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Los feos no van al cielo por ArLis

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Notas del capitulo:

Hola a todos, este es mi primer fanfic de naruto, espero hacerlo bien.

El titulo como se habrán dado cuenta muchos lo saque de la telenovela las tontas no van al cielo, pero no tiene nada que ver con ella, solo me inspiré en el titulo ya que el sentido que tiene es el perfecto para esta historia

Bueno espero que os guste


3 de junio, 08:00


Eran las 8 de la mañana, hora en la que podías ver a diversos jóvenes emprendiendo rumbo al colegio. Entre ellos estaba un chico llamado Naruto Namikaze, de 17 años, con un aspecto podríamos decir fuera de lo común. Tenía un cuerpo rellenito, aunque no demasiado, el pelo de un rubio chillón, demasiado llamativo. Quizás lo único pasable serian sus ojazos azules, lamentablemente opacados por su cara, una frente y unos mofletes demasiado grandes, escondiendo sus ojos. Era inevitable que su aspecto lo hiciera victima de burlas y ultrajes, sobre todo si no tenías nadie que te respaldara. Aunque era de una familia importante y con bastante dinero, en su caso no le servia de nada.

Su madre se había suicidado cuando tenia cuatro años, dejándolo con un padre que lleno de dolor y rabia, solo podía mostrar indiferencia y aborrecimiento a su hijo, al que, aunque no lo reconociera, culpaba de la muerte de su esposa. Con este panorama no era de locos pensar que se convirtiera en el blanco perfecto de mofas y humillaciones, teniendo el aspecto que tenia, a demás lo mejor, sin nadie que protestara por el trato que el rubio recibía.

Naruto levantó la mirada, observando con atención a lo que era su infierno personal. El renombrado y famoso instituto Konoha, donde los hijos de la gente más pudiente y solo unos pocos privilegiados podían entrar.

Como en todo colegio donde obligan a convivir grupos de diversas clases sociales, se forma un desequilibrio de poder, donde quien más tiene manda más. Convirtiendo a un instituto en un pequeño país, donde si quieres tener una vida tranquila o por lo menos pasar desapercibido, debes tener las relaciones y actitudes correctas. Un mal paso, y el único recuerdo que podrás obtener de esa etapa de tu vida, será el infierno que viviste. El ni siquiera había podido darlo, ya que desde el mismo principio todo había estado en su contra, y ni una sola oportunidad había tenido de remediarlo.

Con cansancio y grandes dosis de resignación, se apartó de la esquina medio escondida, donde se había parado, para intentar reunir las fuerzas que necesitaría para pasar un nuevo día. Traspasó las grandes rejas, intentado pasar lo mas desapercibido posible. Cosa imposible siendo quien era, Raruto Namikaze, el hazmerreír del centro, del que daba igual como te burlaras o le que le hicieras, no habrían consecuencias, ya que nadie protestaría. Confirmando lo dicho, apenas entro empezó a escuchar los cuchicheos burlones y las pequeñas risas hacia su persona, que se hacían más estridentes a su paso.

Naruto siguió caminando, sin levantar la mirada del suelo, pretendiendo no oír los comentarios hirientes ni las risas burlonas. Después de todo a esas alturas ya estaba acostumbrado, lo único que podía sentir era cansancio e indiferencia porque se repitiera la misma historia una y otra vez. Mentira. Porque por mas que pretendía convencerse de eso, sus ojos llorosos, los puños apretados hasta casi sangrar y su cuerpo completamente tenso, desmentían esos intentos por fingir ante si mismo y el mundo que no le importaba. Pero es que quien podía acostumbrarse a las humillaciones y burlas por más que estas fueran la comidilla de todos los días. Por lo menos el no era capaz. Y mira que lo había intentado.

Sintió un empujón por detrás que lo hizo tropezar, haciéndole caer y golpearse contra el suelo.  No pudo evitar ruborizarse mientras aumentaba el volumen de las risas a su alrededor hasta casi hacerle pitar los oídos.

-¡Ay Raruto! ¡Tu siempre tan torpe!- el rubio ni siquiera se molestó en mirar quien era esta vez el que le hablaba, eran muchos, chicos y chicas, de diferentes formas y características, pero todos con la misma intención -Te lo hemos dicho muchas veces , tienes que tener mas cuidado. Imagínate que tropiezas y te caes encima de nosotros ¡Nos aplastarías! ¡Podríamos morir por asfixia!

