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Tu por un lado. Yo por el otro. por Mitzuuki

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Notas del fanfic:

Primer one-shot que escribo sobre Death Note *-*

Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo sobre esta pareja, así que espero que lo disfruten ^^ Sobre todo porque es dificil escribir Lemon xD

 

Nota:  Estos guapos personajes no me pertenecen, sino de quien creó Death Note, de lo contrario hubiera habido Lemon entre Light y Ryuzaki,  Misa jamás hubiera existido, además de que Kira no hubiera muerto.

 

Personajes:  LightxRyuzaki / KiraxL

 

Advertencia: Lemon.  No apto para menores de 16.

 

 

ooooo

TU POR UN LADO. YO POR EL OTRO

Capítulo único

 

 

Sólo hay una cosa que jamás se me hubiera pasado por la mente, bueno, en realidad hay muchas, pero con respecto a este tema que nos concierne, que es el de atrapar a Kira, sólo hay una cosa que jamás me hubiera imaginado.

-Estás loco, me niego. – Le dije por enésima vez en tan sólo diez minutos al que yo ya consideraba como un amigo, Ryuzaki, o más conocido como L, un hombre un par de años mayor que yo, con su cabello tan negro como sus ojos profundos, que estaban sobre unas pronunciadas ojeras oscuras, me miraba como si lo que estuviera diciendo era lo más razonable del mundo, ahí, con sus rodillas al pecho y su pulgar entre sus labios, me acababa de decir lo más incoherente que le había oído en el tiempo que llevábamos trabajando juntos.

-No estoy loco Light-kun, es más, ésta es la mejor idea que se me pudo haber ocurrido, acepté el sacarte del encierro por una petición de tu padre, pero como consecuencia, deberás pasar esposado a mí las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana… - Lo dijo tan tranquilo que en comienzo pensé que me estaba jugando una broma, pero era el único que lo creía, pues el resto de la policía me miraba de brazos cruzados esperando a que me diera por vencido.

Ryuzaki tomó un trozo de su pastel, y lo metió a su boca degustando la dulce crema como si fuera el manjar más exquisito de la vida.

-No te preocupes, dejaré que tengas tus ocho horas de sueño correspondientes. – Cómo si en realidad fuera por eso que me preocupaba. Di un respiro ahogado, no me quedaba de otra, conociendo a L jamás se retractaría de una idea “tan genial” como ésta.

-Está bien… Creo que no me queda de otra ¿Verdad?

-Estás en lo correcto. – Dicho esto se puso de pie y puso la esposa alrededor de mi muñeca, cerrándola, causando que sintiera como mi libertad se estaba yendo en ese escaso movimiento, hizo lo mismo con la otra esposa, la amarró a su muñeca y sonrió, esperen… ¿Sonrió? Me miró un segundo y toda sonrisa desapareció, debió haber sido idea mía.

Nos separaba aproximadamente un metro de cadena, lo justo y necesario para que cada uno alcanzara su computadora sin problemas, siguió trabajando en el caso restándole por fin importancia al asunto, la verdad era que llevábamos sólo diez segundos y sentía que no sería capaz de aguantar esto por mucho tiempo, no era de los que acostumbraban a andar con una persona para todos lados, recuerdo que en la escuela siempre me caractericé por ser un chico aislado pero popular al mismo tiempo, después de todo, los alumnos insistían en querer ser mis amigos por mera cuestión de conveniencia, era el mejor estudiante de Japón y me atrevería a decir que del mundo también. Mi egocentrismo no cabía en el mundo.

Todos estaban en sus labores, leyendo y releyendo documentos que aportaban pistas a la investigación, informándole a Ryuzaki cada vez que encontraban algo extraño. Yo por mi parte estaba viendo unos gráficos que había conseguido hace apenas unos minutos, gráficos que nos indicaban el alza de las empresas de Japón, pero hasta ahora, no había encontrado nada interesante. ¿Y Ryuzaki? Bueno, el seguía con su vista clavada en el computador a la vez que comía miles y miles de porciones de azúcar, me sorprendía que éste tipo fuera inmune a sufrir un coma diabético, nadie en su sano juicio podría soportar tanto dulce en el cuerpo en un día.

