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Yume por Hokuto

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Yume
Yami no matsuei fanfic


-NO! DETENTE! YA BASTA! TSUZUKI! AYÚDAME! TSUZUKIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!

Podía escuchar a la perfección los gritos de su compañero. Estaba sufriendo se podía oír en su voz. Le pedía ayuda. Pero por alguna razón desconocida para él, no podía moverse. Era como si sus sentidos se hubieran paralizado, no podía ver, solo sentía que una gran oscuridad lo invadía... que la voz de Hisoka se alejaba y que por más que luchara por levantarse e ir en su ayuda su cuerpo no le respondía.

Más gritos.

Tsuzuki estaba desesperado. ¿Es que no había nada que pudiera hacer? No podía soportarlo. Impotencia. Luchaba desesperadamente contra esa oscuridad pero... De pronto los gritos cesaron. ¿Qué había pasado? Abrió sus ojos en otro intento de poder ver a través de la negrura y esta vez si pudo ver. Hisoka estaba parado delante de él, con la cabeza erguida y sus brazos cayendo a los costados, su tez blanca contrastando con la oscuridad, tal cual un muñeco... sin vida, cubierto de magas oscuras que le parecieron sangre... ¿De verdad sería Hisoka? ¿o solo lo estaba imaginando? El chico abrió su boca para hablar. Lo que le dijo fue como una puñalada en el alma de Tsuzuki.


Despertó, agitado. Después de nos segundos de aclarar su mente se dio cuenta de que todo había sido un sueño.

-Solo un sueño....-se dijo en voz alta como para estar seguro.

Sintió humedad en sus mejillas. Se llevó una mano a la cara y encontró el rastro dejado por las lágrimas. Su corazón todavía latía rápidamente y su respiración era entrecortada. Tenía que tranquilizarse.

-Fue... solo un sueño... pero... ¿porqué? ¿porqué ahora...?


El timbre sonó en el apartamento de Hisoka. El chico dormía tan profundamente que se despertó recién al tercer timbrazo. Giró la cabeza a un lado . Miró el despertador digital sobre la mesa de luz. Las 2 y media. ¿Quién podía ser a esa hora? Molesto tiró las sábanas a un lado y se levantó de mala gana. Salió del cuarto cruzó el living con un gran bostezo y llegó a la puerta. Restregó sus ojos y la abrió unos centímetros para ver de quien se trataba.

-Tsuzuki?- dijo Hisoka sorprendido. Llevaba su uniforme de trabajo y su gabardina.

-¡¿Tienes idea de la hora que es?! A que has venido? Hay trabajo que hacer?- preguntó ya con ganas de cerrarle la puerta en la cara.

Tsuzuki lo miró a los ojos. Aún con sus habilidades a Hisoka se le hizo imposible adivinar su expresión. Miedo? Angustia? Frustración? Enfado? La mezcla de sentimientos era muy grande. Al darse cuenta de lo que Hisoka trataba de hacer, bajó la cabeza y su cabello negro le cubrió los ojos.

-Lo siento, no quería molestarte, solo asegurarme de que todo estuviera bien.

Se dio media vuelta dándole la espalda y empezó a caminar por el corredor.

-Ya deja de preocuparte- se dijo a su mismo- fue un sueño... solamente eso... Hisoka está bien...

Hisoka se sorprendió. Hubiera esperado que Tsuzuki le sonriera y le diera una tonta excusa. Pero eso... no quería que volviera a deprimirse de aquella forma... No quería... de ninguna manera... que aquello volviera a pasar... ver a Tsuzuki así...

Se miró a sí mismo. Todavía estaba en boxers! Que vergüenza... pero no podía dejar que se fuera así, y todavía después de haberlo tratado mal.

-Espera!- le gritó justo antes de que pusiera un pie en las escaleras.

Tsuzuki detuvo su marcha y volvió la cabeza para mirarlo una vez más.

-¿No quieres... pasar?


Minutos después Hisoka ya se había puesto una bata y había encendido la estufa a leña porque hacía algo de frío en la sala. Tsuzuki estaba sentado en el sillón con los codos apoyados sobre sus rodillas observando las llamas. Hisoka se le acercó con una taza de té que él acepto. Por lo menos todavía tenía ánimos de comer algo. La cosa no podía ser tan grave. Se sentó sobre la alfombra cerca del fuego.

-Vas a decirme que te pasa?- le preguntó sacándolo de sus pensamientos.

-No es nada- dijo sorbiendo un poco de té.

-No mientas- le dijo con un tono duro, estaba decidido a sacarle la verdad- Tu no eres así, que pasó?

