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Himawari por P-S-Y-C-H-O-GazettE

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Notas del capitulo:

Muy bien, tenía ganas de escribirlo. Hace poco me pasaron un vide de un doujinshi que me fascinó e hizo llorar, así que quise adaptarlo a un fan fic de mi pareja favorita... el Reituki.

Espero lo disfruten...

   El verano comenzaba a hacerse notar en aquella soleada tarde, las aves cantaban y el viento acariciaba a las hojas de los árboles haciéndolos despedir aquel agradable sonido cuando chocan entre sí.

   “Que calor…”

   “Que verano tan caluroso”

   El chico caminaba por los jardines de aquella casa, le gustaba olfatear ese embriagante perfume que las flores solían despedir al ser tocadas por el aire y los rayos del Sol. Avanzó hasta un punto cerca del pequeño estanque y dejando sus sandalias de lado para sentir la tierra húmeda y fría bajo sus pies.

   Como todos los días, se paró frente al punto en donde los Girasoles crecían; como cada día, los contemplaba con la mirada llena de añoranza y resignación.

   “Siempre que veo los girasoles me acuerdo de él… solo de él”

   “Pensé que nada cambiaría… que estarías siempre a mi lado”

   “NO”

   “Me gustaría pensar así”

   -Taka…- dijo con un deje melancólico mientras acariciaba uno de los girasoles con los labios.

   “No fue nada más que un tonto sueño”

~·~·~·~

   El viento se colaba por la ventana de la habitación, nada como aquel cálido soplo para hacer saber a quien era tocado por el que el verano estaba por llegar.

   Un chico rubio y de pequeña estatura miraba entretenido el danzar de la cortina siendo movida por el aire. Su rostro estaba cubierto por pequeñas venditas ya que el último encuentro en batalla le habían afectado de sobre manera. Su cuerpo había estado débil aquel día, así que no fue extraño que durante la batalla fuese herido repetidamente.

   El sonido de la puerta abriéndose llamó su atención haciéndolo girar para mirar quien entraba por esta. Sonrió al ver a su madrina y doctora asignada a su pelotón entrar con esa característica mirada serena suya.

   -Hotaru san- dijo sonriendo, sin embargo aquella sonrisa no era para nada honesta, se notaba triste y falsa.

   -Takanori- respondió la mujer con un evidente tono de seriedad.

   El menor soltó una leve risilla- Hotaru san… lo siento-

~

Caminaban entre las calles del pueblo en donde se habían establecido. El menor caminaba despreocupadamente mientras que su acompañante solo miraba.

   Esa enfermedad… el cuerpo de Takanori está en el límite

   -Estás bien ahora, ¿Verdad?- rompió el silencio el rubio mayor.

   Los ataques que la leucemia causaba en el chico cada vez eran más frecuentes. Jamás pudieron encontrar a alguien compatible con él para una donación de medula, esta enfermedad consumía su vida.

   Sin duda, la fortaleza que antes mostraba antes, no la veré otra vez.

   Y lo peor de todo es que él ha dejado de hablar de sus sueños.

   -¡Te lo estoy diciendo, estoy bien!- dijo despreocupado- Incluso Hotaru ha firmado los papeles… Akira, te preocupas demasiado- el mayor sabía que había algo en las palabras de aquel chico que no lograban convencerlo del todo; sin embargo, no dijo nada.

   Continuaron caminando hasta que Takanori se detuvo de golpe con la mirada perdida en un pequeño campo abarrotado por girasoles.

   -¡AH! ¡Girasoles!- exclamó- ¡Ah, de verdad amo los girasoles!- gritó sonriendo

   El mayor lo miraba entretenido, perdido en aquella sonrisa que solo mostraba felicidad, un agradable calor interno le abrazaba las emociones y el corazón, la voz de su acompañante lo sacaron de sus pensamientos.

   -Es casi como si con tan solo mirarlos pudiesen traernos la felicidad- dijo en tono nostálgico.

   Akira sonrió- Así como tú- dijo mirándolo. El pequeño chico se sonrojó y su sonrisa se hizo más grande.

   -¿Qué?- preguntó girándose al otro chico. La pregunta fue más bien para volver a escuchar esas palabras que tanto júbilo le habían causado.

   Avergonzado, Akira giró el rostro… el ahora sonrojado rostro “¡Tsk! Se me ha escapado” pensó girándose de nuevo encontrando la bella sonrisa posada en el rostro de aquel que tanto quería.

   El menor tenía la carita completamente sonrojada. Era el tomatito más hermoso que Akira había visto en su vida y, estaba seguro, sería el único tomatito que vería de aquella forma.

   Sonriendo, Takanori se colgó del brazo de Akira, sujetándolo firmemente en un juguetón agarre.

   -A.ki.ra- canturreó con una vocecilla infantil- ¡Cómprame pizza!

   -¿Piensas que se la daría a una persona que acaba de salir del hospital?- preguntó con el tono más serio que encontró.

   -Vamos a ce.le.brar- continuó canturreando

   -¡Me niego!- respondió el rubio girando el rostro.

