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Sólo hermanos por yukimonik

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen totalmente a la maravillosa Maki Murakami y yo como la mayoría de las personas que aki escribimos sólo los utilizo para satisfacer mi imaginación XD. Al igual que las canciones que utilizare, son de sus respectivos autores.

Notas del capitulo:

Después de mucho tiempo de no escribir ya me siento algo oxidada, hubiese querido regresar a la pagina con el fic que lleva meses y meses rondando mi cabecita pero primero quiero ver qué tal le va a este que escribí hace muuuucho…

La familia Uesugi y la familia Shindou han sido amigas desde siempre, motivo por el cual cuando los Uesugi tuvieron a su hijo Eiri, no dudaron en pedirle al matrimonio Shindou que fueran padrinos de su primogénito quienes aceptaron encantados. Tan solo un año mas tarde los Shindou tuvieron a un hermoso niño pelirosa a quien nombraron Shuichi y correspondiendo a la confianza de los Uesugi les pidieron que apadrinaran al pequeño.

 

Los Uesugi y los Shindou vivían en Kyoto, en un barrio de clase media alta; y se llevaban tan bien que las casas de ambas familias estaban una frente a la otra. Pasaron los años y los niños crecieron fuertes y hermosos; fueron criados prácticamente como hermanos. A pesar de no existir lazos sanguíneos Eiri veía a los Shindou como sus tíos, y Shuichi veía de la misma manera a los padres del ojimiel.

 

 

 

Unos años más tarde

 

Un rubio, de 17 años recién cumplidos, esperaba impaciente, con mochila al hombro y con cara de pocos amigos a que el portón de la casa de enfrente se abriera. Sus ojos tomaron un brillo especial cuando vio aparecer en el umbral de la puerta a un chico pelirosa de ojos color violeta que traía una sonrisa de oreja a oreja.

 

-¡¡¡OHAYOUUUUU EIRI-CHAN!!!!! –Saludo alegre el menor-

-Te lo advierto mocoso, -al momento cambiaba su expresión- que sea la última vez que me dejas esperando tanto tiempo –amenazo el rubio con un semblante serio pero que no intimidaba nada al menor pues estaba acostumbrado a las expresiones del rubio-

-¡¡¡moo!!! No seas así, es que no encontraba la cartera –se disculpo el pelirosa sacando juguetonamente la lengua y llevándose una mano a la nuca

-Y ya deja de decirme Eiri-chan

-Pero ¿por qué? –Pregunto confundido el ojivioleta- si desde siempre te he dicho así

-Pero ya no me gusta, entiéndelo –grito el mayor- acción que si sorprendió al chico pues esta vez había visto un atisbo de verdadera molestia en “su hermano mayor”

-Lo siento –contesto el chico-

-Vámonos o llegaremos tarde al primer día de clases –dijo el ojimiel mientras se alejaba del muchacho sin prestarle atención al sentimiento de vacío que había dejado en este-

-Hai

 

Ambos asistían a la preparatoria, Eiri estaba en tercer año mientras que Shuichi en segundo. En menos de 20 minutos ya se encontraban frente a aquel instituto, entraron y caminaron hasta el muro donde solían publicar los horarios con los salones correspondientes de cada grupo. Una vez que los checaron.

 

-¿Ya viste en que salón te toca? –pregunto el ojimiel parco-

-Si

-No te vayas a perder otra vez

-Ay que malo eres –replico el pelirosa haciendo un mohín- además el año pasado me perdí por que era mi primera vez en esta enorme escuela, tuuuu –dijo señalando al más alto- pudiste haberme ayudado a encontrar mi salón

-Bueno eso ya no importa, ahora ya deja de perder el tiempo y ve a clases

-¿Nos veremos en el receso? -cuestiono el ojivioleta-

-Tal vez, ¡ah! y no vayas a empezar a comer porquerías –el mayor saco una pequeña caja de su mochila y se la extendió a su acompañante- toma, mamá preparo el almuerzo

-Que bien, me encanta la comida de la tía Mika –dijo mientras recibía el paquete feliz-

-TRAGOON -bufo el rubio- a ti te encanta TODA la comida, bueno hasta más tarde

-Adiós

 

Una vez que se despidieron ambos tomaron rumbos diferentes perdiéndose entre el mar de estudiantes que buscaban tanto sus aulas como a sus amigos.

Shuichi se dirigió al salón 310, donde ya se encontraba su mejor amigo, Hiroshi Nakano a quien había conocido desde la primaria y con quien había formado una banda, un par de años más tarde se les había unido Suguru Fujisaki a quien Shu admiraba por sus estupendos arreglos.

 

-¡HIRO!!!! –Grito feliz el menor al ver de nuevo a su mejor amigo-

-¡Hola Shu! ¡Qué tal! –Sonrió el ojigris-

-Te extrañe mucho Hiro –colgándose de su amigo-

-Que exagerado, si sólo me fui un mes

-Por eso, pasamos TODO UN MES sin ensayar y sin ir a comer hamburguesas

-JA JA JA

-Pero seguramente que eso ultimo lo hiciste con Yuki-sempai ¿¡¡eh pillín!!?

