Esas luces que se mueven de aquí para haya, me gustan, por algo vine, como todos los fines de semana, busco algo interesante, bailar, beber, toda la noche, y quizás no acordarme de que pasó al despertar y mirarme al espejo y decir: ¡Por qué tengo un moretón en mi cara! y tener dos mensajes de dos chicas distintas diciéndome que lo pasaron muy bien junto a mi, la verdad aquellas no son consecuencias agradables, aunque me hacían sentir mucho más hombre.
En fin, otra noche de sabado, y el cabello se me mueve mientras bailo, recuerdo fotos que me han sacado así, bendita séa la genetica por darme cabello rubio, con las luces de colores se ve más que bacán, ¡y qué bien que la estoy pasando! junto a mis amigos y amigas inseparables, no de carrete, obvio, de afuera tambien, bueno... por lo menos la mitad, para que tener tantos.
Fuí a la barra por un Roncola, la noche recien empezaba, con suerte era la 1 de la mañana, la chica del bar era conocida de la media, así que fue generosa al momento de preparar mi trago, le agradecí y en ese momento se sienta una morena de ojos miel a mi lado, y comienza a hablarme, Hola ¿como estás?, ¿bien y tu?, bien gracias ¿tu nombre?
Era muy bella, queria mirarle al responder pero. . .
. . . que me encontré en su hombro.
¿Por qué ella está aquí?
Los bellos de la espalda y la barba se me entumecieron, y no salió de mi boca palabra, la morena me miro raro y al no contestarle se largó, casi ni me percaté. . .
Ella estaba bailando en la pista.
¿Hace cuanto? ¿Un año? lo más probable! hace eso que no la veía, su pelo era aun más largo que el que recordaba, y terminaba en unas dulces puntas rizadas hasta el fin de su espalda, el chocolate de sus ojos desde lejos lo notaba, más mujer y más adulta, con una blusa de jeans y unos shorts blancos, ahora unos 20 debe tener si no mal recuerdo su cumpleaños, no, como olvidarlo, 4 de abril, y es enero.
Todo demasiado rápido venia a mi mente, ¿Por qué la dejé de ver? cierto, ella se fué a vivir a La Serena y yo me quedé en Santiago; no sé por que también recordé que una vez me botó helado en mi brazo en pleno Parque Arauco, y todo por ver un vestido, ¡Tonta! le grité, ella me miro sonrojada y me dijo perdón, con su característica sonrisa infantil, ocupaba brackets, debe de seguir haciéndolo, oh si, desde aquí vi brillar sus dientes metálica pero bellamente.
¿Cuándo fue. . . ? cierto, íbamos en el metro, la miré y me pareció nerd con unos libros en la mano amontonados, al bajar un idiota la pasó a llevar y se los botó, como había poca gente en el metro creí que sería descortés no ayudarle, así que me acerqué, tomé unos libros y se los pasé, Gracias! eres muy amable, de nada, y entre lo que leí de títulos hablaba de Psicología, ¿Estudias psicología?, no, la verdad estudio pedagogía en Filosofía, ¡Qué genial! yo estudio psicología, ah! por aquello preguntaste, claro. . .
Tan claro como el agua, era ella y no lo creía, y sentí en mi cabeza la voz del metro avisando que era la ultima parada, todo un recuerdo, confundido con la música fuerte de ahora.
Pato oh ¿qué te pasa?, Nada Lucho volvamos a bailar.
¿Cómo podía bailar tranquilo? parecía momia bailando, por solo mirarla, ella, era una pluma en el viento, Pato a tí te pasa algo, Nada Andrea, segu... oh.. ¿no es Europa quien está ahí?
Un nombre tan grande, para algo tan grande como ella. . .
¡ahí está ! por eso el Pato anda así, Pato supéralo! ¿hace cuanto que no le vez?, ¡oh está más rica que la ultima vez que la vi!, Paren, Pato y si te deprimiste tanto ¿por que no le hablas y sabes como está?
Quería que alguien me dijera exactamente eso, para que me diera el impulso, para no pensar que estaba loco siendo el unico que pensaba que debía hacer eso.
Nunca pensé que esos pabellones largos que se creaban en la mente de los personajes podrían ser reales en la vida real, caminar hasta ella parecía un kilometro, siendo que eran unos metros, recuerdo su voz, era para mí, mí locus amenus. ¿En qué año vás? ¡Ah! como te llamas? olvidé ese detalle, me debí bajar hace dos estaciones, sube mañana en Cerro Blanco, conversaremos más asi, ¡Me encanta tu risa!, oye me gusta el helado, y sí es un palo, ¡Aprobé mi examen! ¡Gracias! para serte franca jamás he conocido el mar. . . ¡Necesito tu ayuda! ¿Sabes? me caes bien, ¿estás loco? odio los chocolates, bueno la verdad soy alergica al cacao, ¡no me compres más helado de chocolate! ¿Alo? ¿Eres tu? sabes tengo demasiada pena, terminé con mi novio, ¡Gracias pro venir a verme! necesitaba compañia, ¿Me trajiste helado? como en las novelas jajaja! Oye espera, ¡¿ES DE CHOCOLATE?! Estupido realmente no aprendes soy aler... ah, hay uno de frutilla, gracias ! la verdád es mi favorito, ¡Qué! ¡Me invitas a Valparaíso? ¡Mi sueño era conocer el mar gracias! ¿ me estás tratando de invitar a una cita? bueno me gustan los cafés asi que te lo sugiero, no diría que no mientras no tenga chocolate, si. . . quiero.
Europa, Hola.
Volteaste con rapidez, pero la sonrisa que tu rostro dibujaba de borró muy rapido, pero mi corazón palpitaba, hace tiempo quería verte, bueno aquí estoy, ¿Qué haces en Santiago?, buscando unos papeles de la Universidad para una beca, ¿Te há ido bien?, si gracias, ¿Sigues en La Serena? , Pato es sumamente incomodo esto para mi, la verdad mejor me voy. . .
Y los malos momentos se lanzaron en mi mente, ¿Por qué estás tan borracho?, ¿y ese mensaje de texto? ¡Que paso en esa fiesta Pato! por favor no te enojes no podía llegar antes, entiende tenía que estudiar recuerda que quedé en un repechaje y no puede volverme a pasar jamás, ¡Oye! eso me dolió ten más cuidado, Me prometiste que irías con mi familia en Navidad. . . ¿Dónde estás? hace 2 semanas que no nos vemos, te he pedido que vengas, te extraño, necesito contarte muchas cosas, ¿¡es un chupón lo que tienes ahí!? ¿ahora quien extraña al otro? debo hacer lo siento, Ya... no quiero.
Europa! no te vayas. . . hace tanto que no te veía y necesitaba decirte..., ¿Qué Pato? , Te Extraño, la verdad me siento sumamente arrepentido, ¿De verdad?, si, fuí un idiota, Ah... por favor ¿Y qué deseas con esto?. . .
Vuelve conmigo por favor dame otra oportunidad.
¿No crees que con la que desperdiciaste bastó y sobró? lo siento.
Jamás lo noté, ella tomó de la mano a un chico alto de pelo más oscuro que el de ella con unos ojos color miel, subió las escaleras y se fué.
Jamás me senti menos hombre como esa noche.