   ¡Mezquino!- reclamó el joven Matsumoto soltando su brazo armando un puchero.

~

   -Ah… mhm…- gimió al sentir la intromisión de aquel pedazo de carne en su entrada.

   -Mhm…- soltó el mayor sujetando las caderas de su amado para darle la firmeza y no cayera al estar echando su cuerpo hacia atrás debido a la onda de sensaciones causadas gracias a la exquisita penetración.

   -Ahhh… mhm… ah… A-Akira…- gemía al comenzar a cabalgar sobre el cuerpo de su novio, penetrándose, sintiendo como su pareja levantaba las caderas para darle el placer que tanto amaban al realizar aquel acto de amor- mhhm… ¡AH!- gemía cada vez más fuerte al sentir como la punta de aquel pene daba directo en esa zona erógena dentro suyo haciéndole ver cada vez más borroso.

   -¡Mhm… Taka!- dijo Akira sintiendo las paredes de aquel hermoso traserito envolver su miembro haciéndolo sentir increíblemente extasiado.

   En un repentino acto, el menor se inclinó sobre el cuerpo de su amante comenzando a soltar unas delgadas lágrimas.

   -Akira…- dijo mirándolo fijamente a los ojos – Akira… di… mhm… di que me amas- pidió.

-Dices cosas extrañas…- sonrió el mayor.

   -Quiero oírlo- pidió de nuevo el chico acariciando su mejilla con la mano del otro.

   Sin salir de él, Akira invirtió las posiciones, quedando ahora él sobre el pequeño cuerpo del menor.

   Comenzó a acariciar sus sienes, su nariz, sus párpados, sus labios. Era como si quisiera mantener por la eternidad la forma y textura de lo que tocaba.

   -Taka… te amo- le dijo tiernamente al tiempo que dejaba su mano sobre la frente del pequeño –Te amo- repitió besando la punta de su nariz.

   -Más… dime mucho más- suplicó el rubiecito con gruesas lágrimas en los ojos- Dame mucho más de ti, Akira- lloró diciendo aquellas palabras llevando una de sus manos a las mejillas de su amante, acariciándola con amor.

   -Taka…- mencionó confundido el mayor

“Te amo…

… te amo. Te amo”

   -Te amo, más que a cualquiera o cualquier cosa- dijo acomodándose y acomodándolo para posar sus labios sobre los del contrario, comenzando un beso cálido, dulce y lleno de amor. Un beso que acrecentara las palabras y las emociones de los que acababa de decirle a su querido Takanori.

   “Mientras estés conmigo”

   …”TE AMO”

   -Lo siento… lo limpiaré tan pronto despierte- le dijo a su pequeño

   -Si, no te preocupes- sonrió feliz

   Akira se recostó y Taka se giró sentado en la cama para que el otro viera su rostro.

   “Taka, está diciendo algo… pero no puedo oír nada” pensó quedándose dormido

   “Akira… lo siento… Akira, lo siento. Te he amado… de verdad. Por todos nuestros momentos felices… GRACIAS”

   Castamente besó sus labios dejando caer algunas cuantas lágrimas sobre el rostro del otro, sonrió durante el beso. En verdad, había sido completamente feliz y dichosos a su lado.

A la mañana siguiente, el viento y el Sol de verano se colaban por la ventana, dando de lleno en el rostro de Akira, haciéndolo despertar a causa de la molestia que estos causaban a  sus ojos, además de que el maldito despertador había comenzado con su sonidito.

   Se incorporó maldiciendo… “Bueno, ¿Qué más podía hacer en mi día libre?”. Se estiró y revolvió sus cabellos perezosamente. Al bajar su mano y tocar a su pequeño, se tensó.

   “Frio”

Los ojos casi se salen de sus orbitas debido a la impresión, su corazón se aceleraba y se detenía con cada respiración.

   “¿Por qué?”

   -¡¿TAKANORI?!- lo llamó pero no hubo respuesta alguna.

FLASBACK

   “Tu cuerpo está muy caliente”

Caminaban por el parque tomados de la mano, con los dedos entrelazados como si temieran perderse uno del otro.

   -Hehe… ¿Estoy caliente?- repitió el menor

   -Bueno, pero en el verano estarás sudando- se burló su novio haciéndolo sonrojar.

   -¿Qué? ¿Qué dices?- preguntó avergonzado. Perdió un poco el equilibrio al sentir como el otro tiraba de su brazo acercándolo a su cuerpo.

   -Obviamente estoy mintiendo…- aclaró acercándose al rosado rostro de su novio para dejar un cálido beso en esos labios de cereza que tanto amaba- idiota… mi Taka idiota.

FIN DEL FLASHBACK

    “Siempre he sido salvado por su calor, y aun así no puedo… NO PUEDO RESPIRAR”

   Completamente desesperado se acercó llorando a su amado, lo llamaba por su nombre, lo tocaba, pero nada surtía efecto.

