Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Adulterio por urumelii

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ok sé que a muhcas no les gusta Uruha de seme, así que desde un principio les aviso. 

fue escrito porque me lo pidieron, poer la verdad me divertí al escribirlo.

tuve ue dividirlo porque salió muy largo XD

espero les guste :P 

 Aoi salió de la casa azotando la puerta, a sus dieciséis años no quería que le dijeran lo que debía de hacer y durante los últimos tres meses sólo había escuchado “la boda esto, la boda aquello”. Ahora tener que conocer al culpable de la histeria de su madre y su hermana, resultaba sencillamente insoportable.

Su hermana mayor estaba comprometida con un  arquitecto joven, de floreciente carrera; a quien le habían ofrecido un importante trabajo en América. Por lo tanto le había propuesto matrimonio a su hermana apresuradamente para que se pudieran ir ya casados.

Toda la familia parecía estar muy feliz, menos él que detestaba ese tipo de cursilerías, pero se veía arrastrado a la compra de las invitaciones, del vestido, prueba de la comida; sin que el novio se hubiera aparecido ni una vez sólo porque tenía mucho trabajo. Estaba harto y por supuesto era de esperarse que cuando su madre le dijo que debía faltar a su clase de guitarra porque el dichoso prometido iba a comer con ellos por fin, entró en cólera y se puso a gritar justo antes de ir a la escuela.

Entró a su salón furioso y se sentó refunfuñando junto a su mejor amigo. Un chico bajito de mala actitud a quien llamaba Ruki.

-¿a ti qué te pasa? – le dijo el chico de cabello negro y rojo.

Aoi giró los ojos, probablemente comenzaría a gritar de nuevo por acordarse, pero decidió calmarse (un poco) – no puedo ir a la clase de guitarra hoy – dijo entre dientes.

-¿Qué? ¿Por qué? Pensé que te habían dado el permiso de aprender a tocar – le preguntó sin entender pero al ver la cara de su amigo pudo deducirlo - ¿tiene que ver con la boda? – usó un tono burlón. Él también estaba harto del evento, mas de una vez le habían robado la compañía de Aoi por culpa de eso.

El pelinegro asintió, jugaba con la pieza de su labio, como hacía cada que estaba nervioso o enojado – vamos a ir a comer con el prometido de mi hermana – explicó.

-bueno, si lo ves por ese lado, sería una buena oportunidad para romperle la cara por arruinar tu vida – se alzó de hombros. Aoi soltó una carcajada al momento que la profesora entró al salón.

-x-

Pasaron por él después de clases, ni siquiera lo dejaron cambiarse, tendría que ir de uniforme al restaurante elegante. No era que le importaba mucho la apariencia, es decir, él se veía bien con todo; pero odiaba lucir más chico que los demás sólo por el uniforme escolar. Cuando no lo vestía podía decir que era mayor, pero así, sin duda lo tratarían como niño.

-la verdad no estaba muy convencida por el morado pero creo que fue una gran elección, es decir, las damas de honor se deben ver bien – su hermana iba manejando, su madre iba en el asiento del copiloto y él iba atrás. Su padre los alcanzaría en el restaurante y su hermano mayor, bueno,  él podía zafarse del compromiso por ser el mayor – tampoco iba a escoger un vestido que las hiciera ver mal y cuando Kouyou dijo morado, me pareció buena idea – Aoi quería aventarse por la ventana, sonaba mas tentador que lo que estaba teniendo que soportar. En ese momento el sonido del celular de su hermana mayor lo distrajo de sus pensamientos suicidas – hola amor, ¿Qué tan tarde? Ahh…no, no te preocupes, te esperamos…..si amor, trabajo es trabajo…..yo también te amo – la conversación hizo que los pensamientos suicidas regresaran – dice que se retraso con un diseño y que llegará un poco tarde – informó a su madre. A partir de ese momento Aoi no logró escuchar nada más que “yarayarayara” en la conversación.

Tal cómo había pensando, su padre ya se encontraba en la mesa cuando ellos tres llegaron y Aoi tuvo que volver a escuchar el cuento de porque el prometido llegaría tarde. Se alegró un poco al ver a su padre fruncir el ceño y decir no sé qué cosa acerca de la importancia de la puntualidad. Tal vez el chico no le caería bien a su padre y no se casarían…..al menos podía soñar con eso.

Acordaron en ordenar hasta que el famoso Kouyou llegara, lo cual estaba matando al pelinegro, moría de hambre. Para olvidarse un poco se decidió ir al baño, al menos podría escapar un poco de la interminable plática “no te preocupes papi, si no nos alcanza Kouyou puede pagar la diferencia”.

Entró al baño gruñendo más alto de lo que hubiera querido, sin percatarse o que le importara realmente si había alguien ahí – si esto sigue así el día de la boda le prenderé fuego a la iglesia y los encerraré a todos adentro – se frotó las sienes.

