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It doesnt even matter por Kannon

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Notas del capitulo:

Pequeño regalo para mi Orenji <3

Mientras mi voz se va desvaneciendo…

El timbre del teléfono no dejaba de sonar, las latas vacías de cerveza yacían  en el suelo, el olor a tabaco impregnado en cada rincón de la habitación y en el fondo… opacando el sonido de la música a todo volumen, los llantos de aquel chico que rogaba por desaparecer de la faz de la tierra.

Llevaba tres días, tres días de una sofocante agonía que no lo dejaba respirar, las lágrimas que le hacían pasarse las noches en vela mirando fijamente al techo, haciéndole recordar las razones por las cuales ahora se encontraba solo; las razones por las cuales ya no podría sentir de nuevo esos cálidos labios sobre los suyos, las razones por las cuales él lo había dejado.

 

En la luz que me dieron, solo veo sombras…

 

Abrió la puerta del departamento haciéndose a un lado para dejarlos pasar.

-Vaya Kai si que te esforzaste esta vez.

-¿Qué?- encendió la luz dejando ver una sala ordenada con cierto grado de perfeccionismo, los cuadros que cubrían las paredes parecieran haber sido medidos para estar a la altura perfecta el uno del otro, los cojines de los sillones, un par de cada lado y la televisión a perfecta altura y distancia para poder observar con claridad la imagen de ésta.

-¿Vendrá tu madre y por eso limpiaste tanto?- pregunto el pelinegro del grupo.

-Mi departamento siempre luce así, no es mi culpa que ustedes prefieran ir a un bar en vez de quedarse en casa o hacer una tranquila reunión- objetó el otro.

-solo juego- y palmeó la espalda del chico adentrándose después más a la habitación.

Un tercer miembro entró y cerró tras de sí la puerta –¿Ruki y Reita llegaran más tarde?- preguntó una vez adentro.

-Eso escuche, pero no tengo idea de a donde fueron.

 

Lo que viste era que las flores que no tenían color, te llamaban…

 

-Ya deberíamos volver con ellos- dijo el más bajo, quien estaba siendo despojado de su camisa

-Pero si vamos con ellos no podré hacerte esto- bajó los labios hasta el cuello ajeno, succionando una pequeña parte de piel.

-Ahh.. Reita… nos están esperando…- reclinó más el asiento del copiloto para que el rubio cayera más sobre el. –Reita, detente- le tomó por los hombros alejándolo.

El rubio suspiró resignado y regresó a su asiento, abrochando después el cinturón –no te entiendo Tanakori, nunca tenemos tiempo para estar solos y cuando por fin lo estamos, quieres irte a otro lado.

-Los chicos nos están esperando, ¿Qué tal si nos descubren?- enderezó el asiento para poder observarlo y se acomodó la camisa.

-Que había tráfico, que nos perdimos, que se te hizo tarde, cualquier cosa es buena para decirles, puedes mentir ¿sabes?

-Lo hare cuando no nos estén esperando, ahora arranca el auto hacia casa de Kai.

-Como usted mande…- fueron las últimas palabras que Reita dijo en todo el camino, con la vista siempre al frente se dedicó a conducir hacía la casa del baterista, ¿Por qué era tan difícil para Ruki el estar tanto tiempo con él? ¿Por qué él era siempre el que lo tenía que buscar? ¿Qué no se supone que Ruki había aceptado estar en esta relación también? Acepto las condiciones de mantenerlo en secreto, acepto el hecho de no verlo todos los días, hasta acepto el que él y Uruha salieran por las noches hasta caerse de borrachos y no pudiera llegar por ellos ya que, según Ruki, Uruha podría sospechar. Pero aún no lograba entender porque Ruki vivía la relación como si aún fuera soltero, pasaban tan poco tiempo solos, que cuando finalmente estaban juntos, lo único que quería era tenerlo entre sus brazos y poder sentirlo.

-Akira…

-mm?

-Perdón… Pero no quiero que nadie nos vea.

-No se que quieres que te diga –frenó ante el semáforo en rojo y lo volteó a ver –Casi no me dejas estar contigo a solas, porque Uruha nos puede ver, porque Aoi vive cerca, porque Kai te llama para consultarte cosas.

