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Verdades, Confusiones y Temores por LiNiS02

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Notas del fanfic:

Junjou Romantica y sus personajes son creación de Shungiku Nakamura y por lo tanto no me pertenecen. Yo solo los uso por diversion.

Notas del capitulo:

Disfrutenlo XD

Capitulo 1:Callar algunas cosas solo trae problemas

Un nuevo día había llegado y como era costumbre Misaki se encontraba en la cocina terminando de preparar el desayuno con la mejor disposición. Por más difícil y complicada que fuera la situación era lo mejor así no le causaría problemas a nadie en especial a Usagi-san con quien llevaba casi tres semanas en las que escasamente cruzaban palabras y miradas y en las que su ánimo estaba por el piso.

El castaño se aproximó a la mesa y colocó los últimos platos sobre ella echándole un vistazo rápido al reloj de la pared.

—Ya casi es hora…

Y al terminar de decir esas palabras la puerta se abrió apareciendo tras ella la figura de un hombre con severas señales de agotamiento.

—Buenos días — saludó Misaki sintiendo que su corazón se estremecía, definitivamente no podría aguantar mucho tiempo así.

—Buenos días — Usagi bajó las escaleras y mirándolo se acercó a la mesa — ¿a qué horas tienes clase hoy? — preguntó mientras sentaba a Suzuki-san a su lado.

—A las 8:30 — contestó mientras se disponía a comer.

El escritor tomó asiento sin decir  una sola palabra, en ningún momento dijo que lo llevaría, ni siquiera lo miró  cosa que asombró y asustó de sobremanera a Misaki.

Para Usagi era más que claro que su Misaki le estaba ocultando algo, llevaba mucho tiempo comportándose extraño, lo evitaba hasta más no poder, cuando le preguntaba algo solo se limitaba a contestar: “estoy bien” “no hay nada porque tengas que preocuparte” “solo estoy cansado”, las veces que lograba acorralarlo y trataba de besarlo, Misaki siempre encontraba la manera de escapar. Por más que trataba de comprender que era lo que sucedía su mente se llenaba de dudas y eso solo le causaba un gran dolor, ¿cuál podía ser el motivo por el que su joven amante se estaría comportando tan distante e indiferente? Ni siquiera se atrevía a pensar en la repuesta a esa pregunta por lo que solo se limitó a comer sin levantar su mirada.

****

—¡Nowaki! ¡Idiota! — exclamó aproximándose a la cocina — ¡dijiste que me despertarías!

El ojiazul  lo volteó a mirar sonriéndole —te desperté como unas veinticinco veces.

—Siempre dices lo mismo a pesar de que es mentira — indicó molesto terminando de vestirse.

El doctor no le prestó mucha importancia, todos los días era lo mismo así que solo se limitó a terminar de preparar el desayuno — Hiro-san…

—No, no alcanzo a desayunar — se apresuró a contestar.

—No Hiro-san es que…

—¿Qué pasa?

—Ayer te llamó tu madre… — Nowaki habló con algo de duda.

Hiroki abrió los ojos —¿a si? ¿y qué le dijiste?

Nowaki desvió la mirada un poco—solo le dije que no te encontrabas pero que si gustaba te dejara el mensaje. Ella solo dijo que después volvería a llamar.

—¿No te preguntó nada más? — preguntó con temor.

—No Hiro-san, solo dio eso y colgó.

El castaño respiró profundo y se dirigió a la salida mientras que Nowaki bajaba la mirada. Después de tantos años juntos nunca había tenido la oportunidad de conocer nada de la familia de Hiroki.

A pesar de que jamás se había atrevido a preguntarle nada puesto que conocía lo reservado que era, la actitud que tenía cada vez que le informaba sobre alguna llamada o mensaje de su madre no dejaba de sorprenderlo y de dolerle, porque era más que evidente que lo último que quería era que supiera lo de su relación con él.

—Hiro-san — lo llamó olvidándose de sus pensamientos por un momento.