-Tuve un mal sueño, eso es todo.

Hisoka suspiró un tanto aliviado. Al menos muchos de sus miedos habían sido descartados. Pero...

-Fue sobre Muraki?- preguntó Hisoka aunque fue más una afirmación de su parte que una pregunta.

-No...

-¿Entonces... ? – A Hisoka no se le ocurría nada peor que eso, salvo que se tratara algo del pasado de Tsuzuki del que no sabía absolutamente nada por cierto.

-No quiero hablar de eso- dijo Tsuzuki levantando la voz y dejando la taza de té con fuerza sobre la mesa.

Hisoka no podía creer que fuera con su compañero con quien estaba hablando. Muy pocas veces lo llegaba a tratar de esa manera.

-Bien!-dijo parándose de repente enfadado- Vienes a mi casa a la mitad de la noche y ni siquiera vas a darme una razón?! .......... Me voy a dormir! Tu haz lo que quieras.

Hisoka entró a su habitación. Tsuzuki sintió el ruido del portazo detrás de él.

-Perdón... Hisoka... –murmuró con sus ojos otra vez concentrados en las llamas - es por mí que tu has sufrido tanto... ya no quiero seguir causándote daño...


Se levantó sobresaltado con el ruido del despertador. Tenía tanto sueño que parecía como si no hubiera dormido en toda la noche. Se vistió con su uniforme y fue derecho al living esperando encontrar a Tsuzuki dormido en el sillón. Pero no había rastros de él. Su gabardina ya no estaba colgada en el perchero de la entrada... solo estaba sobre la mesa la taza de té a medio terminar. Tomó la taza en sus manos. Estaba fría.

-Idiota.


Cuando llegó a la oficina se encontró con Tatsumi y Konoe que estaban hablando del presupuesto, ya era un tema tabú de todas las mañanas, sobretodo para Tatsumi.

-Dónde está Tsuzuki?- preguntó Hisoka olvidándose completamente de saludarlos y de su cortesía.

Tatsumi miró a Hisoka y luego miró su reloj.

-No ha llegado todavía. Es extraño, ya es tarde.

-Le habrá pasado algo?- preguntó Konoe algo preocupado, Tsuzuki era de desaparecerse en las horas de trabajo pero no de llegar tarde.

-Se debe haber quedado dormido- dijo Tatsumi acomodándose los lentes. Pero notó que esa respuesta no había convencido del todo al chico.

Hisoka no creyó que fuera así, pero con ir hasta su casa a asegurarse no perdía nada.
-Voy a buscarlo- dijo y salió corriendo.

-Kurosaki-kun!- le gritó Tatsumi.

Hisoka se detuvo a mitad del corredor para que Tatsumi pudiera alcanzarlo. Antes de hablar se tomó unos segundos para recuperar el aliento. Alcanza a un joven tan enérgico no era para cualquiera.

-Te noté muy preocupado. Pasó algo con Tsuzuki?

Hisoka se quedó pensativo por unos momentos.

-Kurosaki-kun?

-Anoche vino a mi casa...

Tatsumi lo miró algo serio.

-No! N-no es lo que estás pensando Tatsumi-san!- se defendió Hisoka sonrojado- lo noté extraño pero no me quiso decir que le pasaba... tampoco pude entender sus sentimientos. Solo dijo que había tenido un mal sueño. Me molesté porque no confiaba en mi para decirme que le sucedía, y me fui a dormir. Hoy cuando desperté no lo vi. Pensé que había ido directo al trabajo pero no fue así.

-Ya veo- dijo Tatsumi- mejor será que lo busquemos. Ve a su casa, yo lo buscaré por la ciudad.

Hisoka asintió con la cabeza y desapareció.

Tatsumi miró a través de la ventana... los cerezos ya estaban en flor y los pétalos caían lentamente al suelo empujados por la brisa.

-En que estás pensando Tsuzuki... ? – se dijo en voz baja – justo que parecías haber superado lo de Kyoto.. Ahora todo debe volver a la normalidad. Entonces porqué ahora...? Todavía no te has dado cuenta? La vida de las flores de cerezo es corta y perfecta, pero la de nosotros los shinigami es larga y llena de errores, igual que cuando estábamos vivos. Solo tienes que saber aprender de esos errores.


-Tsuzuki!..................... Tsuzuki!

Por más que golpeara la puerta, nadie le iba a atender. Era obvio que él no estaba en casa. Golpeó una vez más y la puerta se abrió sola.

-Se olvidó de cerrar?- se preguntó Hisoka-Tsuzuki siempre está distraído...

