Peace Like a River ~♥
-Friendship I-
Como todas las mañana llegue al Instituto con mi ánimo en alto, algo tarde, pero qué más daba, la perfección no se logra en segundos.
—Buenos días, querido grupo NO mío— Abrí la puerta haciendo mi gran entrada del día, solo tenía cinco minutos antes de que el profesor llegará así que tenía que ser muy general, no quería que ninguno pensará que no era digno de mi saludo.
Al recorrer mi mirada y dedicarle una sonrisa al populacho, no pude evitar entrecerrar mis ojos ante la indignación de la cual eran presentes.
—¡Jonghyun! — deje caer mis manos extendidas en su pupitre, causando un estruendo que debió haber sido suficiente para despertarlo, pero no. –¡JONGHYUN!- Cruce mis brazos, esperando a que reaccionara; al parecer mi grito no logro hacerlo reaccionar, ni poquito. Me acerque tranquilamente agachándome hasta quedar a la altura de la paleta de su pupitre donde el descaradamente dormía. Respire profundo –¡KIM JONGHYUN!— le grite en la oreja, todos en el salón se estremecieron por el grito, todos… todos menos el tonto holgazán —Jonghyun, que no me escuchas— lo jale del brazo intentando hacerlo reaccionar —Puppy, despierta— ese tono de voz suplicante salió de mi boca. —Puppy— resople, me acerque para utilizar mi última táctica… —Puppy~— me pare tras su banco, pase mis manos por sus costillas para luego comenzar a hacer cosquillas. Su cuerpo tembló y empezó a moverse dejándome escuchar sus risillas. —Yah! Kim Jonghyun— lo solté mientras él se seguía contorsionando de la risa
—Buenos días— se acomodaba en su lugar limpiando con sus dedos una lágrima que le había salido a causa de la risa
—¿Buenos días? — lo empuje hacia la orilla de su asiento para poderme sentar.
—Kibum, estas muy gordo, no cabemos los dos— lo voltee a ver con esa mirada que indica que no estoy para bromas y calló al instante, mira que decirme gordo.
—Es tu culpa, son tus brazos los que engordan— lo empuje intentando sentarme por completo en su asiento.
—Honey— paso su brazo por de tras de mi espalda, tomándome de la cintura –Eso no es gordura— con un movimiento me acerco completamente a su cuerpo —Se llaman músculos— nuestros rostros quedaron a escasos centímetros de distancia, sus marrones ojos de cachorro coqueto me derretían. Ash, odiaba que me dijera gordo.
—Buenos días— estaba por insultarlo como se debía pero el maestro entro en ese momento, el bruto de Jonghyun me empujo haciendo que cayera de sentón al suelo, lo observe molesto desde el piso, pero él solo me sonrió y aleteo su mano en señal de despedida.
Tuve que tragarme mi coraje y salir gateando del salón antes de que el profesor advirtiera de mi presencia, como lo odiaba “La próxima vez que te vuelva a ver en este grupo, te llevaré a la dirección” Era un absurdo, ¿Por qué me iban a regañar? Solo iba a alegrar un poco la vida de aquellos pobres faltos de emociones, y bueno, lo menos importante… visitar a Jonghyun, aunque ni se lo mereciera, en estos últimos días se la ha pasado en otro mundo, eso sin contar que duerme en todos lados. Es un tonto ahora hasta en su salón se duerme, ojala que se duerma mientras ese feo profesor da clases y lo regañe…
¡Esperen!
Clases… Regaño….
—Wahhh me regañara la maestra por culpa de Jonghyun!!
*******
—Es tu culpa— lo señale, apenas se sento debajo de la sombra del enorme árbol que había en el patio —Por tu culpa, me dieron un reporte— los ojos de Jonghyun seguían mi caminar de un lado a otro mientras comía. Como siempre comía en el patio, alejado del escándalo de los demás —Ash, deja de comer— me acerque impidiendo que llevara ese trozo de comida a su boca —Discúlpate— le ordene.
—Pero no es mi culpa, que tu este tan loquito— dijo ignorándome y llevando ese trozo de comida a sus labios.
—Ashh— grite para sentarme por fin a su lado, el aire me caía tan pesado por culpa del enojo, creo que incluso resoplaba más fuerte que un dragón furioso, como no existen los dragones y queman a Jonghyun por estúpido, tonto, arrogante, creído...
—Kibum!— fui interrumpido por el protagonista de la masacre que se creaba en mi mente —¿Solo comerás eso?— dijo cuando vio que solo traía una manzana para comer.
—Callate! No tengo hambre— me voltee dándole la espalda. Me abrace a mis piernas recargando mi rostro en mis rodillas.