-Yo mas que por asfixia creo que moriría por el asco- habló una de las chicas de alrededor, haciendo carcajear a todos

Con un nudo en la garganta, se levantó sintiendo arderle los raspones que se había echo en las manos al sostener sus peso en la caída. Conteniendo las ganas de correr, nunca les daría esa satisfacción, siguió su camino, como si nada hubiera pasado intentando evadirse de las muecas y gestos burlones que aparecían a su paso. Después de todo aunque la costumbre no te quita el dolor si te ayuda a soportarlo. Además esto no era para tanto. Ya que los principales precursores en su contra por suerte no habían llegado. El grupo formado por los mas admirados y populares de la escuela, el conocido como grupo hebi, cuya meta principal era la de torturarlo

Ya llegando a los casilleros sintió un golpe que lo hizo chocar contra estos.

-¡A un lado fenómeno!- giró la cara viendo la sonrisa torcida y burlona de una de las chicas más populares del centro, caminando como una reina por los pasillos, seguido de su séquito de lameculos. Y eso era.

Sakura Haruno era la diosa, la reina de hebi, y por tanto del instituto. Líder de las animadoras, exudaba belleza y sensualidad por todos los poros, o por lo menos esa era la opinión generalizada. Todos a su paso se le quedaban viendo embobados, unos deseando estar a su lado, otros deseando ser ella. Además ser animadora le permitía tener un buen cuerpo, y con su cabello roza hasta la cintura, los ojos verdes y sus grandes pechos, era la belleza indiscutible del colegio.

Naruto opinaba todo lo contrario. Sinceramente no le veía nada, más allá de una frente grande y una personalidad horrible. Lo que menos entendía era como podía gustarle el color de su pelo. Que era rosa chicle, cada vez que lo veía sentía ganas de mascar como si tuviera uno en la boca. Ni siquiera sus ojos, que a pesar de tener un bonito color, eran opacados por el brillo de maldad y burla que constantemente tenían. Lo único en que estaba de acuerdo con los demás es en que tenía los pechos grandes, aunque a el esa particular caracteriza no le atrajese para nada. Aunque a lo mejor era poco el sabía perfectamente que eran operados. Hasta hace unos años atrás, la chica cuya talla de sujetador era la envidia de sus compañeras, era más plana que una tabla de planchar. Su madre se había gastado un buen dinero para solucionarlo. Bien que lo sabía él, después de todo y para su desgracia, era su hermanastra. Si, su padre después de ocho años de viudez, de repente había decidido casarse con otra mujer, la cual también ya tenía una hija. Todavía podía recordar como le había dado la noticia

                                                                                                              Flash back

Naruto estaba sentado en la mesa del gran comedor, almorzando como siempre solo. No podía recordar ni una vez, en la que hubiera comido en compañía, por lo menos no desde la muerte de su madre. Estaba por llevarse la cuchara a la boca, cuando su padre entró de improviso, dándole como siempre una mirada fría y carente de cualquier sentimiento

-¿Si padre?- habló naruto sabiendo que la única razón por la que Minato había entrado, cuando sabia que el todavía estaba, era porque quería decirle algo

-La semana que viene me caso- soltó simplemente - Ella y su hija se mudarán esta tarde a la casa. Espero que te comportes y no las molestes ni les causes ningún problema

-Entendido- dijo naruto con un nudo en la garganta. Aunque hacia tiempo que no esperaba  que su padre le quisiera y mucho menos le mostrara otra cosa que indiferencia, le dolía que incluso la decisión de casarse se lo informara como si fuera uno mas de sus empleados, sin voz ni voto en su vida

-Bien. Intenta ponerte lo mas presentable posible para recibirlas- terminó diciendo dándose la vuelta dispuesto a marcharse

- ¿Padre?- llamó naruto antes de que se fuera - ¿puedo saber quien es con quien te casas?

Minato le miró por un momento, como meditando si era necesario decirle - Su nombre es Akane Haruno, una modelo internacional, y su hija se llama sakura- terminó de decir antes de salir

Naruto se congeló. No podía ser. Era imposible que dios lo odiara tanto. De todas las mujeres que había, tenía que casarse con la madre de sakura, la chica que mas lo odiaba y menospreciaba, buscando cada oportunidad de humillarlo. Si no fuera por que su padre no sabia nada de su vida, hubiera jurado que lo había echo a propósito con tal de hacer su vida más miserable.

