Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo mejor de ti por Hotarubi_iga

[Reviews - 493]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Desde hace un tiempo, mucho antes de retirarme de la página, comencé con un proyecto en el cual implicaba narrar en primera persona. Lo intenté con Yuki, pero no me sentí cómoda. Y luego de esa historia chafa que hice tiempo atrás y que borré finalmente (esa, en donde Shuichi iba a participar en una película basada en el libro de Yuki), decidí incursionar y practicar con un género más liviano y no tan duro como es el drama o la tragedia.
Al final y, luego de querer renunciar de plano al género del humor, probé narrar en primera persona basándome en la perspectiva de Shuichi, y me sentí mucho más cómoda. Así que, en esta historia, veremos relatos de Shuichi en los cuales contará situaciones livianas vividas con Yuki. (También, lo que él ve de Yuki). Mi idea es mostrar un Yuki mucho más... «humano», como Maki lo expone en el manga y que muchas desconocen, porque en la serie se encargaron de ponerlo como un ser parco y adusto.

Espero les sea de agrado. Y de antemano les digo que no esperen parodia o algo exorbitantemente chistoso. Estoy recién probando a ver cómo me sale este tipo de relatos.


Disclaimer: Gravitation no me pertenece. Es propiedad de Murakami Maki.

Lo mejor de ti

Eirin

— 1 —

 

Me levanté muy despacio para no molestar a la razón de mis desvaríos diarios. Él estaba tan bien durmiendo —babeando la almohada, como siempre— que no me atreví a despertarlo, aunque las ganas no me faltaron.
Cielos... ¿por qué tiene que ser tan endemoniadamente guapo? Me pregunto si habrá en este mundo alguien tan delicioso como él (Que quede claro que no estoy hablando de un dulce. Ni siquiera figurativamente). No, no lo creo. Definitivamente no hay nadie como Yuki.

Recuerdo cuando nos conocimos, y él, con su facha petulante, olímpicamente criticó mi penosa canción de amor. ¡Infeliz! me dolió como no tiene idea. Pero pese a eso no me di por vencido; luché para demostrarle que mi talento no podía ser cuestionado. Y ahora... luego de perseguirlo, de acosarlo —entre otras cosas— me encuentro colado en su cama, en su vida. Lo invadí sin pedirle permiso (sonrisa maliciosa). Sí... aún resuena en mi cabeza «sólo una semana». A él no le quedó más alternativa que tragarse sus palabras después de todo, porque ya llevamos dos años, siete meses, dos semanas y tres días juntos... muy juntos.

Yuki me tolera —y no le queda otra—. Con su mirada adusta y su parca actitud siempre intenta alejarme y dejarme en claro mi posición en nuestra relación, pero sé que en el fondo me ama; a su modo, pero a fin de cuentas me ama. Y no importa cuantas veces me corra del departamento, no importa cuantos improperios me lance cuando quemo la cocina o tape el baño: somos felices, y creo que eso cubre los puntos de «tolerancia receptiva» que existe entre los dos.

Viéndolo bien —y muy detalladamente— Yuki no es perfecto. Al igual que todos, tiene defectos y manías; y unas muy feas. Su pinta puede ser la de un dios sexual y viril que vuelve loco tanto a hombres como a mujeres —sobre todo a mí—, pero eso no le quita lo mañoso y lo despreocupado. ¿Cuántas veces le he reclamado porque olvida fechas importantes? ¿Cuántas veces lo he regañado porque se come una caja entera de chocolates sin siquiera dejarme las migajas? —Y se supone que yo soy el inadaptado—. Yuki es tacaño, presumido, inseguro, maniático y trabajólico. Todo lo que NO buscaba en una pareja. Pero dentro de todo ese paquete convencional y atípico que hacen de Yuki alguien único en su especie —aun así— me resulta maravilloso en su imperfección.

Siempre que puedo lo observo —es como una especie de pasatiempo cuando estoy de ocio en casa. Sobre todo cuando finjo estar “muy concentrado” escribiendo alguna canción—. Lo que más me gusta de él son sus ojos: no importa que estos sean como dagas filosas, porque logro en los momentos más inciertos robarle miradas dulces que me dejan sin aliento. Sus labios —¡sin palabras!—  Oh... ¡sabe besar tan bien! que no puedo evitar mordisquearlo cada vez que me besa, aunque eso a él no le guste, pero ¡no puedo evitarlo!
Otro de los tantos atributos de Yuki que me hacen ser gay a mucha honra es su... err... —¿es necesario decirlo?—. Como sea ¡me gusta! Y admitir que desarrollar cierta obsesión por su perfecto trasero no lo considero una debilidad propiamente tal. Es sólo que me gusta y ya. El resto del paquete es sólo un gusto adquirido. Y ni hablar de su cabello —que por cierto, puedo dar fe que es rubio natural—: me fascina. Y aunque a él no le agrade ser rubio —lo acompleja bastante— a mi me gusta tal cual es. Es como mi Brad Pitt japonés.

Ah... Yuki es un ser de otro mundo, ¡de otra galaxia! Ok, exagero, pero de todos modos me vuelve loco.

En fin... mejor me apresuro en terminar de ducharme o de lo contrario K vendrá a buscarme y eso no será nada lindo. Temo que uno de estos días me vuele la tapa de los sesos con un disparo.

Un ruido me hace pegar un brinco, y luego, unas manos me rodean la cintura.

—¡Yuki! —grito. Él está igualmente desnudo, apegado a mi espalda. Oh... como amo cuando tiene ese tipo de detalles. —Creí que estabas dormido.

—Con lo escandaloso que eres es imposible seguir durmiendo.

¿Tiene que ser tan poco romántico? Maldita sea, ¡es un novelista, por el amor de Dios! ¿No puede simplemente apegarse al guión?

—No hice ningún escándalo. —Bueno, digamos que hacer gárgaras matutinas se considera escándalo. Vamos... tengo una privilegiada voz que cuidar.

—Como sea —dice—, tengo que terminar mi manuscrito para hoy en la tarde. —Yo lo miro en silencio mientras se frota el cuerpo con la esponja de baño en forma de onigiri (regalo mío, por supuesto) que ambos usamos—. A propósito ¿qué haces despierto tan temprano?

—Tengo que terminar la grabación del disco. Faltan dos semanas y estamos atrasados —admito.

Sí, soy un irresponsable. Pero tengo una justificación para eso, y está precisamente frente mío, enjabonándose su delicioso cuerpo. Oh... como le gusta tentarme. Así es imposible concentrarse.

—¿Un sábado por la mañana?

Y caigo. Tarde, pero caigo.

—¡¿SÁ-BA-DO?!

Yuki suspira. Ya me conoce, por eso no se sorprende de mis estupideces.

—¡Se supone que hoy es viernes! —chillo, jalándome los cabellos.

Yuki me echa una mirada de resignación. ¡Odio cuando hace eso!

—Se me antojó café. —Sale del baño con una toalla enrollada en su cintura.

¡Que idiota soy! ¡¿Cómo pude confundirme de día?! ¡Pude haber dormido pegado a Yuki toda la mañana y hacerle cositas! En fin... no importa, ya me levanté. Y lo único bueno de que hoy sea sábado, es que tengo el resto del día y mañana para pillar a Yuki desprevenido y recuperar las horas pasionales que nos perdimos por confundirme —estúpidamente— de día. ¡Vivan los fines de semana!

 

Notas finales:

Espero les haya gustado este primer capítulo. Serán relatos simples, sin mucha parafernalia. Mostrando "todo un mundo" dentro de la cabeza de Shuichi.

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).