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Del amor al odio y después? por luna de hielo

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Notas del fanfic:

1. los personajes de SAINT SEIYA aqui mencionados no me pertenecen sino a Masami Kurumada 

2. la historia se desarrolla en un mundo alterno al de Saint Seiya

Prologo

 

Shaka  veía la nieve caer por la ventana tan fría y abundante como la soledad y tristeza que  se adueñaban día a día de su corazón, un corazón que desde aquella  fatídica noche estaba destrozado,  tan muerto que a duras penas palpitaba mientras  se caía a pedazos, mientras veía la nieve caer y cubrir aquel hermoso paisaje escoces,  recordaba sus ojos llenos de odio y desprecio hacia él aquellos mismos  ojos que una vez reflejaban amor y ternura y sin poder evitarlo nuevamente sintió como unas cuantas lagrimas recorrían su mejilla,  pesadas, amargas,  tan amargas como era su existencia misma.

-¿papi?

Shaka reacciono al oír aquella voz, tan dulce y cálida, la única luz en su existencia y la razón por la cual pudo salir adelante a pesar de todo, la pequeña Emi, ella era su mundo y eran pocos los momentos en que no la tenía presente, solo se olvidaba momentáneamente de ella cuando lo recordaba a él, a su padre.

-Papi quero egte.- exigió una pequeñita de tres años, con bellos cabellos rubios que le llegaban a la cintura, de piel nívea y con unos enormes ojos azules  que resaltaban en medio de esa pequeñita nariz, era hermosa, el fiel retrato de Shaka pero con el carácter fuerte y decidido de su padre, de aquel que la negaba y que nunca conocería.

¿Quieres leche mi amor?- pregunto Shaka, aunque su niña tenia tres años aun era difícil para ella pronunciar las palabras de la forma correcta, había ido al pediatra varias veces para ver si se trataba de algún problema medico, pero la pediatra le había dicho que no había ningún problema y que a algunos niños les costaba un poco más desarrollar el habla, en consecuencia Shaka trataba de que su hija poco a poco pronunciara correctamente las letras, pero sin presionarla en ello.- ¿Cómo te he dicho que se piden las cosa Emi?- continuo con paciencia y cariño después de todo era su hija.

-Po vavor, papi

-Así está mejor, vamos a la cocina y mientras se calienta la leche me das un beso que te parece?-tomo a la niña en brazos y se dirigió a la pequeña cocina de la casa, se había establecido en ella después que aceptara que no encontraría trabajo en Londres, y que seria el único lugar donde él y su hija estarían seguros de aquel hombre, y aunque la casa era pequeña tenía todo lo que ambos necesitaban, dos habitaciones de las cuales  ocuparía una como taller hasta que la niña reclamara su propia habitación pero mientras tanto ambos dormían en la suya; una pequeña sala que era separada de la cocina por una media barda y un baño; si tenían todo lo que necesitaban. Tal vez no era lujosa pero era en verdad mona, Shaka se prendo de ella apenas la vio y la compro con lo último que quedaba de sus ahorros decidido a iniciar una nueva vida en aquel lugar.

 

Escucho en agua hervir justo en el momento en que tocaban el timbre, así que apago la estufa y aun con la niña en cogida brazos se dirigió hacia la puerta.

-Mi eche!- exigió Emi con un puchero que enterneció en sobre manera a Shaka, que sonrió mientras besaba la mejilla de la niña

-En un momento cariño primero tengo que abrir la puerta- y aunque no tenía idea de quien podría ser a esas horas, supuso sería la señora McGregor su vecina en busca de compañía, pues  después de la muerte de su esposo el sr. McGregor hacía dos años, pasaba horas jugando con Artemis, su pequeña Artemis…en busca de que la soledad que se había instalado en su corazón se disipara en compañía de la niña, como también  la Sr. McGregor ocupaba  en el corazón de la niña el lugar de la abuela que nunca tendría, ya que sus padres habían muerto cuando él apenas era un niño.

-Voy, ya voy- dijo después de que volvió a escuchar el timbre- señora McGregor ya le había dicho que no es necesario que toque la puerta, simplemente en…- se quedó petrificado en la puerta, trago el nudo que se le había hecho en la garganta  y que en ese momento le impedía respirar mientras  veía como sus más grandes miedos se hacían realidad, ahí en la puerta de su casa, en el pueblo más alejado y escondido de toda Escocia se encontraba Aspros Géminis, el gran Aspros Géminis. Shaka  trato de cerrar la puerta mientras miles de emociones oprimían su pecho y cientos de pensamientos atormentaban su mente impidiendo una reacción más rápida lo que permitió que  una mano fuerte se interpusiera  antes de siquiera poder empujarla, Shaka alzo la vista para ver a quien permanecía dicha mano ya que por muy fuerte que fuera el jefe de la familia Géminis no podría oponer ninguna resistencia a la suya y entonces le vio, era Shura y Shaka se sintió nuevamente traicionado pero esta vez por aquel que creía su único amigo.