-Ryuzaki, ya es tarde, nosotros nos retiraremos a nuestras habitaciones. – Miré a Matsuda que emitía un bostezo de cansancio en ese momento, Ryuzaki miró su reloj de bolsillo, y asintió mirando al policía a los ojos

-Buenas noches. – Fue lo único que dijo para comenzar nuevamente a teclear una y otra vez en la computadora ¿A qué hora pensaría irse a dormir? Si es que en verdad dormía… Jamás lo había visto cerrar los ojos por otra razón que no fuese el pestañear, este tipo era increíble.

-Ryuzaki ¿Se le ofrece algo más? – El involucrado miró a Watari y con el pulgar en su boca meditó unos segundos

-Un café cargado estaría bien, también una torta de fresas y… Galletas, sí, quiero galletas… Con chispas de chocolate

-¿Vas a comer todo eso antes de dormir? – Me miró como si estuviera preguntando la mayor estupidez de la vida

-Bueno mi cuerpo está acostumbrado a recibir solo tres o cuatro horas de sueño diarias, no hay problema en eso. – Dirigió su mirada a Watari nuevamente. – Sólo eso Watari, después puedes ir a descansar

El anciano hizo una reverencia y salió de la oficina hacia la cocina, dejándonos solos.

-¿Estás cansado? – Me preguntó quitando la vista de su computadora por primera vez en el día. A veces me parecía que cada pregunta que me hacía tenía un sentido oculto, un as bajo la manga que le daría a conocer que yo era Kira, aunque no lo era, estaba seguro de eso.

-Más o menos. – Respondí, la verdad es que habíamos tenido un día agitado. – Me gustaría tomar una ducha. – No me respondió y pegó de nuevas cuentas sus ojos negros en la pantalla del computador, apretó un botoncito de uno de los miles intercomunicados que tenía sobre su escritorio y acercó sus labios al micrófono

-Watari ¿Podrías llevarme todo lo que te pedí a la habitación? Light-kun está cansado y quiere darse una ducha

-Claro Ryuzaki

-Gracias. – Se puso de pie de la silla y caminó, me tuve que poner de pie de lo contrario éstas esposas comenzarían a lastimar mi muñeca de a poco. Caminamos en silencio hasta la habitación, en realidad era la habitación de Ryuzaki…

-¡Espera! – Dije espantado, había un hecho que no había considerado

-¿Qué ocurre Light-kun?

-Esta es tu habitación…

-Oh, sí, lo siento, es que si nos vamos a la tuya no me sentiré muy cómodo… Aquí tengo todo lo que necesito

-N-No me refería a eso…

-¿Entonces? ¿Cuál es el problema Light-kun?  - Mis mejillas se ruborizaron, no sabía por qué pero lo hicieron, mi corazón tampoco ayudaba mucho, estaba latiendo con fuerza… Si seguía así estaba seguro que Ryuzaki lo escucharía pronto. - ¿Light-kun?

-E-Es que… - Tranquilízate Light, es Ryuzaki, sólo es Ryuzaki… - ¿Planeas que durmamos juntos?

-Oh, era eso… - Se puso el pulgar en sus labios y me miró de frente, con esa posición encorvada suya. – Técnicamente dormiremos juntos, pero literalmente no, puesto que tengo bastante trabajo y quizás no duerma, eso quiere decir que sólo te veré dormir. – Maldito Ryuzaki… No puedes decirme algo así cuando no entiendo mis emociones, ¿Qué rayos me pasa?

En ese momento tocaron a la puerta de la habitación, Ryuzaki dijo en voz alta un “adelante” y Watari entró con un carrito que contenía toda la comida que Ryuzaki le había pedido, lo dejó al lado de la cama, al parecer no era primera vez que L comía por la noche.

