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Fire por Babygirl

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Notas del fanfic:

Bien, jeje, como habrán visto en el resumen, este finc lo escribí por que hoy 3 de diciembre cumple años el rubio >3!

Por otra parte, desde hace tiempo quería escribir un finc con esta idea "La piromanía", precisamente con este personaje. Les explicaré por que: ¿Recuerdan que en la serie de Death Note, para escapar de la policía, Mello hizo estallar el cuartel de la mafia? A raíz de esta idea varios fanáticos han hecho finc's, doujinshi's, incluso fan'art's con la idea de que Mello es un piromano. PERO, sucede que esta idea solo suelen verse en los finc's, por a si decirlo, NO yaois, no sé la razón, pero nunca he encontrado un finc yaoi con esta idea. Y ¿Por qué no ser la primera >D

Sin más distracciónes: LEAN Y COMENTEN!

ADVETENCIAS: Muerte de un personaje, Parafilias.

Fuego

Único capítulo

Por/ para Mihael Kelh

 

“Después de presionar aquel botón, el fuego comenzó a expandirse por todo el recinto, quemando a su paso cualquier objeto material que se opusiera en su camino, incluyendo la carne humana que se ahumaba ante su roce, sin piedad, ignorando los gritos desgarradores provenientes de las gargantas de sus víctimas. Parecía llegar de todos lados, como si de hecho aquel fuera el propio infierno que había caído, junto a sus demonios, en este mundo. Mello era uno de esos demonios. En ese momento se veían sus maravillados ojos, anclados en aquel paisaje apocalíptico que presentaba aquel incendio, fascinado, se incineraba al igual que los otros ante su abrazante calor.”

 

Es curioso como la vida de alguien puede acabar en segundos,  hoy lo viste frente a ti, con una sonrisa en la cara y, entonces, al día siguiente te toca ir a su funeral. Más o menos así Mello había asimilado la muerte de quien para él pudo haber sido algo más que una motivación, Ryuuzaki, L, Erald Coild,  Denueve, como quisieran llamarlo, pues cierto era que de hecho nadie sabía su verdadero nombre…

 

“Corrió de un lado al otro en las ya casi destruidas instalaciones, el aire le faltaba, todo el cuerpo le dolía, las piernas le temblaban y de sus ojos se escurrían lagrimas productos del sofocante humo que habitaba en sus pulmones. Iba a morir, estaba seguro de ello, de aquella no saldría. Ya nada se distinguía entre aquel juego de colores cálidos que se habían apropiado de su mirada, solo se podía apreciar el rojo y el naranja saltando como chispas de un lado al otro, devorando el lugar.

Siempre había ocurrido así, al toparse inevitablemente con el fuego a su vista su mente se detenía en un anhelo de su hermosura, cerrando sus ojos, intentando retener un poco de aquella belleza en su mente, pero era inútil, tal cosa no podía ser encerrada en ojos de nadie. Y aquella no había sido la excepción, reprimiendo sus propios impulsos intentaba pensar en todo aquello que no se asemejara a lo que había a su alrededor, la calidez de aquellas llamas hechizaba su cuerpo y su mente y no podía darse tal lujo de terminar calcinado. Pero era tanta su belleza que se tornaba inevitable.”

 

Los primeros años de su vida fueron felizmente vividos en una pequeña locación de Inglaterra, junto a sus padres y su joven hermana. A los cuatro años comenzó a estudiar en una escuela cercana, y con el tiempo, las notas que traía a casa eran más que sorprendentes, tanto así que eran causa de admiración de tanto alumnos como profesores, y su singular parecer llegó a los ojos de más de una chica. Aquel niño podría haber sido dueño de un expectante futuro, sino hubiera sido por que una despejada noche de diciembre, aún pobre miserable se le ocurrió la idea de conducir con un alto grado de alcohol en la sangre, chocando inevitablemente con el auto de sus padres. Que cruda realidad podía ser la muerte para un niño de su edad, ver como sus padres agonizaban ante las llamas provenientes de el tanque de gasolina que había acabado de estallar fue una imagen que se le grabó en la mente, y de allí nunca más salió.

 

“Sus pies se vieron incapaces de seguir su recorrido, esa lucha eterna que había intentado realizar era inútil, el camino acababa aquí, este era su final, se dijo. Su vista recorrió una vez más las llamas del edificio, su único consuelo era morir de aquella forma, entre lo que siempre lo había representado a él, y a su alma. Se había levantado temprano en este mundo para ser el que cayera ante su propio juego, era una pequeña llama que aún con su gigantesca magnitud se apagaba en segundos. Por ello mismo, aquellas palabras rebotaron rebosantemente en el interior de su mente, dispuestas a enloquecerlo y privarlo de toda cordura. “Tú, Mihael Kelh, eres una Llamarada*”

Una pequeña risa se escapó burlonamente de sus labios, otra vez, y una vez más, hasta que esa débil risa se torno en una horrenda y potente carcajada que resonó por cada rincón en pie del edificio. - ¿¡Quién te creías, Kira, para pensar tan siquiera en enfrentarte a mí?! ¿¡No te das cuenta de todo lo que soy, todo lo que represento?! – gritó, alzando sus brazos, queriendo atrapar los fogonazos de aire caliente, con una sonrisa torcida curvada en sus labios, sintiendo como si el mismo infierno le estuviera dando fuerzas para gritar. - ¡Yo soy Mello, Mihael Kelh, el líder de toda la Mafia Americana!sus ojos se extraviaban en cada rincón imaginable, coloreándose sus pupilas de rojo amarillento ante su reflejo. Envuelto en llamas, Mello se regodeaba de todo su poder. - ¡Tal vez seas Dios, pero yo soy algo mucho mejor! ¡Yo soy invencible, yo soy el mejor de todos! ¡Yo soy fuego, Kira! ¡Yo soy el Diablo!