Suspiró conteniendo las ganas de salir corriendo y nunca detenerse. Ahora no solo en el colegio sino también en su casa. No habría ni un solo lugar donde pudiera estar en paz


                                                                                                     Fin de Flash Back

Conteniendo un suspiro se acomodó la mochila, dando gracias de que por esta vez sakura hubiera seguido su camino en vez de detenerse para molestarlo como comúnmente hacia. La verdad es que de un tiempo para acá no lo fastidiaban tanto, esperaba que se estuvieran cansando, aunque solo fuera una vana ilusión

Llegó a su casillero acomodando las cosas que necesitaba para las primeras horas de clase. Sonrió sin poder evitarlo al recordar que las dos primeras horas eran de literatura, su materia preferida. Y como no serlo si su meta era emular a esos grandes artistas que habían sido capases de plasmar sus sentimientos y pensamientos en papel, creando historias con vida propia. Ese era su sueño. Convertirse en un escritor lo suficientemente bueno para tocar el corazón de incluso el más insensible. Y puede que pronto lo pudiera lograr. Todo gracias al concurso de jóvenes escritores. Cada año elegían solo a un par de colegios como participantes, y por suerte siendo su último año en el colegio, Konoha había sido elegido. El ganador era obsequiado con una beca completa para estudiar literatura, además del reconocimiento y publicación de la historia por una de las editoriales mas reconocidas. Era el sueño de cualquier aspirante. Esta vez había puesto todo su esfuerzo e imaginación en escribir la mejor historia que había escrito hasta ahora. Y había quedado muy contento con los resultados. Esperaba con todas sus fuerzas ganar, aunque eso lo sabría la semana que viene cuando se publicara el veredicto.

Salió de sus pensamientos al escuchar la campana. Rápidamente cerró la taquilla y se dirigió al aula de literatura

 

                                                                                                       //////////



3 de junio, 15:00

Naruto cogió la bandeja en la que ya le habían servido, y se dio la vuelta para buscar alguna mesa solitaria del comedor donde poder comer tranquilo. Sus ojos escudriñaron todo el lugar, encontrando por fin una al final, pegada a la pared.

Iba a dar un paso cuando se detuvo en seco. Su suerte no podía ser tan mala. En el camino tenia que pasar justo al lado de la que ocupaba hebi. Contuvo un escalofrío, ahí estaban casi todos

Los hermanos Sabaku, Temari, Gaara y Kankuro, los tres con un aspecto de modelo de pasarela, hijos de un importante empresario. Ino Yamanaka, la modelo juvenil del momento y segunda al mando del equipo de las animadoras. Suigetsu, un peliblanco, que en su opinión tenía aspecto de tiburón, hijo de los dueños del acuario más grande del país. Shino, uno de los más misteriosos del grupo, llevaba siempre lentes oscuros, cubriendo prácticamente su cara. De sus padres solo se sabía que eran importantes científicos. Y Karin la ultima chica de hebi, pelirroja y ojos del mismos color, era alguien con quien no te quería meter, sobre todo siendo que era la hija del director y dueño del colegio. Y por supuesto no iba a faltar sakura haruno, la semilla de sus pesadillas.

Con nauseas en el estomago, se atrevió a seguir, caminando despacio intentando no llamar la atención de aquel grupo. Veía hablándolos entre ellos, soltando carcajadas de vez en cuando, siempre mostrando sonrisas burlonas. Seguramente riéndose de alguna trastada que le hubieran echo a los becados o a él.

Estaba a punto de pasar sin ningún percance, pero como ya había comprobado innumerables veces la suerte no era su amiga. Tan pendiente estaba de vigilar que no le vieran que no vio como Karin le ponía el pie, haciéndole tropezar. Acabó en el suelo con todo lo que estaba en la bandeja ahora encima de su cuerpo.

Al momento todo el comedor estalló en carcajadas sonoras, haciéndole imitaciones y burlas

-¡Oh vaya! ¡Lo siento! No me di cuenta que había puesto el pie- se disculpó karin con una cínica sonrisa

- Karin ¿para que te disculpas?- se carcajeó Suigetsu- Si le has hecho un favor a Raruto. Los huevos junto con la salsa han mejorado su aspecto- los del Hebi prácticamente se caían del asiento por la risa

Naruto intentó levantarse, pero resbaló cayéndose otra vez, provocando más risas a su ardedor

-Vaya que tienes razón Suigetsu. Su aspecto ha mejorado un poco. Con los restos de comida nadie se fijará en su deforme cuerpo, es una mejora- se burló Kankuro

-Pero aun le falta esconder ese horrible pelo con ese color tan chillón- Sakura se llevó un dedo a los labios como si de verdad estuviera pensando en una solución -¡Ya se!- chilló levantándose de la mesa. Tomó su plato y se acercó a naruto, ante los ojos ávidos de todo el comedor - Así nadie se fijará en ese adefesio que es tu pelo- dijo volcando su plato de espagueti en su cabeza, divirtiendo como nunca a sus compañeros