Recorrió la casa pero no lo encontró. Iba a irse cuando un papel cuidadosamente doblado sobre la mesa llamó su atención. Tsuzuki no había dejado la puerta abierta por un descuido, sino que lo había hecho a propósito, pero para qué? La respuesta estaba en aquel papel. Al abrirlo encontró una nota.

Hisoka,
Perdón por haberte molestado anoche. No quería que te enojaras pero no tenía ánimos de hablar del tema en ese momento. Si aún quieres tu respuesta te esperaré en la terraza en frente al café a las 2 de la tarde.

Tsuzuki.

-Si que eres idiota... no estaba enojado contigo! Estaba enojado porque no podía hacer nada por ti... te veía sufriendo por dentro pero no podía ayudarte... Aún no puedes abrirte? No confías en mi? Quiero saber porqué...


A la hora acordada...

-Estoy seguro que este era el lugar, pero dónde está?

Miró hacia el mar desde la baranda del mirador. La brisa marina era fresca, por un rato logró tranquilizarlo un poco. Se apoyó en la baranda contemplando el reflejo del sol en el agua.

-Así que has venido- escuchó una voz a sus espaldas.

-Tsuzuki.

Aún seguía con esa extraña expresión en su rostro. Se sentaron en un banco del mirador y Tsuzuki habló.

-Ese sueño que tuve no fue sobre Muraki...

Lo escuchó con atención. Al fin iba a decirle la verdad.

-fue sobre ti...

Hisoka se sorprendió... no supo como tomar aquello... aunque se tratara de él aún le costaba imaginar que podría haberlo puesto de esa forma, hasta que continuó.

-Estabas sufriendo... y gritabas por mi ayuda... pero... yo... no podía moverme... estaba paralizado Hisoka... no sabía que hacer... y de pronto todo había terminado. Tu estabas muerto y yo no había podido evitarlo... y en el sueño... me preguntaste por qué no te había ayudado... me sentí horrible...

Se llevó ambas manos a la cara. Tsuzuki lloraba con lágrimas silenciosas. Hisoka no sabía que decirle ahora que sabía que era su culpa... por él Tsuzuki estaba así... Se paró y se acercó a él. Lo tomó por los hombros obligándolo a que lo mirara a los ojos.

-Basta! Deja de llorar! O quieres hacerme llorar a mi también?

-N-no- dijo secando las lágrimas con la manga de la gabardina.

-Fue solo un sueño! Olvídalo!

-No! No fue solo un sueño!- dijo Tsuzuki apartándose de él- No puedo olvidarlo porque sé que puede ocurrir.

-Tsuzuki, estoy aquí y estoy bien, ya no te preocupes. Eso no va a pasar.

Tomó la mano de su compañero y la llevó a su pecho para enfatizar lo que había dicho. No era un fantasma, estaba ahí, podía sentirlo porque era real.

-Cómo puedes estar tan seguro?- dijo parándose- Ya pasó con Muraki! Todo porque yo siempre estaba distraído... o por mi ingenuidad... y luego en Kyoto...!

-Yo... confío en ti- dijo Hisoka. Sus palabras ya lo estaban asustando.

Tsuzuki le dio una sonrisa forzada.

-No soy tan fuerte como crees Hisoka. Solo tienes que preguntarle a Tatsumi porqué dejamos de ser compañeros... no quiero seguir lastimando a los demás con mi debilidad, no quiero que nadie más sufra.

Suspiró antes de continuar. Se dio cuenta de que estaba temblando. Hisoka también lo notó.

-Lo del sueño no era lo único que quería decirte. Nosotros... no podemos seguir trabajando juntos.

Hisoka quedó de piedra.

-Que?! Qué estás diciendo?!

-Entendí que no siempre voy a poder protegerte. Estar conmigo, confiar en mi, no te va a hacer nada bien. Soy muy débil Hisoka. No quiero verte en peligro por mi causa nunca más.

Tsuzuki le dio la espalda y empezó a caminar.

-A-a dónde vas?- preguntó en un intento de detenerlo. Su voz temblaba.

-Con Konoe, voy pedirle que me trasfiera a otro distrito.

-Pero...! La regla de los Shinigami...! De trabajar juntos!

Hisoka podía sentir como Tsuzuki se apartaba de él... no podía traerlo de vuelta. Sentía que se iba a echar a llorar de un momento a otro.

-Note preocupes, haré que te consigan un mejor compañero.

Hisoka dejó caer sus lágrimas. No puedes estar hablando en serio...- pensó -Este no eres tu... jamás pensé escuchar esas palabras... no después de todo lo que hemos pasado... en realidad nunca creí que fuéramos a separarnos...