-suena divertido, aunque un poco psicópata ¿no crees? – un hombre alto de cabello castaño claro cerró la puerta detrás de él. Vestía un traje gris muy elegante y sonreía ante el comentario del menor. Era increíblemente guapo, al menos fue el primer pensamiento que cruzó por la mente de Aoi, totalmente su tipo.

Negó – si tuvieras mi vida pensarías lo mismo – torció la boca.

El extraño tenía las manos metidas en los bolsillos del pantalón, se alzó de hombros y se acercó al lavabo junto al pelinegro – no creo que sea tan malo, eres un muchacho atractivo con un futuro por delante – dijo lavándose las manos.

-y una familia histérica – negó.

El hombre soltó una carcajada -¿tanto así? – preguntó.

-ni te imaginas – giró los ojos.

El castaño se secó las manos – intenta tener una novia que quiere gastar todo el dinero del mundo en su boda y controlar cada mínimo detalle – sonrió amargamente – la diferencia entre tú y yo, es que yo puedo zafarme diciendo que tengo mucho trabajo, tu no. Y a ti todo el estrés se te acaba el día de la boda y a mí me durará toda la vida – le guiñó el ojo y salió del baño.

A Aoi le tomó varios minutos comprender lo que acababa de pasar y  en realidad no lograba creerlo por completo. Tal vez sólo era una horrenda coincidencia y nada más. Sin embargo sus pensamientos se vieron confirmados al salir del baño y ver al hombre castaño sentado junto a su hermana. Sonrió de una forma sarcástica, así que el tipo no era tan malo después de todo….era hermoso…..punto para el prometido, pero nada más.

Se sentó en su lugar y suspiró, mientras su madre le preguntaba si se había lavado las manos – claro que lo hizo – fue el castaño quien lo salvó del interrogatorio – yo lo vi – sonrió y Aoi escuchó a su madre suspirar.

La plática durante toda la comida no varió mucho, preguntas desde el trabajo de Kouyou hasta la boda, salieron de la boca de sus padres. Lo único bueno era que la comida estaba buena, así que pudo concentrarse en eso….en eso y la voz del prometido de su hermana, le gustaba.

-claro, me gustaría haberlos conocido un poco antes, pero el traslado me trae vuelto loco – incluso la forma en la que comía resultaba elegante ante el pelinegro. En menos de lo que se dio cuenta se encontró sonrojado cada vez que el castaño lo miraba. Genial, le gustaba el prometido de su hermana – estoy seguro que no habrá ningún problema con mis padres durante la comida del sábado – sonrió.

-¿comida del sábado? – de pronto despertó de su ensoñación.

Su madre lo miró con una ceja alzada, mientras su hermana soltaba los palillos – en serio Yuu, concéntrate. Llevamos toda la tarde hablando de la comida familiar de este sábado para conocer a la familia de Kouyou – dijo con voz chillona – en serio este niño quiere arruinar mi boda – se quejó con voz aun mas chillona.

-Hitomi, cálmate – le dijo Kouyou con voz calmada – es un chico, es obvio que no encuentra nada de la boda interesante, prefiere estar haciendo otras cosas – que comprensivo había salido el muchacho.

-lo sé, pero soy su hermana. Deberías tener más consideración por mi – le recriminó.

Aoi abrió mucho los ojos - ¿mas consideración? ¿Y a mí quién me tiene consideración? Tengo planes el sábado ¿lo sabías? – trató de sonar muy enojado.

-pues los cancelas y ya – resolvió Hitomi chasqueando la lengua – es mi boda, tus asuntos tienen menos importancia que esto – Aoi estuvo a punto de responder pero su madre los interrumpió.

-Yuu, lo siento pero hasta que la boda pase haz lo que sea mejor para tu familia y Hitomi, no seas tan berrinchuda – dijo con voz seria. De esas que si seguías discutiendo tu destino sería mucho peor que Gollum y el anillo. Se recostó en la silla con los brazos cruzados, hasta el hambre se le había escapado; mientras veía a Hitomi retomar la plática que no le interesaba para nada.

- y dime Kouyou ¿ya tienen casa en América? – preguntó finalmente el padre de Aoi.

El castaño asintió enérgicamente – la compañía nos dará una casa y dos autos – explicó – el proyecto es demasiado importante como para que no atiendan ellos mismos todos los detalles. Mientras yo tengo que ordenar las cosas para el traslado, ni he tenido tiempo de ir a probarme el traje para la boda – sonrió de nuevo ¿Qué ese hombre para todo sonreía?

-¿en serio? Pero la boda es en dos semanas – la madre de Aoi parecía sorprendida.

Kouyou asintió – no se preocupe iré hoy, pedí la tarde libre para ocuparme del asunto – explicó.

