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LIARS por Pierrot_Rei

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Notas del fanfic:

Hace como una semana vi la película por AXN y desde entonces quede fascinada *-* y sobre todo con esta pareja Caleb/Reed, espero les guste, aviso desde ya que a veces me dan bloqueos creativos y dejo las historias durante un tiempo, tratare de que no pase, por eso solo estoy avisando. Oh, también aviso que quienes hayan visto la película y les caiga bien Sarah, no quiero tomatazos cuando la destruya vilmente *¬* (metafóricamente hablando)

Notas del capitulo:

Espero les guste ^-^

Cap 1.

 

Ese día se había levantado casi a las cinco de la mañana. Se había aseado, rasurado, perfumado, vestido y desayunado antes de que el reloj marcara las siete.

 

Evelyn había reído suavemente al verlo ir de un lado al otro en espera de que fueran las diez y pudiera irse a presentar a su primer día de trabajo.

 

“La ansiedad es mala para la salud”, le había repetido por séptima vez aquella mañana y sin embargo, Caleb seguía ignorándola. Su teléfono vibro dentro del bolsillo de su chaqueta. Era Pogue.

 

- ¿Hola?

 

- ¿Dónde estas? – pregunto su amigo del otro lado.

 

- En mi casa, esperando que sean las diez.

 

- Amigo, creo que debes comprarte un nuevo reloj. Son las 10:13 am.

 

Finalizo la llamada incluso antes de que su amigo terminara de hablar. Corrió hasta el pasillo de entrada, cogió sus llaves y salio dando un fuerte portazo a la puerta, lo cual molesto a Evelyn pero de lo que conversarían mas tarde. Subió a su auto y pisando fuerte el acelerador, sin darle tiempo al motor de calentarse. El hospital se encontraba a casi200 Km. desde su casa y él siempre iba a cuarenta, por respetar las leyes de transito de la zona, sólo que esta vez no le importaban.

 

Después de cinco años en la universidad de Ipswich, finalmente había conseguido su licenciatura. Pudo irse a cualquier lado, mudarse a Los Ángeles, Nueva York, Manhattan, pero no, se quedo en el pueblo que lo vio nacer y escogió el hospital psiquiátrico de Ipswich como lugar de trabajo. Así podría estar con su madre (a quien tuvo que prometer nunca diagnosticar), estaría con su mejor amigo Pogue, y con Sarah, su novia.

 

Un oficial lo detuvo entre la intercepción del instituto y la plaza del centro.

 

- Vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí. El gran Caleb Danvers, detenido por el oficial Collins.

- Chase, por favor. Mi reloj se descompuso y voy llegando tarde al trabajo.

 

- Tranquilo, amigo. Ya sabía que eras tu, sólo quería molestarte un rato – recibió un gruñido de parte del otro -. Uy, que genio. Bueno sigue tu camino, nos veremos esta noche en Nicky’s.

 

A Caleb no tuvieron que repetírselo dos veces para pisar el acelerador nuevamente y salir pitando de ahí.

 

Chase era un buen amigo. Había ido juntos a la Academia Spencer, estaban en el equipo de natación y reunían de vez en cuando en Nicky’s a beber. Sus caminos se separaron cuando el moreno decidió hacerse policía y él psicólogo.

 

Observo el hospital a sólo unos metros y empezó a disminuir la velocidad. En la entrada lo esperaban Pogue, con su bata de doctor ya colocada, y Richards Thomson, su jefe.

 

- Lamento llegar tarde, Sr. Thomson, pero mi reloj se descompuso…

 

- Ahórratelo, muchacho. El joven Parry ya me explico la razón de tu retardo, no te voy a colocar una sanción en tu primer día de trabajo por llegar tarde ayudando a tu madre. Eres un buen hijo.

 

El doctor Thomson se dirigió al interior del edificio, Pogue y Caleb lo seguían de cerca.

 

- ¿Ayudar a mi madre? – le susurró a su amigo.

 

- Fue lo primero que se me ocurrió – le contesto Pogue con una sonrisa.

 

- Gracias por eso – le devolvió la sonrisa. Una tela cayó sobre su rostro. “Tu nueva bata” dijo el doctor Thomson.

 

Entraron a una sala azul pastel, con grandes ventanas la pared izquierda y lateral, una pequeña cocina con cafetera en una esquina y una larga mesa con papeles y folios al fondo. El doctor Thomson se acerco a la mesa, saludo a una joven pelirroja que se encontraba leyendo con una taza de café al lado, tomo dos folios y se acerco hasta ellos, la chica también se acerco.

 

- Déjenme presentarles a la doctora Julia Brown; Julia estos son Caleb Danvers y Pogue Parry – la mujer les sonrío. “Mucho gusto” fue lo que dijeron -. Ahora bien estos son sus trabajos. En cada folio hay una lista diferente de pacientes, no se preocupen, sólo son cinco a lo mucho. Como son nuevos, lo único que harán será pasar por sus habitaciones, dando sus medicamentos, hablaran un poco con ellos y listo. El día de hoy, Julia acompañara al joven Danvers y yo iré con el joven Parry, si tienen preguntas no duden en hacérnoslas. Ahora bien, ¿están listos?