El profesor se detuvo en la entrada mientras una muy pequeña sonrisa aparecía en sus labios al esperar el beso de despedida, por más que se había quejado no había logrado quitarle esa costumbre y él así lo negara, todos los gestos y palabras que tenia Nowaki  en cada momento le gustaban. Definitivamente no sabía que sería de su vida sin él eso era lo que se repetía una y otra vez en momentos como ese.

El ojiazul se acercó y posó sus labios sobre los del castaño — que te vaya bien — le susurró al finalizar el beso.

Hiroki siguió su camino ignorando por completo todo.

—Cuídate mucho — dijo segundos antes de que la puerta se cerrara.

El ojiazul suspiró una vez estando solo y  se dirigió a la sala donde se sentó — ¿acaso es tan malo que se entere que Hiro-san y yo tenemos una relación y vivimos juntos? — y es que ya le estaba afectando la situación. 

 ****

—Shinobu por favor dime la hora — dijo aun con los ojos cerrados.

El rubio lo ignoró y se aferró más a él.

Miyagi abrió los ojos y empujó un poco al chico de tal forma que pudiera alcanzar el reloj sobre la mesa —¡Maldición!  — exclamó levantándose de golpe.

—¿Que sucede? — preguntó abriendo los ojos.

—Se me hizo tarde — contestó saliendo de la habitación.

—Miyagi… — lo llamó pero no recibió respuesta alguna.

El pelinegro se alistó tan rápido como pudo olvidando por completo los llamados y comentarios de su joven amante.

—¡Kamijou! — exclamó mientras sostenía su celular — siento molestarte pero se me presentó un estúpido inconveniente y voy algo retrasado…

Shinobu se levantó y salió rápidamente de la habitación al escucharlo.

—No, claro que no es lo que estas pensando cómo crees… solo te pido que adelante mi parte del trabajo, yo luego te recompensaré amor mío, por favor eres mi salvación.

El rubio frunció el ceño y se cruzó de brazos, cada vez desconfiaba más del famoso “demonio Kamijou”, odiaba la relación que tenia con Miyagi, detestaba la forma como se trataban, sentía celos, muchos celos cada vez que los veía juntos o los escuchaba hablar.

—Gracias, gracias Kamijou enserio eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

—¡Miyagi! — lo volvió a llamar una vez colgó la llamada.

—¿Que quieres?

—Si necesitas algo pídemelo a mí — dijo con molestia.

—¡Que! ¿De qué hablas? — le preguntó tomando su maletín.

—Sabes que yo puedo hablar con mi padre sin ningún problema.

Miyagi respiró profundo y se acercó — mira Shinobu-chin te lo he dicho muchas veces, no quiero problemas con tu padre, así que más te vale que no digas nada, no me causes molestias innecesarias.

El chico abrió los ojos — pero es que…

—¡Ya basta! — dijo dando media vuelta dirigiéndose a la puerta —no quiero discutir una vez más por lo mismo.

Shinobu sollozó y bajó su mirada.

—Es mejor que te alistes y que te dirijas lo más pronto a la universidad mocoso — sugirió saliendo del departamento — esto solo va a causar molestias — susurró sin notar que cada palabra que decía era como un puñal para el rubio.

 Al escuchar la puerta cerrarse Shinobu solo atinó a dejarse caer sobre la cama y dejar a las lágrimas salieran de sus ojos — ¿por qué todo tiene que ser así siempre? —se preguntó al recordar la magnífica noche que había pasado y en lo que había terminado — yo solo soy una molestia…  siempre es lo mismo.

****

Durante todo el camino no pudo dejar de pensar en su querido Usagi-san, no tenía ganas de hacer nada, solo  tal vez de llorar y de gritar, nunca antes había presenciado momento más triste y tensionante como el del desayuno de hace un momento, en el que no se habían hablado, en el que sus miradas parecían perdidas y solo se habían encontrado escasos segundos y en el que todo parecía estarse derrumbando lentamente.

Misaki  sabía que el momento llegaría pero había evitado pensar en eso…

—Misaki… — lo llamó una vez más Takahiro.

—Déjame por favor — pidió cubriéndose la cara con sus manos.

