De un paseo, a tu encuentro
“Se conocieron de casualidad, pero solo vasto verlo una vez, para enamorarse de él”
Sasuke Uchiha era un joven común, a grandes rasgos no distaba de las demás personas, tal vez su buen aspecto lo hacia mas popular, consiguiendo que un buen par de mujeres e incluso hombre, lo miraran con cierta lujuria, amor o envidia. Después de todo era un joven alto, de cabellos azabaches algo alborotados pero dóciles y suaves, que de alguna forma armoniosa resaltaban su esculpido rostro pálido y más aun, sus ojos tan profundos como el mar y tan negros como la mas oscura de las noches (ohh que poeta xD) De vez en cuando, solía recibir cartas o mensajes de otras personas invitándolo o proponiéndole salir, pero eso no lo hacia mas o menos especial. Claro está que rechazaba las ofertas, en ese momento de su vida, no estaba interesado en relaciones íntimas con otras personas. Su prioridad era el estudio, por alguna extraña razón, estaba aferrado a la idea de superar a su hermano mayor, demostrar que él también era capas de conseguir grandes cosas. En el fondo, su admiración por Itachi, su hermano, era inmensamente grande, pero su orgullo también lo era.
Sasuke era un estudiante aplicado, con una gran capacidad cognitiva, que lo había llevado a obtener las mejores notas de los últimos años, regularizando materias e incluso llegando a hacer en un año, lo que correspondería en dos. Era elogiado, y eso de cierta forma, le gustaba.
Nunca perdía la oportunidad de entrenarse, después de todo, por el momento era el segundo mejor nadador del club al que pertenecía, "por el momento" no le interesaba alcanzar la cabecera en ese aspecto, pero muy pronto lo lograría. Por tal, tenia un cuerpo bien formado, abdomen plano, brazos y piernas fuertes.
Actualmente vivía solo, autónomo de sus padres, ayudado por una beca universitaria y por algunos trabajos que realizaba de vez en cuando, siendo asistente en una oficina jurídica.
Mucho mas en su vida no había, era dedicado, decidido…pero solitario. Aunque esto último no era de mayor importancia para él. Tenía un par de amigos, tenía buena relación y contactos que luego lo ayudarían a la hora de comenzar laboralmente cuando tenga completo su estudio. Nada más era importante. Sus padres vivían en una ciudad mas pequeña, pero mensualmente le escribían o llamaban para preguntar como estaba. En cuanto a su hermano, lo veía de vez en cuando, no vivía muy lejos de su departamento, pero no solía ir a visitarlo, en todo caso, Itachi era quien solía ir y tocar a su puerta. No era nada personal…disfrutaba mucho con la compañía de su hermano e incluso con amigos de éste, pero por alguna razón que no quería analizar en su mente, no salía de él ir a visitarlo. De cualquier manera, agradecía que su hermano se tomara la molestia de invitarlo a salir o ir a su departamento a pasar una tarde entera, la pasaba bien, se distraía y se divertía.
Ante tantas cosas de la que ocuparse, Sasuke tenía un hobby; pintar. Pintando su mente se despejaba, se armonizaba. A veces cuando pasaba tantas horas estudiando y aprobaba los exámenes, extenuado y con la mente tan cansada, aprovechaba y se distraía haciendo algún cuadro. Era su forma de salir de la realidad.
No era su único pasatiempo, la lectura también era uno de sus fuertes, y cuando veía que tenía algo de tiempo libre, no perdía la oportunidad de comprar o sacar algún libro de la biblioteca.
