Lamentarse por las cosas que suceden no nos llevará al pasado a componerlas, simplemente nos hará cerrarnos en un círculo vicioso lleno de culpa, arrepentimiento y dolor.
¿Por qué los seres humanos nos arrepentimos tanto? ¿Por qué cuando el error está ante nuestros ojos no hacemos algo?
Simplemente por que es el único consuelo y última medida que nos queda, porque es tanto el placer que sentimos a cometer errores o simplemente ocultar el dolor que sentimos a nuestros seres queridos para que no sufran por nosotros.
Tal vez en un principio no entendí porque él se fue tan inesperadamente, en silencio y a paso lento sin que yo me diera cuenta, culpe a otros por la perdida de la persona más valiosa en mi vida, cuando en esta historia no hay victimarios, simplemente…hay victimas del destino…
Miró alrededor de las cuatro paredes de cemento que me rodean pintadas de un blanco tan puro y limpio, mi mirada se pierde en las fotos que decoran estas, todo en este lugar me recuerda aquella época que aun habitabas entre nosotros, aquella valiosa época que ya no existe…
- Es momento, Reita- alguien interrumpe mis pensamientos al entrar bruscamente en mi habitación, su mirada se clava en mi como buscando una respuesta a su llegada
- Lo sé, Shima- es lo único que respondo y me levanto de la cama donde hace tan solo unos minutos reposaba mi cuerpo- ¿Tanta prisa hay?-le pregunto acercándome a mi castaño amigo
- Si-me sonríe levemente y coloca su mano sobre mi hombro- sabes…él quisiera que sonrieras como siempre- frunzo el seño al escucharlo
- No lo creo- abre sus ojos sorprendido y me mira sin entender- tú no sabes que quería él
- Él quería tu felicidad-frunce el seño al igual que yo y comienza a levantar la voz
- Nadie sabe cuales eran los deseos de Takanori, así que cállate- le ordené- si piensas que soy de esas personas que sonríen y superan las cosas con ese tipo de palabras estúpidas, no sirvieron para nada todos los malditos años que nos conocemos Takashima-lo hago a un lado y salgo de la habitación
- Akira, escúchame- me pide mientras me sigue mas no le hago caso y sigo mi camino hacia el patio trasero de la casa
- Déjame solo- me volteó a verle antes de abrir la puerta que da hacia el patio
- Esta bien…-me mira atónito y se marcha hacia la sala de estar, suelto un leve suspiro y salgo de la casa encaminándome hasta un viejo robel que descansa en la mitad del patio, me siento a sus pies y dirijo mi vista hacia la copa de aquel majestuoso árbol. Mis pensamientos vuelven a volar, mi imaginación me lleva a ese gran mundo de ensueño donde soy realmente feliz, donde lo tengo a él…
Donde vuelvo a tenerlo en mis brazos, aquel mágico lugar donde no existe el miedo ni la soledad…
Allí donde tú existes…
“Reita”
Puedo escucharte llamándome una y otra vez…puedo sentirte tan cerca.
Flash Back
Era de tarde y ambos estábamos recostados en este gran roble mientras mirábamos el cielo que estaba levemente nublado, yo sonreía feliz de por fin después de una larga lucha poder estar a tu lado, de comenzar por fin una vida juntos.
- Aki-chan- su voz estaba algo afónica y temblaba un poco
- ¿Qué tienes?- lo miré preocupado y lo abracé hacia mi pecho intentando de calmar sus escalofríos
- Nada, estoy bien- me sonrio tratando de convencerme mas no lo logró pero preferí no molestarlo
Siempre era el mismo dialogo, nunca dejó que nadie lo ayudará…ni por más amor que me juraba, por más peligro que corriese…por más que yo intentara de ayudarlo, siempre se negó.
Jamás…me diría a mí que lo aquejaba
Pero aun así, estaba allí con él por que…lo amaba.
No pude salvarte desde el comienzo
Te amo, así que eso hiere mi alma
Fin del Flash Back
Sonrio con tristeza al recordar aquel día, si tan solo…
- Así que aquí estás…- aparece de pronto Aoi frente a mis ojos, quien no duda en sentarse justo a mi lado y dirigir su mirada al inmenso cielo azul
- ¿Uruha, te ha hecho venir?- ignoro su pregunta y él sonríe volteando su vista hacia mi
- No- hace una breve pausa- he venido por mi cuenta
- ¿Cómo así?-ríe levemente y cruza su brazo alrededor de mi cuello
- Es mas, Uruha ha querido sacarme a patadas- su tono de voz se vuelve sombrío
- ¿sigue molesto contigo?-él asiente ante mi pregunta y suspira- ¿no has intentando hablar con él?