 

Los chicos asintieron y así salieron de la sala. La lista de pacientes de Caleb indicaba que todos eran del tercer piso, mientras que los de Pogue se encontraban en el primero.

 

Caleb empezó a subir las escaleras detrás de Julia, mientras leía con detalle su lista de paciente. Sólo leía los nombres y las edades, sin embargo, hubo uno que, sin saber porque, lo incitó a leer toda la historia.

 

“Reed Garwin. 21 años.

Esquizofrenia.

 

“Reed Garwin… me suena”.

 

Sufre de delirios. Cree que tiene poderes que van mas halla de la imaginación.

 

“Bien, eso es normal dentro de la esquizofrenia”.

 

Asesino a su novio Aaron Abbot, durante un ataque nervioso. Bajo observación especial.”

 

“¿Asesino a su… novio?”

 

Caleb no sabía porque, pero el hecho de que el tal Reed fuera gay, lo que inquietaba mas que el hecho de que hubiera asesinado a su novio.

 

“Un momento… yo conozco a Aaron Abbot, iba conmigo a Spencer”

 

- Srta. Julia – la joven muchacha se detuvo y volteo, con una sonrisa en los labios -. Este tal… Reed Garwin, ¿Cómo es él? ¿Lo conoce?

 

La sonrisa en los labios de la pelirroja se desvaneció, su labio inferior tembló levemente.

 

- Reed ha estado con nosotros… desde hace tres años. Asesino a su novio, ¿sabías? Lo dice en su historial, por eso es mayoritariamente que esta aquí.

 

- ¿Mayoritariamente?

 

- Supongo que ya lo leíste, ¿no? Aparece en el primer párrafo. Cree que tiene poderes, alego que podría lanzarse del barranco y no sufriría ni un rasguño, dice que mientras mas utiliza sus poderes mas envejece y que por eso nos usa, que quiere seguir siendo guapo para alguien… esta bajo observación especial. ¡No puedo creer que el Dr. Thomson siga dándole ese caso a los nuevos!

 

- ¿Siga dándoles?

 

- Reed no habla con nosotros, no habla con ningún medico, pero como aquí todos los médicos son mayores de cuarenta, el Dr. Thomson piensa que con alguien mas joven se abriría.

 

- Y… ¿ha funcionado? ¿Ha hablado?

 

- Mi grupo fueron los nuevos antes de ustedes. A un compañero le toco hacerse cargo de él, él pasó a otro, después a otro, y a otro, y a otro, y por ultimo a mí. Ninguno ha conseguido que hable.

 

- Tal vez yo tenga suerte – la joven le sonrío.

 

- Bueno, probémoslo.

 

Se detuvieron frente a una puerta que marcaba el numero 312. La Dra. Brown giro la perilla suavemente para hacer el menor ruido posible. Dentro de la habitación, un chico rubio se encontraba de espaldas, viendo por la ventana cubierta de barrotes.

 

- Reed – lo llamo Julia -. Reed soy yo, Julia. A partir de hoy no seré mas tú doctora, vengo a presentarte al nuevo doctor – le hizo señas a Caleb, para que se colocara delante de ella y se presentara.

 

- Hola, Reed – el chico frente a él se sobresalto -. Desde hoy seré tu nuevo doctor, mi nombre es Caleb Danvers.

 

Reed se dio la vuelta, dejando ver a Caleb su rostro por primera vez. Los ojos verdes se encontraron con los cafés, y Caleb sintió algo remover sus entrañas. Reed se acerco lentamente, como cada paso pudiera ser una trampa. Una vez cerca, alargo el brazo y acaricio suavemente su mejilla, dejando mudo tanto a Caleb como a Julia.

 

“Reed nunca establece contacto físico con nadie, esta es la primera vez”, fue el pensamiento de la joven doctora.

 

“Me esta tocando… porque… ¿Por qué se siente tan extraño… tan natural?”

 

- No – la suave voz del joven los saco de sus pensamientos. Alejo su mano de la mejilla de Caleb -. Tú no eres mi Caleb. Aun no.

 

Se separo tan lentamente como se había acercado, dirigiéndose a la cama y acostándose en ésta.

 

- Ya me he tomado las medicinas, no tienen nada más que hacer aquí – dijo, señalando a la pequeña mesa donde, en efecto, se encontraban los pequeños vasos donde transportaban las pastillas, vacíos. Julia los tomo nerviosamente por todo lo acontecido y salio de la habitación con Caleb detrás de ella.

 

Ambos decidieron dejar lo que había pasado en aquella habitación de lado, pensando que sólo serían los delirios del joven y que había confundido a Caleb con otra persona.

 

Sin embargo, aquella frase no salía de la cabeza de Caleb.

 

“Tú no eres mi Caleb. Aun no”.

 

“Dijo perfectamente mi nombre. No me confundió con nadie ¿o sí? ¿De donde te conozco, Reed? ¿Y qué significa eso de <<Aun no>>?

Estoy tan confundido”

 

“No mas que yo”

 

Escucho dentro de su cabeza, o al menos así le pareció. Volteo su cabeza a ambos lados, esperando ver a alguien. No había nadie. Decidió que el primer día había sido algo estresante y fue por un café.

 

Necesitaba despejar su mente.


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