que el “hombre” si se le podía llamar así, haría con él lo que quisiese. Trago fuerte, dejo su violín a la orilla de la alfombra roja circular donde estaba la silla del vampiro, si lo mataba no quería que su querido instrumento se manchara de sangre y se sentó de espalda donde se le indicaba, se sintió algo molesto consigo mismo, pero ya estaba resignado que pasare lo que pasare no podía hacer nada.

 

El hombre le quito la camiseta casi desecha que aun cargaba y la tiro lejos, el frio de sus manos lo estremeció completamente, la mano soltó la cola que recogía su largo cabello castaño y sintió como lo dejaba caer en cascada una y dos veces para luego recogerlo con su mano de nuevo.

 

-Hueles delicioso- esas palabras le causaron terror pero no se movió, sintió como el vampiro se pegaba más a él al inclinarse

 

-Tu serás mi hupshu (4)- dijo el monstruo posando sus labios en el cuello del muchacho.


Y como final… la imagen culpable de este relato.

 

Notas finales:

 


Si, por los momentos aquí termina, ¿Qué creen ustedes? ¿qué lo trasforme o no? ¿Qué sentía por Kamilo? ¿Qué sentirá por este muchacho?


Todas estas son preguntas que yo misma me hago, pero por los momentos no creo que continúe esta historia, porque no se que hacer con ella, la quería lanzar como desafío, pero casi nunca nadie responde a ellos, sin embargo si se imaginan una continuación para esta historia cuéntenmela para ver si junto nos inspiramos. Lo único malo que le veo a la historia es que de haber una continuación tendría que aparecer Atenodora y esa mujer no me cae nada bien y eso que ni me la he imaginado bien.


Las palabras etrusca tienen el siguiente significado:


(1)    Lautn significa en etrusco familia


(2)    Lucomo: palabra que designaban para el líder de todos.


(3)    Lucair: gobernar


(4)    El pueblo llano recibía el nombre de hupshu, gentes de condición semilibre, ya fueran pequeños campesinos o artesanos. Originalmente "libres", fueron mermando cuantitativamente y empobreciéndose debido a las grandes imposiciones fiscales y militares. Finalmente, algunos acabarían por entrar en una situación de "siervos por deudas", debido a que no podían pagar a tiempo a sus prestamistas.


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