- Si, pero hacerlo en este momento es como hablarle a la pared- voltea su vista hacia la casa- no me escuchará
- No es para menos- mi vista no se quita de su ser
- Él nunca me entenderá a este paso, por muy dolido que este…debería escucharme- cerró sus ojos por unos instantes y volvió a abrirlos para mirarme
- Yo entiendo a Shima- él sonrio de medio lado
- Si, pero tu lo has tomado algo mejor que él
- Exacto, pero eso no quiere decir que no siga pensando que si tan solo tú hubieras abierto la boca…-en mi garganta se hizo un nudo que no me permitió seguir hablando
- ¿él seguiría vivo?-completó mi frase- ¿Crees que si te lo hubiera dicho él seguiría aquí?- sus ojos se cristalizaron
- Aoi…-había caído bajo, como podía atacar a su mejor amigo de toda la vida, a quien hizo lo mejor por ayudarlo, pero siempre fue tan terco…
- ¿tienes algo más que reprocharme?-sonrió con tristeza-¿alguna cosa más Reita?
- Yo…-no sabía como disculparme, agaché mi cabeza y el colocó su mano sobre mi cabeza revolviendo mis cabellos
- Todo está bien, entiendo que te sientas mal…-su voz comenzaba a quebrarse- y tienes algo de razón…es mi culpa, no fui un buen amigo- tomé su mano que se posaba sobre mis cabellos
- Fuiste su mejor amigo y sé que siempre intentaste lo mejor para él, no ha sido tu culpa que él se fuera-rió ante mi comentario y se alejó de mi secando las traicioneras lágrimas que habían descendido por sus mejillas
- No fui un buen amigo…-me miró con tristeza
- Si lo fuiste
- Sólo…-miró al cielo- él lo sabe…-una ultima lagrima descendió por su mejilla y se fue dejándome solo.
¿Vez Taka? Todo esto lo que ha sucedido desde que te fuiste…
Flash Back
Las paredes blanca, el olor a medicamentos y aire acondicionado llenaba cada parte de mi ser, era la rutina de cada día…
Estar en aquel sombrío lugar donde muchas personas esperan su final… y otras esperan una nueva oportunidad de vivir una vida plena y llena de alegrías.
Aquel día solo me encontraba yo acompañándolo, había mandado a todos a dormir a casa y aunque por más que se negaron hice caso omiso a sus peticiones.
Nuevamente en aquel banquito blanco me encontraba junto a la camilla en la que reposaba su débil cuerpo conectado a varios artefactos que le permitían aliviar un poco de los dolores que producían aquella estúpida enfermedad que le aquejaba, aquella que lo había ido matando de a poco ante mis ojos.
- Aki-chan- tomó mi mano entre las suyas que estaban heladas, yo volteé a mirarlo con una leve sonrisa en el rostro
- Taka…-acaricié su pálido rostro
- ¿sabes?...-su voz se apagaba de a poco- ¿te amo mucho?
- Lo sé pequeño, yo también te amo- me acerqué a besar su frente
- ¿más allá de los confines de la tierra?-hizo una breve pausa
- Mi amor por ti es más inmenso que el cielo azul-miré directamente a sus ojos y luego cerré los míos para acercarme a besar dulcemente sus secos labios, él correspondió lentamente el beso el cual rompimos luego de unos segundos
- Gracias, Reita-me sonrió levemente y fue cerrando de poco sus ojos- me has hecho tan feliz…
- ¿Ruki?- me asusté por el tono de voz que usaba, parecía que se estaba…
- Nunca olvides…-su voz se iba apagando cada vez más- cuanto te amo…-cerró sus ojos y luego de unos instantes la máquina que señalaba sus signos vitales hizo un espantoso ruido, mis ojos se llenaron de lágrimas mientras comenzaba a gritar desesperado llamando a alguna enfermera.
Gracias a mi alboroto, dos de ellas entraron seguidas del medico que te atendía, me obligaron a salir mientras yo me quedé afuera, llamé a los chicos quienes intentaron de consolarme y me dijeron que ya vendrían lo más pronto posible…
Los minutos pasaron, el médico y los chicos no aparecían, me ahogaba en mi propio llanto, no quería perderlo…pero la vida es tan cruel.
A los pocos minutos salió el médico, me acerqué a él esperanzado de que Ruki estuviera bien…
- Señor Suzuki-me llamó y colocó su mano sobre mi hombro
- Doctor, ¿Cómo está Taka-chan?-le pregunté con los ojos cristalinos mas él me miró con tristeza
- Hicimos lo que nos fue posible- hizo una breve pausa- pero no fue posible salvarlo, lo siento mucho- entre en un estado de trance por un momento, un gran nudo apretó mi garganta
- Eso…-fue lo primero que salió de mis labios- ¡NO ES VERDAD!- grité mientras lloraba, empujé al médico y a las enfermeras y entré a la habitación, tu débil cuerpo estaba allí más pálido que antes, tus labios morados, no podías irte…no así
Me trepe sobre tu cuerpo, te quité todos esos cables e intente reanimarte, te di respiración boca a boca e intenté de reanimar tu corazón pero seguías sin moverte por ti mismo, tus ojos estaban cerrados y tu respirar había desaparecido.
Las enfermeras llamaron a seguridad quienes fueron los que me sacaron a arrastras de la habitación, no podía dejar de llorar y más aun cuando las enfermeras cubrieron tu cuerpo con una sabana blanca.
Te habías ido….
¿Puedes perdonarme por intentarlo otra vez?
Tu silencio me hace sostener mi aliento
Oh, el tiempo ha pasado por ti