-Buenas noches Ryuzaki, Light

-Buenas noches Watari, que descanses. – Le dijo Ryuzaki con una sonrisa, la relación entre ellos era increíble

-Buenas noches… - Le dije aún con los nervios a flor de piel

Esa bandeja fue para Ryuzaki el paraíso, podría jurar que pasó su lengua por sus labios un par de veces, y miraba con tentación a todos los dulces que allí había, descubrí que Watari le había puesto algunos más de los que él había pedido.

-Light-kun… ¿Podrías ir a bañarte ya? No quiero que mi café se enfríe

-Oh, claro… Sólo quítanos las esposas. – Ryuzaki me miró como si estuviera diciendo la mejor de las bromas. – Porque… Piensas quitarlas para que me pueda bañar tranquilo ¿Cierto?

-No te preocupes, no miraré

-No hablas en serio

-Claro que lo hago, no puedo perderte de vista ni por más de un segundo

-¡No bromees! ¡De ninguna manera entraremos los dos a la ducha!

-¿Por qué? No es que quiera mirarte, después de todo tenemos los mismos atributos

-No lo creo… - Y hablaba en serio, el hombre a mi lado comía demasiados dulces como para tener un cuerpo si quiera cercano al trabajado que yo poseía

-Entonces… Quitaré las esposas para que te quites la ropa, luego las volveré a poner para que te duches… ¿Está bien de este modo?

Me quedé en silencio mirándolo con odio, no es posible que él estuviera pensando en espiarme mientras yo me duchaba, eso no era normal, no entre dos hombres… Era extraño.

Le lancé un puñetazo que impactó justo con su rostro, pero al mismo tiempo, el lanzó una patada que impactó también con mi cara provocando un agudo dolor, seguramente parecido al que él estaba sintiendo.

-Soy muy rápido y fuerte. – Me dijo aún con mi puño clavado en su rostro. – No hagas que mis sospechas sobre que tú seas Kira aumenten…

-Que quiera darme un baño tranquilo no tiene nada que ver con ser o no ser Kira…

-Puede que sí… ¿Bajamos la guardia? – Asentí y ambos retiramos mano y pie del rostro ajeno. – Cabe el seis por ciento de las posibilidades de que no me quieras mostrar tu cuerpo desnudo porque haya alguna marca en ti que te haga ser Kira…

-¡Está bien, está bien! – Grité exasperado. – Si lo que quieres es estar ahí conmigo bien… Lo estarás, es imposible ganar una discusión contigo… Además te demostraré que sólo es un simple pudor, no hay ninguna marca en mi cuerpo que me haga ser Kira

-Está bien Light-kun, puedes tomar tus cosas. – Lo tironeé bruscamente de la cadena y cogí unas toallas y ropa limpia que para mi sorpresa, habían puesto en la habitación de Ryuzaki. Caminamos al baño en silencio, y sólo fue necesario que estirara mi mano para que L comenzara a quitar las esposas, había una marquita roja ahí, estaba seguro que para mañana tendría un feo color morado. – Me voltearé para que estés tranquilo. - ¿Estaba nervioso? Podía jurar que su voz tiritó levemente y que sus mejillas estaban escasamente bañadas de carmesí, sonreí con gusto, al menos sabía que no sólo yo era el que sufría extrañas sensaciones con él, sino que en caso contrario era lo mismo

-No es necesario que te voltees, digo, si lo haces, puede que me escape. – Ryuzaki seguía de espaldas, aproveché para comenzar a quitarme la ropa, comenzando por la camisa que siempre usaba abierta, luego la camiseta sin mangas que se pegaba a mi cuerpo, siguieron mis pantalones, hasta que sólo quedé con mis bóxer de color negro. Ryuzaki seguía sin decir nada. – Entonces, confías en mí, puesto que te has quedado de espaldas y en silencio

-En realidad estaba pensando en que acabas de declararte como Kira… - Se quedó en silencio cuando se volteó y me vio en las condiciones en las que me encontraba. Sonreí con suficiencia al ver su rostro más rojo que un tomate, y dejando todo el pudor que pude haber llegado a sentir, quité la última prenda de mi cuerpo.

