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Subtítulo por SasuDaiii

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Notas del fanfic:

Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Lalalalalala~ ¿Me extrañaron? 

*cri cri cri*

Nadie se acuerda de mí, lo sé. 

Subtitulo

By: SasuDaiii

“Comenten porque tengo un pollo y no dudaré en usarlo.”

 

Capítulo 1. Rechazo.

12/Feb.

Me había cuestionado al respecto durante la noche anterior y lo que llevaba de la mañana, y aún no sabía si era lo correcto o no; después de todo, en el amor, yo era uno de aquellos que simplemente dejaban todo en cuestión de la suerte. No me enorgullecía de eso, pero al final representaba una caída menos dolorosa.

Aun así, llevaba más del tiempo jamás creído enamorado de aquel chico. ¡Un chico! Impensable, yo, Naruto Namikaze, enamorado de un… chico, y no era cualquiera, era nada más que Sasuke Uchiha. Un bastardo orgulloso consciente de lo que causaba tanto en chicas como en chicos.

Entonces, sin pensar en aquello más de lo debido, lo cual fue simplemente inútil, me encaminé hacia él con fingida valentía, plantándome ante él y sus amigos; las miradas de una multitud improvisada se posaron en mí,  logrando estremecerme ante su cautivadora mirada. Me era imposible el tan sólo hablar, si me observaba con aquellos hermosos ojos.

—Hola— Dije no recibiendo respuesta, tal y como lo había supuesto, no por algo me había enamorado de él, tal vez era eso lo que tanto me fascinaba de él, esa indiferencia ante todo y todos, aquella presencia idónea y sólo Dios sabe por qué perfecta. En un pobre intento de recuperar la poca valentía que albergaba, estiré  mis torpes manos hacia él de manera casi automática, posando aquella carta que tanto me había costado hacer, ante sus ojos. Sasuke la observó detenidamente y desvió la mirada diciendo con una absurda e innecesaria pedantería  —No la quiero.

¡Maldito! Ya sabía que era  un suicidio; pero, de ahí a rechazarla en frente de tantas personas, bueno, eso era… Humillante.

Absorto en mi mundo lo observé irse junto a Suigetsu, provocando así las risas  de todos a nuestro alrededor.

 

____SN___

 

— ¿Qué tú hiciste qué?— Exclamó Sakura eufóricamente, siendo lo primero que me decía. No había siquiera esperado a estar junto a mí, ¡No! Para ella no era suficiente humillación lo que ya hace unas horas había acontecido, entonces, tal vez no le parecía tan mala idea avergonzarme aunque fuera un poco más.  Con el ceño fruncido mirándome desde la puerta del salón de clases se encaminó hacia mí, con paso decidido y pendenciero, como si esperara el momento perfecto para arrancarme la cabeza de un solo, conciso y fuerte tirón.

—No quiero hablar de eso— Susurré tapando mi cabeza con ambas manos. ¿Es qué era mucho pedir algo de  privacidad? Demonios.

—Naruto… vamos, no es tan malo— Farfulló Ten-ten, en un vacilante intento de aliviar mi angustia, el sonido de su voz se escuchaba tentadoramente tranquilizador dándome la fortaleza para así realzar mi rostro aunque fuera tan solo unos cuantos segundos y poder determinarla; Me sonreía tiernamente, con sus ojos cerrados, dejando ver unas diminutas arruguitas  cerca de las comisuras de sus labios.

—Sí, lo es— Respondí, dejando salir un largo suspiro de mis labios. ¿Cómo no podía ser tan malo según ella?… ¿Acaso había algo peor que ser rechazado por un idiota arrogante al frente de todos? Y, sincerándome, lo peor de aquello no había sido el rechazo, sino aquel terrible dolor que me dejaba sin aliento. Me encontraba tan desprotegido, tan afligido, confundido, atormentado, desecho, destruido, perdido. Qué sentimiento tan desolador albergaba mi idiota corazón.

Unos gritos se escucharon en el pasillo para luego entrar un lloroso Kiba, sin expresión alguna en mi rostro diferente a la de la obvia tristeza, lo observé. Agradeciéndole mentalmente, ya que sin que éste lo supiera, me había liberado de mi propia autodestrucción. Sus gritos me habían hecho volver a la absurda realidad. Suspirante golpeé suavemente mi cabeza contra el pupitre en un pobre intento de calmarme.

— ¿Por qué?— Exclamó Kiba caminando hacia mí.

—No importa cuántas veces lo intente— Añadí devastado, arrastrando mis palabras de manera lenta y pausada. Todos estaban ahí, Sakura, Ten-ten y el idiota de Kiba, quien seguía alardeando cosas sin sentido.

—Aún hay muchos peces en el mar— Comentó Sakura, en un intento de parecer relajada. Vaya, ahora resulta que quien hace tan pocos minutos me había reclamado tal descaro ahora me alentaba… resultaba un poco descaradamente hipócrita para mí.

—Sí, cierto— Exclamó Ten-ten —Estarás bien…— Lo último fue un lastimero susurro.

