Para muchas personas la felicidad es una meta que debe buscarse a toda costa, hay otras que piensan que pase lo que pase en algún momento llegaran a ser felices, como si el hecho de ser feliz fuera algo ya predeterminado en nuestras vidas a tal punto que llegaría en tal día a la hora tal y con la persona tal, por lo que solo deberíamos esperar sentados a que llegara aguantando todos los dolores y sufrimientos.
Muchos otros buscan por todos sus medios ser felices, algunos los logran otros no, todo depende de las circunstancias que los limitan.
Hace algún tiempo yo pensaba que para ser feliz debía sacrificar todo por la persona a la que amaba, que no importaba si tenía que soportar malos tratos para poder alcanzar con la persona amada la tan ansiada felicidad.
¿Cuánto tiempo soporte esto? No fue una semana, o un mes, o medio año, fueron casi dos años de mi vida, en los que di todo de mí sin meditaciones, al principio pensé que era su timidez la que lo llevaba a comportarse de esa manera. Para que me entiendan mejor les explicare un poco como termine así.
Éramos compañeros de la misma banda, yo era el vocalista y él tocaba el bajo, me encantaba observarlo mientras tocaba, desde la primera vez que lo vi hubo algo que hacia que no lograra apartar mi vista de su ser, a todos los ensayos llegaba temprano con la esperanza de verlo a solas y poder conversar, para volvernos más que solo compañeros de banda, pero nunca lograba encontrarlo a solas siempre estaba con Sakura hablando de no sé que tantas cosas, él siempre obtenía su atención antes que yo.
Llegue a pensar que nunca me tomaría en cuenta, fue un día que solo quedaba yo en la sala de ensayos que lo vi cruzar la puerta, venía bastante misterioso como si buscara algo sin siquiera dirigirme la palabra entro moviéndose de un lado para otro mientras me dirigía una que otra mirada como si quisiera preguntarme algo, pero no lo hacia, seguía caminado en la sala, como no me hablaba simplemente intente ignorarlo aun que moría por que me hablara.
Después de un rato volvió a mirarme con insistencia, como me era difícil seguir ignorando su mirada lo mire yo también directo a los ojos.
- ¿Esperas a alguien más? – por fin se animaba a hablarme utilizando un tono nervioso, no entendía el porqué de este nunca había hablado de esta manera frente a mi –
- No, solo terminaba de revisar algunas cosas, pero ya me voy, que tengas buena noche – le dije mientras caminaba a paso lento hacia la salida pensando que tal vez él esperaba a alguien y no quería que yo los viera, que solo esperaba verme partir para sentirse tranquilo, me sentía triste cada que pensaba cosas como esta pero al final pensaba que las cosas serían así siempre.
- Me gustas… - de golpe voltee a mirarlo no podía creer lo que había oído, fue tan de la nada, tan, tan hermoso, no sabía como reaccionar era algo de lo que me convencí jamás oiría salir de sus labios.
- Perdón ¿Qué dijiste? –
- No me hagas repetirlo – suspiro – esta bien Me gustas, desde hace algún tiempo creo que eres un chico lindo, vamos me atraes, no se si pudiéramos empezar algo, no digo que seamos novios porque aun no nos conocemos, eh no sé que opinas –
- También me gustas, quieres acompañarme a casa – le extendí la mano – puedo prepárate un café para que sigamos hablando – si pudieran haber visto la sonrisa que en mi rostro había en esos momentos.
Ese día fue la primara vez que estuvimos juntos, la primera noche paso en mi casa, la primera en la que nos amamos y la primera vez que amanecimos el uno al lado del otro.
Después de ese día pensé que todo iría bien, por que habría de no ser así… cierto por un pequeño detalle, nadie podía saber que salíamos juntos, ni mis amigos, ni los suyos, ni la banda, ni nadie, solo nosotros dos y las cuatro paredes que nos rodearan cuando estuviéramos solos, me sentía aislado del mundo, pero aun así me sentía ¿Feliz? o al menos así creía sentirme.