-Entonces… ¿Me acabo de declarar como Kira? – Dije mirándolo fijamente a los ojos, acercándome a él completamente desnudo. – Si así fuera Ryuzaki… ¿Qué harías?

-T-Te… Encerraría… Es lo que merece un asesino en serie. – Quitó su vista de la mía, pero no aguanté e hice que volviera a mirarme con una mano en su mentón, sonreí, estaba rojo hasta las orejas. - ¿Q-Qué haces… L-Light-kun?

-Voy a besarte… ¿No es eso obvio? – En un segundo uní mis labios a los suyos, suavemente al principio, descubriendo que tanto dulce había tenido un efecto en su cuerpo, besarlo había sido como degustar un caramelo, y mordí su labio inferior, sin poder aguantarme las ganas. Para mi sorpresa el detective no puso nada de resistencia, al contrario, sin darme cuenta tenía sus manos en mi cuello, acercándome más a él como por necesidad. – Respondiste muy bien…

-No es un juego de niños. – Se apoderó de mi boca ésta vez, metiendo su lengua sin escrúpulos, buscando la mía, comenzando una guerrilla que prontamente fue liderada por él, era mayor, por lo tanto, tenía más experiencia. – Aunque tu si eres un niño Light-kun

-Deja de decir estupideces. – Lo agarré por la cintura y nos llevé a ambos bajo la ducha, dejando correr el agua, fría en un principio, pero que con los segundos se fue volviendo caliente, templando el ambiente y nuestros cuerpos que comenzaban a  friccionarse en busca de mayor contacto. Subí con paciencia su tan típica camiseta blanca, hasta dejarla fuera de combate por completo, su cabello negro se pegaba a su rostro, sus ojos estaban brillantes de la excitación, sus manos recorrían con entusiasmo mi espalda.

Me sorprendí al ver como mis hipótesis sobre L se iban a la quiebra, la glucosa no hacía eco en su cuerpo, al contrario, los músculos estaban bien dotados y el agua que escurría por su cuerpo sólo le daba un aire más… Sexy.

-Apuesto a que pensabas que te encontrarías con un gordo lechón. – Se rió de mi rostro sorpresivo, robándome otro de esos besos tan fogosos que sólo estaban consiguiendo ponerme más ansioso. – También tengo mis rutinas de ejercicio…

-¿Ah, sí? ¿Y a qué hora si estás tan ocupado?

-¿Crees que tengo ganas de hablar ahora Light-kun? – Llevó mis propias manos a su pantalón, poniéndolas sobre el botón, listo para desabrocharlo. – Mis emociones están a mil por ciento, hace bastante que no tenía un poco de distracción extra

¿Distracción extra? Entonces era sólo eso lo que todo esto estaba significando para él. Mis cejas se fruncieron como por inercia, y en venganza mordí sus labios con rabia mientras mis manos ágilmente bajaban sus pantalones que estaban estilando, retirándolos por completo, dejándolos tirados en la ducha.

-Salvaje… - Me susurró al oído cuando pude notar que un fino hilillo de sangre escurría de su boca causa de mi mordida.

-Es sólo sexo… ¿No? – Me quedó mirando algo extrañado, la verdad era que ni yo mismo sabía por qué me habían molestado tanto sus palabras, Ryuzaki era mi amigo, ¿Pero más que eso? ¿Ryuzaki me gustaba de otra forma? Dejé de besarlo hundido en mis pensamientos, él me seguía viendo de la misma forma extraña, hasta que una vaga sonrisa se dispuso en su rostro, y cortó el agua de la ducha para que no siguiera saliendo.