-No llores- le dijo Tsuzuki cabizbajo- será mejor que guardes esas lágrimas para despedir a alguien que realmente quieras.

Es que no se había dado cuenta? Comó podía decirle eso?

-Yo no quiero a otro compañero!- le gritó Hisoka apretando sus puños – Yo te quiero a ti!

-Lo siento... Hisoka...

Tsuzuki desapareció. Hisoka todavía no lo creía. Con sus ojos bien abiertos sus lágrimas no dejaban de caer. Sintió que su respiración se detenía. Su visión se hacía borrosa y sentía un extraño zumbido en los oídos. Segundos después ya no vio nada más que oscuridad.


Podía sentir una presencia a su lado. Alguien lo estaba llamando. Sería Tsuzuki? Abrió sus ojos lentamente. La figura delante de él no le fue clara hasta unos momentos más tarde.

-Kurosaki-kun!

Era Tatsumi.

Hisoka se sentó. Estaba en su apartamento. Watari que también estaba con ellos tenía una computadora portátil.

-Chico, te encuentras bien?-le preguntó Watari que seguía con sus dedos golpeando el teclado.

-S-si- dijo Hisoka confundido.

-Nos preocupaste mucho- le dijo Tatsumi- te encontré desmayado, no sabía que te había pasado así que te traje a tu departamento.

-Tu nivel de azúcar en sangre es muy bajo- le dijo Watari observando unos datos en la pantalla.

Hisoka se dio cuenta de que le había sacado sangre para analizarla. Comprendió el porqué del algodón en su brazo derecho.

-No comiste nada en todo el día?

Era cierto. Había estado tan preocupado buscando a Tsuzuki que se le había olvidado comer o tomar algo. Asintió con la cabeza.

-Entonces no me extraña que te hayas desmayado- dijo mirándolo a la cara por primera vez desde que había despertado.

-Es cierto- dijo Tatsumi- tu cuerpo es bastante frágil. A pesar de ser un shinigami debes alimentarte bien.

-Yo me voy porque tengo trabajo que hacer- dijo Watari cerrando el notebook- cualquier cosa me avisas si?.

-Está bien- le dijo Hisoka y Watari salió de la habitación.

-Supongo... que no me trajiste hasta aquí para sermonearme sobre la comida... Cierto, Tatsumi-san?

-Por supuesto que no- dijo Tatsumi acomodándose los anteojos- Hablaste con Tsuzuki, no?

-Si...

-Quieres contarme que pasó?

-Tengo otra opción?- preguntó Hisoka mirando por la ventana, el reflejo de Tatsumi en el cristal movió la cabeza negativamente.


No podía creer lo que le contó Hisoka. Tsuzuki solía deprimirse con facilidad pero nunca había hablado tan en serio como ahora.

-No entiendo porqué estás haciendo esto...- pensó Tatsumi –Realmente crees que es lo mejor para los dos?

Se dispuso a chequear la computadora de la oficina cuando la puerta se abrió. Tsuzuki atravesó la oficina a grandes zancadas dirigiéndose a la oficina de Konoe. Pero antes de que su mano lograra tomar el pestillo Tatsumi lo tomó del brazo obligándolo a retroceder.

-Tsuzuki...

-Vine a hablar con Konoe- dijo sin siquiera voltear a mirarlo.

Tatsumi pudo sentir la confusión en su voz.

-Tsuzuki tengo que hablar contigo- le dijo serio.

-Ahora no tengo tiempo Tatsumi.

-Konoe no está.

Tsuzuki se volvió mirándolo con ojos llenos de preguntas, estaba algo enfadado.

-Fue a discutir unos asuntos con Earl- dijo Tatsumi adelantándose a la pregunta que ya veía venir- no volverá hasta dentro de unas horas así que tenemos tiempo.

-Acompáñame- agregó con una mirada siniestra. Tsuzuki no tuvo otra que aceptar.


Salieron al parque que rodea al edificio central lleno de árboles de sakura, todos florecidos. Por unos momentos guardaron silencio contemplando la lluvia de pétalos.

-Kurosaki-kun me contó lo que pasó.

Para Tsuzuki era obvio que la conversación venía por ese lado.

-Si esa es tu decisión- continuó Tatsumi –no me queda otra que aceptarla. Pero quiero que pienses en algo antes... realmente es lo que quieres?

-Querer? No, no es lo que quiero, pero es lo mejor él- dijo mirando el cielo por entre las ramas de los árboles.

-Lo mejor para él? Estás seguro? Sabes lo que él quiere? Se lo preguntaste?

Tsuzuki recordó las palabras de Hisoka... “Yo no quiero a otro compañero! Yo te quiero a ti!”

