Capitulo 1
-Te esperare hasta que la muerte me borre de este mundo.
Estas palabras fueron constantemente repetidas en la mente de Inuyasha. Habia pasado hace mucho tiempo desde que habian sido pronunciadas. Muchos acontecimientos habian sido los que transcurrian a traves de ese tiempo. Habian derrotado a Naraku, desaparecido finalmente la Shikon No Tama y Kagome habia vuelto de forma improvista a su epoca sin que el pudiese hacer nada al respecto.
Desde entonces, no habia sabido a que dedicarle su tiempo libre. Ya no habia absolutamente nada novedoso que vivir. Se dedicaba junto con Miroku a exterminar mounstruos de diversas aldeas pero sus viejas aventuras eran ya un cosa primitiva del pasado. Su joven amigo monje estaba casado y tenia sus tan ansiados hijos. El, por su parte habia perdido, quiza para siempre a Kagome. Le parecia un poco injusta la resolucion que el destino habia adaptado para el. Habia dado todo por ella, incluso su apasionado romance con su propio hermano.
No sabia que pensaba Sesshomaru con respecto a el ahora. Cuando habian acordado terminar su relacion fue muy doloroso. La necesidad le incapacitaba el sueño casi todas las noches y su mal humor, que intentaba ocultar inutilmente a la vista de todos, habia dañado seriamente su relacion con el resto del grupo. Sin embargo, a la hora de pelear con su mas odiado enemigo todos se unieron a la lucha por destruir al despreciado Naraku. Parecia que en aquel no existia nada mas importante que eso. Eliminar al ser que habia perjudicado a cada uno de ellos a su manera. Aquel que los perseguia y amenazaba con su detestable presencia constantemente. Y al mismo tiempo, el odio hacia el era el punto de union entre ellos. Algunos de los vinculos creados a partir de este hecho en comun perdurarian, y otros se perdieron.
Antes de derrotar a Naraku y una vez terminado todo entre ellos, la relacion de Inuyasha y Sesshomaru se volvio absolutamente indeferente el uno con el otro aunque tenian el conocimiento inconciente de que serian poderosos alidos en la lucha.
La indeferencia de su hermano mayor, le dolia en el alma al hanyou aunque jamas se atrevio a demostrar frente a nadie que se sentia arrepentido de escoger a Kagome. La adolescente jamas se habia dado por enterado del porque de los diversos incidentes que ocurrieron en el monte. Los relego al olvido juzgandolo como acontecimientos anormales pero temporales. Ella habia vuelto y todo parecio ser normal. Pero en los miembros restantes del grupo, el recuerdo de la clandestina relacion de su amigo habia sido un trago dificil de superar. Pero tal como prometieron no lo abandonaron y con su apoyo a su parecer Inuyasha por fin habia olvidado.
No obstante, estaban equivocados. Mientras viviera el jamas podria olvidarlo. Incluso habia intentado reanudar su relacion en incontables ocasiones pero este actuaba como si entre ellos jamas hubiese existido algo mas que una relacion inestable de amor y odio. Parecia obedecer de manera absoluta a su orgullo quien jamas le perdono que prefiriera a una miko en vez de al principe de los demonios. Por eso, Inuyasha se habia resignado a que lo que ellos habian tenido seria casi imposible volver a renovarlo. Lo lamentaba en lo mas profundo de su corazon pero si su hermano mayor no habia logrado comprender el porque de su eleccion, el tampoco podia hacer demasiado ya que el mismo no se comprendia demasiado bien.
El peor de sus tormentos habria sido verse forzado a cruzarselo cada vez que Sesshomaru llegase para visitar a su pequeña protegida, Rin. A pesar de que habia aceptado a regañadientes que se quedara con Kaede seguia pendiente de ella y la visitaba con irritante regularidad. Inuyasha tenia la leve sospecha de que lo hacia tambien para verlo a el, pero no porque sintiera algun tipo de afecto minimo hacia su persona, sino porque sabia que debia ser algo torturador verlo y no poder tocarlo. Como algo sumamente inalcanzable.