-¿Qué ocurrió? – Le pregunté desconcertado, la verdad es que si quería parar era un mal momento para decírmelo, a pesar de mis titubeos internos mi entrepierna estaba más que despierta como para permitirme frenar en estos momentos, además de que el cuerpo de Ryuzaki pegado al mío no ayudaba mucho más a controlarme.

-Nada, sólo que no quiero hacerlo aquí adentro… Es incómodo

Suspiré más relajado. – Me habías asustado, pensé que te habías arrepentido

-¿Arrepentirme? ¿Viendo en las condiciones que te encuentras? – Miró con descaro mi miembro, logrando sonrojarme. – Yo no estoy mucho mejor que tú Light-kun. – Lo miré ahora yo y era cierto, estaba tan excitado como yo. – Vamos de una vez. – Asentí y me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos, era algo extraño de ver, puesto que estábamos desnudos, mojados y con la particular caminata que mi acompañante poseía...

Me tiró a la cama bruscamente, y con una sonrisa se sentó a gatas sobre mi abdomen, dejándome un primer plano de toda su extensión sobre mi vientre. Me comió los labios como lo estábamos haciendo antes, su lengua con la mía luchaban incesantes, las emociones que me estaban recorriendo en este momento eran inexplicables, jamás me había pasado con ninguna de mis compañeras con las que había intimado anteriormente, no es que fuera un muchachito virgen, pero creo que el hacerlo por primera vez con un hombre traía sus consecuencias emocionales.

Se dedicó a inspeccionar mi cuello, mordiendo delicadamente, dejando huellas imborrables de  lo que estaba a punto de ocurrir en esta cama y en esta habitación, siendo los únicos testigos de esto… ¿Unicos testigos? Eso no era cierto…

-Ryuzaki…

-¿Sí, Light-kun? – Me respondió más en un ronroneo, sin dejar de besar mi cuello, bajando por mi clavícula con su lengua

-Cámaras… Prendidas… Los demás… - Parecía un estúpido hablando de esa forma, pero mi respiración estaba para nada acompasada y me impedía armar frases con mayor razonamiento

-Están apagadas… O congeladas… Como prefieras, no te preocupes por eso. – Me miró sonriendo y besó con sutileza mi nariz, miles de corrientes eléctricas se acumularon en mi estómago, era cierto, era innegable, Ryuzaki me gustaba más que como un simple amigo, Ryuzaki me gustaba como hombre, yo… A pesar de mucho haberlo negado o evadido… Estaba enamorado de L.

Lo amo. Esa es la verdad.

Me sonrojé al aceptar mis sentimientos, el pálido sobre mí lo notó, pues me sonrió como no lo había hecho, sus ojos me demostraban amor, o quizás era solo una jugarreta de mi mente causa de las emociones encontradas, pero se acercó lentamente a mí depositando un casto beso en mis labios.

-Comencemos. – Me dijo despacio, sin dejar de mirarme a los ojos.

No sé por qué, ni cuando lo había dejado ahí, pero se alejó unos centímetros de mi cuerpo y sacó de su mesita de noche una botella de lubricante, que abrió y esparció un poco por sus largos dedos. No me sorprendí, considerando que en los últimos minutos era él quien había tomado posesión de líder en la situación, me quedé quieto aunque con el corazón latiéndome a mil por ciento, no era malo probar cosas nuevas después de todo.

-Ahí voy…

-No digas todo lo que haces… Ahh… - El primer dedo estuvo dentro de mí, y aunque no sentí dolor sí se sentía incómodo, extraño… - Sólo… Logras ponerme más nervioso

-¿Nervioso? Que tierno eres Light-kun, no te conocía esa faceta…

-Diablos… - El segundo si había dolido, más cuando no los dejó quieto como el primero, comenzó a moverlos, dilatando mi entrada, dilatándome para lo que venía luego

Sentías mis mejillas arder al igual que mi cuerpo, sentía mi ingle palpitar, gritando por un poco de atención que L no le estaba dando. Apreté mis manos en las sábanas cuando sentí un tercer dedo entrometiéndose, en todo momento Ryuzaki no dejó de besar mi cuello, incluso me daba  tiernos besos en la mejilla y en los labios que lograban a ratos que me olvidara del dolor que sentía en mi parte trasera.

