Introducción
Apenas había pasado un año, Gon y Killua tenían 13 y 14 años respectivamente, seguían igual de unidos, hasta podría decirse que más aun, dado que recorrían todos los lugares juntos, entrenaban fortaleciéndose. En un año no habían cambiado en gran medida, Gon seguía teniendo igual el pelo, de vez en cuando se lo cortaba para que no le creciera demasiado y sin embargo aun en un año seguía teniendo esa cara de ingenuidad y buena persona, aunque era verdad que ambos habían crecido, todavía no eran muy altos aunque Killua con el pelo del mismo estilo anterior seguía siendo más alto que el otro.
En cuestión de la ropa seguían vistiendo más o menos similar, la verdad es que tuvieron que coger tallas más grandes y ahora casi nunca iban en tirantes a excepción de días calurosos, pero lo que no había cambiado era el querer llevar piratas un poco más largos de lo que antes eran. De vez en cuando visitaban a sus dos amigos Kurapica y Leorio pero no demasiado ya que tenían muchas cosas que hacer y sin embargo la apartente tranquilidad podría cambiar...
Capitulo 1
Relativa calma
Era un día apacible y agradable, los dos jóvenes estaban caminando por un pequeño y estrecho sendero rodeados de una verde hierba. No habían pasado muchas cosas interesantes salvo por algún que otro bandido, los dos amigos se encontraban hablando de lo que iban a hacer, todo parecía normal entre ellos; no obstante, el joven de cabellos plateados comenzaba a ver a su mejor amigo de otra manera, algo nuevo empezaba a sentir dentro de sí, y no se lo podía explicar, ya que nunca había sentido algo así, de todos modos prefirió no hacer caso e intentar seguir de igual forma con su amigo.
Recién estaba comenzando a anochecer y comenzaba a refrescar, estaban en lugar donde estaban alejados de la ciudad y por su imprudencia, de momento no tenían donde dormir.
-Ahh....-Soltó Gon un bostezo mientras miraba con los ojos cansados a Killua.
-¿Dónde vamos a dormir? Porque al descubierto no es recomendable...-Dijo el oji-azul con las manos detrás de la nuca.
-No tengo ni idea...-le responde Gon con un pequeño tono que denotaba desesperación por la situación.
-Ya bue...-se interrumpió a sí mismo cuando cuando a lo lejos divisa una pequeña cabaña, con suerte si estaba habitada les dejarían y sino lo estaba podrían dormir allí aquella noche.- ¡Mira Gon!¡Una cabaña! -este señala la cabaña con un dedo albergando esperanzas.
A esto Gon responde con una sonrisa de oreja a oreja soltando una pequeña risa, le toma a Killua del brazo echando a correr hacia la casa, como si fuera una luz al final de un oscuro túnel.
-¡Tranquilo, no va a desaparecer! -cuando le tomó del brazo no pudo evitar reírse, le encantaba la espontaneidad de su amigo.
En apenas un par de minutos llegaron a la cabaña, en su interior había una débil luz visible a través de una pequeña ventana de cristal sin cortinas ni nada parecido, lo que dejaba ver su interior.
El chico de pelo plateado dudaba de entrar, la verdad es que no sabía muy bien tratar con personas y le daba un poco de vergüenza, pero como su amigo de pelo moreno no era ni mucho menos retraído dio unos toques llamando a la puerta.
-O-Oye Gon...no seas tan lanzado...-Killua le miraba algo molesto, pero en ese momento se abrió la puerta.
-¿Sí? ¿Quien va? -había salido lo que parecía ser una mujer de avanzada edad, con el pelo canoso y un largo vestido hasta casi los tobillos.
-Esto..dis-disculpe señora ¿Podríamos pasar la noche aquí? Mi amigo y yo no tenemos donde pasar la noche...-Gon era el que había hablado y se mostraba tranquilo, la señora les sonríe de manera cordial.
-Ay, pues claro niños podéis quedaros cuanto queráis, vamos pasar no seáis tímidos -la señora les deja pasar sacando un par de mantas, solo se veía una pequeña casa con cocina, baño un dormitorio y un pequeño salón donde había un sofá.
-Gracias por dejarnos-dice esta vez Killua que se había lanzado a hablar.
-No es nada y siento que solo haya un sofá, pero es bastante grande yo creo que cabréis los dos perfectamente. ¿Queréis algo para cenar? -La señora había colocado ya las mantas sobre el sofá y en ese momento les miraba.
-No gracias, no tenemos hambre...¡Me pido este lado! se ríe tumbándose rápidamente en el lado izquierdo del sofá y tapándose con la manta.
-Jum...-por unos instantes le mira de manera ligeramente fulminante, pero luego se tumba tapándose también con una sonrisa.
Sin embargo. algo dentro de él hacia que se alegrara por dormir tan cerca de él ¿Por qué sentía eso si ya había dormido con él más veces?
Agita la cabeza confuso y cierra los ojos, solo quería dormir y vovler a dejar de pensar en eso, es solo mi amigo, mi amigo y nada más...pensaba.
Pasaban las horas y ya el castaño estaba profundamente dormido, sin embargo el otro se había despertado, no sabía con certeza la razón, pero no lograba volver a conciliar el sueño, así que se levantó con cuidado de no molestar a su amigo y salió fuera a tomar un poco el aire.
Respira hondamente, sintiendo como sus pulmones se llenan de aire fresco y puro, aunque repentinamente siente una presencia detrás suya, se da la vuelta viendo a la señora de la cabaña y relajándose.
-¿Sucede algo? -este estira los brazos, a lo que la anciana sonríe.
-Nada Killua, nada -la anciana le mira con normalidad ante la no ocultada sorpresa de este reflejada en sus ojos.
-¿Qué?¿Cómo sabes mi nombre? -la mira extrañado.
La sorpresa de Killua fue aumentando a medida que la anciana iba cambiando de aspecto, su cabello se oscurecía y tomaba rasgos masculinos muy familiares.
-¡Illumi! ¿Qué haces tu aquí? ¿Cómo...? -Illumi no le deja hablar , sino que le tapa la boca con una mano.
-Ssh...no hables..-le mira y comienza a susurrarle al oído.- Quiero que hagas una cosa...y si te niegas le sucederá algo realmente malo a tu amigo..
-N-No..no hagas daño a Gon..¿Qué quieres? -le dice sin mirarlo, y a medida que le iba contando en su rostro se tornaba una expresión de rabia.
-Está bien...lo haré...-dice resignado apretando fuertemente los puños.
Al tiempo que dijo eso Illumi desapareció dejando a Killua solo, hasta que decide entrar en la cabaña volviéndose a acostar y quedándose dormido. Sabía que era su amigo ¿Pero por qué tanta preocupación?¿Por qué ese dolor en el pecho del pensar lo malo que podría pasar?
No sabía como pero antes de quedarse dormido una idea pasó por su cabeza como si se hubiera abierto paso en su mente y fuera lo más evidente, ya sabía lo que le pasaba. Se había enamorado.