Los día pasaban y pasaban, al principio pensé que su poco interés en lo que teníamos se debía a que no quería que nadie lo supiera, pero los días pasaban y no recibía ni una caricia o palabra dulce de su parte, ni siquiera recuerdo como es que conseguimos comenzar a vivir juntos, a veces pensaba que la parte cariñosa de la pareja solo debía serlo yo, pero ni siquiera así conseguía que funcionaran las cosas.
Mis amigos decían que siempre me notaban distante, que parecía que intentaba resolver un problema inmensamente grande, no lo era tan así, solo pensaba en como lograr estar más cerca de él.
- ¿Vamos a algún lado? – me pedía Kei, desde que salía con Kirimaru no había salido con nadie más, ni siquiera para comer, no por que me lo prohibiera simplemente por temor a que se me fuera la lengua y kirimaru se molestara conmigo y me dejara.
- Tal vez otro día – le dije mirando a kirimaru – quien acababa de llegar al lugar donde nos encontrábamos –
- Sal con Kei seguro mueres por salir con él, hace mucho que no los veo salir, no tienes a nadie a quien darle cuentas, así que sal con él, kei que esperas llévalo a algún lugar – sus palabras no me hirieron tanto como lo hizo el tono en el que dijo las cosas –
- Tienes razón no tengo a nadie, Kei vamos a algún bar hace tanto no lo hacemos – tome a kei por el brazo y me lo lleve –
- Gracias kirimaru – fue lo ultimo que le dijo kei “Gracias” –
- Porque le distes las gracias – le pregunte ya cuando estábamos en el bar – no entiendo –
- Porque gracias a sus comentarios aceptaste salir hoy, sabes me hacia falta tener un rato contigo a solas, hace mucho que no tienes tiempo para mi, me siento un poco abandonado –
- Suenas como un novio al que su novia ignora todo el tiempo – me reí la situación me pareció graciosa pero al ver su rostro vi que a él no le parecía así – lo siento ¿Te pasa algo?
- No tienes que disculparte, lo siento yo… solo somos amigos pero no sé… ah discúlpame, no, no tengo nada – mientras me hablaba sus mejillas se teñían de rojo, se veía tan lindo, que no pude evitar mirarlo con ternura - ¿Qué tengo? ¿Por qué me miras tanto? –
- Es que te pusiste rojo – le respondí señalando mis mejillas – ¿Por qué estas tan nervioso? –
- Porque me gustas – su confesión me dejo por unos momentos sin habla – no tienes que responderme nada, es solo algo que yo siento – volteo su rostro para no seguirme mirando –
- Lo siento, estoy saliendo con alguien – por un momento creí haber visto sus ojos vidriar y sentí que mi corazón se rompía al romper el suyo – tengo que irme a casa – me levante pero intento detenerme –
- Puedo saber quien es –
- No – le dije, me solté de él y me fui del lugar-
Al día siguiente Kei se veía un poco triste pero intentaba hablarme con naturalidad, procuraba que no me sintiera culpable por lo ocurrido, en cuanto a kirimaru esa noche no lo vi, en el ensayo a penas me dirigió un hola un adiós y nada más, no fue a nuestro departamento por una semana, como era posible que fuera tan frío conmigo, que no sintiera ni la más mínima pizca de celos por que me fui con kei, que poco le importara lo que hiciera con mi vida.
Cuando volvió al departamento no dijo nada sobre el asunto, todo regresaba a la “normalidad” volvía a tener a una piedra fría y dura durmiendo a mi lado todas las noches, que solo me tocaba cuando mi insistencia era demasiada, a la que le costaba trabajo hasta darme un beso.
