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Quimera por starsdust

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Notas del fanfic:

Este fic tendrá dos capítulos. Era algo que quería hacer para el cumpleaños de Milo el 8 de noviembre pero no tuve tiempo~

Saint Seiya es propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi~

Esmirna. 18 de julio de 1739.

El antídoto parece haber funcionado. Kardia continúa evolucionando favorablemente, pero me temo que el retorno a Grecia tendrá que esperar. Aunque actualmente todo está bajo control, me preocupa el comportamiento del veneno y el alcance de sus efectos. Por eso, a pesar de que la misión fue completada con éxito, de momento considero más conveniente permanecer en Esmirna.

Esta mañana Kardia despertó preguntándome si había ido al puerto por más manzanas. Aún cuando no esté del todo recuperado, cada hora que pasa se va haciendo más difícil obligarlo a descansar. Su caudal inagotable de energía nunca deja de sorprenderme. Llevo ya un buen tiempo intentando clasificar los documentos de la misión, pero él siempre llega para interrumpir de una u otra forma.

-Si quieres que me quede en la cama ya sabes lo que tienes que hacer, Dégel.

Esto ocurrió hace un rato. Kardia apareció a mis espaldas mientras escribía, apoyó su mentón sobre mi hombro derecho y me quitó la pluma de la mano.

-¿Amarrarte a ella...? -respondí. Luego de tantas interrupciones, estaba comenzando a pensar que era una opción razonable.

-Hmmm... -Kardia pareció estar considerándolo seriamente-. Ya hemos comprobado que eso es divertido por cierto tiempo, pero no es lo suficientemente efectivo como para detenerme a largo plazo.

-Lo sé, tengo que buscar nuevas alternativas.

Conseguí recuperar mi pluma, pero eso no bastó para que Kardia se diera por vencido.

-Deja tu aburrido diario y ven conmigo -insistió.

-Déjame terminar de escribir primero.

Mi intención era poner mis ideas en orden para recordar los detalles que debían ser incluidos obligatoriamente en el reporte al santuario que aún debo redactar, pero con Kardia revoloteando a mi alrededor eso puede ser bastante difícil.

-¿Escribir sobre qué? Si no haces cosas no tendrás nada que contar ahí, ¿sabes?

-Vuelve a la cama, Kardia. No estás en posición de negociar.

Lo escuché reír, y antes de que pudiera hacer nada para evitarlo sentí que se desplazaba hacia adelante, para sentarse sobre mis rodillas con un movimiento grácil. Quedamos enfrentados cara a cara. Así acabó de bloquearme por completo el acceso a la mesa y a la hoja sobre la que estaba escribiendo.

-Pero cumplí con la misión, ¿no?

Eso es cierto. Sin embargo, la manera en que se condujo no fue la correcta. Se trataba de una misión delicada por razones diferentes a las habituales, y le gustara o no, mi presencia allí no era arbitraria.

-Fuiste contra las indicaciones que habíamos recibido, al adelantarte para cumplirla por tu cuenta y sin permiso. Sin mencionar que probablemente hubieras muerto de no haber sido por el antídoto.

-Pero no morí -señaló con una gran sonrisa. Tuve que luchar para que no se me contagiara, por más que estuviera molesto con él, que se dio cuenta de que estaba ganando terreno y acortó la distancia que nos separaba entrelazando sus brazos alrededor de mi nuca.

-Ve a descansar, Kardia -susurré, empujándolo un poco hacia atrás.

El respondió con un resoplo de fastidio, pero de pronto pareció recordar algo que hizo que su rostro se iluminara.

-¡Ah, sí! Lo que estaba queriendo decirte antes es que la manera más fácil de hacer que me quede en la cama es que vengas a compartirla conmigo. Después podrías incluir el resultado de tus investigaciones al respecto de esa experiencia en tu querido diario, ya que tanto te gusta escribir ahí.

Al final, después de varias vueltas, llegamos a un acuerdo. Yo cumpliré con su pedido y él terminará de explicarme qué fue lo que ocurrió durante el incidente en Colofón, antes de que yo llegara allí. Por lo tanto, de momento es todo. Continuaré más adelante. 

oOo

Ese era el fin de uno de los muchos registros del antiguo diario que Milo había encontrado perdido en un rincón olvidado de Acuario, mientras curioseaba buscando lugares que pudieran servirle en un futuro para ocultarse cuando jugara a las escondidas. Era un cuaderno voluminoso. Muchas de las cosas escritas allí le resultaban difíciles de entender, pero esta entrada en particular había captado su atención. Estaba a punto de dar vuelta la página para leer el siguiente registro cuando escuchó un ruido que lo hizo detenerse. Cerró el cuaderno con rapidez y se volvió para ver quién era el recién llegado. Se trataba del dueño de casa.