El día era muy tranquilo, me gustaba mucho comer mi almuerzo con Jonghyun, él nunca me molestaba… bueno siempre me molestaba, pero, me gustaba comer con él. Iba un año más arriba que yo, por eso no podíamos estar siempre juntos, pero en la medida de lo posible eso se solucionaba. Ni si quiera recuerdo como era que pasaba mi tiempo antes de conocerlo.
—No eres gordo— recargo su barbilla en mi hombro, lo ignore. Si, yo sé, que no soy gordo, soy un simple escuálido sin chiste. —Traje pastel de postre, ¿Quieres?— moví mi cabeza asintiendo, de seguro debió haberse reído un poco por eso. No lo podía comprobar, si lo veía… le volvería a gritar de cosas. Paso una de sus manos por mi cintura para jalarme hasta donde estaba sentando, acomodándome en medio de sus piernas —Di “Ahmm” — me recargue dejando mi cabeza en su pecho. Me hice más hacia atrás hasta dejar nuestros cuerpos totalmente pegados. Tenía que admitir que me fascinaba sentirlo tan cerca.
Cualquiera podría pensar mal de aquella escena. Con Jonghyun siempre tenía ese tipo de acercamientos, nunca me pensé que podría ser normal llevar una relación así con alguien. Llevaba esponjosos trozos de pastel hasta mis labios jugando un poco antes de dejarlo por completo en mi boca. Lo más extraño es que nadie parecía pensar mal de nuestros comportamiento.
—Aaa— abrí grande mi boca, para comer el último trozo que quedaba.
—Ves como eres gordo, te comiste todo— le di un codazo en el estomago disfrutando el sabor del chocolate.
—Tengo que nutrirme, por nuestro hijo— me voltee guiñándole un ojo. Nunca me imagine que pudiera llevarme así con alguien. Porque era juego todo lo que decía. Jonghyun siempre me hacia decir cosas que podrían parecer vergonzosas, pero divertidas de inventar.
—No culpes a mi hijo, de tu gordura— me respondió riendo.
—Hola~— mi sonrisa se congelo al escuchar esa insoportable voz.
—Suzy, woh!— el baboso de Jonghyun abrió su boca en una perfecta O, pero que le pasa…
—¿Rubio?— zorra!
—¿Te gusta, Puppy? — movió su cabello con sus manos, para después caminar hasta nosotros.
“No le llames así”. Ash con esa resbalosa. Mejor color no se pudo haber puesto en esa fea extensión de su cuerpo, con un amarillo tan deslavado y extraño, se nota, que no se quiere perder, solo así llama la atención, la muy…
—Te ves genial— Jonghyun se paro haciéndome de lado. Infle mis mejillas y cruce mis brazos incorporándome también.
Sí. Uno de los principales motivos por los cuales nadie ve raros los acercamientos entre Jonghyun y yo, es principalmente, que NO existe nada entre nosotros; lo segundo y peor es que esa zorra trepadora se la vive de tras de él… Claro, Jonghyun como el perro que es, bien que mueve la cola cada que la ve.
—Woh, Puppy, tu también te ves muy~ bien— se acerco a él rosando con sus dedos sus brazos –Has estado haciendo ejercicio, ¿cierto?
—Lo mismo de siempre— le sonrió
—No lo creo— De verdad con esta, ¿Qué, no puede ir ni a la esquina sola? —El otro día en las duchas me di cuenta, que estas, más marcado que de costumbre— Y aquí el tercer motivo.
—Minho, igual que te encanta verme— los tres empezaron a reírse, claro…. Yo tuve que fingir que lo dicho también me causaba gracia…
Jonghyun es todo un playboy, suele ser muy llevado. Jugar de formas que nadie más lo haría, uno pensaría que el tomar de mi mano, o abrazarme como suele hacerlo, sería porque algo existe entre nosotros, pero la verdad… es que él solo juega.
Nadie creería, que entre el y yo hubiera algo más que una amistad rara, pero muy común en Jonghyun. Claro que los chismes existen, pero todos creen más que Jonghyun se tira a la zorra en los baños, que en el hecho de que él y yo seamos algo más que amigos.
—Jong, hace mucho que no salimos juntos— dijo la mujerzuela. —Anden chicos, vamos— se colgó de un brazo de Jonghyun y del otro de Minho. Ni siquiera me ofende que conmigo no se haga la mojigata.
—Ya sabes, que yo andaré por ahí— sonrío Jonghyun. Parpadee sorprendido “ya sabes”.
—Yo no creo…— Minho se había puesto algo nervioso.
—Anda Minho, nos divertiremos— hizo una cara con un puchero de lo más horrible, quedando a escasos centímetros del rostro de Minho. No pude evitar sacar mi móvil y tomar una fotografía.