- Kirimaru ¿en verdad te gusto? – le pregunte un día después de tener dos horas intentando que me hiciera caso –
- No empieces con tonterías, mañana hay una presentación y debemos estar relajados –
- Entiendo – me voltee e intente dormirme pero no podía conciliar el sueño fue cuando mis lagrimas estaban a punto de brotar cuando sentí sus brazos rodearme la cintura en forma de un abrazo, el más cálido que recordaba haber recibido.
- No me gustas, Te amo – mi corazón latió más que nunca en la vida –
Esa fue la primera y ultima vez que me dijo “Te amo” pero esa única vez basto para que siguiera a su lado por un año más, hasta que esas palabras terminaron por desgastarse por volverse nada, creo que simplemente murieron en el momento que las pronuncio.
El tiempo pasó y nada mejoro solo recibía migajas de amor, pero mi búsqueda por la felicidad junto a kirimaru me motivaba a aguantar todo para conseguirlo.
Termine de cansarme, ya no era amor lo que me tenía atado a el sino una simple ilusión de alcanzar algo que nunca llegaría, me canse de dar y dar y no recibir nada, las personas dicen que en el amor se trata de dar lo mejor de ti mismo sin esperar nada a cambio, tal vez suene egoísta y tal vez lo sea pero nadie da nada sin esperar aunque sea una dulce palabra a cambio.
Yo simplemente no pude seguir así, después de que la banda se separo tome toda mi ropa, la empaque y me fui dejándole una nota.
Di todo de mí pero jamás logre nada en tu corazón.
Mis para seguir son esto se terminaron.
Pero no estoy débil, estoy más fuerte que nunca.
Ahora tengo fuerzas para seguir adelante sin depender
De tus migajas.
No volví nunca a pisar aquel departamento regrese al mio, pasaron dos meses sin saber nada de Kirimaru hasta que un día llego a mi departamento con un enorme ramo de rosas.
- Lo siento debí entenderte mejor, te amo, solo que no supe como demostrarlo, por favor vuelve conmigo, sé que tarde en tomar la decisión de venir pero entiende que esto es difícil para mi – mi estiro el ramo de rosas el cual no quise recibir.
- Lo siento no puedo aceptarlas, acepto tus disculpas pero yo no planeo volver contigo, también fue difícil para mi en esos momentos –
- Prometo cambiar lo juro – me dijo hincándose ante mi –
- Por favor no hagas eso, no lo necesito mi respuesta es definitiva, por favor márchate –
- Solo una oportunidad, te puedo demostrar que he cambiado - estaba apunto de responderle cuando.
- Amor quien es, no demores que te tengo una sorpresa – era kei con quien llevaba saliendo en verdad saliendo un mes –
- ¿Amor? Tan fácil me olvidaste y todo el amor que decías tenerme donde quedo –
- Ya no existe, lo siento pero yo no tengo por que explicarte más, hasta nunca – sin esperar respuesta le cerré la puerta a esa parte de mi vida.
Tenía una nueva esperanza de encontrar la felicidad junto a la persona que amaba, ¿Cómo es que estaba enamorado de Kei?, tenía tiempo de estarlo, simplemente no supe verlo antes por tener una meta inalcanzable en la mira, Kei siempre estuvo ahí desde antes que llegara Kirimaru, no era solo el hecho de que kei si me mostrara su amor hacia mi, sino que tanto el como yo buscábamos llegar juntos a la ¿felicidad?, Tal vez llegaremos ahí no lo sé pero vamos los dos y no solo yo.
- ¿Qué te parece si salimos a cenar?
- No te importa que todos nos miran – le di un pequeño beso en su mejilla, sin borrar mi sonrisa del rostro –
- No seas tonto, que se enteren de lo mucho que te amo –
- Te amo – no le dije más, simplemente me abrace a su cuerpo buscando y encontrando sus labios con los míos.
¿Qué es la felicidad? Ahora sé que no es algo que pueda encontrar enteramente solo, algo que no merece sacrificar todo por nada.