-

-¿A qué viene esa cara Shuichi? No me digas que no le dijiste nada

-

-Shuichi

-No pude Hiro

-

-Ni tiempo tuve de verlo

-

-Se la paso en puros intersemestrales, que si latín, que si paleografía, que si filonoseque, casi ni estaba en su casa y cuando se pasaba por la mía era para hablar con mi mama

-Ya veo, mmm… ¿pero eso que tiene que ver con lo que le ibas a decir? Ya, entiendo que mucho tiempo para salir no hubo pero alguna vez tuvieron que coincidir

-Bueno si, de hecho la tía Mika hizo un picnic y nos fuimos a las montañas pero nada más –declaro desilusionado el menor-

-

-Yo no puedo Hiro

-Pero ya habíamos quedado que se lo ibas a decir

-Pero

-Shuichi

-¿Y si me rechaza?

-¿Y si no lo hace?

-¿Y si si?

-¿Y si no?

-Pero…

-Shuichi tienes que superar lo que paso, eso fue hace más de un año

 

 

Flas back

 

Shuichi había albergado, desde pequeño, hermosos recuerdos de su “hermano”, Eiri era la persona más especial para el menor pues desde siempre lo había defendido de todos los que se atrevían a burlarse de él; era muy común que los chicos lo molestaran por tener el cabello rosa pero Eiri siempre estaba a su lado para protegerlo y en más de una ocasión se agarro a golpes con chicos de grados más altos que habían hecho llorar al menor. De esta manera fue surgiendo en el corazón del ojivioleta un sentimiento muy especial por su salvador, en un inicio no supo que era, sólo sabía que se ponía muy nervioso con la sola presencia del mayor y peor aun si este le hablaba o lo tomaba de la mano, claro eso sucedía cuando aun asistían a la escuela elemental. Tiempo después y gracias a su amigo Hiro se dio cuenta de lo que sentía por el mayor no era otra cosa que amor, no el amor de hermano sino el de pareja; pero ahora se enfrentaba a un grave problema pues no sabía cómo decírselo, motivo por el cual mantuvo esos sentimientos guardados hasta que el pelirojo logro convencerlo de que se confesara y ya habían trazado un plan perfecto para dicha odisea.

 

Shuichi estaba muy entusiasmado pues sus padres junto con sus “tíos”  se habían ido un par de días a un exclusivo hostal fuera de la ciudad; así que se quedaría en casa de Eiri TODO el fin de semana. Esta sin duda era la ocasión que había estado esperando por mucho tiempo.

Comenzarían el fin de semana viendo una película. Shuichi ya había escogido una de su repertorio romántico ya que Hiro le había dicho que tenía que encargarse de crear el ambiente adecuado; en eso estaba cuando escucho el timbrar de la puerta.

 

-¿Quién será? –Se cuestiono el menor dirigiéndose a la puerta pero una vez que la abrió lo que vio no le simpatizo NADA-

-¡Hola! tú debes de ser Shuichi –lo saludo una peligris que vestía un diminuto vestido-

-Disculpa, ¿Te conozco? –Pregunto desconcertado el ojivioleta pero en ese preciso momento el rubio salió de la cocina-

-Pasa Kurumi -dijo el mayor, la chica no espero más y prácticamente empujo al menor para entrar, enseguida se acerco al ojimiel y lo envolvió en un abrazo, el cual, a consideración del ojivioleta parecía que se le estuviese restregando y lo peor era que al “afectado” parecía no importarle-

 

-¿Llegue a tiempo Eiri? –Pregunto la chica-

-Claro que si, ven siéntate – el desagrado del pelirosa aumento cuando vio al mayor agarrarla de la mano y tomar asiento junto a ella- Shuichi, cierra esa puerta y ve a traer las palomita, ya deben estar listas

-No me dijiste que habías invitado a alguien

-¿Y por qué te lo tenía que decir? –contesto arrogantemente el mayor lo que hirió al chico. Ya que si bien estaba acostumbrado al habitual humor del ojimiel en esta ocasión era diferente-

-Voy por las palomitas

 

Shuichi regreso con un tazón y lo puso enfrente de los otros dos. Yuki ya había pasado un brazo por la espalda de la peligris mientras que esta aprovechaba para recargar su cabeza en el pecho del rubio. Al no haber más espacio en ese sofá, el menor opto por sentarse en el que estaba en el otro extremo.

Como a la mitad de la película vio a la “pareja” darse tremendo beso, lo que le dolió en el alma. Se supone que esa sería la noche en que se declararía y todo se había echado a perder en el momento en que esa tipa apareció en el umbral de la puerta.

 

-Tengo sueño, me voy a dormir -declaro quedamente el ojivioleta para salir de la embarazosa y cruel situación. Pensó que no lo escucharían pero el rubio se dio cuenta-

-¿Tan temprano baka? Si apenas son las 9

-Estoy cansado –tratando de parecer indiferente-

-Entonces sube

-Prefiero irme a mi casa

-¡Shuichi! Eso no está a discusión, lo tíos te dejaron a mi cargo así que sube

-Eiri –dijo a aquella peligris arrastrada- aun es muy temprano ¿Por qué no vamos a la fiesta de Risa?

-mmm… no puedo, ya oíste que estoy a cargo

-Por mí no te preocupes –menciono el ojivioleta-

-Ya ves, vamos –replico la chica-

-Dije No –respondió fríamente el rubio-

-De acuerdo pero sabes que yo ya me aburrí, esta película es para niños mejor  llévame a mi casa ¿sí?

-Está bien. Shu, duérmete, al rato regreso

 

Fin Flas back

 

 

Continuara…­

Notas finales:

Ahí me dicen si vale la pena continuarlo o mejor me dedico al otro… que aun no escribo XD


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