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había dejado caer tantas lagrimas como gotas de lluvia, y quizás no se puede describir cómo se siente un corazón roto, o tal vez si pero no alcanzan las palabras, perdida, vacío, abandono, soledad, todo esto lo sentía el corazón del caballero de la liebre, Pairos, su nombre, y es que había sido engañado de la forma más vil y cruel, todo por una apuesta, una apuesta entre los caballeros de oro de Géminis, Escorpión y Cáncer, un trio de desgraciados que se las daban de conquistadores. Ellos no sabían que era un caballero de plata, capaz de igualar a uno de oro y su estadía en el santuario era un completo secreto ya que el poseía un don extraordinario, cualquiera hubiera pagado no uno sino el rescate de todos los reyes de Europa por poseer semejante criatura y su don. Pero habían jugado con él y este estaba en los límites del santuario dispuesto a irse aun sin el consentimiento de su diosa, su plan era sencillo llegar a cabos unión y tomar el pequeño velero provisto de toda clase de provisiones para el largo viaje, ¿que por que tenía un transporte preparado? fácil, para imprevistos como ese ya que siendo su naturaleza huidiza, debía estar alerta para escapar. La pequeña embarcación ya estaba varios kilómetros mar adentro y Pairos se dispuso a recostarse en la pequeña cubierta preguntándose el porqué de sucederse las cosas de esa manera--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------flash back----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Era una tarde gris amenazaba con llover en cualquier momento cuando una figura no muy alta llego a las puertas de la casa de Aries, el guardián de la casa salió a su encuentro al sentir su presencia. --buenas tardes-- saludo el ariano con toda propiedad --buenas tardes tenga usted caballero de oro, guardián de la primera casa,-- contesto el desconocido --¿a qué debo tu presencia frente a mi templo? --Tengo audiencia en el templo del patriarca, voy a entrevistarme con la sagrada Atenea --siendo así permíteme escoltarte atreves de las doce casas, te ahorraras tiempo explicando tu presencia y llegaras más pronto con el patriarca, yo me llamo Mu, y tu ---me llamo Pairos -- mucho gusto en conocerte-- y le dedico una cálida sonrisa -- pairos no acostumbrado a semejantes muestras solo atino a sonrojarse, habían cruzado ya por la casa de tauro y de géminis, sus guardianes estaban fuera del santuario y Kanon había ido al santuario marino, al llegar a cáncer su morador salió a su encuentro. --¿pero mira que trajo el corderito? --pregunto de manera socarrona el canceriano, por el acompañante de Mu -- no moleste DM tiene audiencia en el templo del patriarca -- así que esta pequeña cosita tiene audiencia eh? --mirando descaradamente de pies a cabeza a Pairos --me gusta lo que veo, cuídalo…… o podría quitártelo en un abrir y cerrar de ojos, ha… y no dejes que el bicho lo vea o Camus podría dejarlo como paleta. --diciendo esto último se hizo aun lado para dejarlos pasar -- sonriéndole descaradamente al visitante, el resto de los caballeros que estaban en el santuario fueron amables y los dejaron pasar sin contratiempos al llegar al templo del patriarca el ariano se despidió discretamente del visitante --te veré después de que termine tu audiencia si Atena no dispone otra cosa serás mi huésped -- y Pairos volvió a sonrojarse y asentir con la cabeza, adentro el patriarca esperaba en el salón principal junto a la diosa, cuando estuvo delante de tan importantes personas se arrodillo frente a la diosa y saludo muy respetuosamente -- mi maestro Helios de altar, envía sus más sinceros saludos y una carta dirigida a la sagrada Atena que entregare en propia mano --vaya, vaya, espero que Helios goce de buena salud, dime niño conserva su buen humor?--pregunto el patriarca —si mi señor, también mando decir que aun recuerda los coscorrones que le daba en la cabeza cuando era aprendiz --esto lo dijo rojo como un tomate el pobre Pairos, mientras esto pasaba la diosa terminaba de leer la carta que había mandado el maestro de Pairos --Pairos, podrías esperar afuera un momento --dijo la diosa en un tono sereno pero firmeAmor Yaoi
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