—Pero es que…

—¡Ya basta!, ya me dijiste todo lo que sientes y has logrado hacerme sentir mal, ahora déjame en paz.

Takahiro bajó la mirada — porque no entiendes que me preocupas que si te dije todo lo que me parecía es porque me interesa saber el motivo por el que estas tan cambiado.

El castaño se detuvo y dirigió su mirada al cielo  — ¿que podía decir en ese momento? ¿Contarle lo que pasa en te Usagi-san y yo?  ¿Decirle que el motivo por el que estoy tan distante es porque mi vida gira en torno a Usagi-san desde hace meses? ¿Acabar con la amistad de ellos solo por mis tontos caprichos?

—Misaki… — susurró el escritor lanzándosele a los brazos — te quiero — dijo mirándolo.

Los ojos de Misaki se abrieron mientras sentía que todo su cuerpo y todo su ser se estremecía, el escritor seguía con su treta para lograr que su pequeño amante no se negara más y por fin dejara de huir.

—Misaki ríndete — sugirió besándolo — y déjame amarte.

De sus ojos brotaron lágrimas y con sus manos lo empujo — lo siento estoy cansado y tengo mucha tarea — indicó dando media vuelta y corriendo tan rápido como pudo, mientras que en la sala quedaba un más que asombrado y desesperado hombre. Tantas ya eran las noches en la que su amante lo evadía hasta el fin que sentía que estaba llegando a su límite.

El castaño se detuvo una vez llegó a la parte superior de las escaleras volteándolo a mirar, el escritor se había levantado y ahora caminaba en dirección a la puerta.

—Usagi-san — susurró cerrando sus ojos mientras la puerta era azotada con fuerza.

—Desde aquella vez has dejado de buscarme, todo se está acabando, Usagi-san me vas a abandonar… ya lo sé.

****

Leyó una vez más el fragmento que acaba de escribir y sin pensarlo más lo borró, no tenía nada de inspiración, su vida se estaba viniendo abajo y ya nada tenía sentido. Se levantó y caminó hasta el sillón donde se recostó.

—Misaki… — susurró mientras cerraba los ojos — Misaki… —la imagen de su castaño llegó a su mente. Ya no sabía en que más pensar, no recordaba haber hecho algo que molestara a ojiverde a tal punto de hacer que lo evadiera. Ansioso y confundido encendió uno de sus cigarros.

—Akihiko… no olvides que el camino que escogiste es un complicado trayecto. Algún día, llegará el momento de la separación.

El escritor se levantó de golpe al recordar las palabras de su padre, su mayor temor parecía estarse haciendo realidad. Sin pensar en nada se levantó del sillón caminó hasta la puerta, necesitaba hablar con alguien.

—¡Usami-sensei! — exclamó Aikawa quien salía del ascensor — ¿para donde va? ¿y el manuscrito? — preguntó al ver como el ojivioleta seguía de largo y se adentraba en el ascensor sin dirigirle siquiera una mirada —¡Usami sensei! ¡Espere por favor!

****

—¿Cuánto tiempo llevamos juntos?— se preguntó terminando de ponerse la bata.

—Quiero conocer a tus padres — le dijo dejando el tenedor de lado y mirándolo fijamente.

El profesor abrió sus ojos por un momento y luego desvió su mirada —mira Nowaki yo… esto ya lo hemos hablado antes.

—¡No es así Hiro-san siempre evades el tema! — dijo serio levantando un poco la voz. Hiroki abrió los ojos — lo siento… no debí haberlo dicho así — se disculpó al notar que había gritado y que además la pareja de la mesa de al lado los estaban mirando.

—Nowaki… ya te dije que yo no estoy buscando pareja, tú mismo leíste la carta que yo les envié a mis padres, ¡ya para con esto! — pidió molesto.

—Nowaki… ¿Nowaki me estas escuchando? — preguntó Tsumori.

—¿Eh?... — el doctor suspiró — Senpai lo siento… no me di cuenta cuando entró — dijo regresando de sus pensamientos.

—¿Todo está bien?

—Sí — contestó no muy convencido mientras guardaba su maleta en el locker.