-Aún no estoy preparado para decírselos…

-  Y ¿Cuándo lo estarás?

-Rei… - las palabras del más bajo fueron interrumpidas con el timbre del celular, lo sacó de su bolsillo y sin mirar al rubio atendió la llamada -¿Kai? Si ya vamos, nos detuvimos a comprar alcohol… No te preocupes, todo esta bien.- Pero ¿En verdad todo estaba bien? Si no fuera por la interrupción telefónica, la situación hubiera llegado a ser una gran pelea. Ruki volteó hacia su costado, la expresión de Reita no decía nada bueno, así que decidió no tocar el tema. El Rubio suspiró al ver la poca importancia que el otro le había tomado al tema, después de un largo suspiro siguió conduciendo al ponerse la luz en verde.

 

Soy incapaz de agarrar tu mano, Mis pensamientos se dispersan y se mezclan

 

-¡Ya era hora de que llegaran!- Uruha se hizo a un lado dejando a la pareja pasar –Kai estaba apunto de colapsar de nervios.

-No tardamos tanto- dijo un molesto Reita que dejó una bolsa con cerveza sobre la mesita de centro.

-Vaya, alguien no esta de buen humor- se asomó Aoi – ¿Qué pasa Reita? ¿Necesitas amor?- se acercó a el y tomándole por los hombros, le dio un suave empujón pegando a su vez más el cuerpo al otro –Yo te lo puedo dar- susurró sobre sus labios; Ruki clavo la mirada en los labios de ambos rozándose por el movimiento, e hizo puños las manos. Reita por su parte sonrió y tomó por la cadera a Aoi. –Ya estas borracho- dijo apartándolo; volteó hacía Ruki y vio esa ligera expresión de molestia que el más bajo tenía, lo que le hizo sonreír. ¡Celos! ¡Eso era lo que el enano necesitaba! Competencia, sentir que en cual quier momento podría ser reemplazado. Giró su rostro de nuevo hacía el pelirosa y apretando más su cadera lo pego hacia él -¿Cómo me darás amor, Aoi?- deslizo sus labios por la mejilla de éste, hasta llegar a su oído –Porque…  Sabes que no soy presa fácil- susurró.

Ruki, intentando contener toda su ira, caminó por un lado de ellos, pasándose de largo en grandes pasos hacía la cocina; confundido, Uruha se quedó viendo la escena, esperaba que sucediera algo más y quería ver hasta donde Reita aguantaba que jugaran con su ‘hombría’.

~

Nadie había notado la tensión que el vocal sentía, su cuerpo completamente rígido y una mueca en rostro se dibujaron desde que los otros dos se habían tirado sobre el sillón, el pelirosa sobre el pecho de SU novio, y éste solamente abrazándolo, apegándolo más a el; con toda la intención de hacerlo enojar aún más, Reita volteaba de vez en cuando sonriéndole. Aoi no tenía ni una gota de alcohol en su ser, solo quería por una vez en su vida, tener la atención del rubio.

 

-Mgh… -abrió los ojos y miró a su alrededor –creo que es hora de irme.

-Tan temprano?

-Kai… ¡hasta tu te quedaste dormido!   

-Te acompaño a la puerta entonces- ambos se pusieron de pie.

-Nos vemos luego, Uruha- se despidió Ruki sin moverse.

Y salieron del departamento.

Ruki se puso de pie y jaló un mechón de cabello rubio -¿Qué se supone que haces?

-Hey!- se despertó de golpe haciendo que Aoi, también dormido se moviera un poco.

-¿Te estas divirtiendo?

Reita sonrió acomodándose mejor a Aoi para que siguiera durmiendo –Bastante, ¿Tu no?-

-¿Parece que me divierto?

-Rukito… no se porque te enojas, no estamos haciendo nada, además, si ellos supieran que tu y yo estamos juntos, no sería Aoi a quien abrazo.

-Si respetaras un poco lo nuestro, no lo estarías abrazando

-¿Respetar? No me vengas a hablar de respeto- se incorporó un poco haciendo que el cuerpo de Aoi se deslizara por su torso –Tu eres quien no tiene respeto hacia nuestra relación, es inexistente para ti.

-¡Claro que no!

-No levantes la voz o lo despertaras- bajó la mirada refiriéndose a Aoi.