Naruto sintió los trozos de pasta, albóndiga y salsa resbalar por su cara y pelo. Se mordió el labio con rabia, intentado con todas su fuerzas no llorar, seria lo único que le faltaba para completar su humillación. En esos momentos deseaba ser sordo para no tener que escuchar las burlas y risas. Nadie lo vendría ayudar, ni siquiera las encargadas del comedor, aunque quien podía culparlas, era un acto suicida cuando podían ser despedidas en un instante. Decidido a salir lo más rápido de ahí se empezó a levantar

-¡Sasuke!- escuchó gritar a alguien dejándolo paralizado.  Miró hacia la entrada donde estaban parados los últimos dos miembros faltantes de hebi. Por un lado Neji Hyuga, heredero de una de las más famosas cadenas hoteleras. Y por el otro nada menos que Sasuke Uchiha, capitán del equipo de fútbol, cuya familia era una de las más ricas del país

Naruto sintió su corazón apretarse y sus ganas de llorar aumentaron ¿Por qué? ¿Porque el tenía que verlo así? Todo humillado y derrotado en el suelo ¿Por qué precisamente él? El chico del que estaba completamente enamorado

Y es que si sakura era la reina de hebi, sasuke era el rey. Siendo considerado por todos como el epitome de la belleza masculina, no había nadie que no lo deseara, chicos y chicas por igual. Su cabello negro con reflejos azulados, ojos tan profundos y oscuros como la noche, piel tersa y unas facciones elegantes que no le restaban masculinidad, sumándole un cuerpo escultural resultado de horas de hacer deporte, lo convertía en la fantasía viviente de muchos.

-Hey- saludó neji, sonriendo levemente al fijarse en el aspecto de naruto - vamos a hacer un partido amistoso con los del otro colegio. El entrenador nos pidió que os avisáramos- dijo palmeando el hombro de sasuke

-Mas bien obligó- refunfuñó este marchándose sin una mirada atrás

-Pues eso que si queréis verlo, id ahora a las pistas- completó neji alzando la mano en gesto de despedida y marchándose también

De repente todos los del comedor, que habían estado muy pendientes de lo que sus ídolos decían, se levantaron para salir, todos muy apresurados, deseando ver a neji y a sasuke en acción, olvidándose completamente de que hasta hace un momento estaban disfrutando de la humillación de un alumno que nada les había echo.

Los del hebi también se dirigieron a la salida, dispuestos a animar a sus dos amigos

- En serio sakura, - dijo ino mientras pasaba por su lado - todavía no me cabe en la cabeza que esto - señaló de forma grosera al rubio - sea tu hermanastro

- Hermanastro, por favor…- bufó sakura mirándolo despectivamente- es mas bien la mascota de la casa- mas carcajadas burlonas

Hasta que el último estudiante hubo salido, naruto no dejó de escuchar las risas, debido a ese ultimo chiste. Miró su aspecto. Le dieron ganas de gritar y maldecir, pero eso no solucionaría nada. Por lo pronto lo que tenía que hacer era aprovechar que todos estarían ocupados con el partido para ir al baño y poder cambiarse en paz, sin que hubiera nuevas bromas. Por suerte siempre llevaba un recambio del uniforme, totalmente acostumbrado a tener que cambiárselo por lo menos una vez al día gracias a sus compañeros.

Se levantó sacudiéndose los restos de comida, cuando sintió una mano en su hombre. Se volteó sobresaltado, pendiente de cualquier nueva jugarreta

-¡Hinata!- exclamó naruto -¡Vaya susto me has dado!- llevándose una mano al corazón

-Yo… lo… lo siento- tartamudeó la chica, sonrojada y juntando los dedos. Ella era Hinata Hyuga, prima-hermana de neji. Ella era uno de los casos especiales como el suyo. Aunque disfrutaba de un buen estatus social, su extremada timidez además del pequeño tartamudeo que a veces le salía, la habían echo bastante impopular. Aunque por suerte no sufría los acosos que el. No creía que una chica tan delicada como hinata lo pudiera soportar.

-Está bien ¿Qué querías?- le preguntó intentando sonreírle, aunque mas bien acabó saliéndole una mueca

-So…solo quería saber si estabas bi… bien- dijo con la mirada en el suelo.

Naruto la miró extrañado, aunque ambos eran parte de los que por un motivo u otro habían sido tachados como basura, apenas habían hablado. Contrario a lo que pudiera parecer, de que todos los rechazadas se pondrían unir, por lo menos para no estar solos, era todo lo contrario. Ya era lo suficientemente malo que se metieran contigo por tus propias rarezas para también obtener burlas por las de alguien mas.