-te digo que me hubieras dejado a mi escogerlo – Hitomi frunció el ceño.

Aoi alzó una ceja, hasta en eso su hermana tenía que tener el control y pronto entendió las palabras de Kouyou en el baño – no te preocupes, además es de mala suerte ¿no? – Bromeó – pensaba que tal vez Yuu quisiera acompañarme – lo miró con intensidad y su sonrojó se hizo aun más evidente cuando notó que todos lo miraban.

-¿yo?-.

-¿él?- dijo Hitomi al mismo tiempo.

El castaño asintió –claro, después de todo va a ser mi cuñado, que mejor manera de conocernos mejor. Me ha de odiar con todo esto de la boda, quisiera remediar eso – se miraron sin que nadie dijera algo - ¿Qué dices Yuu? – le preguntó al fin. Ante el gesto, el menor sólo atinó a asentir como idiota – perfecto – celebró el castaño.

-x-

Y ahí estaba él, sentado en el asiento del copiloto de un auto último modelo color rojo, era un ¿Audi? La verdad no le importaba mucho, pero no podía evitar pensar que el carro era fabuloso, incluso los asientos, no se sentían como ningún otro auto al que hubiera subido, eran de piel de color negro. Lo que mas le había gustado era el olor, sin duda olía a Kouyou, una especie de mezcla entre menta y tabaco; la cual estaba causando reacciones extrañas en su cuerpo.

-no pensé que fueras tan callado – apuntó el castaño quien ajustaba el volumen de la música desde el volante – Hitomi dice que eres n escandaloso – rió.

Aoi sintió los colores subir por su cara – no es escándalo, es que me gusta expresarme –dijo tímidamente – además siempre que hablo con mi hermana termino por pelear con ella – no iban muy rápido, incluso si no había transito.

Kouyou soltó una carcajada – no lo dudo, Hitomi es un poco especial – miraba al frente como debía. Sin embargo en ningún momento le dedicó una mirada a Aoi.

El pelinegro por su parte se revolvió en su asiento - ¿me recuerdas, por qué vas a casarte con ella? – bromeó – digo es gritona, desesperada, controladora – no entendía muy bien si enumeraba los defectos de su hermana porque de verdad lo pensara o eran meramente celos.

-sí, un poco – asintió sonriendo ante las ocurrencias del menor – pero también es buena, graciosa, inteligente y decidida – la defendió.

No pudo evitar sentirse ofendido, incluso había abierto la boca sin creerlo – vaya, de verdad la amas – se cruzó de brazos.

Por primera vez Kouyou se giró a verlo – voy a casarme con ella, se supone que debo amarla – le dijo como si fuera obvio.

Aoi torció la boca – sí bueno, también puede ser que no tuvieras alternativa – se alzó de hombros.

-de verdad odias esta boda – habían llegado a su destino. Ahora sólo se estaba estacionando.

-no la odio, es que no entiendo porque tengo que dejar de hacer cosas que me gustan, para hacer cosas que no me gustan – se bajó del auto una vez que se hubieron estacionado – digo, no es mi boda – cerró la puerta mas fuerte de lo que hubiera querido y miró a Kouyou con arrepentimiento.

El otro negó haciendo entender que no pasaba nada, se guardó las llaves en el bolsillo de su pantalón de vestir y se encaminaron hacia la tienda - ¿Qué dejaste de hacer por estar con tu odioso cuñado? – le preguntó divertido mientras caminaban.

-deje de ir a clase de guitarra – infló las mejillas – si supieras el trabajo que me costó que me dejaran ir – explicó.

-¿en serio? Pues asunto arreglado – abrió la puerta y sonó una pequeña campanita. Dejó que el pelinegro pasara primero.

Entró y miró a Kouyou sin entender - ¿a qué te refieres? – se acercaron al mostrador.

-yo te enseño, digo todavía falta un mes antes de que nos vayamos a América, tal vez no sea mucho pero te repondré tu clase – se recargo en el mostrador mientras esperaban que los atendieran.

A Aoi se le iluminó la cara - ¿en serio tocas? – El otro asintió – wow, gracias – se sonrojó de nuevo – por cierto, no creo que seas odioso – se atrevió a decirle. El mas alto sonrió y lo despeinó con cariño y antes de que pudieran decir mas, un hombre salió a atenderlos.

-x-

Salieron casi una hora y media después, entre los trajes probados y los arreglos que debían hacerse. Sin embargo para Aoi el tiempo pasó volando, la plática con Kouyou era muy interesante, resultaba que les gustaba el mismo tipo de música, tenían los mismos gustos en películas e incluso en videojuegos. Supo que antes tocaba en una banda, mientras estaba en la universidad; para el pelinegro era difícil de aceptar que Kouyou fuera mucho mas grande que él, once años para ser exactos.

