No debía soñar…
No debía confiar…
No debía…
Es cierto, llegue a pensar que no debía de amar, hay veces que pienso, que si no hubiera volteado y recogido de entre la basura, ahora estaría trabajando como asalariado, tal vez tendría una esposa a la que le tendría cariño, un perro al que adoraría y mi familia a mi lado…
Pero le acogí en mi departamento, me deje llevar por sus palabras que parecían un hechizo que me quería arrancar la paz falsa que me cree.
Amo el futbol con cada una de mis células, hace que respire, que sonría y tal vez por ello no me arrepienta ahora de mi decisión…
Él… Nanjou Kouji… invadió mi mundo, lo destrozo, lo piso, y me hizo vulnerable. Forzaba cada palabra en mi cuerpo, cada acción a mis problemas, y cada caricia a mis heridas.
Vi brotar la sangre una vez más, aquella sangre que ahora comprendo nunca cambiara de color, que después de derramada dejara de estar cálida y que con una sola probada me hará saber el sabor del infierno.
Mujeriego, egoísta, caprichoso, vanidoso … orgulloso… y sin embargo... CAUTIVANTE.
Somos como el agua y el aceite, dos hombres de mundo diferentes, dos personas que a simple vista no deberían de estar unidas. El mundo ha repetido mil veces que no congeniamos, yo creo lo mismo pero él se empeña en derribar ese mundo llamado “Moral”.
Hoy soy solo un pedazo de carne tiesa, después de pasar por tantos problemas, por fin se ha hartado de mí, me ha abandonado y al tratar de recuperar la conciencia me encuentro tirado en una cama de hospital.
Lo he herido con mi actitud, se que él no es el culpable de que mis piernas no puedan correr tras el balón como antes, no es culpable que mi miedo a perder mis sueños se agrande, porque fui yo quien le recogió y lo libro de una muerte segura después de que estuviera en la calle ahogado de alcohol, por eso creo que me abandono, para que recapacitara y ahora me hayo soñando, recordando cuando era tan solo un chaval y ahí está él.
Ya antes me había dado cuenta que ni en sueños puedo librarme de su presencia. “Si no hubiera nacido…” ¿Cuántas veces no me he preguntado ya eso? Y sin embargo el me abraza y me reconforta, me dice que su brazo es el testimonio de su cobardía, atando a un ser amado, volviéndose así en una “cosa irremplazable”.
Entonces empiezo a pensar...
"Si sigo viviendo con esa ~Cosa Irremplazable~ podría volver algún día.”
La esperanza se aferra vacilando a la "VIDA"
Si tuviera que quitar el futbol de mi vida, moriría
Si no pudiera jugar al futbol ya la vida no sería indispensable
Si no puedo jugar al futbol... debo morir
Así... ya no quiero vivir.
Se dice que vivir para sí mismo es importante... yo no podría vivir así
No... Lo hare otra vez... voy a correr otra vez
Más sin embargo en mis sueños se repite su respuesta...
"Adiós"
Una simple palabra y me despierta de mi sopor
“Kouji… ¿Qué le paso a Kouji?”
¿Lo único que podemos hacer es “Huir”?
¡No! No estamos huyendo
Esto es…
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El camino a la esperanza