—Oye!- reclamó Minho, intentando enseguida quitarme mi teléfono –Dame eso
—No— me jalo de la camisa intentando quitarme el aparato mientras yo comenzaba a teclear —Ni se te ocurra.
—Déjame, a Taeminnie le encantará ver esta foto— me estrecho entre sus brazos, reía porque sabia que en cuanto esa foto llegará a Tae, él estaría muerto, y el también lo sabía, por eso su urgencia.
—Minho, pero a que le temes— se burlo Jonghyun, quien me estiro alejándome de Minho y puso uno de sus brazos en medio de los dos.
—Eso es trampa— el alto estiraba sus manos intentando alcanzarme pero Jonghyun se lo impedía.
—Hecho— Con sorna le saque la lengua, pude haber adivinado por su expresión que quería matarme, pero corrí a esconderme tras Jonghyun.
—Me las vas a pagar, KimDivaBum— gritaba Minho.
—Puppy, protégeme— Jonghyun reía mientras con sus manos detenía las de Minho, la cara de este se congelo cuando su celular inicio a sonar.
Claro que siendo tan inteligente como lo era, no podía creer lo que había hecho…
—Bueno, como siempre solo seremos tu y yo, guapo~— aun me abrazaba a Jonghyun por la espalda y pude ver de frente esa mirada tan regalada que le daba.
Yo mismo ocasione, lo que tanto odio…
—Que lastima que no puedas ir, Kibum~— pronuncio falsamente.
—Suzy!— exclamó Jonghyun
—Pues, esta vez si iré— deje de usar a Jonghyun como escudo para encararla.
—Tu no irás a ningún lado que no sea tu casa, así que no empieces— dijo Jonghyun haciendo volar cualquier esperanza de impedir esa “cita”.
*******
—Honey, no te enojes— caminaba con mis mejillas infladas.
—No estoy enojado— inicie gritándole para después regular el tono de mi voz —Ya sé, porque no olvidas esa ida y vienes a mi casa— enrede mis brazos en el suyo.
—No, sabes que ya tengo planes— avente su brazo.
—Hey, Kibum— ahora vienes a rogar maldito, ni que fuera tu juguete.
—¿Vienes conmigo?— le pregunte mientras habría el portón de la entrada. Desde que nos hicimos amigos el siempre me acompañaba todo el día, bueno… siempre lo hacia que me acompañara, pero el nunca protestaba, ni se negaba. Nunca. Hasta ahora…
—Tu mochila— dijo entregándome mi mochila que cargaba en su espalda hasta ese momento —Ya te dije, que no me puedo quedar— Hice un puchero, ya no le rogaría, siempre terminaba intentando convencerlo, pero no, no lo haría más…
—Puppy, pero me acaban de comprar un videojuego nuevo— le hable lo más lindo que pude. Si lo sé, no rogaría, pero…
—¿El fin de semana?— sonrío.
—Sí, perfecto. Podemos pasar todo el fin de semana juntos, le diré a mi madre que te quedarás y…— empezaba a maquilar todo.
—No, Kibum… Yo decía un día del fin de semana…— baje mis brazos que se encontraban en lo alto a causa de la emoción
—Claro, de seguro tienes planes ya— le respondí lo más desinteresado que pude.
—Honey, pero no te pongas así, sabes que me encanta pasar el tiempo contigo— acaricio mi mejilla con su tibia mano, acerco mi rostro al suyo, hasta que nuestras frentes toparon. —El domingo, ¿te parece bien?
—Aunque no me parezca, ya decidiste— suspire cansado.
—Entonces, hasta mañana- mi parte favorita del día. Ahí estaba ya ese cálido contacto de nuestros labios. Mi estomago comenzaba a revolotear sin parar. Lástima que dure tan poco.
—Hasta mañana…
Jonghyun era un idiota, lo sé. Y yo lo permitía, lo sé. Yo creo que cualquiera lo permitiría, al final ninguno pierde nada… Yo soy consciente que solo es un juego de él, pero es la única forma de estar a su lado. Así que, ser su juguete no me afectaba.
—Mamá!!!— Entre gritando a la casa, al parecer mi madre estaba preparando aun la comida, que el sonido de unos trastes chocando me delataron su ubicación —Es su culpa!!
—Cálmate cariño, ¿De qué hablas?— me tomo de las manos haciéndo que tomara asiento.
—¿Paso algo?— mi padre entro, mi madre le hizo algunos ademanes, ¿creían que era tonto?
—Por su culpa, Jonghyun nunca descubrirá que me ama— les grite. Si Jonghyun se iba con la zorra y nunca me hacía caso sería su culpa.
—Cariño— mi madre suspiró —Pero no tienes porque llorar.