I.
Lo observó encaminándose frente a él en su mesa, con un rostro serio –muy raro en él– y sin mediar palabra o siquiera saludar hasta que se hubo sentado.
Se quedaron en silencio, Changmin tomando un sorbo de su taza de mocaccino y Minho mirándole sin despegar la mirada de la del contrario, por unos segundos.
—Changmin —Dijo, con voz casi rasposa—, te amo —Continuó, apacible ante sus propias palabras, como si no fuese nada. El aludido casi se atraganta con aquello. Más por la dureza y tosquedad con que lo había dicho que por la confesión en sí.
—¿…Qué? —Preguntó apenas, con un hilo de voz, tomando una servilleta para limpiar sus labios del café.
—Te amo —Repitió, sin cambiar su expresión—, te amo —Repitió de nuevo—, te amo —Dijo una cuarta vez.
—Ah… —No supo que más decir. Reevaluó la primera frase dicha por el menor— Al menos agrega el “hyung” después de mi nombre.
Minho abrió los ojos y la boca, su típica expresión de sorpresa, para luego levantarse estrepitosamente e irse del lugar apretando los puños, dejando a Changmin, que sólo pensaba “Mierda…”
II.
No pudo hablarle a Minho sino dos días después del incidente. No porque Minho lo ignorara, o porque a Changmin no le importara; sino que simplemente ambos estaban ocupados. Cada quien en lo suyo. Difícil encontrarse en la compañía SMent cuando habían tantas personas trabajando de un lado para otro.
Casualidad fue el haberse encontrado con Jonghyun.
—¡Hyung! —Exclamó el bajito, haciéndole voltear de repente.
—Jjong-ah —Respondió sonriendo. Y entonces recordó— ¿Cómo estás? —Preguntó, por cortesía, sin importarle realmente— ¿Has visto a Minho?
—Mm… —Estuvo pensando, poniendo aquella carita de puppy que todas adoraban— ¡oh!, sí, está con Taemin-ah ensayando. Ya sabes, el comeback, todos estamos en ello.
—Ah —Soltó con amargura. Estaba con Taemin. Lógico, siendo su compañero de grupo, pero maldición que celos sentía.
—¿Pasó algo con él? —Preguntó curioso— ¿Te dijo… aquello?
—¿Aquello?
—¡No nos ha querido decir nada! Pero vamos —Le codeó—, sé que te lo dijo.
Changmin se mordió el labio.
—Sí, bueno… —Jjong hizo morritos con sus labios y se cruzó de brazos, molesto.
—¿Por eso es que está así? Hyung, Minho-ah te quiere de verdad.
—¿Dónde está? —Preguntó, luego de suspirar.
—Te dije que ensayando con…
—Lo sé —Le interrumpió hastiado—, pregunté dónde, no con quién.
III.
Cuando Jonghyun le informó, fue a paso rápido, para no correr, hasta ellos. Chocó con unos cuantos empleados, pero no tenía tiempo, ni ganas, de hacer reverencias para disculparse.
Entró a la sala de ensayos, abriendo la puerta con fuerza, pensando en lo enojado que podría estar Minho por después de cómo se comportó con él hace días.
—Minho —Casi gritó, cuando observó al chico sentado en el piso, en posición ‘indio’ y la botella de agua entre las piernas, casi ido, sin dejar de mirar a nosédónde.
Volteó sorprendido, como si le hubiesen dado una abofeteada. Su rostro pasó de sorpresa a temor. Y se levantó, queriendo huir.
—Espera —Exclamó el mayor. Luego rotando su vista a Taemin, dándole una seña con la mirada “Vete o te mato” quien la captó haciendo una pequeña reverencia, sonriéndole a un Minho asustado, pues era consciente de los sentimientos que poseía por su hyung.
IV.
—Bien —Dijo, al pasar más de 10 minutos en silencio, sin que el menor le dirigiera la mirada ni una vez.
—¿Q-Qué quieres? —Susurró, con la cabeza gacha, sentado en el piso de nuevo, con la espalda apegada a la pared— ¿Te burlarás de nuevo, hyung? —Le escuchó decir, nervioso.
Changmin, quien había estado de pié todo el rato, se bajó a su altura, sonriéndole con comprensión, acariciándole los cabellos con lentitud y parsimonia, mientras el otro se estremecía ante el contacto y la cercanía.
—Jamás me burlaría de tus sentimientos —Se sentó a su lado. Pero sin dejar de acariciar sus hebras marrones, que caían un poco sobre las orejas.
—¿Entonces…? —Se atrevió a voltear, con aquellos grandes ojos fijos sobre su hyung.
—No sabía cómo reaccionar —Susurró—, me tomaste de sorpresa.
—Es que… —Musitó igualmente, con las mejillas sonrojadas— me dieron unos consejos.
Changmin frunció el entrecejo.
—¿Quiénes?, ¿qué consejos?
—Bueno… —Volvió a bajar la mirada— que dijera tu nombre sin honoríficos, creo que fue lo peor —Suspiró—, eso me lo aconsejó Jonghyun, para que “me sintieras más cercano”
El castaño se rió fuerte, lo que aumentó la vergüenza de Minho.
—Key me dijo que… repitiera que te amaba hasta que entendieras, Onew dijo que me mostrara seguro, que era lo más importante, y todos estuvieron de acuerdo. Que no titubeara. Y Taemin dijo que usara contacto visual antes de confesarme.
—Oh… —Comprendió el mayor el comportamiento tan diferente de Minho ese día. Y se rió.
Tomó su barbilla con una mano, provocando que le diera la cara de nuevo, para plantarle un beso. Uno verdadero. Húmedo, apasionado, con furor. No como aquel estúpido dado, robado, por Jjong.
Ladeó su cabeza para introducir su lengua con facilidad, deslizándola entre los gruesos labios del menor, quien no podía llevar el ritmo. Mordió su labio inferior y succionó su lengua. Metió su mano derecha, que usaba para sostener la barbilla, entre la camiseta sudada de Minho; tocando su abdomen y palpando sus abdominales, subiendo por su pecho y acariciando sus pezones. Gimió. No bajo, sino con fuerza, separándose de la boca contraria, sorprendido y con saliva recorriendo la comisura de sus labios.
—Lo mío es demostrar las cosas con acciones… —Sonrió de lado Changmin, pasando la lengua por sus propios labios, saboreando— ya deberás saber lo que siento por ti, ¿no? —Ensanchó su sonrisa ante la imagen de un Minho agitado, pero que no emitió respuesta— O… ¿necesitas más demostración?
De verdad, se sentía apenado e intimidado de la experiencia notoria de su hyung… pero sabía que aquella oportunidad no la podía desperdiciar, Changmin se le había confesado –indirectamente–, y quería disfrutar más que un beso.
Fin Parte 1.