-¿Desde cuando te importa tanto él?

-Lo digo por ti, porque no quieres que nadie se entere, si se despierta y nos escucha pelear por esto, lo sabrá.

Cierto, ya estaba haciendo una escena y había olvidado que Aoi estaba dormido, no muerto. Tomó una gran bocanada de aire y dio media vuelta comenzando a caminar.

-¿A dónde vas?

-Lejos de ti, no quiero verte… -dijo regulando su voz para no gritar.

-Ruki… -intentó levantarse pero el cuerpo de Aoi no parecía cooperar en este momento, así que decidió quedarse acostado, con el seño fruncido y la mirada hacia el frente.

El vocalista bajó rápidamente las escaleras esperando que Uruha aún no hubiese tomado camino, al llegar a la entrada del edificio, vio a ambos miembros ahí en la acera sentados, charlando. Se paró detrás del guitarrista y con la punta del pie tocó su espalda.

-Te habías tardado- dijo éste.

-¿Tardado?

-¿Crees que no me di cuenta? Tu cara lo dijo todo cuando Aoi se acercó a Reita. No creí que fueras a soportar tanto tiempo viéndolos en el sillón.

-No se de que me hablas.

Giró su cuerpo para poder verle -¿A no? Llevas con Reita unos… ¿dos meses?- sonrió al ver la expresión del más bajo ante sus palabras –Todos lo sabemos Ruki, además tu me lo confesaste hace unas semanas, en mi casa, estabas tan ebrio y al parecer Akira y tu habían discutido, no parabas de decir lo terrible que había sido contigo.

Las mejillas de Ruki se tornaron de un color carmesí intenso, y Kai no pudo más que reír bajo.

-¿Todos lo saben?

-Teníamos una idea, ninguno de los tres estaba seguro del todo.

-Entonces Aoi lo hizo apropósito…

-No podemos afirmar eso- interrumpió Kai –Creemos que Aoi siente algo por Reita.

Como si le hubieran echado un balde de agua fría, una ola de celos inundó el cuerpo de Ruki, ahora, en este justo momento estaban ellos dos acostados en el sillón, solos, en un departamento… ¡solos! ¡SOLOS!

-Já… ¿correrás hacía dentro? –Preguntó Uruha –No te sientas tan inexpresivo, tu mirada, tus labios dicen todo lo que piensas.

-No quiero verlo ahora, quizá Aoi lo hizo apropósito, pero Reita también, él si sabe perfectamente lo que nuestra relación es, y aún así le siguió el juego a Aoi.

-Te tomas las cosas muy enserio, no es como que ahorita están follando allá arriba.

-¿Crees que Reita sería capaz de engañarme?

-¿Con Aoi?- preguntó Kai –No lo creo, con Uruha tal vez –y finalizó soltando una carcajada.  Ruki lo miró fijamente descargando en un solo pestañeo su ira – ¡Solo juego! Él no sería capaz de engañarte.

-Anda Rukito, siéntate aquí con nosotros y disfruta de la noche- dijo Uruha.

-Creí que ya te ibas.

-No, solo venimos aquí para ver si te dignabas a contarnos de lo tuyo con Reita.

-¿Nos contarás como pasó?

-¿Eso quieren?- los miro un poco confundido, Uruha palmeó el espacio a su lado indicándole que se sentara ahí, camino dudoso un poco y se sentó a su lado, girándose para poder verlos a ambos. Los castaños asintieron, Ruki tomó una bocanada de aire y cerró los ojos –Todo comenzó cuando nos quedábamos hasta tarde en el estudio, haciendo los arreglos musicales o porque él se quedaba dormido, olvidábamos a veces que teníamos que trabajar, solo platicábamos…  De nada en especial, tonterías… -miró hacia la calle y sonrió- hace tres meses, llegó a mi departamento y me empujo, creí que estaba molesto, bueno… fingió estarlo, me grito que yo le había robado algo muy importante, que ahora, gracias a mi no podía sonreír… no podía por que… no me tenía a su lado –se sonrojó y con la mirada perdida dejo de hablar.

Uruha y Kai se voltearon a ver, y rieron bajo. Si, Reita podía ser un hombre muy lindo, aunque ese bastardo ahorita tenía a Ruki con los nervios de punta.