La adrenalina me recorrió a mil cuando sentí que tomaba una de mis piernas y la ponía alrededor de su cintura, con el solo objetivo de levantar más mi cadera y dejarme más expuesto.

-Light-kun, abre los ojos…

-No me digas lo que tengo que hacer… - Era vergonzoso, que me dijera esas cosas en un momento como este era verdaderamente vergonzoso. De igual forma no pude evitar abrir los ojos al no escuchar nada más de su parte, cuando lo miré me veía fijamente, y al bajar un poco mi vista, noté que tenía su miembro sujeto con su mano, guiándolo hasta mi ya dilatada entrada.

-Relájate… - Me susurró al oído causando escalofríos, al mismo momento sentí la punta de su pene chocar con mis glúteos, abriéndose paso lentamente, hasta que estuvo dentro por completo. – Lo meteré de una sola vez, así es menos doloroso para ti

-Haz lo que quieras. – Odiaba ese aire de superioridad que había tomado con todo esto. Apreté mis ojos y las sábanas bajo mis manos cuando la primera estocado hizo que sus caderas chocaran con las mías, estaba dentro por completo, agudizando diez veces más el dolor que había sentido en un principio. Por inercia tiré mis caderas hacia atrás, tratando de sacarlo de mi cuerpo, pero él con sus manos me llevó a la posición inicial y acarició mi rostro con lentitud

-Sólo un poco, haré que te sientas bien

-¿Podrías callarte? Intento acostumbrarme a esto. – Emitió una suave risita y con su mano me hizo mirarlo, me besó despacio, como en un principio, dedicándole solo besos mariposa a mis labios que le exigían más, lo comprendió, y al pasar los segundos me atreví a ser yo quien profundizara el beso e invadiera su boca con mi lengua, no tuvo objeción, fue en mi búsqueda de inmediato, besándonos así por largos minutos, hasta que comprendí que el dolor había desaparecido casi por completo. – Ya…

-¿Ya?

-Ya puedes moverte, idiota… - Le dije sonrojado hasta las orejas

-Ohm, bueno… - Dijo como quien no quiere la cosa, y comenzó con los vaivenes lentos y pausados, entrando y saliendo de mi cuerpo a un ritmo desacelerado.

Apreté su espalda entre mis manos, rasguñándolo por miles de sensaciones que me estaban invadiendo, el dolor junto con el placer eran dos sensaciones opuestas, pero que juntas, te hacían sentir en la gloria. A ojos cerrados busqué los labios de Ryuzaki, los necesitaba, mi cuerpo se había vuelto adicto a ellos.

-Light… - Por primera vez había dicho mi nombre sin formalidades. – Me gustas…

-Eso… ¿Es obvio, no? De lo contrario… No estarías… Haciéndome esto… - Reprimí un gemido que quiso ser bastante fuerte, sentí como Ryuzaki mordía mi hombro como una forma de no gemir también, supongo que era algo que no queríamos que el otro escuchara, aunque en mi fuero interno me preguntaba con ansias como sería un gemido del tan prestigiado L.

Aproveché el impulso de mi pierna que seguía sobre la cama más la que él sostenía aún sobre su cintura, e hice que nos volteáramos, dejando a un totalmente sorprendido Ryuzaki abajo de mi cuerpo, aún dentro de mí.

-¿Q-Qué haces?

-Tomando el control ¿No es obvio? – Sonreí con malicia dejándome llevar por mis instintos, me agaché para besarlo, mientras subía mis caderas y las bajaba de un solo golpe sorpresivo, viendo con satisfacción como Ryuzaki disfrutaba de esto quizás tanto como yo. – Ahh… Ryuzaki…

-Eres… Demasiado bueno… Demasiada experiencia, mi querido Light-kun. – Reí en mi fuero interno, jamás se paró a preguntarme si era virgen en este sentido, por lo que yo me quedé en silencio también. El sudor hacía que sus rebeldes mechones negros se pegaran a su frente, de su cuello deslizaban pequeñas gotitas también, mezcla de agua y sudor.