Su mirada se perdió por unos instantes....

-A veces lo que uno quiere no es lo mejor...- dijo Tsuzuki –Tu más que nade deberías entenderme Tatsumi... Acaso nunca has sentido la angustia consumirte por una situación que no puedes cambiar y que por más que luches no puedes hacer nada?

-Si...- le dijo acomodándose los anteojos con la mano- lo entiendo perfectamente.

-Y recordarás que para solucionarlo, simplemente escapaste del problema. Tuvimos que seguir caminos separados. No era lo que querías, verdad? Pero te pareció la única solución.

Tatsumi empujó a Tsuzuki contra el árbol. …l no se lo esperaba y se golpeó fuertemente la espalda.

-Es que no te das cuenta?!- le dijo dándole una sacudida por los hombros- Estoy tratando de que no cometas mi mismo error! Con separarnos te hice mucho daño... cuando te lo dije tu solo sonreíste como si no fuera nada pero estabas sufriendo por dentro! Crees que Hisoka se sintió diferente al escuchar esas palabras salir de tu boca?!

Tsuzuki lo miró sorprendido tratando todavía de asimilar todo lo que le habían dicho.

-Kurosaki-kun te aprecia mucho Tsuzuki... eres la única persona a la que le ha abierto su corazón... crees que es justo separarse ahora? ...................... Espero que cambies de opinión.

Tatsumi se alejó caminando por el pasillo de árboles de cerezo. Tsuzuki se deslizó contra el tronco del árbol hasta tocar el suelo. Sus ojos abiertos... confundido... mirando al vacío....


Aunque Watari le había dicho que lo mejor era que comiera algo y que durmiera un poco, Hisoka no podía dormirse. Giró a su costado derecho por enésima vez. No importaba la posición, no lograba cerrar los ojos. Tampoco había podido comer nada, era como si su estómago se hubiera cerrado.

Se colocó esta vez mirando al techo. Sus ojos se estaban humedeciendo de nuevo.

-Es mi culpa...-se dijo en una voz apenas audible- por ser débil... Si hubiera podido defenderme, Tsuzuki nunca habría venido en mi ayuda... ni siquiera haberse preocupado por mí... siempre es lo mismo. Todo es culpa de mi maldita debilidad. Siempre que sucede algo nunca puedo hacer nada más que mirar mientras que Tsuzuki, Tatsumi o Watari dan su mejor esfuerzo. No importa lo que haga... siempre voy a ser un niño... solo soy una carga para él... no es esa la verdadera razón por la que quieres alejarte? No lo culpo por querer deshacerse de mí... Solo lamento no haber podido retribuir todo lo que ha hecho...

Miró por la ventana. El sol se estaba poniendo. Miró los cerezos y vio a Tsuzuki, apenas lo veía pero era él, sentado bajo aquel árbol con su cabeza escondida entre las rodillas. Qué estaba haciendo ahí? Reprimió el impulso de levantarse. Por un momento había pensado ir hasta él.

-…l ya no es más tu compañero...

Se recostó de nuevo.

-Tsuzuki...

-por más que me esfuerzo no puedo odiarte...

Cerró sus ojos tratando de encontrar en u mente unos segundos de paz... pero lo que vio en la oscuridad fue totalmente inesperado. Pudo ver el maleficio escrito en su cuerpo brillando.

Sintió un cosquilleo por todo su cuerpo que se iba haciendo cada vez más intenso. Abrió los ojos y vio como la maldición se hacía visible en su pecho. Se sentó sobresaltado en la cama y se desprendió la camisa. Observó con horror como se extendía lentamente a todo su cuerpo.

Ese cosquilleo se fue transformando en dolor. Las zonas marcadas le ardían. Era como si su piel se le estuviera abriendo. Comenzó a sangrar. Se llevó una mano al pecho pero le era imposible detener el sangrado. No podía soportar el dolor...
Se levantó con dificultad he intentó llegar a la puerta pero sus fuerzas flaquearon. Se apoyó contra la pared. Sus piernas ya no podían aguantar el peso de su cuerpo. Cayó al suelo dejando un rastro de sangre en la pared. Su respiración aumentaba el ritmo. Estaba asustado... le desesperaba ver la sangre cubriendo su cuerpo pero era incapaz de cerrar los ojos... ¿a qué le tenía miedo? No podía cerrarlos porque odiaba la oscuridad...

-No... puede... ser... Voy... a... morir?... De haberlo... sabido... yo...

Cerró los ojos.

-Tsuzuki...


