CAPITULO 1: CUANDO LO CONOCÍ.
El despertador sonó indicándome que ya era hora de levantarme, es un fastidio tener que ir a la escuela en un sábado; resulta que soy el capitán del equipo de futbol y justo hoy se llevarán a cabo las pruebas para formar la liga que participará en el campeonato inter-escolar. Me metí al baño y me desvestí, para poder meterme a la regadera; era muy reconfortante sentir como las cálidas gotas de agua acariciaban mi blanco y marcado cuerpo; salí de la ducha y me miré en el espejo con mis grandes ojos color miel.
-Hoy será el día –dije susurrando pero luego alcé la voz -¡Hoy será el día en que finalmente encuentre a mi amor! –Si bien es cierto que yo era muy popular entre las chicas gracias al exceso de mi belleza física, nunca había podido conectar bien con ellas, sólo les interesaba toquetearme y llevarme a lugares con poca luz; pero en el momento en que yo veía sus negras intenciones me alejaba de ellas, ni siquiera las dejé darme un beso en la mejilla; -Un beso –rocé mis labios con las yemas de mis dedos; a pesar de tener 17 años y medio, jamás había besado a nadie, y me moría de ganas por hacerlo, es mi mayor sueño en esta vida, por eso es que decidí esperar, quiero que ese momento sea perfecto y no iba a hacerlo con cualquier chiquilla calenturienta.
Me vestí, colocándome el uniforme del equipo de futbol y bajé a la cocina a comer un poco de cereal de chocolate; mis padres seguían durmiendo, así que me dispuse a sentarme en la sala para ver tele mientras comía; pero no contaba con que mi hermana ya se encontraba sentada ahí.
-¡Espero que no te hayas acabado el cereal! –Me miró con ojos de furia –Yo estaba a punto de ir a servirme un poco.
-Todavía queda, -le respondí sentándome al lado de ella –y no deberías comer tanto Karo, a pesar de que somos gemelos tu cuerpo gordo no se parece en nada al mío.
-¡No estoy GORDA! Sólo no soy una flaca anoréxica como las tipas que te acosan.
-Y por eso es que nadie te acosa a ti –Me aventó un cojín que logré esquivar gracias a mi condición física, me dispuse a seguir desayunando para poder irme, tomé la cuchara pero en el transcurso del plato a mi boca, volteé al televisor y me di cuenta que mi hermana estaba viendo esas caricaturas japonesas que tanto le gustan, pero en la escena un chico mayor de cabello rubio comenzó a besar a uno más pequeño de cabello rosa; al ver esa imagen mi rostro se ruborizó.
-¿Kyle? –Mi hermana se extrañó al ver que yo no apartaba la vista del televisor -¿Estás bien?
-¿Qué... –tartamudeé –estás viendo?
-Anime.
-Pero esto no es como Gokú. ¿Esos que se besaron eran chicos?
-Sí... es un anime Yaoi. ¿Pero por qué te pusiste rojo? ¿Es que te gustó lo que hicieron?
-No digas tonterías. –Me levanté rápidamente, terminé mi cereal de una sola cucharada y salí de la casa. -¡Me voy a la escuela! -Tomé las llaves del auto de mi mamá y salí en él rumbo al colegio; no podía apartar de mi menta la imagen de esos dos besándose. -¿Qué necesidad hay de dibujarles las lenguas juntas? –Me detuve en un semáforo, volteé a la izquierda y pude ver dos chicos hablando normalmente, pero sin que pudiera controlarlo mi mente comenzó a imaginarlos besándose y toqueteándose por todos lados. -¿Qué me ha hecho Karolina?... Tranquilo Kyle, relaja tu mente, hoy tienes que estar tranquilo, vas a hacerles pruebas a unos chicos y es tu responsabilidad escoger a un buen equipo, ya que el entrenador se huyó con la esposa del director. –Finalmente llegué a la escuela, me dirigí a las canchas, donde ya había algunos reunidos sentados sobre el césped, que al verme llegar se pusieron de pie. -¡Buenos días! –Todos me saludaron enérgicamente y mi corazón empezó a latir con fuerza, entonces recordé que si estás nervioso lo mejor es imaginarlos en ropa interior, pero el imaginarme sus jóvenes y tiernos cuerpos ocasionó que me saliera un poco de sangre de la nariz; corrí hacía los baños y mojé todo mi cuerpo bajo el agua fría de la regadera, eso me tranquilizó un poco y pude hacerles las pruebas. Los hice correr y saltar para probar su condición física, y luego los dividí en dos grupos. -¡Los de la derecha quítense su playera para identificarse, jugarán contra los que sí la tienen! ¡Cada tiempo durará 15 minutos! ¡Listos, Empiecen! –Las pruebas terminaron, habíamos estado ahí casi todo el día, pero ya más o menos tenía una idea de quiénes iban a conformar la liga. Me dispuse a recoger los balones y a limpiar todo para poder regresar a casa.
-Disculpe Capitán –Se acercó un chico detrás de mí -¿Llego tarde para las pruebas?
-Muy tarde –le contesté todavía de espaldas hacía él –los cité aquí desde... –Cuando volteé puede ver su hermoso rostro, tenía la piel más blanca que la mía, ojos color verde y era un poco más bajo que yo, verdaderamente jamás había visto a una persona así.
-Es que tuve un compromiso... –sus ojos se entristecieron un poco -...de verdad quería participar.