-Así que aquí estabas -dijo Camus-. ¿Qué tienes ahí?

-Algo que me mandaron estudiar -mintió Milo, apretando el cuaderno contra su pecho.

-Bueno, Saga te está buscando. Creo que quiere hablarte de algo acerca de una misión.

-¿Una misión? ¿Crees que me envíen solo al fin?

Milo llevaba lo que le parecía ser una eternidad esperando que lo enviaran a una misión en solitario, pero los mayores insistían en que necesitaba más tiempo de preparación. Según ellos, a sus siete años él aún era demasiado joven. Milo no estaba de acuerdo.

-No, no creo -respondió Camus, encogiéndose de hombros-. Ya sabes lo que dicen. Hace demasiado poco que conseguimos la armadura. Tenemos que esperar a que llegue el momento correcto.

Eso podía ser fácil para Camus, pero Milo lo encontraba extremadamente frustrante. Quería probar que merecía su armadura, y la mejor manera de hacerlo era estando al frente de una misión donde pudiera lucirse.

-Si no nos envían solos nunca vamos a aprender de verdad -masculló Milo, hablando para sus adentros.

-¿Dijiste algo? -preguntó Camus, que no había llegado a oír. Milo negó con la cabeza. No quería recibir un sermón de parte de su amigo acerca de las virtudes de la paciencia y todas esas cosas. Así que dijo lo primero que se le vino a la mente, decidido a cambiar de tema.

-Camus, ¿sabes qué es "Colofón"?

El nombre había quedado incrustado en su memoria luego de haberlo leído en el diario. Le sonaba muy familiar, pero no podía ubicarlo en el mapa. Camus pareció sorprendido por la pregunta.

-¿Colofón? Era una antigua ciudad cerca de Éfeso.

-¿O sea que ya no existe?

-Así es -explicó Camus-. Al igual que en el caso de Éfeso, solamente quedan ruinas. En la antigüedad era muy famosa, pero luego fue abandonada. Muchos de sus habitantes se mudaron a donde hoy está Esmirna, en la costa turca del mar Egeo.

-Esmirna... -murmuró Milo. Esa era la ciudad donde había sido escrito el registro del diario. Poco a poco, el escorpiano pudo ir armando el mapa en su cabeza.

-Está todo cerca -continuó Camus-. Esmirna, y las ruinas de Colofón y Éfeso. En la actualidad, Esmirna es una ciudad puerto muy importante. Pero supongo que ya sabes eso.

A Milo le causaba gracia cuánto disfrutaba Camus poniéndose en el rol de maestro, a pesar de tener su misma edad. Pero tenía que admitir que encontraba sus historias muy interesantes.

-¿Por qué fue abandonada Colofón?

Esta vez, Camus se cruzó de brazos y adoptó una actitud pensativa.

-Es complicado de explicar, son procesos que se dan históricamente... -comenzó a decir-. Aunque también hay una leyenda sobre esa ciudad -agregó, en tono confidente-. De hecho, tiene que ver con la diosa Atenea.

Los ojos de Milo se agrandaron, desbordados de curiosidad.

-¿Qué leyenda...?

-Se dice que en las ruinas de Colofón habita un monstruo antiguo que custodia una reliquia que le perteneció a Atenea.

-¿Una reliquia? -preguntó Milo, intrigado-. ¿Crees que sea verdad?

-No creo -respondió Camus-, es una historia que tiene miles de años.

Después de haber leído el diario, Milo no estaba tan seguro de que esa historia fuera apenas una leyenda, pero tuvo la impresión de que lo mejor sería callar, así que decidió no hacer más preguntas. Antes de salir de Acuario, aprovechó un momento en que quedó a solas para volver a esconder el diario, con la intención de regresar a buscarlo después.

Una bestia guardiana de un tesoro milenario sonaba definitivamente como algo interesante. ¿Estaría aún entre las ruinas de aquella ciudad abandonada? ¿Tendría algo que ver con lo que contaba el diario? Milo tenía la certeza de que sí. Y quizás, derrotar a ese monstruo fuera justo lo que necesitaba para probarle a los adultos que él podía superar cualquier reto que se cruzara en su camino.

Continuará~

Notas finales:

Feliz fin de año xD  

Los datos de las ciudades y todo eso son reales :3

Quizás haya más del diario de Dégel en el siguiente capítulo XD

¡Ah, y el monstruo no es "la Quimera", aviso!


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