-gracias por acompañarme, en serio – le dijo cuando subieron al auto – hubiera sido una tortura si no hubieras venido – no había prendido el carro, se había esperado un poco para poder decírselo.

Aoi negó fervientemente – no me agradezcas, me la pase súper bien – contestó con sinceridad. Se quedó sin aliento al sentir la mano de Kouyou rozar su mejilla, sólo fue por un momento pero fue suficiente para que el tiempo se detuviera. Cuando despertó de su ensoñación, ya había arrancado el carro y estaban en camino.

Lamentablemente llegaron demasiado rápido a casa de Aoi, no podía creerlo, pero no quería dejarlo. Es decir, era el hombre perfecto; en una sola tarde había logrado conquistarlo y eso era difícil. Sin mencionar que era guapo, entretenido, con un brillante futuro, inteligente…..heterosexual y prometido de su hermana. Sin saber muy bien porque se deprimió en ese instante ¿Qué pensaba haciéndose ilusiones con algo que nunca iba a pasar?

-Yuu ¿Qué tienes? – le preguntó el mayor. Estaban afuera de la casa del pelinegro despidiéndose.

-no me digas Yuu – sonrió nostálgicamente – ahora somos amigos ¿no? – la afirmación le dolió un poco pero era mejor que desde un principio se pusiera el limite y no siguiera haciéndose ilusiones. El otro asintió – mis amigos me dicen Aoi, yo sé que suena raro pero me gustaría que me dijeras así – se alzó de hombros.

Hubo un suspiro de su parte – claro, entonces tu llámame como me dicen mis amigos – el menor lo miró con interés – Uruha – le guiñó un ojo.

Asintió enérgicamente y salió un poco mas contento del auto, encaminándose con desdén  a la entrada de su casa.

-x-

Pasaron dos días antes de que Aoi volviera a saber de Uruha. Iba saliendo del colegio junto con Ruki cuando su teléfono comenzó sonar. La pantalla mostraba un numero que no conocía, miró a su amigo quien lo animó a que contestara.

-¿hola? – dijo con voz insegura.

-¿Aoi? – no reconoció la voz de inmediato – hola, soy Uruha – lo saludó alegremente.

 Quien sabe cual habrá sido la reacción del pelinegro pero bastó para que Ruki lo mirara como si estuviera loco o tal vez enfermo – Uruha….hola…... ¿Cómo estás? – logró no tartamudear.

-bien gracias ¿estás ocupado? – preguntó preocupado.

-no para nada, voy saliendo del colegio…..

-ahhh maravilloso. Lo que pasa es que tengo que ir a recoger mi traje y quería saber si me querías acompañar – no había nada de inseguridad en su voz – claro, vamos a comer antes – rió – y si quieres después podemos ir a mi departamento a que te pague las clases de guitarra que te debo – ante todas esas menciones Aoi ya estaba en el cielo – espero que no te moleste pero le pedí permiso a tu madre y me dijo que estaba bien. Ella me pasó tu numero – dijo esperando que el otro no se enojara.

El pelinegro tardó varios segundos en reaccionar – …..no…para nada….suena genial, pero ¿Dónde te veo? – comenzó a ver hacia todos lados en busca de una ruta rápida para su encuentro.

-paso por ti al colegio – respondió como si nada – estoy cerca ¿te veo en la entrada? – al parecer iba manejando.

Aoi asintió hasta que se dio cuenta que el castaño no podía verlo – claro…te espero – colgaron después de eso.

-ok suéltalo – dijo Ruki cruzándose de brazos al ver lo niña que se veía su amigo con esa expresión en la cara.

-no es nada – tartamudeó – es el prometido de mi hermana – se alzó de brazos tratando de restarle importancia.

El mas bajo abrió la boca incrédulo – te gusta el novio de tu hermana, con el que se va a casar en dos semanas –lo señaló acusadoramente y dio saltitos para burlarse de su amigo.

Aoi lo miró como si estuviera loco - ¿quieres dejar eso? En serio…bueno osea, si me gusta y todo, pero es hetero y…..

-…..el novio de tu hermana – completó el otro. Estaban parados frente a la entrada del colegio, ya no había nadie – tengo que irme – Ruki le dio una palmada en el brazo a su amigo y se fue despidiéndose desde lejos.

El pelinegro se quedó mirando al vacío unos minutos,  antes de que el auto de Uruha se estacionara frente a él. Bajó el vidrio y se asomó - ¿me tardé mucho? – preguntó un poco preocupado. Negó con la cabeza y despertó del trance. Se subió ante la señal del castaño –hace mucho que no venía por aquí, yo también estudié en este colegio ¿sabías? – le contó sonriendo.

