Capitulo 1
"En las sombras"
- ¡Vamos, apresúrate! - le dice el hombre de oscuro cabello al chico que lleva cargando un adorno floral, mientras éste le sigue guiándose por el sonido de sus pasos hasta su auto ubicado a pocos metros de la florería propiedad de éste joven de ambarina mirada.
Lo apremia con esa suave voz fingidamente amable, tras lo cual abre la portezuela de su auto y le indica con la premura en las palabras para que lo acomode en el asiento trasero de éste, lo cual hace el chico con sumo cuidado.
- ¡Listo, Naraku Sama! - exclama ese chico ansioso ya por regresar a continuar con lo que estaba en la florería de su propiedad.
Es éste un negocio modesto pero de buen gusto, no en balde es muy solicitado por gente de buen nivel. Atardecía y el chico se encontraba sólo entretenido en su trabajo cuando éste hombre llegó; Byakuya y Miroku aún no han regresado, salieron a entregar algunos pedidos.
Por esa razón, él tuvo que llevar el arreglo floral al auto, sin la más mínima consideración por parte del hombre, consideración que él tampoco pedía ni necesitaba.
- ¡Aquí tienes!- le dice Naraku al chico tomándole una mano entre las suyas, entregándole una buena cantidad como propina.
Pero el muchacho puede sentir como retiene su mano más de lo necesario, acariciándola suavemente con los dedos. El joven la retira rápidamente ruborizándose, ese hombre le desagrada, no lo tolera cerca, pero es un buen cliente que los visita con cierta frecuencia por lo que se contiene para no contestarle como merece por ofenderlo de dos formas distintas:
Primero por atreverse a tocarlo de esa forma y en segunda por pretender darle ese dinero extra por su trabajo ya que en Japón se considera una ofensa el que le den propina a alguien por su trabajo o servicio otorgado.
-¡No es necesario Naraku Sama! -
- ¡Permíteme insistir! - le responde el hombre de oscura mirada, es joven pero mayor por varios años que el chico, mientras posa de forma insistente su mirada en el menor.
Lo que sigue desagrada de tal forma al propietario de la florería, que éste se voltea violentamente alejándose bruscamente de él, pues ha sentido el roce de su mano en la mejilla.
- ¡Tengo que irme! -contesta nervioso y molesto.
Naraku solo sonríe, mientras piensa:
" ¡Ya caerás, por las buenas o por las malas, pero caerás ! " -tras lo cual sube a su auto alejándose del lugar.
Apresurado como estaba por volver a su negocio y poner distancia entre ese hombre y él, se movió tan rápidamente y sin cuidado, que no pudo evitar lo que ocurrió y ya era demasiado tarde para hacerlo cuando quiso.
- ¡Fíjate idiota! ¿Qué no ves por dónde vas? -le dice una molesta y grave voz, pues acaba de chocar con alguien y al parecer le ha tirado algo importante - ¡Pero qué torpeza la tuya! Espero que no hayas arruinado mi PC en la que llevo información importante o estarás en problemas- Dice alguien que no conoce, al tiempo que éste observa el reguero de papeles que han caído también de su portafolio de fina piel.
-¡Yo...lo lamento tanto! - responde el chico apenado.
El joven con el que ha chocado, va muy pulcramente vestido con un fino traje color azul media noche, con su larguísimo cabello plateado atado en la parte baja en una coleta, un empresario sin duda...¡ Y no cualquiera! .
Sin embargo éste pasa rápidamente del enojo al asombro cuando ve al chico encogerse y buscar torpemente a tientas lo que ha hecho caer, tratando de encontrarlo para devolvérselo al joven empresario, el cual al verlo comprende y se acuclilla mirando al otro a la cara, observa sus hermosos ojos color ámbar ligeramente velados y con la vista fija.
- Espera… yo te ayudo- le dice en voz baja.
- ¡No importa, yo puedo hacerlo! Le pido me perdone, yo... no tuve cuidado -
"Está ciego"- piensa el joven del traje oscuro casi avergonzado.
- ¡Déjalo ya! -insiste- no comprende pero ese chico despierta algo muy sutilmente en su interior, algo que le inquieta sobremanera y que no alcanza a definir aún.
Finalmente cuando recogen todo, le ayuda a ponerse de pie.
- Lo lamento...yo no lo sabía… - le dice después de pasar del enojo a la comprensión.
El mayor lo mira detenidamente, su blanca tez, su cabello largo y casi del mismo color que el suyo y sus ojos... ¡Tan hermosos, pero sumidos en la oscuridad!
"Un rostro hermoso" - piensa el mayor casi sin querer.
- Le pido que me diga si tengo que pagarle algo, ya veré como le hago - dice avergonzado el chico.
- No ha sucedido nada, realmente no se dañó nada créeme... emmh...perdón ¿Cuál es tu nombre? -
- I...Inuyasha -
- Bien Inuyasha, es un placer conocerte, lamento las circunstancias, mi nombre es No Taisho, No Taisho Sesshoumaru, dime ¿A dónde ibas? -
- A mi negocio, la florería que está aquí cerca -
- Te acompaño -
- No es necesario de verdad, yo conozco el camino -
- Permíteme hacerlo, aprovecharé para llevar un arreglo floral para mi oficina -
Comprendiendo Inuyasha que no puede negarse, no ante esa tranquila pero autoritaria voz, se toma del brazo de él para ser guiado a la florería, no comprende por qué el contacto con ese alto joven le causa una especie de gratos escalofríos por todo su cuerpo, sin saber además que causa casi el mismo efecto en éste desconocido personaje que lo guía.
- ¿Este negocio es tuyo? - pregunta el mayor al tiempo que observa la florería desde afuera.