Tsuzuki iba en camino al apartamento de Hisoka. Tatsumi le dijo que lo encontraría ahí. Todavía estaba confundido... y aún no tomaba una decisión. Solo quería verlo aunque no supiera qué iba a decirle. Seguramente Hisoka no querría hablar con él. En realidad había sido muy frío y sabía que eso era lo que su compañero más detestaba de cualquier persona.

Tomó el ascensor.

-Espero que puedas perdonarme... Te hice sufrir de nuevo... pero que puedo hacer para que seas feliz? Para que al fin tu coraza desaparezca...? Para que no tengas que fingir ser otra persona... para mostrarte como eres en realidad, sin miedo. Abrirte a los demás sin el temor de ser lastimado...

Finalmente llegó a la puerta del apartamento. Su mano iba y venía hacia el pestillo, dudando... Hasta que al final abrió la puerta. No lo encontró ni en la sala ni en la cocina. Así que fue derecho al dormitorio. La habitación estaba oscura así que buscó el interruptor. La luz se encendió. Tsuzuki no daba crédito a sus ojos... La cama estaba vacía y en lugar de Hisoka había una mancha de sangre.

-Qué...?!

Siguió el rastro de sangre con la vista. Vio la pared roja y al bajar los ojos se encontró con Hisoka acurrucado en un rincón. La sangre que lo cubría se esparcía bajo su cuerpo. Tsuzuki corrió hacia él.

-Hisoka!

Estaba temblando y su respiración era forzosa. Tsuzuki colocó su brazo bajo su espalda para poder ver su rostro. Sus ojos estaban abiertos pero no expresaban ninguna emoción.

-HISOKA!!!- gritó de nuevo pero no parecía que él pudiera escucharlo.

Lo tomó en brazos y lo llevó de nuevo a la cama. La sangre no se detenía! Y esas marcas... Eran las de la maldición que Muraki había puesto en su cuerpo...

-Pero él no está aquí!- pensó –Entonces por qué...? Mierda! Qué puedo hacer? No sé nada de maldiciones! ......... Aunque los Shinigami tengamos un cuerpo inmortal, si sigue perdiendo sangre... No lo puedo ver así... pero no sé que hacer... voy a buscar ayuda!

Estaba apunto de echarse a correr cuando Hisoka lo tomó de la manga de la gabardina deteniéndolo.

-No... te vayas...- murmuró.

-Hisoka!- Tsuzuki se alegró un poco... al menos había despertado.

-No... quiero...

-Tengo que ir por ayuda!- se explicó Tsuzuki- Quizá Watari o Tatsumi sepan que hacer.

-No... quiero... - continuó Hisoka - ...estar solo...

Tsuzuki lo miró sorprendido por unos instantes. Incluso antes que su salud... lo más importante para él era eso...
-Hisoka... no estás solo- le dijo Tsuzuki tomando su mano entre las suyas.

Hisoka cerró los ojos. Su joven rostro no expresaba otra cosa más que dolor.

“Ya no lo soporto- pensó Tsuzuki -tengo que hacer algo! No puedo quedarme y mirarlo morir!”

-Nos vamos- le dijo decidido a Hisoka.

Lo cubrió con su gabardina y lo tomó en brazos.

-A...a dónde?

-Al laboratorio de Watari, vamos a quitarte esa maldición.

-No...

-No qué?

-No... podrán...

-Tienes que ser siempre tan negativo?- le preguntó -No te preocupes. Solo cierra los ojos que cuando despiertes todo va a estar bien.

-Idiota... –susurró Hisoka. Pero quiso creer en él. Cerró los ojos y se aferró de la solapa de su traje.

Tsuzuki usó la teleportación (se le llama así a eso?)


Segundos después estaban en el laboratorio de Watari, quien estaba trabajando en su computadora.

-Tsuzuki? Qué...?

-Te explicaré después! No hay tiempo! Hisoka necesita ayuda!

-Está bien. Ponlo en la camilla! Lo vendaré para detener el sangrado.

Salió de la sala para dejar trabajar a Watari. Tatsumi pasaba con unos papeles en mano por el pasillo en ese momento y por la puerta entreabierta vio a Tsuzuki. Tenía el traje manchado de sangre... Sus ojos se abrieron.

-Qué te pasó?!

-A mi nada, es Hisoka... – dijo Tsuzuki que fue interrumpido en su explicación por Watari que acababa de salir del laboratorio.

-Las vendas detendrán la sangre por un tiempo pero no puedo garantizar que pasará después.... así que tenemos que hacer algo y rápido. Será mejor que nos expliques que pasó.

Tsuzuki les contó rápidamente lo que había ocurrido.