Tsumori frunció el ceño — Nowaki esto es para ti — dijo entrándole un sobre.

El doctor tomó el sobre — ¿qué es esto?

—Oh bueno hace un momento estaba reunido con el director del hospital y me hizo una excelente propuesta, me pidió el favor de que te entregara esto — indicó dirigiéndose a la salida — léelo con calma y piénsalo bien esto puede ser algo bueno para tu carrera y para tu vida — dijo sonriendo — nos vemos.

Nowaki miró el sobre detenidamente, su corazón comenzó a latir rápido, tenía un mal presentimiento de todo esto.

****

Miyagi le dio la vuelta a la perilla y entró al salón de clases.

—¡Buenos días!  — Saludó a todo sus alumnos con una gran sonrisa —oh vaya este sí que es un grupo grande.

—Ay qué emoción no nos toco el “demonio Kamijou” — murmuró una estudiante mirando a sus amigas, una vez vio al profesor entrar.

—Eso es cierto, tenemos oportunidad de por fin pasar esta materia — comentó otra.

—Creo que dejaré de odiar esta materia — murmuró Misaki mirando a Sumi-sempai.

Miyagi sonrió aguantando las ganas de reírse al escuchar tan gratos comentarios mientras colocaba el material sobre la mesa — te quieren harto Kamijou — pensó.

—Me había dicho que Miyagi-sensei era guapo pero no tanto — murmuró una estudiante haciendo que el rubio que estaba a dos sillas le dirigiera una mirada fulminante.

—¿Como están todos?, mi nombre Miyagi You y seré su profesor en esta asignatura — se presentó sonriendo lo que hizo a más de una suspirar y a un estudiante en especifico molestarse.

— Haber si no estoy mal muchos de ustedes ya vieron esta materia — dijo levantando la mirada y encontrándose con la linda mirada terrorista de Shinobu.

—Si es cierto nosotras vimos esta materia con Kamijou-sensei pero tuvimos muchas dificultades — habló una linda estudiante de pelo negro y largo ojos grises y figura delgada mientras le dirigía una mirada coqueta al ojiverde, lo que hizo que Sumi-sempai sonriera.

—Bueno espero que podamos llevarnos bien, mi manera de dar la clase no es como la de Kamijou pero si soy bastante estricto en lo que se refiera a trabajos y a exámenes — aseguró tratando de no mirar a su adorable amante, de verdad que el tenerlo a él en su clase iba a ser muy complicado — que bien ahora tengo que verlo dentro de la universidad. No bastó con que sea el hermano de mi ex mujer, hijo de jefe sino que ahora también es uno de mis estudiantes. Maldito mocoso, porque que tenía que cambiar de opinión sobre la universidad y la carrera que iba a estudiar — pensó mientras tomaba una tiza y comenzaba a escribir en el tablero.

Shinobu harto de los comentario que hacia las chicas de al lado sobre su amante, buscó rápidamente un puesto vacio.

—Estos son los principales temas que vamos a tratar — indicó dejando de escribir y mirando a sus estudiantes.

No sin antes dedicarles una mirada más que asesinas a las chicas se levantó de golpe sorprendiendo más a Miyagi.

—Shi- Takatsuki por favor tome asiento — pidió con algo de fastidio en su voz.

  Muchos estudiantes lo miraron sorprendidos al escuchar el apellido.

Sin prestarle atención a nada se sentó junto a una pareja de estudiantes, uno que al notar quien era sonrió pero no les prestó mucha atención, el otro se quedó viéndolo con esos enormes ojos verdes y le sonrió de forma amigable una vez se sentó junto suyo. Misaki no contaba con que al sonreírle Shinobu le dirigiera una de sus no tan agradables miradas.

—Vaya senpai que chico más raro — le susurró al oído.

—¿Mmm? ¿Por qué lo dices? — preguntó mirándolo.

—No parece ser nada agradable, creo que si mira a si a todo el mundo jamás va a tener amigos.

—Oh vamos Misaki no seas así, recuerda cuando no tenias amigos.

El castaño suspiró y volteó a mirar al rubio.