-Por favor Shaka déjanos pasar- pidió Shura y mirándolo a los ojos dijo- no queremos hacerte daño.

Shaka dudo un instante antes de hacerse a un lado dejando pasar a ambos hombres, y antes de que se dieran cuanta salió de la casa corriendo a toda la velocidad que le permitía el llevar a la niña en brazos  rumbo a la casa de la Sra. McGregor, que no podía a estar a más de 10m de distancia de la suya, pero cuando estuvo a punto de llegar a la puerta sintió una mano en el hombro, y aunque esta no le lastimaba si le impedía seguir caminando.

-Shak, de verdad no te va a pasar nada, yo no lo permitiría- Shura intentaba  convencerlo antes de que entrara en la otra casa y se armara un escándalo, porque si conocía bien a su abuelo ellos no se irían hasta que hubiesen hablado con él.

Shaka dio media vuelta y miro al único hombre que había confiado en él después de aquella noche, vio en sus ojos negros una súplica y verdadera preocupación, sabia que algo grave tuvo que haber sucedido para que Shura rompiera su promesa y  llevara a su abuelo a aquel lugar y  sin embargo eso no basto para quitarle de los labios el sabor a traición que le amargaba la boca.

-Si quieren hablar conmigo, la niña no tiene nada que ver en esto y sinceramente no confió en vosotros dos para dejarla en casa- en ese momento se abrió la puerta y salió la Sra. McGregor que se había alertado con el ruido. Shura soltó a Shaka sabiendo que esa batalla la tenía perdida, pues el hombre de frente nunca se arriesgaría a su hija ante lo que  pensaba era un peligro en sus vidas, vio como  entregaba a la niña con la anciana que abrió la puerta, y después besar a su hija susurrándole algo que sonó como un pórtate bien.

 

Después de dejar  a Emi con una preocupada Sra. McGregor,  Shaka se encamino a su casa con los nervios de punta, no comprendía porque el abuelo de *Él*, estaba en su casa y mucho menos por qué Shura había roto su promesa, en realidad eso era lo que más le dolía  y confundía, pues entendía perfectamente que ese día llegaría tarde o temprano, sabía que algún día un integrante de la familia Géminis se enteraría de la existencia de Emi, pero no se  esperaba Shura algo así, no de él. Entro a la casa y cerro tras de sí recargándose en la puerta y mirando fijamente a los dos hombres que ahora invadían aquel espacio.

Aspros  estaba sentado en el único sofá de la casa y Shura permanecía de pie a un lado de la ventana en la que hace poco el mismo observaba el paisaje, cuando entro  ambos voltearon su vista.

-Ha pasado un largo tiempo Shak- fue Shura quien  hablo y Shaka sonrió irónicamente ¡cómo se atrevía a  dirigirse con su apelativo de cariño después de traicionarlo!

-¿A que han venido?- contesto lleno de rabia observando fijamente a Aspros

-Tengo una proposición que hacerte- contesto él mismo regresándole la mirada con esos ojos azul turquesa, que parecían explorar en su alma, Shaka desvió la mirada al sentirse inseguro

-No me interesa-  no quería nada de esa familia que tanto le había dañado, de aquellas personas que no pararon hasta destruirlo y que por ello callo en manos de aquel hijo de p*ta.

-Por favor escúchanos, sabes que jamás haría algo que te perjudicara a ti y a Emi, si lo traje fue porque creo que esto es para el bien de ambos y  te prometo que no os pasara nada malo-la voz de Shura  era la misma llena de amabilidad y comprensión de siempre. En realidad  era el único con cariño en los ojos para él después de ese día,  sus ojos reflejaban lo que sentía y en todo momento habían sido amables y justos, Shaka sabía que jamás se atrevería a hacerle daño  a Emi quien lo quería como a un padre. Lo había conocido en la universidad, en realidad él fue su asesor de tesis y aunque era por lo menos 6 años mayor, surgió una bonita amistad entre ellos y como negar que en un principio antes de conocerlo a *Él*, se había sentido atraído por Shura, pues era bastante apuesto con su 1.83 de estatura, su cabellos negros como la noche y su piel bronceada. Pero entonces lo conoció a *Él* y cualquier cosa que hubiese podido surgir entre ellos se termino incluso antes de que empezase. Y ahora el hombre que siempre había sido su bastón de apoyo le decía que confiase en un Géminis  resentido. Y  Shaka le creyó, dios lo ayudara pero le creyó.

-¿De qué se trata?- pregunto  aunque sabía que se arrepentiría, lo sabía muy bien.


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