-Bien- dijo Tatsumi –solo tenemos dos opciones pero una ya hay que descartarla porque no sabemos dónde está Muraki y aunque lo encontráramos nunca accedería a quitarle la maldición y tampoco es alguien fácil de derrotar... Solo nos queda la segunda opción: ir a la biblioteca y buscar una forma de disiparla. Necesitamos la ayuda de los Gushoushin para eso.

-Yo ayudaré en la búsqueda por computadora- dijo Watari.
-Entonces haré la búsqueda secuencial... revisaré en la biblioteca- concluyó Tatsumi.

-Voy contigo!- le dijo Tsuzuki.

-Pero alguien tiene que quedarse con el chico- dijo Watari.

Tsuzuki pareció dudar unos segundos. Cuando los dos se disponían a irse, los detuvo.

-ESTÁS DICIENDO QUE ME QUEDE AQUÍ SIN HACER ABSOLUTAMENTE NADA?! NO PUEDO SOLO MIRAR MIENTRAS USTEDES ESTÁN BUSCANDO UNA SOLUCI”N!!! YO TAMBI…N QUIERO AYUDARLO!!! MUCHO MÁS DE LO QUE CREEN!!! ... NO ME QUEDAR… DE BRAZOS CRUZADOS ESPERANDO A QUE MUERA!!! EY!!! A D”NDE VAN???

Tomó a Watari por el codo y este lo abofeteó.

-Con esa actitud no vas a ayudar a nadie!- le gritó Watari enojado- Desesperándote no consigues nada! Quédate con él... es lo máximo que puedas hacer ahora...

Una vez que se fueron, Tsuzuki quedó solo en la sala... se tiró sobre el sillón. Miró sus manos manchadas de sangre.

-Supongo que es así como siempre estaré... con las manos llenas de pecados...

Así estuvo varios minutos... sentado ... maldiciéndose....


Abrió la puerta del laboratorio. Hisoka estaba en la camilla con el torso y los brazos vendados. Pero las vendas ya se empezaban a teñir de rojo... Hisoka todavía dormía y Tsuzuki prefirió no molestarlo. Volvió a la sala que ya estaba oscura, no se molestó en encender la luz, ya algo se veía con la luz de la luna que venía de la ventana, simplemente se volvió a sentar en el sillón. Ya estaba cada vez más nervioso.

De pronto sintió el ruido de la puerta abrirse. Giró la cabeza hacia el ruido. Hisoka estaba en la puerta, iluminado por la luna... algunas de sus vendas las arrastraba por el suelo caminando con dificultad.

-Hisoka!

Tsuzuki detuvo su caída justo a tiempo.

-Qué haces levantado? Tienes que descansar!

-Abrí los ojos... y... no te vi... entonces...

-No digas más- dijo Tsuzuki y lo ayudó a tenderse en el sillón.

-Ya... no te vas a ir?- le preguntó con una mirada suplicante.

-No! claro que no! Quiero que me perdones por todo lo que te dije hoy. No debí hacerlo... Fue algo muy egoísta de mi parte. Yo... rompí la promesa que hicimos... la de seguir juntos y de luchar contra Muraki... Lo siento... lo siento mucho Hisoka.

-Que bueno... que ya no te vayas... la oscuridad me da miedo... y estar solo también... Gracias por todo Tsuzuki... quería que supieras cuando valoro todo lo que has hecho por mi... Incluso cuando querías acabar con tu vida... yo también te dije algo egoísta... que te quedaras por mi. Sabía que no podía pedirte algo así pero... tu... aceptaste...

-Deja de decir eso! Que son esas palabras? No vas a morir me oyes! Yo no lo voy a permitir!

Había empezado a desesperarse. Sentía como la vida de su compañero se escapaba entre sus manos... y él no podía hacer nada... recordaba el sueño de esa noche... Estaba furioso...

Olvidó que su mano estaba tomando la de Hisoka... él estaba recibiendo esos terribles sentimientos. Gritó expulsando su ki. Tsuzuki cayó hacia atrás... su mano sangraba. Se repetía la escena de la vez en que lo encontró a punto de entrar a los archivos secretos de la biblioteca... Otra vez le había hecho daño...

Se acercó a él preocupado. Hisoka respiraba agitadamente, siempre le ocurría lo mismo en esas situaciones.

-Hi... Hisoka

Una gota de sangre cayó de su mano herida sobre el pecho descubierto de Hisoka. Al hacer contacto con la maldición borró inmediatamente esa parte y su piel se cerró.

Eso era!

-Mi sangre- susurró.