Y es ahí que a Sasuke, algo fuera de lo normal le sucedió. Libros hay para todos los gustos, con infinidad de temas, colores, autores, principios y finales, todo un mundo para los lectores que disfrutan de una buena lectura. Se pueden encontrar libros comunes y otros diferentes. Aquel día el destino, la casualidad o los hilos de la vida hicieron que Sasuke se topara con un libro en particular…
Había terminado un cuatrimestre, y por su gran esfuerzo, podía tomarse un tiempo de descanso, así que decidió ir a la biblioteca más cercana a su departamento y más antigua del lugar. Por lo que tenia entendido, era la biblioteca mas grande también. Recorrio los estrechos pasillos que formaban los altos estantes, cargados de libros recientes y antiguos. Por lo general, elejia una seccion al azar y de ahí, sacaba un libro a gusto. Aquella noche, fue la seccion de "indeterminados" libros que no tenian seccion. Acarició el lomo de toda la ilera izquierda, y de golpe se detubo sobre uno en particular, por un momento creyó sentir al libro caliente, pero rapidamente borro ese ridiculo pensamiento. Lo quito del estante y lo observó detenidamente, tapa dura de color rojo oscuro y vordes dorados, lo que le llamó la atencon fue un extraño simbolo en el centro en forma de espiral, tenia un conocimiento vasico de simbologia, pero esa era la primera vez que lo veia.
Su curiosidad y su asombro incredulo aumentó cuando, por segunda vez sintió, que aquel libro que sostenia, irradiaba de alguna forma calor itermitentemente, como palpitaciones, y a medida que acariciaba la gruesa tapa y contratapa, parecia acelerarce.
Incapas de determinar si eso que sus dedos persibian era real o no, decidio abrir el libro. Y en la primera hoja no encontró nada, solo papel en blanco, algo amarillento. Ningún nombre, ni direccion, ni editorial, nada. Pero en la siguiente pagina, dos palabras se centraban en el medio de la hoja. Una vez mas, algo inexplicable, en un primer momento aquellas palabras le resultaron ininteligibles, pero luego de un par de parpadeos, esos símbolos que le habian parecido ser de otro idioma, comenzaban a tomar forma de letras conocidas para él y eventualmente, pudo leer aquellas dos palabras…
- Naru...
De golpe, dejo caer el libro al suelo dejando escapar un leve quejido y se miró las manos con atención. Luego de unos segundos bajó su mirada para concentrar toda su atencion en aquel extraño libro que reposaba en el suelo. Nuevamente habia sentido un extraño calor, pero esta vez mas agudo.
Miro ambos lados del pasillo, nadie lo habia visto, por lo tanto se agachó y tantiando primero algo desconfiado, se aseguro de que el libro no lo "quemara" nuevamente, antes de agarrarlo y cubrirlo con su campera. Tomo un libro al azar y se dirigió al escritorio donde la mujer que se encontraba detras lo saludó cordialmente con una sonrisa en su rostro y anotó en el ordenador el nombre de aquel libro, luego Sasuke se despidió y salió del gran edificio, cargando ambos libros, uno oculto por su campera.
Estaba aturdido, pero seguro de que aquellas dos palabras que estaban escritas en tinta, eran un nombre. No estaba seguro de porqué había salido con el libro entre sus prendas, como si lo estuviera robando. No obstante, lo intrigaba saber que había pasado y quería averiguar todo cuanto pudiera sobre ese extraño libro.
Sin detenerse ni un segundo, caminó a paso ligero por las calles iluminadas y frías de una ciudad adormilada, en dirección a su departamento. Allí, en la tranquilidad de su vivienda, podría inspeccionar mejor el libro.
Era todo muy extraño, y hasta se sintió estúpido por sacar “ilegalmente” una propiedad de la biblioteca pública tan solo porque había tenido la extraña y paranoica sensación de que se había quemado los dedos, algo verdaderamente imposible ¿o no?
Y esas dos palabras… ¿significaban algo en particular? Solo había alcanzado a pronunciar las cuatro primeras letras de lo que le parecía un nombre. Por alguna razón, no recordaba como continuaba luego de esas letras. Se sentía impaciente así que acelero un poco más su caminata.
Pronto llegaría a su departamento y podría terminar de entender aquel extraño nombre.