Seguí moviéndome contra su cuerpo y ya no pude esconder más mis gemidos, salían uno tras otro dejándole claro que me tenía en el cielo, que había logrado rendirme ante su cuerpo, que sus caricias y sus besos terminaron por enloquecerme.

-Light… No… aguantaré mucho más…

-Hazlo… - Dije a sabiendas de lo que se refería, yo estaba igual, a causa de los movimientos mi miembro había estado friccionando con el vientre de Ryuzaki incesantemente, sintiendo que muy pronto llegaría a mi clímax. – Ahh… Ryuzaki ya voy…

-Light-kun… Light-kun… ¡Aahh! – Llegó antes que yo, dejando que su gemido de satisfacción se sintiera como un verdadero eco en la habitación, apoyé la palma de mi mano sobre su pecho y seguí moviéndome más rápidamente, Ryuzaki ayudó a que yo llegara a mi propia liberación masturbándome con apuro, ambos movimientos no tardaron en que consiguiera llegar a mi clímax, mi semen quedó esparcido por su vientre y miembro, y dejé caer mi cuerpo pesadamente sobre el suyo, sintiendo su acelerada respiración, incluso podía sentir los latidos de su corazón ¿O eran los míos? No podía identificarlos.

Rotamos sobre la cama quedando yo nuevamente debajo de él, totalmente exhausto, casi estaba siendo vencido por el sueño. Sentí que salió de mi interior lentamente, ganándose de mi parte un pequeño gemido de dolor, que cayó rápidamente con un beso en los labios.

Estábamos aún en silencio, ninguno de los dos había dicho nada, mi respiración seguía más rápida de lo normal, y sólo sentí como Ryuzaki se recostaba a mi lado y me apegaba a su pecho.

-Buenas noches, descansa. – No pude responderle nada, era quizás el mejor polvo que había tenido en mi vida, y fue con un hombre, creo que mis preferencias sexuales cambiarían desde ese momento.

 

++++

 

Sentía calor, demasiado, incluso sentía mi espalda pegajosa por el sudor, y mis cabellos pegados a mi frente me hacían corroborar de que sí, hacía demasiado calor. Me removí un poco y lo primero que sentí fue un agudo dolor en mi espalda baja, no pude evitar quejarme un poco por el dolor. Lo segundo que sentí fue un fuerte peso en mi cuerpo, acomodé mi vista a la luz del sol y pude ver que tenía el rostro de Ryuzaki a solo escasos centímetros del mío, estaba durmiendo… Y durmiendo se veía extraño, de hecho era la primera vez que lo veía haciéndolo.

Sonreí, no quería despertarlo, pero tampoco podía seguir ahí, tenía demasiado calor.

Me fui girando de a poco, hasta que logré que quitara sus brazos de mi cintura y pude darle la espalda y no pude hacer nada más, el dolor era mucho más de lo que pensé.

-Maldito Ryuzaki… - Susurré quejándome, mientras apretaba la almohada con impotencia, necesitaba una ducha y no era capaz si quiera de bajar los pies de la cama.

-Mmm… ¿Qué fue lo que hice ahora? – Pegué un respingo al escucharlo

-¿Desde cuándo estás despierto? 

-Desde las cuatro de la mañana, Light-kun… Dime… ¿Por qué estabas insultándome?

-Nada Ryuzaki

-¿Estás seguro? – Apoyó  a propósito su cuerpo sobre mis caderas, ganándose un buen puñetazo de mi parte en su rostro como muestra de quejo. – Te duele… Supongo que sí fuimos un poco duros anoche…

-Como sea… - No sé de donde saqué las fuerzas, pero me puse de pie de un solo movimiento tragándome todo el dolor que sentí. – Me quiero dar una ducha. – Pero Ryuzaki ni siquiera me tomó en cuenta, estaba mirando fijamente un punto en las sábanas. - ¿Qué ocurre?