La tarde fue poco menos que magnifica, recogieron en menos de media hora el traje del arquitecto, mientras estaban en la tienda el estomago de Aoi comenzó a sonar de hambre; lo que provocó que se sonrojara en extremo y Uruha riera con fuerza. Y aunque no pareciera nada romantico fueron a comer hamburguesas, algo que le encantó al pelinegro; no había ni un momento de silencio entre ellos y si lo había realmente no resultaba incomodo.

Aoi no podía evitar pensar que Uruha era simplemente perfecto, lo miraba con ojos soñadores y ponía atención a cada cosa que decía sobre cualquier cosa. Resultaba que el castaño era muy inteligente, había leído montones de libros sobre diseño y sabia muchísimo de música, algo que Aoi le interesaba de sobremanera.

Llegaron por fin al inmenso edifico donde estaba el departamento del castaño, Aoi no podía sentirse mas impresionado, era enorme. Tan sólo el vestíbulo tenía un increíble recibidor y había empleados por todos lados que saludaban a Uruha inmediatamente que lo veían.

-haz de ganar mucho dinero – dijo el menor sin pensar. Mientras estaban en el elevador subiendo los doce pisos, pues el departamento estaba en el ultimo piso.

Negó con la cabeza – no tanto, pero la compañía paga muchas cosas, es una ventaja – se alzó de hombros – se supone que yo sólo debo preocuparme por mi trabajo y nada mas – explicó cuando las puertas se abrieron.

-y aun así te vas a…. – se quedó boquiabierto al entrar al lujoso penthouse. Era del tamaño de todo el piso, estaba decorado de forma muy moderna en blanco y negro; Aoi se preguntó si había sido el mismo Uruha quien lo había decorado. Aparte de la enorme televisión, detectó los videojuegos esparcidos sobre la mesa de centro de la sala junto con varias latas de cerveza vacías. Sin embargo lo que hace que casi se vaya para atrás fue la guitarra apoyada sobre el sillón individual. Corrió de inmediato y repaso las cuerdas con suavidad.

-¿te gusta? – reparó el castaño una vez que dejó todas sus cosas sobre la mesa.

Aoi asintió enérgicamente – mis padres jamás me comprarían una y menos una como esta – siguió acariciándola como si fuera un cachorro.

El castaño lo miró enternecido – tengo algo que a la mejor te gustará mas, ven – le hizo una seña con la mano para que lo siguiera. Fueron por el inmenso pasillo hacia una de las habitaciones, la abrió sin cuidad y dejó que Aoi pasara primero.

-no puede ser – en su vida jamás había visto tantas guitarras juntas, mas que en alguna tienda de música y aun asi, todas y cada una de ellas le gustaban. Específicamente se acerco a una guitarra negra acústica que reposaba sobre un rincón. La tomó sin pensarlo – lo siento – dijo devolviéndola casi al instante.

-no para nada, tómala – lo invitó.

Resultó que Uruha era muy buen guitarrista, al principio tocó algunas melodías para Aoi, a quien le fue muy difícil captar todos los movimientos del castaño. Sin dudarlo el arquitecto se veía increíblemente perfecto tocando.

-ven, te enseñare unos acordes – le dijo para que se acercara al sillón donde estaba. Se sentaron muy cerca uno del otro y Aoi no pudo evitar que su corazón latiera demasiado fuerte o que su respiración se agitara, al menos quería ocultarlo lo suficiente para que el castaño no lo notara. Tarea que se volvió mas difícil en cuento Uruha puso las manos sobres sus manos para enseñarle donde ponerlas  - mira, toca aquí – movió la mano de Aoi con la suya – y luego aquí – le decía en su oído. El pelinegro sentía que se iba a desmayar en cualquier momento. Sintió la respiración del mayor en su cuello y los cabellos de su nuca erizarse. Tragó saliva tratando de calmarse, pero todo eso se fue al diablo al sentir un beso en su nuca ¿lo había sentido o lo había alucinado?

El celular del arquitecto comenzó a sonar de repente y todo contacto se perdió cuando se levantó a contestarlo, de hecho todo el momento se fue a la basura cuando escuchó de quien se trataba – hola cariño….si estoy con tu hermano….jaja no digas eso la pasó muy bien con él…. –Aoi se sonrojó de inmediato - ….si….a las siete….aja….¿que? no le voy a decir eso…..claro que no….bueno ¿Qué te parece si se queda conmigo? – Definitivamente ya estaba teniendo alucinaciones, por supuesto qué no hablaba de él -  …claro….no, no hay problema…..es mejor que el sillón….yo lo llevaré a la escuela mañana temprano….ok….de acuerdo….también te amo – al pronunciar eso, el estomago de Aoi dio un giro. Uruha colgó y se acercó de nuevo – Aoi ok, decidí esto sin consultarte y si dices no, también está bien, pero Hitomi me dijo que tendrías que dormir hoy en el sillón porque llegaron las cosas para la decoración del salón y a falta de lugar las pusieron en tu cuarto – explicó.