   -Taka… Taka… ¡TAKANORI!... ¡TAKA!- gritaba entre lágrimas sobre ese inerte cuerpo que, a pesar de todo, mantenía una sonrisa llena de pureza, felicidad y amor.

   -Taka…- repitió acercándose a su rostro, delineó con las yemas de los dedos aquella complexión, aquellos labios. Se acercó más y le dio el beso más lleno de amor que los anteriores, el beso que sabía… sería el último. Las lágrimas no dejaban de salir.

   Tomó a su amado y lo acunó entre sus brazos, dándole un caluroso abrazo, no queriéndolo soltar jamás.

   “Tú… idiota”

   ~

   Sentado junto a la puerta del patio trasero completamente vestido de negro, escuchó los suaves pasos de alguien.

   -Akira… lo siento- se disculpó la doctora sintiéndose responsable del deceso de Takanori.

   -No…- miró al cielo- No tienes que disculparte… hiciste lo mejor- respondió el chico.

   -Taka también me ha dicho que no tengo que disculparme- la mujer sonrió melancólicamente.

FLASHBACK

   -Lo siento, Taka

   -Hotaru, no tienes por qué disculparte- dijo el rubio- antes de seguir preocupando  a quienes son importantes para mí… lo decidí por mí mismo- dijo mientras entre sus manos sostenía el pequeño frasco que contenía lo que le causaría un paro respiratorio- Perdón por no convertirme en un gran general, Hotaru.

   La mujer solo lo miraba intentando contener las lágrimas.

   -Perdóname… por no cumplirlo- comenzó a llorar el chico.

   -Takanori…

   FIN DEL FLASHBACK

   La mujer sacó de la bolsa de su suéter un hermoso collar azul- Akira, cógelo- le dijo- él me pidió que te lo entregara.

   Akira lo tomó con cuidado entre sus manos.

   -Así que te lo doy- finalizó la mujer, dándose media vuelta y dejándolo solo.

   Miró el collar, lo miró y lo acarició. No lo soportó más y cerrando sus manos en torno a este comenzó a llorar.

   -Taka…

~·~·~·~

   “Muchos girasoles florecieron este año también”

“Se parecen mucho a tu sonrisa”

   Seguía parado frente a los girasoles, los miraba como solía hacerlo cuando él estaba con vida.

   “Me acuerdo de tu sonrisa”

   “…me acuerdo”

   De nuevo las lágrimas rodaron por sus mejillas. Hacía ya un año desde que él se había marchado

   “Me acuerdo solo de tu sonrisa”

   Recordó cada sonrisa desde que lo conoció. Recordó como pasaron juntos su infancia y su adolescencia. Como aquella sonrisa le había enamorado.

   “Nuestro amor… fue el primero y el último”

~

   Caminaba entre las trincheras, su sangre se escapaba rápido… había sido herido de gravedad.

   “Taka…”

~

   -¡General!- gritaron en el campamento- El equipo de Suzuki “Chizuru” ha completado su misión, pero hay muchos heridos.

   -¡Llamen a los médicos inmediatamente!- gritó el hombre a cargo

   -Y Suzuki san ha sido herido de gravedad y está perdido.

   -¿QUÉ?- gritó sobresaltado el general- no puede ser…

~

   Tirado boca abajo en medio de una de las trincheras estaba el cuerpo de un rubio, cubierto de su propia sangre con graves heridas causadas por las balas que habían impactado su cuerpo.

   -¡AH!- gritó al girarse mirando ahora hacia el cielo que, a pesar de la guerra, se mantenía azul.

   El suave aroma de los girasoles lo envolvió, el dolor se mirigó y una sonrisa se dibujó en su rostro.

   -Taka…- dijo débilmente- ¿Esto está bien ahora? He vivido lo suficiente… en este mundo donde no estás tú.

   Pétalos de girasol llovieron sobre su herido cuerpo, levantó uno de sus brazos y tomó unos cuantos.

   -¿Qué es esto? ¡No llores!- dijo al viento- sonríe…- le pidió

   -Finalmente… iré… a donde… tu estás- el brazo que tenía levantado cayó estrepitosamente al suelo para no levantarse de nuevo jamás.

   El viento de verano comenzó a soplar de nuevo, arrastrando ese hermoso aroma de girasol junto con los pétalos de este.

   “Taka…”

   ~

   -¡SUZUKI!- entró agitada Hotaru a la casita que Taka y Akira solían compartir. Corriendo de inmediato al patio de los girasoles… pero no lo encontró.

   -¿Akira?

   En el suelo junto a los girasoles, vio el collar que Taka había dejado en manos de Akira… entonces Hotaru lo comprendió. Ahora, por fin estaban juntos de nuevo.

 FIN~

Notas finales:

¿Bien?

Siento si las hice llorar, yo misma lloré mucho cuando lo escribí. Tenía un nudo en la garganta y algo se apretó en mi pecho.

Espero les haya agradado.

Este es el doujinshi, es un SasuNaru. Es hermoso >> Himawari [Girasol] 

Bien, eso sería todo, nos leemos~


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