—Naruto, ¡Yo nunca te haría algo así!— Exclamó Kiba de nuevo, haciendo que finalmente le mirase. Demonios, Kiba a veces podía ser tan… Irritante, pero no le culpaba. De cierta manera ese ser tan ridículo alegraba ligeramente mi existencia. 

Toda esta situación era tan grotesca y pensar que en esa estúpida carta solo decía:

 

Hola, Soy Naruto Namikaze,

Y… Estoy enamorado de ti.

 

—Ya ríndete, Kiba— Le dijo finalmente Sakura a Kiba quien seguía con un pendenciero discurso sobre nuestra vida juntos, Vaya chico. ¿Es que no pensaba rendirse jamás?

—Eso nunca— Farfulló para darse vuelta e irse siendo seguido por Sakura, quien empezaba a gritarle cosas sin sentido, logrando que éste sólo se exaltara, empezando así su habitual pelea mañanera.

Suspiré y alcé la vista para observar a Ten-ten quien continuaba junto a mí, sin decir nada, en total  y completo silencio. Comprendiendo bien mi lenguaje corporal. Estar con ella era tan glorioso como satisfactorio, comprendía con exactitud lo que deseaba y lo que No. —No estés deprimido— Me suplicó Ten–ten con una sonrisa cálida sobre sus labios.

—No lo estoy— Aseguré con media sonrisa sobre mis labios haciendo que esta enarcara su ceja sarcásticamente.

—¿Ah no?— Preguntó, sin tragarse una sola palabra de tal vez la mentira más grande jamás dicha.

—No, gracias a eso podré olvidar a ese bastardo— Murmuré  intentando parecer creíble pero logrando solamente la sonrisa más descaradamente divertida que jamás le había visto a Tenten posarse sobre sus delgados labios.

—Ahí viene ese Bastardo estúpido— Dijo, sin perderse ninguna de mis deliberadas expresiones.

—Yo nunca dije Estúpido— Murmuré para mí mismo, provocándole una escandalosa y divertida carcajada, entonces sin más acarició mi mejilla dulcemente para irse hacia su asiento. El cual estaba lejos, tal vez demasiado, del mío. Suspirante  dirigí mi mirada hacia la puerta para así observar a Sasuke quien se hallaba recostado a la pared rodeado de al menos unas diez estudiantes, Mujeres, del salón. Éste parece molesto y, sin decirles nada, se abrió paso entre ellas para luego sentarse delante de mí,  ante la censurante mirada de las que ahora -tal como yo- habían sido rechazadas, para así dejar la mochila en el espaldar de su silla.

 

___SN___

 

—¡Reunión en la casa de Naru-chan!— Exclamó Kiba, con una vivaz y llamativa sonrisa. Dejándome total y completamente desconcertado.

—¿Eh?— Pregunté con fingida indignación en la voz. Siendo ignorado como de costumbre por todos los presentes.

—Es lo mejor para un corazón roto— Agregó Ten-ten, con una sincera sonrisa sobre sus labios.

—¿Y tú lo sabes porque…?— Cuestioné, mirándola fijamente con los ojos entrecerrados, esperando a que comprendiera e hiciera entrar en razón a los demás. Dios… sólo quería tener paz y estar solo, ¿Era mucho pedir? Naturalmente, fue en vano, aquella chica de la cual me había vanagloriado por comprender a la perfección mi lenguaje corporal ahora sólo me ignoraba, haciendo caso omiso a mis plegarias silenciosas.

—Esta vez apoyo a Kiba— Inquirió Sakura con una sonrisa sobre sus labios.

—Sólo quiero estar solo— Comenté, implorando a que mis indirectas surgieran algún tipo de efecto.

—Bien, tienes hasta las seis para estar solo— Respondió Kiba, sonriente. Bueno, se podía decir que lo había intentado, qué más daba, sólo el mismísimo Dios lograría convencerlos de lo contrario. Sin agregar nada, dejé escapar un hondo y pesado suspiro.

—Adiós, Naru—chan— Dijeron casi momentáneamente para marcharse sin dedicarme una sola mirada más.

Suspiré resignado y caminé hacia la casa, intentando concentrarme en mi ahora presente rabieta, para no centrarme en aquel bochornoso acto, del cual extrañamente no me arrepentía ni un poco. ¿Por qué  lo haría? Era como quitarse un gran peso de encima, extrañamente satisfactorio.

Luego de una corta caminata, llegué en cuestión de minutos a mi hogar, para así  gritar — ¡Hola!— Un saludo que no iba a ser reciproco, como suponía, debido al viaje en los que mis padres se encontraban ahora por cuestión de negocios.

Ya dentro del mismo caminé hacia mi habitación para quitarme la camisa y arrojarla sobre la cama, e ir en busca de una bebida, necesitaba un refrescante y prologado trago para poder finalmente relajarme.

Oh, y cómo me hacía falta un buen baño y una larga siesta, claro está una siesta hasta las seis, ¡Maldita sea!, refunfuñando mentalmente caminé hacia la cocina para tomar de la nevera una lata de mi gaseosa favorita.