-¿Qué? ¿ves cómo nadie me tiene consideración? A nadie le interesa lo que pase conmigo, sólo esa estúpida boda. Como desearía que se acabara de una vez – se calló de repente al darse cuenta que hablaba con el prometido de su hermana y no con Ruki.

Uruha negó – imagino como te has de sentir, por eso le dije a Hitomi que te quedarías hoy conmigo, para que no tengas que dormir en el sillón, digo al fin y al cabo  es mi culpa –se volvió a sentar.

Aoi bajó la vista – no quiero que hagas esto sólo porque sea tu culpa – dijo en voz baja y muy avergonzado. De repente se sintió decepcionado de Uruha, si todo eso lo hacía por culpabilidad entonces no tenía ningún sentido.

Sintió la mano del castaño en su mentón y sus miradas chocaron – no pienses eso, jamás lo haría. Me encanta estar contigo, bueno espero que te diviertas tanto como yo – le sonrió.

-claro que me divierto, me paso la mayor parte del tiempo preguntándome que le ves a mi hermana – cerró la boca, se estaba pasando.

-tu hermana es genial y será muy buena esposa – dijo con seguridad – aunque ni yo mismo entiendo a veces – cerró los ojos y suspiró.

El menor se mordió un labio – ¿mi hermana te dijo que soy gay? – “que sutil eres” se recriminó.

Parpadeó varias veces, parecía sorprendido pero de inmediato contestó – sí, me dijo y créeme no tengo ningún problema, de hecho mi mejor amigo también lo es – dijo como si fuera lo mas normal del mundo.  Aoi se quedó sin palabras de repente, no sabía que mas decir, es mas ni siquiera sabía porque había dicho lo que había dicho – tu padres no lo saben ¿verdad? – preguntó.

Negó rápidamente – si se pusieron histéricos con las clases de guitarra, imaginate como se pondrían si supieran que soy gay – tembló de sólo pensarlo.

-jamás deberías de negar quien eres – dijo Uruha con voz seria – no te trae nada bueno, superficialmente parece que sí, pero es lo peor que te puedes hacer a ti mismo – se miraron por varios minutos sin decir nada, hasta que el mismo castaño desvió la vista - ¿quieres jugar videojuegos? No quiero que te aburras – desvió el tema.

-nunca me aburriría contigo Uru – se atrevió a decir.

Sonrió de lado mientras prendía la televisión – hace mucho que no me decían así – le pasó el control y nuevamente lo despeinó con ternura.

El tiempo transcurrió mas rápido de lo que hubiera querido y sin darse cuenta ya era hora dormir; al menos para Uruha, quien tenía un horario bastante estricto gracias a su extenuante trabajo. Se metió a su habitación y salió usando un pantalón deportivo con una playera de tirantes. Le tendió a Aoi algo similar, quien frunció el ceño al ver los pantalones - ¿dominas que eres mucho mas salto que yo, verdad? – le dijo parpadeando mucho.

-pero es lo único que tengo, no creo que por un día te afecte mucho – Uruha alzó una ceja.

-¿y si yo lo juzgo? – se levantó del sillón caminando por el pasillo - ¿Cuál es tu habitación? – preguntó curioso entre todas las puertas que había.

-la del fondo – contestó señalando la puerta.

Caminó rápidamente hacia el lugar señalado y abrió la puerta. La habitación no era fuera de lo común, tal vez dos que tres prendas de ropa tiradas en el iso y unas enormes bocinas para el mp3 eran lo que mas resaltaban. Sin decir nada, el pelinegro se dirigió directamente al armario y lo abrió dejándose envolver por el olor de Uruha que inundaba la habitación y su ropa.

Examinó la ropa que veía, en su mayoría eran trajes y camisas. Ciertamente había pocos jeans y playeras, se notaba que no tenía mucho tiempo para estar fuera del trabajo. Acarició someramente la ropa viendo las prendas, que no eran muchas, hasta que se detuvo en una playera negra. Sin pedir permiso la sacó, era mas grande que las otras y tenía un estampado de una banda que tanto Aoi como Uruha amaban - ¿fuiste a este concierto? – le preguntó fascinado.

-si, hace como dos años – el castaño estaba recargado sobre la pared cruzado de brazos observando las acciones del menor. Aoi infló las mejillas y sin preguntar nada, comenzó a desabrochar la camisa del uniforme y a aflojar su corbata - ¿Qué haces? – por primera vez la voz de Uruha tembló – lo único que hizo fue sonreírle y se quitó el pantalón, poniéndose la dichosa playera; la cual cayó sobre su cuerpo justo por debajo de sus bóxers. Uruha comenzó a respirar agitadamente, no era así como planeaba ver al pelinegro, pero tampoco se estaba quejando.

