Sábado Agosto 19, 2012
Miro el icono de mensaje nuevo de su móvil, respirando pesadamente, deslizo los dedos sobre la pantalla táctil y se dispuso a leer el contenido, sintió un coctel de emociones alojarse en su estomago, decidió no hacerlo, ladeo la cabeza y lo borro sin ni siquiera leerlo, no era bueno, se imaginaba perfectamente que decía, dejo escapar dos lagrimas silenciosas, típicas de su condición de Femmu, que odio con cada gen Uchiha presente en su cuerpo. Odiaba que la compararan con su madre, cada rasgo que tenían en común o cada gesto ocasional solo lograba que el resentimiento que tenia hacia ella aumentara. Con el dorso de su blanca mano limpio los restos de las lagrimas que se habían quedado estancados en sus mejillas, giro, mirándose al espejo –Tranquilízate, no vamos a dejar que esto nos ponga mal ¿vale?– <<¿Enserio?>> su cuerpo se tenso al instante, aquellas palabras resonaron en su cráneo, sentía la cabeza arder, la sensación de vértigo indescriptible, ganas de llorar, simple y sencillamente así. <<pequeña niña estúpida>> se estaba burlando de ella, por inercia llevo las manos a sus oídos –Déjame en paz– susurro, su cuerpo había comenzado a temblar, jadeo, e intento concentrarse, sus recuerdos aparecieron como flechas lanzadas a un a un blanco fijo, sus amigos, sus hermanos… su madre, todo tan irreal que apenas podía soportarlo, <<quieres vengarte ¿verdad?>> movió la cabeza de un lado a otro, cerro los ojos frustrada.
Le estaba ganando.
Una corriente eléctrica recorrió cada una de sus vertebras.
Abrió los ojos y por inercia retrocedió, el reflejo de sus ojos en el espejo la abrumo, eso no podía ser ella simple y sencillamente no podía, pero la carcajada que resonó en el aire la confirmaba, era y no era ella.
Sábado Agosto 19
El impacto llego y recorrió su blanca espalda, santo ardor el la zona y jadeo por el dolor producido, le dolía, pero ni iba a llorar, no le iba a dar ese gusto. De nuevo aquel sonido rasgo el aire de la pequeña habitación en la que se encontraban, de nuevo el ardor recorrió su espalda, una , dos , tres, cuatro, cinco, seis, ocho, nueve, diez veces el aumento de velocidad la hizo perder la cuenta, sentía la sangre brotar de cada una de las heridas que su padre le había echo con aquel cinturón de cuero, intento sonreír, el mismo que le había regalado el día de su cumpleaños.
–Esto nos duele mas a nosotros que a ti- <<pues tu hemorragia debe de ser interna>>, creyó haberlo dicho, pero de su boca no salía otra cosa que no fueran jadeos, giro la vista para encontrarse con la de su madre, débil y sumisa al lado de la puerta, con la mirada clavada en su espalda, busco sus ojos, las perlas que ambas compartían, ambas luchaban por retener el llanto, << ¿Por qué no lo detienes?>> suplico con la mirada <<lo amo demasiado>> la respuesta pudo verla en sus ojos <<¿y a mi no que soy tu hija?>> no respondió, su madre agacho la cabeza, el se detuvo, giro sobre sus talones y se dirigió a la puerta, seguido por su madre, su sombra fiel desde que tenia uso de razón.
No era la primera vez que la golpeaban de esta forma.
Pero sin duda era la que mas le había dolido.
Se dejo caer, sobre el charco de sangre, su propia sangre.
Sangre que compartía con aquellas dos personas que tanto daño le había echo.
Sus padres.
Naruto Uzumaki y Hinata Hyuuga.
Domingo Agosto 20
El impacto llego silencioso, me tomo de la camisa y me estrello contra la pared, jadié, me tomo de mis rojizos* cabellos, obligándome a incarme en el suelo, una vez ahí comenzó a golpearme, podía ver la ira en sus ojos.
Ira y lágrimas.
Lo que sea que hubiera echo eso mientras era yo había funcionado.
Me había vengado.
Sonreí.