Tenía que darle de su sangre a Hisoka. Era la única forma de borrar esas marcas. Pero tenía que hacer una transfusión y Tsuzuki no tenía ni idea de cómo hacerla. No había tiempo de llamar a Watari.

-Qué puedo hacer?- se preguntó.

La respuesta no tardó en llegar. Rompió un jarrón que estaba sobre una mesita en la esquina. Que el gasto lo cargaran a su cuenta, no le importaba. Tomó un fragmento de la porcelana y retirando el reloj, se cortó la muñeca derecha. Cuántas veces lo había hecho en vida? Se acercó a Hisoka. Con la mano izquierda levantó lentamente su cabeza.

-Quiero que tomes de mi sangre -le dijo- Sé que no es agradable pero es la única salida.

Hisoka hizo lo que le pedía... y tomó de ese líquido tan vital hasta que el corte de Tsuzuki cicatrizó. Podía sentir el calor recorrer su cuerpo... la maldición poco a poco se iba borrando y su cuerpo volvía a estar intacto. Ya no sentía dolor... solo la enorme felicidad de seguir con vida y de estar de nuevo junto a Tsuzuki.

Lo vio mandar dos aves mensajeras antes de volver a dormirse...


Tsuzuki le dejó descansar antes de ayudarlo a retirar las vendas.

-Cómo te sientes?

-Bien...- dijo Hisoka todavía un poco cansado.

-Solo bien?

-Para estar todo cubierto de sangre... si- dijo algo incómodo.

Tsuzuki rió ante el comentario. Hisoka volvía a ser el mismo de siempre.

-Creo que a los dos nos vendría bien un buen baño...- dijo también mirándose la ropa y disponiéndose a marcharse -Pero antes tengo que avisarles a Tatsumi y Watari de que ya estás bie---

Hisoka lo abrazó de atrás.

-Qué pasa?

Lo abrazaba con fuerza. Hisoka no quería soltarlo... Su cabeza se recostó contra la espalda de Tsuzuki. Si hubiera sido por él... habría detenido el tiempo.

-Vamos a seguir siendo compañeros, verdad?

Tsuzuki se liberó de los brazos de Hisoka y se dio la vuelta para mirarlo a los ojos.

-Claro que si- le dijo sonriendo.

Para su sorpresa Hisoka sonrió... Tsuzuki nunca lo había visto sonreír de esa forma, de verdad se veía precioso. Llevó una mano al rostro de Hisoka... era real. La pesadilla había pasado... Y esa sonrisa era el mejor regalo que le podía hacer.

------ Y el resto de lo que pueda pasar en esa sala queda a su imaginación =P Si es que quieren que pase algo jijii.


FIN


NoTaS dE lA aUtOrA: que tal? Este ha sido mi primer fic de Yami y el primero que publico en “Amor Yaoi” Además haber terminado este fic es importantísimo para mi porque es mi primer fic largo terminado!!! Y eso que este fic no fue meditado mucho, en realidad tuve el capricho de hacer un fic de Yami y algo salió. No quería que fuera nada muy largo y tampoco que tratara de la típica “Hisoka se le declara a Tsuzuki o viceversa”. Quería tratar sobre los sentimientos de Tsuzuki y hasta que punto le había afectado todo lo que pasó en Kyoto, y obviamente de su relación con Hisoka, y ya de paso incluir también los sentimientos de Hisoka (obvio). Lo de la maldición fue un bolazo que se me ocurrió... ya que era necesario que Hisoka estuviera en peligro jeje. En ningún momento se me pasó incluir a Muraki porque en general eso desembocaría en una pelea y no soy buena para describir los poderes y todo eso (no quería un dragonball). No sé espero que le haya gustado mi fic, ojalá se me ocurra algún otro y esta vez si planeo poner a Muraki, ya que es un personaje que me encanta :)

Nos veremos en otro fic! (espero)
HOKUTO

PD: sigan leyendo abajo!



En algún lugar de este planeta...

Muraki se arregló el pelo llevándose un mechón detrás de la oreja.

-Supongo que es así como tiene que ser... Esos dos están destinados a estar juntos. Claro que no me gusta la idea de compartir a MI Tsuzuki, pero molestarlos a los dos es el doble de divertido...

Miró la luna en su salida... enorme... roja... majestuosa.

-Ya ves, Hisoka? Esta vez la maldición sirvió para algo más que no fuera lastimarte.

Cerró los ojos. Se llevó una mano a la cabeza y se revolvió el pelo.

-Arrrrggggggg no entiendo... Y después dicen que yo soy el malo....


OtRaS nOtAs De La AuToRa: no le hagan caso a lo último... -_-U solo fue un pire mental jeje.

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