Aunque en cierto modo, se lo buscaba. Pasaba una gran parte de su aburrido tiempo con la chiquilla, por lo tanto, cuando el Daiyoukai llegaba para visitarla todos le indicaban que estaria con el aquella tarde. Inuyasha no hacia nada especial con Rin. Ella parecia disfrutar de su callada compañía, seguramente le recordaba a cuando viajaba con su amo. El hanyou recorria el bosque acompañada por ella quien recogia flores y mencionaba unos cuantos comentarios alegres con respecto a la naturaleza que les rodeaba.
Cuando el youkai le encontraba junto a el, Inuyasha intentaba en lo posible no mirarle a los ojos. No sentia grandes deseos de soportar una fria mirada de desdeño incluso con una desgraciada chispa de burla con la que le habia mirado la mayor parte de su vida. Sabia tambien que si decidia levantar su mirada en ella se reflejaria el brutal reproche del porque de su mentira. Dijo que le esperaria y sin embargo, no lo habia hecho. Habia decidido que su rumbo tomaria un rumbo totalmente ajeno a el, pues entonces que lo hiciera. Sesshomaru fingia ignorarlo y se llevaba a su pequeña protegida, no sin antes vigilar antentamente en busca de que sus miradas inutilmente se cruzaran.
Esa tarde habia pasado el tiempo con Rin, algo antes mencionado como bastante regular. La niña tenia una gran semejanza con Kagome; no solo fisicamente sino poseian tambien el mismo obstinado carácter, aunque podia presumir de poseer mucha mas dulzura en su corazon. Se estaba comenzando a preguntar si ella no seria algun antepasado de la adolescente aunque si era franco jamas lo sabria con verdadera sorpresa.
Estaba acostado en una colina que era proxima al pueblo, la misma en la que unos meses antes Kagome se habia sentado a esperarlo despues de que este tuviera su primera noche de sexo salvaje con su hermano. Rin le hablaba con calidez acerca de lo hermoso del atardecer desde ese lugar. Estaba de acuerdo. El cielo estaba teñido de un rojo precioso y desde alli se veia francamente magnifico.
-Rin – el detecto de manera automatica a quien pertenecia esa voz.
-Amo Sesshomaru – proclamo entusiasmada la niña, quien se levanto y corrio hacia el, realmente contenta.
-Buenas tardes – gruño el hanyou.
No recibio respuesta a esto pero tampoco sintio que su hermano se hubiera alejado de el. Curioso, se apoyo sobre uno de sus codos y giro la cabeza. Rin estaba abrazada a su rodilla mientras observaba de manera calladamente curiosa lo que estaba ocurriendo. Sus ojos se clavaron automaticamente en los de Sesshomaru y por algunos minutos se miraron. Se habia equivocado cuando creyo que encontraria frialdad. En realidad la mirada del principe de los demonios reflejaba una inexplicable tristeza, ademas de frialdad y despecho. Inuyasha volvio a bajar la mirada, no deseaba seguir viendo nada mas y se arrepintio de haberse levantado.
-Rin, ve hasta la cabaña de la anciana Kaede, yo en unos minutos probablemente te alcanzare.
La pequeña abrio mucho los ojos al oir eso, como si le desconcertara que su amo quisiera estar a solas con su medio hermano. Ella en su momento habria dudado del parentezco al observar una escena de feroz odio y celos entre ellos, aunque hubiera sido hasta hace bastante tiempo. Parecia sentir reticencia a dejarlos ya que temia que atacara al joven hanyou al cual ella le habia ganado bastante afecto al pasar tanto tiempo en su compañía. Dudo de irse pero al sentir la tension aumentada debido a su presencia opto por retirarse; no sin antes voltearse varias veces hasta desaparecer colina abajo.
Inuyasha estaba tan o mas desconcertado que su pequeña compañera y por un momento, volvio a clavar la mirada en el suelo. No sentia grandes deseos de estar con Sesshomaru a solas ni por un momento. En realidad, no sabia como reaccionar ni tendria la mas minima idea de que haria con el, no queria averiguarlo tampoco.
Creyo que se iria si fingia que su presencia no estaba alli pero le fue francamente inutil esa actitud cuando el joven demonio se agacho hasta donde el se encontraba y le susurro cosas dulces en el oido. No lo esperaba por nada del mundo. Se ruborizo levemente y se permitio levantar la mirada unicamente para ver su espalda alejandose colina abajo mientras pronunciaba estas unicas palabras de despedida.
-Esta noche quisiera verte aquí. Te esperare.