 

Meses después se encontró en una vida totalmente distinta, en un burdo orfanato inglés que ni espacio tenía para la cantidad de niños que albergaba. Insípido, acumulado, estúpido, millones de calificativos podría de darle, lo sabía. En sus instalaciones no habitaba ningún tipo de orden, todo se llevaba a cabo a la improvisación y nada se premeditaba, eso le molestaba, lo hacía enloquecer el desorden.

En la cocina solían dejar los fósforos tirados después de  cada comida, y pocas ayudantes fueron las que se dieron cuenta que, tales fósforos, desaparecían más o menos una vez a la semana. Tales fósforos llegaban a las manos de Mello, y poco más tarde eran gastados en su totalidad en millones de acto pirómanos, incendiar una pequeña hoja de papel, la rama de un árbol, sus propias camisas que ya eran lo suficientemente viejas como para no ser utilizadas, y, por qué negarlo, incluso se había quemado al mismo por diversión en sus respectivas ocasiones. ¿Y por qué? El por qué era muy sencillo, ver las flamas hacer desaparecer algo, cualquier cosa, en cuestión de segundos, era un acto que sencillamente lo excitaba.

Pero allí la gente era estúpida, casi analfabeta, carente de cualquier cultura que uno pudiera proponer. O eso pensaba, hasta que conoció a aquel chico que pronto se volvería su mejor amigo.

Su nombre era Mail Jeevas, y había sido transferido al orfanato unos meses después de él. Al principio, fue como todos, un idiota, un imbécil que solo gustaba de jugar en los irreparables computadores de la sala de estar. Pero un día, aquel chico que se había convertido en su compañero de habitación, entró en medio de aquel show flamable que gustaba de realizar. - ¿Qué haces? – preguntó, hundido en la confusión al ver a su compañero de cuarto mirando, observando detenidamente como un pedazo de papel era consumido por el fuego de su encendedor. Mello no le prestó atención, su mirada permaneció fija en el papel, ya casi negro, que sostenía en su mano. Matt se acercó hacía él, intentando comprender su pequeña diversión, sin éxito. Mello observó su rostro por un mínimo segundo ¿Y quién diría que su fascinación fue la misma al ver las flamas, ante aquella belleza de su reflejo en los ojos de Mail? Quién diría ¿Eh? Que sus ojos verdes se encendieron ante tal espectáculo lleno de chispas, amarillo, rojo, papel chamuscado, sentía aquello mismo, relajación, placer, interés, curiosidad y atracción, esa gran liberación, ese gran alivio al encender el fuego. Esas emociones eran las que su mirada le traía, lo que él le hacía sentir.

Mail Jeevas fue su primer y más grande amigo, un amante también, el único que lo comprendió en su totalidad, y lo acompañó hasta el final, y eso era algo que jamás olvidaría. Porque también entendía su soledad. Algo, sabía, sería su más grande confort al momento de su muerte, y ese era el ver una vez más a Matt, que había sacrificado ante la esperanza de ganar…, que imbécil…

 

 

“Sus delirios poco a poco se fueron apagando en aquella pequeña zona cercada por las llamas, su cuerpo se relajó por primera vez en mucho tiempo, y en ningún momento se vio dispuesto a detener su caída. El piso golpeó su rostro con más rapidez de la que esperó, su respiración agitada fue perdiendo potencia, viéndose sus pulmones llenos de humo, viéndose incapaz de inhalar una bocanada más de aire, elemental para la vida. Por su mente corrieron los momentos que pasó con Matt en La Casa de Wammy’s, fueron vislumbradas pequeñas memorias de un pasado vivido en Inglaterra, el rostro de L sonriéndole una vez más, e, incluso, aquél chico llamado Nate River cursó su mente, tan impecable, siempre tan perfecto…, pero lo perfecto era aburrido. ¿Qué coño importaba ahora? Lo único que importaba en aquel momento era que, calcinándose lentamente, en una horrible tortura que paró en segundos, Mihael Kelh al fin obtuvo su tan anhelada paz que se camuflaba en fuego, que al fin se había hecho uno con él…no…, siempre fueron uno solo.”

Notas finales:

Como se habrán dado cuenta, hice dos historias en un solo cuento (las partes en cursiva eran una, y las que no, otra) De hecho, la razón es que escribí las dos historias por separado, la primera que escribí fue la que no estaba en cursiva, pero me di cuenta de que no conseguía darle un cierre, así que escribí otro,(el que estaba en cursiva) pero tenía muy escaso contenido, y no me gustaba. Así que resolví juntarlas xD.

No es muy sentimental, o trágico como otros que he escrito, la historia lo es, pero no irradía esa emoción ( a mi parecer), lo hice por que, de hecho, Mello no es de esos personajes sentimentales o ese tipo de cosas y creo que ni el mismo (si hubiera existido) se hubiera tenído pena. Decidí sacar a Near de todo esto, también a Kira..., incluso a Matt, por que yo venía aquí a hablar de Mello Y el fuego que poseía adentro. (?)

(si alguien me comenta me alegraria mucho)


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