–¡Ya basta Karin!– el nuevo esposo mi madre la alejo, aun en bóxers, ahora que lo notaba, fácilmente eran las cinco de la mañana, lo mire y el me miro, me sonrió y continuo recorriéndome con la mirada, me sentí incomoda, sentí asco.
Por mí.
Por el.
Por mi madre.
Ella quería gritarme, pero no podía, el agarre de Suiguetsu era demasiado fuerte.
Como si quisiera matarla.
–¡Detente!– grite, el por inercia la soltó, ella tosió un poco, volvía a respirar, el volvió a mirarme, pero ahora diferente, con la confusión grabada en sus facciones, ella se acerco a mi y volvió a golpearme ahora en la mejilla, y rasguñándome la otra, tres marcas de las que emanaba sangre.
Llore.
– ¡Vete y olvídate de que tienes madre!– grito, me levante y no me gire a ver a ninguno de los dos, Suiguetsu le decía algo, pero no puede entender que, note dos maletas en la entrada, la tomo, tenia dignidad pero no era estúpida.
Abrí la puerta y salí.
Los perros se acercaron, los acaricie por última vez.
Atravesé el umbral que dividía mi casa con la calle, comencé a caminar, decidida, no miraría hacia atrás ni una sola vez, si era su decisión lo haría, sentí el frio colarse por mis piernas, erizándome la piel a su paso, reí al ver como iba vestida, sandalias rosa, short azul marino y una camisa verde acqua .
Llegue a la parada de autobús y mire el reloj de la iglesia, las cinco y cierto, el próximo colectivo pasaría dentro de una ora, bufe, además ¿a donde iría?, busque mi móvil entere mis ropas, por suerte lo traía.
Marque.
El primer tono sonó, uno, dos, pensaba en colgar, deje que continuara timbrando, una respiración al otro lado de la línea
–¡por fin contestas mujer! Se que es demasiado tem…
– ¡Creí haber sido lo suficiente claro la ultima vez!– Temblé, era la primera vez que oía esa voz, pero sabia perfectamente a quien pertenecía–
–Naruto-san– logre articular
–Creo que tendré que volver a repetírtelo– se oía bastante molesto–aléjate de mi hija, ya tiene bastantes problemas por tu culpa– por mi culpa… –ya es momento en que dejes de molestarla, no quiero que la vuelvas acercar, hablarle o si quiera escribirle–
–¡Pero!–
– ¡Pero nada, Mayu hace lo que yo diga! ¡Soy su padre y se lo que es mejor para ella! ¡por tu culpa esta como esta! ¡por tu culpa Hinata enfermo!– estaba mas que molesta, quería gritarle y reprocharle tantas cosas ¿donde estaba el día que Mayu nació?* ¡Ya recuerdo, en una cantina, pagando placer! ¡Si alguien la conocía era ella!, corte la comunicación, no quería causarle mas problemas con su familia. Sabía lo importante que era para ella. Y lamentaba lo de su madre.
Suspire.
Busque otro número. El primer timbre y contestaron
–Diga- me plantee la idea de colgar
–Ita-Itachi-s..-
– ¡Fénix! Que gusto hace mucho que no me llamas– se oía feliz, como si no le importara el hecho de que fueran las cinco de la mañana, me mordí el labio.
Necesitaba ayuda.
Y el único que me podía ayudar era el tío Itachi.
Después de todo mi padre Sasuke Uchiha no era mejor que el de Mayu.
Domingo Agosto 20
Todo el cuerpo me dolía, junte fuerzas para intentar levantarme, no funciono, caí sobre mis rodillas, lastimándolas, anoche me había quedado dormida sobre el piso.
Sobre mi sangre.
Intente arrastrarme hacia la cama, intentar dormir y no despertar. Despertar para que.
El Titanic comenzó a sonar.
Esta era una señal, una señal de ella, de Fenix.
Apoyándome en la pared camine hasta aquel mueble donde estaba mi móvil, presione aquella tecla verde, me permití respirar.
Todo paso tan rápido
Mi padre entro y me lo arrebato, comenzó a gritarle a Fenix, yo lloraba.
Era lo único que podía hacer contra el.
Después de todo el era mi padre