-¿Qué? – preguntó Aoi desbordando inocencia, pues no tenía ni una idea de lo que estaba provocando – ¿te molesta? – dijo de pronto.

-para nada  - le contestó – lo importante es que te sientas cómodo – suspiró desviando la mirada.

Aoi balanceó la cabeza – ojala no tuviéramos que dormir aun, me la paso bien contigo – dijo haciendo un puchero.

-ojala pero si no me duermo, estaré como zombie todo el día – torció la boca.

El menor bufó un poco decepcionado – entonces ¿Dónde dormiré? – preguntó. No habían hablado de eso, pero por supuesto que no dudaba que su departamento tuviera habitación de huéspedes, es decir, era enorme.

-aquí – contestó de lo mas normal y Aoi casi se ahoga con su propia saliva – yo dormiré en el sillón – aclaró rápidamente – me han dicho que ya quite la habitación de mis guitarras  y la convierta en habitación de huéspedes, pero no quiero – rió.

No supo que decir, dormir en la cama de Uruha, en su almohada, entre sus cobijas. En menos de dos segundos su mente ya estaba revoloteando en fantasías. Cerró los ojos y los volvió a abrir súbitamente –no te voy a dejar dormir en el sillón – dijo alzando una ceja – se supone que dormiré aquí para no tener que dormir en mi sillón, si dejo que tu lo hagas es como si tomarás mi lugar y no sería justo – aunque por un momento creyó que sus palabras no tenían ningún sentido – creo que perfectamente podemos dormir los dos en la misma cama, digo no muerdo ni nada – rió ligeramente.

Uruha ladeó la cabeza - ¿seguro? No quiero que te sientas incomodo – se separó de la pared.

-para nada – tragó saliva, por dios, por dios, por dios. Dentro de su cabeza corría en círculos ¿Cómo se le había ocurrido semejante cosa? Ahora dormiría con él, lo tendría a lado. Gritaba y saltaba por todos lados dentro de su mente.

El castaño se acercó a la cama del lado derecho – yo duermo de este lado ¿está bien? – abrió las cobijas. Aoi asintió y saltó derechito al lado izquierdo, parecía niño chiquito; bueno en realidad aun era un niño. Claro que hablaba de algunas cosas maduramente, pero en otras seguía siendo apenas un chiquillo, eso le causaba ternura al castaño. Era un chico sin duda interesante……

Se metió en las cobijas sacando esos pensamientos de su cabeza, por supuesto que era lindo; pero él se iba a casar con su hermana. Hitomi, claro que quería a Hitomi; la amaba en su particular forma. Es decir, no era su tipo, pero sabía que la oportunidad que le estaban brindando en América tenía mucho que ver con su boda con ella, en la compañía nunca aceptarían tener un arquitecto tan exitoso como él y que no fuera casado. La empresa era muy conservadora.

Nunca habló de sus relaciones personales, porque no creía en eso de mezclar trabajo con vida personal. Sin embargo desde que entro notó que no habría lugar para él si notaban ue no tenía ninguna intención de casarse, después fueron las indirectas de su jefe por si tenía una relación seria; fue cuando conoció a Hitomi y lo vio como una oportunidad.  Cuando su jefe le preguntó como iban las cosas con la dichosa novia, por decir algo a Uruha se le escapó decir que estaba pensando en proponerle matrimonio.

El plan original era decirle eso al jefe, pero no hacerlo realmente y después decirle que ella lo había dejado. Aunque todo se salió de control cuando el jefe emocionadísimo le ofreció el enorme proyecto de un edificio en América “para ti y tu nueva familia” había dicho y ahora aquí estaba, a dos semanas de casarse, con una mujer que no amaba.

Ninguno de los dos durmió bien esa noche. Aoi nervioso hasta la punta de los pies por estar en la misma cama con Uruha y Uruha por esos pensamientos  que comenzaban a atormentarlo.

-x-

Se despertó de golpe, tardó un poco en recordar donde estaba pero al recordarlo se decepcionó un poco de no encontrar al castaño a su lado. Se levantó con pereza sin saber muy bien la hora, salió directo a la cocina, donde encontró a Uruha ya vestido con su habitual traje haciendo el desayuno.

-podría acostumbrarme a esto – dijo en voz baja tallándose un ojo tratando de despertar en su totalidad – buenos días – dijo en voz mas alta.

-buenos días – respondió Uruha sin voltear – siéntate, ahorita te sirvo  - se volteó para darle su plato a Aoi y descubrió que este seguía en la playera - ¿no deberías traer ya puesto tu uniforme? – le dijo tratando no mirar sus piernas descubiertas.

El otro estaba recargado en la mesa bostezando – me acabo de despertar, no esperes mucho de mi – dijo adormilado.