-Está todo bien, hinata. No te preocupes- dijo haciendo un gesto de despedida, quería cambiarse de una vez

-Naruto yo…- le llamó otra vez la chica, mirándole toda nerviosa como si quisiera decirle algo muy importante

-¿Qué pasa?

-….- hinata bajó la mirada -nada- susurró con voz apagada

Naruto la miró raro, pero acabó encogiéndose de hombros, no seria nada importante. Con un último gesto salió del comedor

Hinata le miró marcharse sintiéndose miserable. No había podido decirle nada. Por más que reunió coraje, su cobardía había podido con ella. Cerró los ojos. Era una idiota. Al final ella seria también culpable al no haberle advertido.



                                                                                                ////////////



Un rato después, naruto estaba terminando de acomodarse el uniforme en el baño. Se miró al espejo pasando los dedos por su pelo. Por suerte había podido darse una ducha tranquilo al estar todos afuera

Escuchó un ruido, haciéndole voltear. Sonrió encantado al ver quien era.

Sasuke uchiha estaba parado en la entrada del baño, mirándolo preocupado. El chico mas popular de la escuela y con el que naruto mantenía una relación sentimental a escondidas

-Naruto ¿Cómo estás mi amor?

-¡Sasuke!- exclamó pasando los brazos por el cuello de su novio y recostando su cabeza en su hombro. Era cierto. A pesar de lo mal que pudiera irle, todavía lo tenía a él. Que más daba lo que le hicieran. Mientras tuviera el amor de sasuke, nada importaba - estoy bien- susurró oliendo su colonia, era tan varonil que hacia que su corazón latiera emocionado

-Lamento que te hagan esto- dijo el azabache colocando las manos en la espalda del rubio - mira que les digo que no se metan contigo. Pero no me hacen caso

-No te preocupes- dijo ruborizándose al pensar en sasuke enfrentándose a sus amigos por él - Esto no es nada. Puedo soportarlo

-Ves, eso es lo que me gusta de ti, que da igual lo que pase, nunca te derrumbas - le levantó la cara y le dio un beso mordiéndole el labio inferior. Naruto sintió su corazón acelerarse, adoraba esas muestras de afecto que le prodigaba su sasuke, también como siempre lo alababa. Nunca nadie había dicho nada bueno de él. Excepto su novio. Se sonrieron al separarse -Eres fantástico

- ¡Teme no digas eso!- dijo avergonzado, aunque sin poder evitar sonreír mas amplio

-Hm. Dobe- acercándolo mas

Aunque pareciera estúpido, naruto se sentía feliz cuando sasuke le decía dobe. Al principio cuando le preguntó porque le decía así, este le había dicho que era tan dobe que solo podía producir ternura. Así que naruto para no quedarse atrás empezó a decirle teme. Y esos se convirtieron en sus apodos cariñosos. Para él los más especiales

-¿Ya terminó el partido?- preguntó obteniendo un gesto afirmativo por parte del azabache -Supongo que ganasteis

-Eso ni se pregunta dobe- sonrió arrogante. Naruto giró los ojos ante lo creído que era su novio, aunque secretamente esa era unas de las cosas que mas le gustaba

-No seas tan presumido teme- dándole un golpe en el hombro

-Como sea. ¿Qué te parece si esta noche la pasamos juntos?- preguntó volviendo a poner las manos en la espalda del rubio

-¿En serio?- abrió los ojos ilusionado. Hacía tiempo que quería pasar la noche con sasuke, pero este siempre tenía algo que hacer - Me encantaría. Gracias sasuke

-¿Gracias por que?

-Por amarme- explicó feliz y emocionado volviendo a recargar la cabeza en su hombro. Debido a esto, naruto no vio la sonrisa burlona que esbozó sasuke al escuchar sus palabras. Si la hubiera visto, tal vez se hubiera percatado de que algo no estaba bien, acostumbrado a saber las consecuencias de esos gestos. Quizás hubiera podido evitar los acontecimientos que se estaban por desarrollar. Solo si la hubiera visto. Aunque tal vez no ¿Quien sabe? Bien dicen que el amor es ciego, mas cuando ese sentimiento es lo único que te sostiene

Notas finales:

¿Qué tal?  Espero que no os haya aburrido mucho, ya que este capitulo es prácticamente pura narrativa, pero es que era mas bien para informar de cómo era el panorama. Puede que pareciera que había metido demasiado información pero era preciso para desarrollar la verdadera historia

Bueno un beso y espero vuestros comentarios haber que tal lo he echo

Hasta la próxima


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