—Hola, Naru-chan— Me saludaron justo detrás de mí logrando asustarme; entonces, en un rápido movimiento, me di vuelta arrojando la lata de soda que ahora estaba entre mis dedos, para así lograr golpear la pared, haciendo que esta se estallara, derramándose por completo —¡Demonios, maldito viejo! ¿Cuántas veces te he dicho que me avises cuando vengas?— Exclamé exaltado mientras éste dejaba salir una estruendosa carcajada.

—Calma, Naru-chan ¿Acaso no ves que tenemos visitas?— Cuestionó con una cálida sonrisa sobre sus labios. Sin haber notado aquel pequeño percance, sacudí mi cabeza intentado mantener la compostura.

—Hola, mucho gusto. Yo soy Naru…— Mis palabras se cerraron en mi garganta tal y como sí me hubieran golpeado un puñetazo en el vientre. ¡¿Sasuke?! ¿Qué demonios hacia él en mi casa?

—… ¿Sucede algo, Naru?— Cuestionó mi padre con un tono de preocupación en su voz. Desdeñoso, negué suavemente con la cabeza para así mirarlo y decir:

—¿Sera que podemos hablar en privado?— Pregunté mirándolo suplicante, a la espera de que éste comprendiese mi urgencia por casi salir huyendo de ahí, pero nada. No lo entendía, en lo absoluto,…Y se hacía llamar genio, Dios, por qué tenía un padre tan ¡Idiota!

—Basta de estúpidas cortesías, pequeño. Di lo que tengas que decir—  Mencionó con una dulce sonrisa sobre sus labios.

—No, nada— Inquirí suspirante —Ahora sí, dime, ¿qué necesitan?— Pregunté intentando sonar  con la mayor entereza posible, esperando por la explicación de mi padre, la cual fue una breve y corta respuesta, algo como —Te irás a vivir con ellos—. Oh sí, algo como eso dijo, con la mayor fluidez y tranquilidad posible, después de todo, qué rayos importaba el mudarme con la persona que hace tan sólo unas horas te había rechazado sin decoro alguno ante toda la institución. ¿Qué mejor cosa puedes hacer  que ir a vivir a su casa?

Luego de un tiempo mi papá finalmente comprendió que esas cosas se charlaban en privado, así que nos habíamos dirigido a mi habitación dejando a Sasuke y su padre, Fugaku, completamente solos.

—¡Demonios, papá! ¿Estás demente?— Exclamé arrebatadoramente —No lo haré, yo vivo en perfectas condiciones, aparte, ¿Qué te hizo cambiar de opinión así de buenas a primeras? Acaso tú  y mama ya no…

—Naru cálmate, te escucharán…

—¡Me importa un cu… Comino!— Grité interrumpiéndolo. Bueno, no era para tanto, de hecho no me podía permitir el ser tan egoísta. Aun así, la sola idea de vivir con Sasuke, vaya, no me la creía.

—Naruto, tu madre está embarazada— Dijo en un tono fúnebre.

… Lo suponía, tenía que admitirlo, ya se me había pasado por la cabeza aquella casi imposible suposición. Mi madre sufría de ovarios poliquísticos* y el tener un hijo para ella era casi un milagro, el haberme tenido a mí era el acontecimiento más milagroso de la vida de ambos. Pero era un riesgo demasiado grande,  si no se le cuidaba como debería ella simplemente moriría al igual que el bebé.

—De acuerdo, lo lamento— Inquirí sonriéndole entre dientes —Y más le vale que sea una hermosa niña porque si no, ¡Te juro que no le ayudaré a cambiar los pañales!

 

___SN___

 

Al día siguiente la familia de Sasuke me había ayudado a mudarme a su hogar dándome una hermosa habitación de color azul cielo, con toques blancos. No tenía baño pero aun así era bastante amplia, con un armario espacioso y una increíble y confortable cama. Era más de lo que jamás había esperado de ellos.

Luego de estar establecido, decidí acostarme un rato pero aquel anhelado letargo no duró demasiado, se vio interrumpido por la presencia de Sasuke, quien había abierto la puerta sin siquiera haber tocado antes.

Avergonzado me levanté para hacerle frente e intentar sonreírle, lo cual fue en vano. Sasuke quien no sonreía me observó por contables segundo sin expresión alguna en su rostro. Parecía tener prisa.

—Lo diré de tal forma que tu incapaz cerebro capte rápido. No comentarás esto a nadie en la institución, ¿de acuerdo?— Sin saber que decir, callé. Para luego justo en el momento que se escuchaba el suave golpe de la puerta al cerrar, tocar mi desbocado y presuroso pecho apreciando el latir de mi corazón…

… Latía a un amargo rechazo.

 

 

 

Notas finales:

 

C:  Ah que, Huhu xD. Nadie lee nunca esto. 

Lalalala x3. Tengo un bonito par de cocos, Nanana... b34;

¡Comenten! Lo ordeno yo o,ó

 


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