—Háblale no creo que sea tan malo como dices — murmuró mientras dirigía su mirada al frente.

 El ojiverde se acercó con algo de duda — hola, mi nombre es Takahashi Misaki.

El terrorista lo miró, desde que había llegado a la universidad era la primera persona que le había hablado —Takatsuki Shinobu.

—¿Estas en primer año verdad?

—Sí, soy estudiante de literatura — contestó mirando a su amante.

—Que bien yo soy estudiante de economía y bueno… estoy repitiendo esta materia — señaló sonriendo — espero que nos podamos llevar bien., cualquier cosa que necesites no dudes en decirme.

—¿Eh? Si claro — contestó tomando algunos apuntes.

Misaki volteó a mirar al senpai.

—Viste que no era tan difícil.

—Aun así sigue siendo extraño — aseguró poniendo atención al profesor.

Shinobu trataba de concentrarse, pero parecía ser imposible tener a Miyagi tan cerca lo volvía loco además que la situación de la mañana no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

Llevaba un buen tiempo saliendo con el profesor, sabía que Miyagi sentía algo por él, el problema es que no sabía exactamente qué era eso que él sentía, no sabía si era amor, lastima o compasión.

Siempre existan los problemas a Miyagi le daba mucho temor que su padre o su hermana se enteraran de su relación mientras que a Shinobu le daba igual, no le importaba nada, tenía claro que él era todo lo que quería en su vida, siempre se esforzaba por mejorar por ser todo lo que necesitaba pero a veces esos esfuerzos parecía no notarlos el profesor.

****

Hiroki suspiró tratando de controlarse, las palabras que decía su madre parecían no tener sentido hacia un par de minutos.

—Ya sé todo eso — contestó sin el mayor interés — discúlpame madre pero estoy algo ocupado así que colgaré.

—[Oh no Hiroki esta conversación no ha terminado] — aseguró molesta —[ no creo que te este pidiendo algo del otro mundo, tú escribiste en aquella carta que estabas con alguien que apreciabas mucho entonces, ¿no crees que es hora de que nos la presentes?]

Aburrido recargó su cabeza sobre el escritorio — madre hablemos después yo en serio tengo muchas cosas que hacer.

¡Toc¡ ¡Toc¡

—Está abierto — señaló cerrando los ojos, haciendo su mayor esfuerzo por no discutir con su madre.

—Hiroki… — llamó el escritor entrando.

—Perfecto este día cada vez está  peor — pensó levantándose y mirando a su amigo —Sí, sí, si  tienes razón ahora adiós — dijo colgando con desespero el teléfono.

Usagi-san lo miró por un momento y luego se aproximó a la estantería donde estaban los libros.

—¿Qué haces aquí Akihiko?

—Vine a saludar a mi amigo — contestó tomando un de los libros — quería saber cómo estabas.

—¡Tsk! Seguro — comentó cruzándose de brazos — esta visita debe tener algún interés de por medio, así que apresúrate dame lo que escribiste.

El escritor sonrió — ¿cuándo será el día que no estés de malhumor?

—No sé, dame lo que trajiste y vete que no quiero ver a nadie — señaló encendiendo su laptop.

—Vamos cuéntame que te pasa.

—Para que, para que luego lo utilices en una de tus novelas, no gracias ya suficiente tengo con que Nowaki quiera que nos guiemos en todo lo que has escrito.

Usagi-san sonrió — entonces no todo ha sido malo, tu novio parece contento.

Hiroki negó con su cabeza.

—Pero enserio cuéntame que te tiene tan de mal humor — pidió sentándose y abriendo el libro.

—Mi madre… mi madre quiere conocer a la persona con la que estoy saliendo.

—Y que pasa con eso… ¿cuántos años es que llevas con tu pareja? ¿7 casi 8 años? ¿No crees que ya es hora de que lo conozcan?, no le veo cual es el problema — dijo encendiendo un cigarro.

—Es que…

—Vamos Hiroki, ¿no crees que tu madre se puede llevar bien con tu novio? Tu madre tiene un comportamiento algo raro pero no creo que ponga problema porque estés con un hombre.