-Hay sangre… - Me sonrojé al momento precisos que lo oí decir eso, le quité la vista y comencé a caminar hacia el baño con rapidez. - ¡Light-kun eras virgen!

-¡P-Por supuesto que en ese sentido si lo era! No es que tenga sexo con hombres todos los días…

-¿Fui el primero?

-¿Eso importa? Después de todo fue sólo sexo. – No sé por qué saqué a colación el tema que tanto me enojó por la noche. Ryuzaki se paró corriendo y me aprisionó por la cintura entre sus brazos, besándome sin siquiera darme una previa.

-Claro que importa Light-kun… Porque ¿Sabes? – Me separé de sus brazos y caminé hacia el baño, de verdad necesitaba esa ducha

-¿Qué ocurre? – Le pregunté mientras abría el agua de la ducha y me metía bajo ella. Ryuzaki estaba de pie a un lado, observándome con detenimiento

-Ocurre que creo que te amo Light-kun, es extraño… Porque sé que eres Kira y que cuando lo compruebe tendré que encerrarte

-¿Podrías callarte? – Le dije enojado, sin mirarlo pero con mi corazón desenfrenado por oírlo decir que quizás me amaba… - Esto es una lástima…

-¿Qué cosa Light-kun?

-Primero, que a pesar de todo lo que pasó anoche, aún sigas creyendo que soy ese Kira cuando te he dicho más de un millón de veces que no es así

-Oh, bueno sobre eso…

-Espera, déjame terminar

-Lo siento

-Lo otro que es una lástima, es que tu CREAS que me amas, cuando yo estoy seguro de que estoy enamorado de ti y que lo que siento no es otra cosa más que amor. – Lo había dicho, se lo dije de un solo golpe y ahora trataba de parecer normal poniendo shampoo en mi cabello, sintiendo que aún tenía su negra mirada clavada en mi espalda. – Pero no tienes que preocuparte, puesto que piensas con tanto ímpetu que yo soy Kira, no creo que jamás puedas aceptar que me amas a secas, y no con el “creo” entre frase

Lo que ocurrió después me sorprendió.

Mis manos fueron quitadas de mi cabello y fueron puestas en el cuello ajeno, enseguida, sentí que me besaban de la manera más especial que lo habían hecho en mi vida, los dos bajo el agua nos estábamos entregando otra vez al otro, con mis ojos cerrados sentí como se separó de mis labios y besó, como la pasada noche, la punta de mi nariz.

-Tenía miedo de admitirlo… Sé que eres Kira Light-kun, eso es solo cuestión de tiempo para que salga a la luz, es por eso que no quería admitir que te amo, porque cuando el momento llegue, tendré que dejar mis sentimientos a un lado y mandarte a prisión, y no sé si sería capaz de soportar verte tras las rejas, te espera una larga vida en prisión… Y te amo, te amo tan locamente que incluso estoy poniendo en juego mi rol como L con esto

-No lo estás haciendo Ryuzaki. – Dije desesperado. – Mírame a los ojos.- Lo hizo con una gran pena contenida en ellos. – Te amo ¿Me oyes? No sé cómo ni cuándo ocurrió pero sólo sé que así me siento, y debes confiar en mí… No soy Kira, por favor deja de decirlo

-Mejor cállate y disfrutemos el momento

Volvió a besarme como lo había hecho. La vida daba muchas vueltas, algunas para bien y otras para mal, unas que te hacían pensar en si hacías lo correcto, otras que te afirmaban que lo que hacías era lo correcto. Estaba tu diablo que te decía “hazlo” y el ángel que te decía “con precaución”.

Y también estaba yo. Porque soy Kira, y me he enamorado como un estúpido de mi peor enemigo, L.

 

 

Notas finales:

tomatazos? Acepto críticas constructivas ^^


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