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Miradas por Naomi Jung

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Notas del fanfic:

Nada más que decir, que espero que les guste, un pequeño One Shot dedicado <3

 No necesitaban palabras, a lo mejor eso era lo que más sobraban en aquellos momentos. Sus almas en aquel instante se encontraban demasiado dañadas como para poder expresar lo que necesitaban a través de palabras vagas. YunHo lo sabía, como en aquellos instantes el corazón de JunSu estaba llorando entre sus brazos, y él no podía hacer nada más que apretarlo entre sus extremidades. Como si en algún momento lo llegará a soltar alguien lo arrancaría de sus brazos y sencillamente el líder tenía terror a eso. No quería perder nada más, mucho menos a esa persona que mantenía a su corazón latiendo con frenesí como en aquellos instantes.

 

Un leve sollozo que escapo de los labios del menor partió su alma por completo. Y las caricias que antes estaban en su espalda subieron hasta enredarse con los platinados cabellos del actor. Inclinando apenas su cabeza que dejaba que su aliento chocara con suavidad a la pequeña oreja.

 

-Has sido muy fuerte Su… Demasiado-

 

Y aunque aquellas palabras hubieran reconfortado su alma, Kim se aferro con mayor fuerza a su pecho en un intento de calmar sus ahogados sollozos contra la camisa del mayor que lentamente se iba mojando. YunHo no tenía intensiones de detenerlo, sabía que lo necesitaba y él estaría allí para poder ser su paño de lágrimas. Porque JunSu se mantenía firme por YooChun y JaeJoong, de la misma forma en que el líder se mantenía inmune a cualquier crítica para proteger al maknae. Y ambos sabían lo que significaba para ellos tener que gritar sin voz y sonreír cuando en el mismo instante desearía tirar todo y acabar de una vez por todas, aquel eterno sufrimiento.

 

Solamente entre ellos dos, en aquella remota habitación de hotel, podían soltar todo lo que acongojaba a sus almas. Fueron minutos en aquel estado, JunSu escondido en el pecho del mayor, y él acariciando su cabello. Cuidando de a quien a sus ojos aun era un niño que cruelmente era sometido. Sus cuerpos descansando sobre la amplia cama, con los grandes brazos del mayor firmes en la cintura más pequeña, dejando al dueño de esta recostado sobre su pecho. Con la dulce música del corazón ajeno tranquilizando cada uno de sus sentidos. Hasta el punto que el llanto era un leve murmullo de sollozo.

 

-¿Estas mejor?-

 

Una dulce pregunta acompañada de una caricia por las mejillas pálidas, Kim asintió con su cabeza y dejo colar un leve suspiro de sus labios. Moviendo su cabeza en forma de afirmación, delineando el pecho del líder.

 

-Perdón-…-

 

Sus palabras fueron cortadas por un dedo posado en sus labios. Sus ojos se encontraron por unos segundos, y YunHo de inmediato negó con suavidad a lo que sabía él iba a decir. Y aunque el menor se tentó a volver a decirlo, supo que no abría forma. Los dedos largos y finos del mayor delinearon sus labios con suavidad, dejando una caricia íntima y breve hasta posarse en su mejilla.

 

Sin ninguna palabra, más que un contacto que ambos sabían lo que significaban. Porque hace bastante tiempo que solo sus ojos podían expresar lo que sus bocas eran censuradas y en ese instante gritaban por decirse.

 

Un leve suspiro se escapo de los labios de YunHo, antes de que cortaran toda distancia que había entre ellos. Tomando su boca de repente, girando el cuerpo del menor para posarlo sobre su cuerpo. Una acción de repente que ambos bien conocían en el último tiempo, hasta aquel adictivo sabor que se fundían entre el juego de sus lenguas.

 

JunSu gimió cuando el mayor acaricio sus muslos y desprendió sus pantalones, y YunHo no pudo reprimir el jadeo de placer que le provoco el tocar sus pieles desnudas sobre aquella cama. Sus dedos marcaban fervientemente la espalda del menor que con movimientos sensuales lograba acaparar cualquier pensamiento que pudiera tener.

 

La cama crujió cuando sus piernas fueron separadas, y en un vaivén el miembro del mayor penetro profundamente aquella cavidad que desde hace diez meses, era solamente suya. Ahogando entre sus besos fervientes los ruidos eróticos de placer que sus cuerpos pedían exclamar ante el goce desbordante. Sus cuerpos se acoplaban a la perfección, se besaban y acariciaban con la pasión de un consuelo y necesidad de ser uno, que siempre les nacía estando juntos.

 

-E-Eres… tan…caliente… tan apretado…-

 

Las mejillas rojizas de JunSu apenas demostraba la vergüenza que le reflejaba aquellas palabras, sin poder contestar a nada, solamente aferrándose a su cuello en un grito más agudo cuando la glande había tocado un punto especial. Gritando, vibrando del placer enloquecedor, friccionando sus paredes al presionar más el trozo de carne palpitante entre ellas.

 

Sosteniéndose al costado de la cama, mirando profundamente a su novio, al hundirse en su totalidad en él. Gimiendo juntos al llegar el punto máximo de placer juntos. Cayendo ambos rendidos, dejando que la respiración agitada y el leve olor a sexo inundarán la habitación. Aunque lejos de ser una simple acción carnal, sus dedos llevaban la dulzura y ternura que se profesaban internamente.

 

-Gracias… por venir Yunnie.-

 

El nombrado se separo apenas de su pecho, besando su nariz y luego entrelazar sus dedos en la superficie del colchón.

 

-Es a donde tenía que estar mi amor ¿En todo juntos?-

 

Y una sonrisa compartida era todo lo que necesitaban sabiendo ambos que era así. Que no le importaba lo que dijeran, ni que tan duro podría llegar a ser lo que le tocaba en sus vidas. Aunque tuvieran que amarse solo en minutos y en lugares lejanos a cualquiera mirada acusadora, ya no importaba. Si se mantenían sus manos aferrada a la otra, como en ese instante, ya nada más importaba.

 

Fin


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