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La cabaña por Chris Yagami

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Notas del fanfic:

Ya se, no tengo vergüenza ewe... dejenme

Espero les guste mi segundo intento de terror, aunque queda mas como suspenso.

Serán capítulos cortos que no pasarán los 1,500 tal vez.

Capítulo 1.

Abrió los ojos en la oscuridad de la habitación, se incorporó en la cama para mirar a través de la penumbra, en sus oídos había un llanto y una voz que lo llamaba en medio de sus lamentos, era una voz de mujer muy dulce, pero su pena le rompía el corazón. Estaba desolada, rota en lo más profundo y la desesperación era la que traducía sus palabras. Por ese lamento el también comenzó a sentirse confundido.

-Shun- llamó una voz masculina muy cerca de él lo que le hizo pegar un salto de sorpresa que desató una risa de ese mismo hombre que lo observaba a través ayudad de la débil luz de la luna que se filtraba a través de la habitación- ¿Te asuste?

-No te burles- reclamó tirando un cojín a donde escuchaba su voz- sabes que no me gustan ese tipo de bromas ¿Es Hyoga verdad? ¡Ye te descubrí, tonto! – dijo en voz alta. Se levantó de la cama y camino hasta el interruptor donde encendió la luz de la habitación.

-¿De que hablas?- su compañero de habitación aun estaba en la cama, sentado con los pies en el suelo, mirándolo extrañado- aquí no hay nadie mas que nosotros.

-No juegues conmigo- se empeñó buscando debajo de ambas camas- ¿Dónde se metió?- caminó entonces al armario abriéndolo de para en par pero estaba vacío, aun no estaba colocada ni su equipaje- aquí había alguien jugándome una broma- caminó a la ventana para levantarla y asomarse para así poder ver en el bosque que estaba afuera, pero no había nadie y no lograba escuchar ningún sonido extraño mas que el de las aves e insectos nocturnos- no lo niegues hermano, se lamentaba y me pedía ayuda.

-Shun- llamó su atención poniéndose de pie para detener su búsqueda pues ahora caminaba a la puerta de la habitación- yo no escuché nada, estabas soñando- soltó una leve risa antes de llevarlo a la cama para arroparlo- anda, estas cansado, el viaje fue largo, solo es eso, despreocúpate.

Ya no insistió, dejó que de nuevo lo tratara como a un niño a pesar de haber cumplido ya los dieciséis años. Sonrió cuando apagó la luz y él se acostó en la otra cama, no supo porque pero una sensación de desconsuelo se alojó en su pecho al ver a su hermano tratar de dormir, inesperadamente sintió un deseo irrefrenable de llorar. Solo carraspeó para deshacerse de esa sensación y cerró los ojos para poder descansar. Pero seguía escuchando el llanto de esa mujer que lo preocupaba y le desgarraba el corazón.

Estaban alojados ahora en varias cabañas sencillas por un viaje al que él los había invitado a hacer, pues pronto todos se separarían y quería estar con ellos, todos juntos como cuando eran niños. Ninguno se había negado a su petición pues también querían ese momento de diversión entre amigos y hermanos. Aprovecharon que los que aun estudiaban estaban de vacaciones y los que ya tenían empleo pidieron permiso o simplemente se ausentaron sin ninguna explicación.

El lugar que eligieron fue la montaña donde podían escalar o practicar más actividades al aire libre, lo que a la mayoría le gustaba hacer. Estaba emocionado por ello, su idea era divertirse como no lo hacia desde que acamparon juntos cuando eran niños, en el bosque cercano a la casa de su mejor amigo. Aunque ahora los acompañaban sus parejas y amigos que hicieron a lo largo de sus años de educación, aun así no era muy distinto a aquella vez.

Al despertar la luz se filtraba por las ventanas sin cortinas, se desperezó con una sonrisa, ahora se sentía con muchas energías y se dispuso a levantar a su hermano, pero éste ya no estaba en cama, vaya que se había levantado temprano pero eso no le sorprendía, a él le gustaba salir a correr con la salida del sol. Se puso de pie y caminó al baño para darse una ducha antes de que los demás despertaran, pero cuando terminó y se dirigió a la sala de estar de la cabaña sus amigos ya estaban vestidos y desayunando mientras hablaban.

-¡Vaya!- saludó el rubio del grupo haciéndose a un lado para que se sentara con él- El bello durmiente ha despertado.

-¿Bello durmiente?- rio junto a los demás aceptando un emparedado de manos de uno de sus amigos- gracias, Milo ¿Por qué se ríen? ¿Es muy tarde?

-Es casi medio día- informó su hermano saliendo de la cocina.

-¿Medio día? ¿Por qué no me despertaron?

-Lo intenté, pero no funcionó nada de lo que hice, tienes el sueño muy pesado, hermano.

-¿Y Seiya y los demás?- Él mas joven de grupo debería estar ahí con ellos, así lo habían acordado, en esa cabaña dormirían ellos cinco, Hyoga, Shiryu, Ikki, Seiya y él mientras que los mayores lo harían en la cabaña cercana: Camus, Milo, Mu, Shaka y Aioria.

-Fueron a montar en bicicleta, sabes que no puede estar quieto demasiado tiempo- rio Ikki sentándose del otro lado de Hyoga para besar sus labios.

-No es justo, yo quería ir con ellos.

-¿Crees que nosotros no?- recriminó Milo con media sonrisa- pero para cuando despertamos ya se había ido, incluso Camus se fue ¡Ni siquiera sabe andar en bicicleta!- explotó rascándose la cabeza, pero sin borrar su sonrisa.

-Es extraño- habló Shun mirando hacia la puerta- Seiya siempre es el último en levantarse sobre todo después de un viaje.

-Pero esta vez te ganó.

-Podemos nosotros hacer otra cosa ¿o no?- animó el mayor de los cuatro poniéndose de pie- podemos ir a nadar al lago, el clima está agradable.

No necesitaron de más invitación, una sonrisa cómplice en los rostros de todo fue lo que necesitaron para saber que estaban de acuerdo con lo dicho por el mayor. Si los demás se habían ido a pasar el día sin esperar, dispuestos a sacarle provecho hasta el último segundo de esas merecidas vacaciones, ellos harían lo mismo.

Empacaron un almuerzo ligero pues no planeaban quedarse tanto tiempo, solo lo necesario hasta que los demás regresaran y pudiera tener una actividad juntos, pues ese había sido el plan inicial del viaje. Cuando todo lo necesario para pescar estuvo también empacado, además de algún traje de baño para nadar en las aguas frías, todos salieron sonriendo de esa cabaña. Era el primer día de vacaciones y no la desperdiciarían esperando a los otros para que les contaran como les había ido. No señor, ellos disfrutarían también.

Notas finales:

jeje!

Espero les haya gustado, la verdad a mi si me esta gustando.

Saludos.


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