-Bueno- dijo finalmente Uruha poniéndose de pie –Ya es hora de irme.

-¿Qué? ¿Me dejaras así?

-Si, me aburrió tu historia –sonrió. –Además se que te mueres de ganas por ir a ver si tu novio se esta follando o no a Aoi.

-¿Tu crees que…?

-No se, si yo fuera Aoi… Reita estuviera gimiendo mi nombre en este momento- Y con una sonrisa en el rostro, se dio media vuelta, comenzando a caminar hacía su auto con Kai detrás.

Ruki se puso de pie, no podía permitir que Aoi le pusiera una mano, la lengua, la pierna lo que fuera, encima a Reita. Subió aprisa las escaleras y al llegar a la puerta de Kai la empujo apenas un poco.

-Te quiero.

-¿Qué?

-Que te quiero.

-Yo también te quiero.

Sin poder entrar por completo al departamento, Ruki se quedó paralizado. Era la voz de Reita, la voz de Reita diciéndole a alguien más que lo quería, hizo puño las manos y dando media vuelta corrió piso abajo.

-Como a un hermano- dijo Reita mirando fijamente a Aoi.

-Ah… Si yo también te quiero como a un hermano…

Reita le tomó por las mejillas y depositó un beso en su frente, sonriéndole, el pelirosa, agachando un poco la mirada, no hizo más que abrazarlo con fuerza escondiendo el rostro en el hombro ajeno.

La máscara distorsionada parpadea, y ahora mírate

 

¡Que estúpido! ¡Reita era un gran pedazo de idiota! ¿Por qué? ¿Por qué lo dejó solo con Aoi? Maldición y ¿ahora que? ¿Ahora que hará? ¿Con qué cara verá a los demás?

Ruki llegó hasta la entrada del edificio, miró a todos lados esperando encontrar a sus amigos, pero nadie se veía, tomó el celular y sin siquiera ver el teclado marco el número de Uruha. Dejó salir un largo suspiro y justo cuando iba a colgar escuchó que el castaño atendía la llamada.

-¿Qué?

 -Ven por mí.

-Ruki, estoy ocupado.

-¿Qué es tan importante como para no venir por tu mejor amigo?

-Podría decírtelo pero prefiero que escuches… -Alejó el auricular de su oreja.

-Ahh… Uruha… -los gemidos de la otra persona resonaron en el oído de Ruki, pero… esa voz… esa voz era muy familiar.

-¡¿Estas con Kai?!

-Eso intento, así que te veo luego- y colgó lanzando a la parte de enfrente del auto el celular –Ahora si… ¿Dónde estaba?- Tomó a Kai por las piernas separándoselas un poco más, si bien, el asiento trasero del auto no era el lugar más cómodo pero Uruha seguro se encargaría de hacerlo más placentero para Kai; tomó su miembro y continuó masturbándolo lentamente y agachó un poco la cabeza sacando la lengua para así lamer lentamente la punta –mmm… esto no está funcionando- se separó un poco para verle –date la vuelta- y en su rostro se dibujó una sonrisa. Kai soltó una risa nerviosa y se dio la vuelta sosteniéndoles con sus antebrazos y rodillas –No… -dijo Uruha al verle- gírate hacia enfrente –Y le jaló el brazo hacia un costado, el cuerpo de Kai quedo en una posición muy incomoda, con las piernas sobre el asiento y su cuerpo hacia enfrente, el dorso entre los asientos delanteros y con una mano en cada asiento se sostenía; Uruha le tomó por la nuca y le agacho hasta la palanca del freno de mano –lámela- Kai lo miró confundido y volvió la mirada hacia la palanca –lámela como si me la estuvieras chupando- y empujó de nuevo la cabeza del baterista; quien solo abrió la boca aún confundido, con la punta de la lengua subió y bajó por lo largo de la palanca –¿Te gusta? –Kai negó con la cabeza sin separarse –No te preocupes…- dijo mientras recorría con una mano toda la espalda ajena –yo haré que te guste- comenzó a frotar con dos de sus dedos el trasero del pelinegro delineando lentamente su entrada; los gemidos de Kai regresaron y sin dejar de lamer la palanca comenzó a hacer el cuerpo hacia atrás buscando más el contacto de los dedos de Uruha –tranquilo… Esto se hará cuando yo diga- rió por lo bajo al notar como el pelinegro necesitaba ya ser atendido. Introdujo apenas la punta del dedo por el ano de su acompañante y éste no hizo más que soltar un largo quejido. –Ya te está gustando ¿huh?- Deslizó más su dedo hacia el interior y comenzó a hacer círculos dentro de él, sentía como las piernas de Kai temblaban y sus brazos se esforzaban por no dejarle caer, le excitaba ver al baterista peleando contra su propio placer para no perder esa incómoda posición; introdujo un segundo dedo dejándolo inmóvil durante unos segundos, sintió como el otro empujó la cadera hacia atrás para sentir aún más los dedos, pauta que marcó para que Uruha comenzara a mover los dedos hacía dentro y afuera lentamente…