-Bueno... –No quería ser el culpable de hacer llorar esos tiernos ojos que me habían hipnotizado completamente –jugaremos un uno a uno, si me ganas entras al equipo ¿estás de acuerdo?
-Muchas gracias. –Me lo agradeció con una sincera sonrisa que me hizo ruborizar todavía más.
Saqué una de las pelotas y nos pusimos a jugar, pude notar que no era muy bueno jugando, aun así era evidente que le echaba muchas ganas, yo era el que me tía más goles y si él llegó a anotarme alguno, era cuando me distraía al tener su cuerpo pegado a mí; el bloqueaba muy bien, y por querer librarlo sin querer lo aventé contra el suelo y cayó lastimándose el hombro.
-¿Estás bien? –Me acerqué ofreciéndole mi mano para que se apoyara y pudiera levantarse. –Discúlpame, no fue mi intención.
-No me pasó nada –Se quitó la camisa, dejando su pecho al descubierto, mis ojos se embobaron y no podía dejar de verlo. –Creo que me lastimé en el hombro. –Se dio vuelta y pude notar que efectivamente su hombro estaba sangrando y tenía una leve cortada.
-Voy por el botiquín de primeros auxilios. –Corrí hacia los vestidores dónde siempre había un botiquín listo; regresé, me senté detrás de él, tomé un algodón y le puse un poco de alcohol. –Esto te arderá un poco –Ahogó un gemido de dolor cuando sintió el algodón tocar su espalda. –Tranquilo, ya pasará.-Con mi otra mano acariciaba suavemente su espalda para intentar mitigar su dolor; una vez hube desinfectado la herida, le unté una crema que usábamos en esos casos, corté un pedazo de venda y la pegué a su cuerpo con cinta microporo. –Listo.
-En verdad eres bueno.
-Bueno, como capitán del equipo es mi deber saber estas cosas y...
-Gracias. –Me dijo con una sincera sonrisa en mis labios.
Esos labios que me incitaban a besarlos, ya no me pude controlar y pegando mi cuerpo a él le di un apasionado beso que el correspondió, con sus suaves y delicadas manos me acarició el rostro y comenzó a quitarme la playera, lo recosté sobre el césped para poder seguir besándolo, y con la voz entre cortada me dijo “Quiero que me hagas tuyo”.
-¿Hola? ¿Capitán? ¿Hola? –Me hablaba el chico para despertarme de mi fantasía -¿Se encuentra bien? Esta babeando.
-Sí... estoy bien –le contesté volviendo a la realidad y limpiando con mi mano la baba que escurría de mi boca. –Y por favor llámame Kyle.
-De acuerdo, yo me llamo Marcos. –Me extendió su mano en forma de saludo –Es un placer.
-Igualmente.
-Entonces... ¿Cree que pueda entrar al equipo?
-Mira... la verdad no eres muy bueno –su rostro se entristeció y mi corazón se me rompía al tener que decirle eso. –Todavía falta algo de tiempo para que empiece la temporada; si quieres... yo podría entrenarte un poco.
-¿Estás seguro?
-Sí, pero tendríamos que pasar mucho tiempo juntos... para entrenar obviamente. ¿No te molesta?
-Claro que no –Se levantó con una sonrisa en el rostro –Sería un honor ser entrenado por el capitán.
-¿Te parece bien que empecemos mañana? –Que felicidad, iba a poder pasar mucho tiempo con esta persona.
-Mañana no puede –Expresó una pelirroja que traía minifalda, blusa de tirantes y lentes oscuros, quien llegó directo a besarlo en los labios –tenemos una cita. ¿O no amor?
-¿Amor qué haces aquí? –Le preguntó Marcos envolviéndola en un seductor abrazo.
-Vine a buscarte ¿Por qué otra cosa estaría en la escuela en un sábado?
-Perdón Kyle, ¿Podemos empezar el lunes?
-Claro... –mi mundo comenzaba a desmoronarse –No hay problema.
-Bueno, hasta el lunes. –Estrechó mi mano y se fue abrazado de su novia mientras yo me quedaba parado observando como se alejaban de mi vista. -¡Qué estúpido soy!
-Finalmente estamos de acuerdo en algo –Apareció mi hermana justo detrás de mí.
-¿Qué haces aquí Karo?
-Observando a tu amor no correspondido.
-¿De qué hablas? –Me ruboricé –Nunca había visto a esa chica en mi vida, además se ve odiosa.
-No hablo de ella. Hablo de él, de Marcos.
-¡Ahora sí te volviste loca! –Comencé a recoger todo otra vez para guardarlo y regresar a casa luego de un agotador día.
-A mi no me engañas hermano, he visto mucho anime Yaoi. A ti te atrae ese chico.
-¡Me agradó, eso fue todo!
-¿Y por eso te imaginaste toda una película porno con él?
-¿Cómo lo sabes?
-No lo sabía, pero me lo acabas de confirmar. –Empezó a reir como histérica.
-¿Y ahora qué hago? –Me dejé car sobre el suelo. –Jamás me había pasado algo así.
-Descuida hermano, yo te ayudaré, ¡Te prometo que antes de que te des cuenta ese chico será tuyo!
-Gracias... creo. –No importaba que tuviera una novia o cien, ya lo había decidido, Marcos tenía que ser el que me diera mi primer beso.
CONTINUARÁ...