- Es...bueno era de mi madre- dice Inuyasha son un dejo de tristeza en la voz, pero reponiéndose rápidamente añade al momento de entrar:
- ¿Pero, dígame que tipo de flores le gustan? -
- Yo... - " ¡Demonios, yo qué sé de eso!" piensa Sesshoumaru, jamás se ha fijado en tales cosas - "esos son asuntos de mi madre" -
Al notar la duda en él Inuyasha le dice atento y en tono jovial:
- Permítame escoger por usted, espero acertar - exclama poniéndose a trabajar enseguida.
Sesshoumaru se queda asombrado por la ligereza y habilidad con que se mueve el chico por el lugar, sin duda lo conoce al derecho y al revés; al poco rato ya le ha armado un hermoso arreglo de flores azules, violetas y blancas.
- Colores fríos si no me equivoco, un aroma suave y fresco con un ligero toque dulce... ¿Acerté? - pregunta sonriendo Inuyasha.
- Errr... la verdad se ve muy bien- contesta Sesshoumaru disimulando su sorpresa - "¡Realmente me gusta!" Piensa para sí ese importante hombre - Perdona pero... ¿Cómo lo haces, es asombroso? -
- ¡Oh no es nada! Mis ayudantes me facilitan las cosas acomodando todo para mí, además mis sentidos son más agudos, ya sabe, el perfume de las flores, el tacto, las texturas, en fin simple habilidad a causa de la práctica -
"Asombroso"- Este chico ha logrado impresionarle de diversas formas.
-Bien ya tengo que irme, dime ¿Cuánto te debo? -
- No es nada, tómelo como una disculpa por el golpe -
- ¡No, de ninguna manera! El descuido fue mío - le dice mientras le toma la mano suavemente, le coloca un billete y se la cierra con la otra - Espero sea suficiente -
- Pero... -
- Sesshoumaru No Taisho no acepta peros ni negativas ¡Recuérdalo siempre! -
Inuyasha puede percibir aún sin ver, la intensa y fuerte mirada del mayor sobre él haciendo que se ruborice, tras lo cual vuelve el rostro por segunda vez en el día hacía el otro lado, pero no de forma brusca a pesar de que tampoco éste hombre le suelta la mano.
"¡¡Otra vez!!"- piensa Inuyasha sorprendido, pero en esta ocasión no siente repugnancia como con Naraku, pero sí cierta inquietud que aumenta cuando siente como lo toma por la barbilla con sus finos y delicados dedos, haciéndole girar el rostro hacía él.
- ¡Hasta luego Inuyasha! ¡Gracias por las flores, ha sido un verdadero placer el conocerte! -
- P...por nada - dice titubeante Inuyasha.
El empresario sale con una leve sonrisa mientras murmura para sí:
- Creo que las flores de éste lugar podrían llegar a ser muy interesantes para mí, me parece que volveré -
En la florería queda un Inuyasha muy nervioso que trata de concentrarse en sus labores cotidianas, llevándose inconscientemente la mano al rostro donde le ha tocado, mientras aspira la dulce y fresca fragancia impregnada en sus manos dejada por el contacto con el joven No Taisho, mientras rememora los dos encuentros de hace unos momentos, suspira profundamente.
"Tan parecido, pero tan diferente"
- ¡Pero qué me pasa! ¡Soy un tonto! Se nota que él es alguien con mucha clase y muy importante y yo sólo soy... soy…-
- ¡Eres un tonto!- Dice un chico de ojos azules y cabello castaño a otro de blanca piel, cabello largo negro y de frágil y espigada figura.
- ¡Ya basta Miroku, cualquiera comete errores! -
- Sí, pero mira que anotar una dirección por otra... ¡En polos opuestos! -
- ¡Ya te dije que lo siento! - le responde ya enojado el delgado chico de modales delicados.
- ¡Vaya que tardaron chicos! - dice Inuyasha al escucharlos entrar.
- Todo agradécelo al confundido de Byakuya -
- ¡¡Bah!!-dice éste molesto
- ¿Alguna novedad? - pregunta Miroku a Inuyasha.
- No... nada - " Aunque ahora nada abarca demasiado" piensa Inuyasha distraído.
Miroku lo mira pensativo, lo nota raro, se pregunta qué ha ocurrido durante su ausencia, tal vez cabría pensar que se preocupa mucho por él.
- ¿Seguro? -
- Sí ¿Por qué lo preguntas? - dice ya impaciente Inuyasha.
- No, por nada - "Algo le ocurre, pero si insisto se pondrá de terco como siempre… Ya me lo dirá, si quiere " - piensa Miroku tratando de no darle importancia al asunto.
Miroku es amigo suyo desde la infancia, jugaban juntos cuando niños, crecieron juntos frecuentándose bastante, desde mucho antes del...accidente, tras lo cual éste se siente con la responsabilidad de cuidarlo.
"Tal vez estoy exagerando" - piensa Miroku y decide no preguntar nada más.
----------------------------- Hoshi -----------------------------
Una vez que da la hora los tres amigos cierran el negocio.
-Paso por ti como siempre para que nos vayamos juntos a la escuela- le dice Miroku a Inuyasha al despedirse, pues los tres chicos asisten al mismo colegio y acostumbran irse en el mismo autobús por las mañanas.
- De acuerdo - contesta Inuyasha cerrando la puerta y oyendo como se alejan charlando.
Una vez solo, Inuyasha sube a la parte alta del negocio donde se encuentra su pequeño departamento, se da un baño, cena algo y se sienta frente a su computadora con teclado especial para hacer sus labores escolares pues está terminando la preparatoria.
Pero al poco rato se encuentra sumido en sus pensamientos...una vez más...como ha sido durante los últimos 3 años.
Continuará. . .