-¡Ahhh…!- los brazos de Kai se tambaleaban y pegó la barbilla en la palanca para no golpearse con ella. -¡Ahhh…! Uruha ¡más!

Uruha bajó el rostro posando los labios sobre el glúteo de Kai, dio una suave mordida a este mientras incrementaba la velocidad de sus dedos; se acomodó sentándose a su lado y mientras seguía penetrándole con los dedos, utilizó su mano derecha para comenzar a acariciarse el miembro sobre la ropa. Kai separó más las piernas para que los dedos ajenos entraran más y su lengua jugaba desesperadamente sobre el freno de mano. El castaño sacó los dedos del interior del otro dejándolo frio y confundido; Kai volteó hacia él, con la muñeca izquierda se limpió la boca quitando el rastro de saliva que había mientras observaba a Uruha desabrocharse el cinturón, levantó el guitarrista un poco la cadera para bajarse el pantalón junto con la ropa interior, sentía como su pene ya erecto palpitaba exigiéndole que le pusiera atención; giro un poco su cuerpo y jaló a Kai por el costado quien rápidamente bajo la pierna izquierda para poder apoyarse bien, Uruha lo tomó con ambas manos por la cintura y lo jaló con fuerza hacia el; el pelinegro se golpeó la cabeza con el techo pero el dolor fue opacado cuando sintió como el pene de Uruha le penetraba con fuerza.

-¡Ahhh! ¡Mierda, Uruha!- se sostuvo de la puerta del carro y la otra mano la posó sobre la rodilla de su acompañante.

-Callate y brinca- le ordenó enterrándole las uñas en los costados para poder moverlo hacía arriba y abajo; su pene atrapado en las paredes internas de Kai, la fricción de ambos cuerpos cuando éste comenzaba a cooperar un poco en el movimiento de su cuerpo; Uruha pegó un costado de su rostro al del otro y comenzó a gemir sobre su oído, sonido que hacía que el baterista se prendiera aún más y apoyándose de la rodilla y la puerta comenzó a mover su cuerpo hacia arriba y abajo, golpeando su cabeza cada que llegaba a la parte de arriba, agilizaba el movimiento de cadera de Uruha quien le embestía con fuerza cada que bajaba; los gemidos de ambos se volvían más fuertes, el sonido de sus cuerpos al chocar y el sonido del asiento por como se tallaban sus cuerpos sobre éste. El castaño tomó con una mano el miembro ajeno y comenzó a masturbarle moviendo suavemente la punta hacia los lados un poco.

-¡Ahhh!

El cuerpo de Kai se contrajo violentamente, enterró las uñas en la rodilla de Uruha, estaba por correrse, Uruha conocía demasiado el cuerpo de Kai, sonrió y soltó el pene del otro para tomarle con fuerza de la cadera, embistiéndolo más rápido, golpeando con violencia su cuerpo cuando bajaba; un agudo y largo gemido salió de la boca del baterista y termino segundos más tarde; el castaño tomo de nuevo el miembro y le masturbo un poco, yendo después hacia la punta para tomar con sus dedos el semen, abrió la boca y limpio los dedos manchados; Kai dejó caer su cuerpo hacia enfrente siendo ahora un juguete fácil, pero Uruha solo dio un par de movimientos de cadera más y terminó dentro de él.

La respiración de ambos era agitada y poco a poco iba calmándose.

Notas finales:

Fragmentos de la canción

Kugutsue

Leech


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