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¡¿Me QUE?! por Arkady Nekozukii

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¡¿ME QUE?!


Notas: Ok, este es el prólogo... y esta enfocado en dos personajes originales, pero no se apuren. Los demás capítulos son 100% GW y si desean pueden saltarse el prólogo, no es tan importante que lo lean.


 


- Bebito, conoce a tu nuevo amiguito. – dicho esto coloco al pequeño de un año frente a otro de igual edad – Mas te vale tratarlo bien, ¿ok? – ordeno con tono juguetón una mujer.


El pequeño Heero esbozo una sonrisa tentativa al ver al bebé frente a él. Duo le regreso la sonrisa sin reservas. Dejando a ambos pequeños jugando, dos figuras –un joven y una mujer– se fueron a sentar a unas bancas cercanas.


- ¿No es precioso? – suspiro la mujer.


El joven sonrió condescendientemente.


- Por supuesto. Veo que saco tus ojos... – comento en un tono curioso.


La mujer saco el pecho orgullosamente.


- ¡Claro! No podía permitir que saliera igualito a su padre. Shinrya es el hombre más simple que he conocido, lo confundirías con el panadero de la esquina. – se lamento profundamente – Al menos espero que mi hijo tenga una personalidad más interesante que la suya.


Al joven le salió una gota de sudor y rió nerviosamente ante las expresiones de su amiga.


- Claro, claro. – murmuro distraídamente, observando a los dos niños.


La mujer volteo a verlo, suavizando su sonrisa.


- Hace mucho que no te veía Chris... se me ha hecho una eternidad. – declaro con sinceridad.


- Yo también te he extrañado.


- Tu hermana me contó lo de tu esposa... lo siento tanto.


Christopher asintió, asiéndole saber que la había escuchado, pero prefiriendo no comentar. Después de un largo rato, por fin hablo.


- La extraño mucho... pero supongo que simplemente no debía de ser. – suspiro pesadamente – Lo que mas me incomoda es que todos me dicen que ya que ha sido mas de un año debo de empezar a buscar pareja. Cuando me niego, todos dicen que piense en Duo. En como necesita una mamá – el joven soltó un inusual bufido. – Tontos. – termino con algo de rabia.


- No les hagas caso – comento con ligereza la mujer. – Después de todo no saben lo que dicen. Solo tú sabrás si vuelves a salir con alguien o no. Además, mejor que Duo crezca en medio de amor, incluso si es solo el tuyo, a que crezca entre una pareja que solo esta junta por conveniencia. Esa clase de matrimonios por conveniencia siempre terminan mal. – la mujer suspiro – Si lo sabré yo...


- Kaori... – murmuro Christopher.


- Ni lo menciones Chris, no quiero oírlo – lo interrumpió Kaori con el ceño fruncido – No fue tu culpa.


- Yo fui quien te lo presento – replico él.


- Si, pero no me obligaste a nada... o a él. Nosotros cometimos nuestras propias burradas, no necesitas tomar crédito. – ella le sonrió – A veces pienso que todo hubiera salido bien si me hubiera enamorado de ti... ¡nos llevamos de maravilla!


Christopher sonrió.


- Supongo... pero también supongo que de ser así, me hubiera tenido que mudar a Japón.


Kaori se encogió de hombros.


- No necesariamente. Tal vez me hubiera quedado aquí. – luego soltó una risotada - ¡Mejor hubiéramos sido hermanos!


Christopher también se encogió de hombros.


Ambos amigos se compartieron un cómodo silencio con solo las risas de sus respectivos hijos inundando el ambiente.


- Sabes... si es posible. – soltó de repente Kaori.


- ¿Ah?


- Bueno... no hermanos, pero algo así.


- No te entiendo – le hizo saber Chistopher, meneando la cabeza en confusión.


- Ji, ji... ¡pues nuestros hijos se pueden casar!


- ¡¿UH?! – exclamo su joven acompañante, abriendo enormemente los ojos.


Quizás a Chistopher no debería de sorprenderle tanto la sugerencia... después de todo conocía a Kaori desde hace muchos años y estaba acostumbrado a las locuras de su amiga.


- Kaori... por si no lo has notado, ambos son varones. – señalo él con una gota en la cabeza. Tal vez era algo obvio, pero con Kaori nunca se sabía...


Kaori soltó una risita.


- Ya lo se tontito... – le dijo con cariño – Pero... si nuestros hijos llegaran a ser gays... y le gustasen los hombres...


- Eso es casi la definición de gay – señalo él.


- ... entonces podríamos hacer que se casarán. – termino ella, ignorando la interrupción de su amigo. Luego volvió a soltar una risita - ¡Si, sería perfecto! Si tan solo ambos fueran gays, entonces estarían comprometidos, luego se casarían y así tú y yo seríamos consuegros, que se acerca mucho a hermanos, ósea, familia. ¡Es perfecto, perfecto!


Mientras su amiga casi saltaba de felicidad en la banca en la que se encontraban, Chris sonrió ligeramente. Realmente había extrañado a Kaori... si bien era un tanto excéntrica. Decidiendo que su acompañante había llamado la atención lo suficiente, la interrumpió.


- Kaori, no te hagas ilusiones – la detuvo, soltando una risa por lo bajo – Es muy poco probable que uno de nuestros hijos, ya no digamos los dos, sean gays. Así es que tu plan tal vez no se realice...


- ¡Bah! ¡Pequeñeces! Además, si tomamos en cuenta que el 75% de los hombres son gays...


- Estas inventando eso... – murmuro Chris, con una gota en la frente


- ... entonces hay una gran probabilidad de que nuestros hijos lo sean. – Kaori junto las manos y sus ojos se convirtieron en estrellas. – Hay que tener fe en que lo sean.


- Estás loca. – por fin declaro Chris.


- Quizás, - acepto ella sonriendo desenfadadamente – pero de todos modos, verdad que si si resultan ser gays, los comprometeremos...?


- Dudo que les agrade...


- ¡Hmph! Para algo somos sus padres. – le resto importancia - ¿Entonces? ¿Me prometes que si nuestros dos hijos resultan ser gays, los prometeremos a matrimonio entre ellos?


- Supongo que si ellos quieren...


- ¡No! – meneo la cabeza Kaori. - ¡Prométeme que lo harás!


Christopher no estaba muy seguro. Era el futuro de su hijo después de todo. Y el no era capaz de hacer una promesa sin cumplirla. Por otra parte, su amiga necesitaba esto. Oh, claro que lo estaba diciendo con un tono juguetón, pero el hecho de que estuviera insistiendo tanto... realmente quería esto. Y si era sincero consigo mismo, si bien Kaori tenía seguido caprichos, rara vez pedía cosas seriamente. Y en ese instante sus ojos eran serios.


Con un suspiro, y pidiéndole perdón por adelantado a su hijo, Christopher asintió, de esta manera sellando los destinos de Duo Maxwell y Heero Yuy.


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