El castaño fijó su mirada en la ventana.

—Tu familia no va a poner problema por tu relación, tú no tienes a un hermano que quiera arrebatar de tu lado a la persona que amas, ni mucho menos tienes a un padre que lo único que sabe hacer es lastimar con sus palabras a la persona que es todo para ti— comentó con molestia al recordar todo lo que había pasado.

—Tal vez tengas… ¿eh? — el profesor volteó a mirar al escritor —¿de qué estás hablando?

Usagi-san lo miró sin entender.

—Akihiko, ¿qué quieres decir con eso?

—Te estoy diciendo la verdad.

—Tú… ¿tienes pareja? — preguntó con sorpresa.

El ojivioleta sonrió — ¿no sabias?

—¿Al fin lograste que Takahiro se enamorara de ti? — preguntó con alegría, después todo y de tantos años su amigo se lo merecía.

—Takahiro se caso y está próximo a ser padre.

—Ah… pues… yo siento haber preguntado — se disculpó bajando la mirada.

—No, lo de Takahiro ya es historia del pasado — dijo mientras cerraba el libro.

Hiroki levantó la mirada y abrió los ojos como platos.

 —Creo haberte dicho que tenía un inquilino.

—¿Y qué hay con él? — preguntó confundido.

—Misaki es mi pareja, mi inquilino — contestó con una gran sonrisa.

—¡Que! — exclamó con incredulidad.

—Misaki es el hermano de Takahiro.

El profesor negó con su cabeza y se dio la vuelta —Akihiko tu estas… —el castaño se tuvo frunciendo el ceño — ¿cómo dices que se llama? — preguntó mirándolo.

—Takahashi Misaki… tú lo conoces Hiroki, eres o fuiste su profesor de literatura — indicó como si fuera algo de todos los días.

La imagen de un castaño de ojos verdes que jamás logró aprobar ningún examen y que se según su criterio se destacaba por hacer los trabajos más mediocres llegó a su mente.

—¡Maldito pervertido! — exclamó lanzándole uno de los libros que tenía cerca — ¿cómo es que pudiste hacer algo como eso? Ese chico cayó en manos del peor. Ahora entiendo el motivo por el que a veces se dormía en mi clase y su celular no dejaba de sonar, eres el culpable de todo.

El escritor apagó su cigarro en el cenicero de Miyagi que como siempre estaba atestado.

—¿Cómo es que terminaste con ese chico como pareja? ¿Acaso el es el reemplazo de Takahiro? — preguntó aun un shock.

—No, Misaki no es el reemplazo de nadie yo lo quiero a él por quien es — contestó con seriedad cosa que sorprendió aun más al profesor.

—Si ya… lo sé — dijo caminando hasta la salida  — regreso en un momento.

Usagi-san suspiró una vez estuvo solo — eres mi todo Misaki— susurró dirigiendo su mirada a la ventana perdiéndose en sus pensamientos.

****

Nowaki dejó la carta sobre la mesa y sin pensarlo se aproximó al teléfono, estas cosas eran mejor hablarlas.

—[¿Si? ]

—¿Hiro-san eres tú? Soy Nowaki — dijo con algo de ansiedad.

—[Ah… Hiroki en este momento está algo ocupado y no puede contestar, ¿pero si gustas puedo decirle que llamaste?] — dijo mientras miraba a su amigo salir por oficina por tercera vez.

Los ojos de Nowaki se abrieron hasta más no poder. Solo había una persona que llamaba a “su” Hiro-san de esa manera. A pesar de que en muchas ocasiones Hiroki le había dicho que Akihiko no le interesaba, no podía confiar en el escritor. Pensamientos e ideas se agolparon en la mente del doctor atormentándolo aun más.

—[Si, ¿alo? ]

—G-gracias lla… llamaré después — dijo colgando el teléfono.

 

Tiempos nada buenos se avecinaban para las 3 parejas.

 

 

Notas finales:

Este es mi primer fic yaoi, tomé algunos elementos del manga, espero que les guste y comenten 


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