Uruha le sirvió el plato – podría acostumbrarme a esto –lo dijo suficientemente alto y cuando Aoi volteó a verlo, el otro lo recibió con un guiño.  Sin duda ya estaba alucinando.

Con todo el pesar de su corazón se cambió y estuvo listo para ir a la escuela en menos de diez minutos; Uruha le dio un cepillo de dientes y le dijo que a partir de ese momento ese sería su cepillo para cuando estuviera en su departamento. Tal vez tendrían poco tiempo, pero eso significaba que esperaba que hubieran mas veces como esa.

Pasó a dejarlo un poco mas temprano de lo normal puesto que el castaño debía llegar temprano a su trabajo, pero no fue molestia para el menor. Pues había pasado momentos de ensueño de los cuales aun no se recuperaba. Estuvo ido todo el día y no tuvo mas remedio que contarle a Ruki todo lo ocurrido, pues su estado de animo estaba por las nubes.

-x-

Cuando el sábado por fin llegó, Aoi estaba mas que nervioso. Iban rumbo a la dichosa comida con los familiares de Uruha, a él no le importaba las relaciones familiares, le importaba verlo a él. Después de que había pasado la noche en su departamento se la pasaban mensajeándose por el celular y hablando de vez en cuando por facebook. Para ese momento el pelinegro estaba completamente convencido y resignado que estaba enamorado, nada mas y nada menos de la persona mas inalcanzable del mundo. Lo peor de todo era como reaccionar, como actuar frente a él, cuando juraba que había ya recibido dos besos superficiales por parte del castaño, además las conversaciones cuando le decía que era lindo, que le encantaba hablar con él y todas aquellas cosas que Aoi veía que las parejas se decían la una a la otra al principio de un cortejo. Seguro ya estaba alucinando, viendo cosas que quería ver  sólo para sentirse un poco mejor.

La comida era un jardín que habían rentado para la ocasión, parecía que habían invitado a todo el mundo. Ese tipo de bodas era bastante comunes últimamente, tenían comidas y cenas previas a la boda, para ….bueno Aoi no sabía muy bien la razón pero al parecer era un tradición por parte de la familia de Uruha y por supuesto, Hitomi no tenía ningún problema con aquello.

A pesar de los regaños de su madre logró ir vestido como se le dio la gana, evitando una vestimenta formal y sustituyéndola por jeans y camiseta negra.  Tampoco lograron que se quitara la pieza del labio con la que jugaba fervientemente, ni tampoco evitaron el ligero delineador que adornaba sus ojos, si supieran de la perforación en su ombligo seguramente lo castigarían por un año, pero poco podían hacer si su hijo era así.

Llegaron al jardín y el pelinegro tuvo que saludar como a mil personas, bueno no eran mil pero para él ciertamente parecían mil. Incluidos los padres de Uruha, las hermanas, tíos, tíos mismos del pelinegro, familia y amigos que estaban invitados a la comida. Sin embargo Aoi no logró ver al castaño por ningún lado, tampoco quería verse muy obvio así que no indagó en la búsqueda.

Hasta media hora después que Hitomi regresó con una sonrisa, obviamente ella ya lo había encontrado y al parecer habían estado platicando, pero ella regresó a atender a sus invitados.

-Kouyou ahorita sale, están ajustando lo de su despedida de soltero – anunció a sus padres y sus hermanos – es hoy en la noche y ustedes también están invitados, así que les pido de favor que vayan – Dijo Hitomi mirando severamente a Aoi y a su hermano mayor.

-yo no puedo – dijo el mas alto de inmediato – pero agradece que estoy aquí – sonrió ante la mueca de su hermana.

Aoi alzó una ceja y asintió al ver la cara de Hitomi – oye ¿Dónde está el baño? – realmente no tenia ganas, pero había visto de donde había salido la chica, era ahí donde estaba Uruha y moría por velo.

Su hermana le señaló el camino que para su bien estaba cruzando el lugar donde el castaño se encontraba. Fue caminando con toda tranquilidad para que nadie lo notara, fue aminorando el paso mientras se acercaba a la cocina del lugar; desde lejos pudo notar a Uruha junto con otros dos que no conocía ni había visto en su vida. Se detuvo justo en la puerta al escuchar que uno de ellos gritaba de desesperación.

-Uruha despierta, no puedes seguir con esta farsa – dijo un rubio  con una extraña banda atravesada cubriendo su nariz.

-Reita tiene razón – habló un castaño oscuro – tu no quieres esto, ni siquiera eres heterosexual….

Aoi se quedó congelado al escuchar aquello. 

Notas finales:

subiré la segunda parte pronto, ya está escrita despues de todo, ahora si puedo actualizar TTMI gracias y espero les guste, dejen review :D 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).