La casa no era precisamente una casa, era el viejo local de uno de los mejores cazadores de demonios: Dante Sparda. Era dueño de su ya popular organización Devil May Cry. Dante, como siempre, no tenía mucha clientela, así que se quedaba dormido en la silla de su escritorio con una revista de Playboy en la cara como en esta ocasión. Dante dormía plácidamente, no había nada que pudiera perturbarlo. Un solo de guitarra en el máximo volumen se disparó de la nada. Dante abrió los ojos y pegó tal brinco que que se cayó de la silla por el susto.
- ¡Lo siento mucho Dante! ¡Es que se desconectaron los audífonos!
- ¿¡Que fue ese ruido!? Nero, ¿estás bien? - Vergil apareció de la nada en las escaleras.
- ¡¡Tu hijo casi me mata del susto!! - Gritó Dante apuntando a su sobrino con el dedo índice.
- ¡Ya te dije que lo sentía Dante!
Dante, no conforme con esto, se volvió a sentar y se quedó ``dormido`` otra vez mientras Vergil se acercaba a Nero y le sobaba la espalda.
- Déjalo, solo está un poco estresado y a veces se comporta como un ogro.
Dante escuchó lo que dijo su hermano y puso cara de disgusto.
- (Pues ni que tu fueras tan lindo cuando estas molesto…) - Pensó Dante.
- Si, lo se papá. Aunque debo de admitir que tú también tienes tu carácter…
Dante no pudo evitar lanzar una risa burlona para sus adentros.
- Bueno…voy a seguir trabajando arriba. Cualquier cosa, llámame.
Nero asintió y se volvió a recostar en el sillón a escuchar música mientras Vergil subía.
Así siguió el resto de la tarde, Nero recostado y casi dormido, Dante DORMIDO y Vergil haciendo cosas de ``trabajo`` arriba. El reloj marcaba las 6:00 cuando Vergil bajó y encontró a Dante en la mesa de billar y a Nero dormido.
- Se quedó dormido… - Dijo Dante después de dispararle a la bola blanca.
- Hm…ya veo… oye, ¿no quieres comer?
- Si, pero te quiero comer a ti - Dante tomó a Vergil de la cintura con el brazo libre y lo acerco a él peligrosamente.
- Emm…Dante… - Vergil comenzó a ponerse nervioso y tocó el pecho de Dante para alejarlo de el - Basta… Nero podría despertar…
- No creo…se ve bien dormido… - Dante hizo una sonrisa un tanto seductora para Vergil; Nero roncaba MUY fuerte - Anda Vergil… - Volvió a insistir el menor - Sabes que quieres… - Besó el cuello de Vergil.
- Ay Dante… tu nunca cambiaras… - Vergil tomo a su gemelo de la nuca, lo acerco a él y lo besó apasionadamente.
Dante cambió de lugar con Vergil, después de esta acción el menor recostaba lentamente a su hermano en la mesa de billar ahogándolo con sus besos. El mayor acariciaba la espalda del menor, mientras que este bajaba su mano hacia sus pantalones, tentando sus glúteos y subiéndolo más a la mesa. Dante se separó de Vergil para abrirle el chaleco y besar su pecho.
- Dante… ¿no crees que sería… mejor irnos a la… habitación? - Vergil suspiraba, se estaba empezando a excitar por los besos y caricias de su hermano.
Dante se detuvo un momento a pensar lo que dijo su gemelo.
- Tienes razón - Dijo el menor y abrazó fuerte a Vergil para trasladarlo a la habitación de arriba.
Dante y Vergil subieron entre besos las escaleras, llegaron a la puerta de su habitación, entraron, cerraron la puerta de golpe y cerraron con llave. Muchos quejidos placenteros lograron escaparse por la puerta.
**
9:00 pm.
- ¿Papa? - Nero se despertó y se sorprendió por no encontrar a nadie en la oficina de Dante. Extrañado y algo adormilado, se fue a subir las escaleras.
Nero iba caminando por el pasillo, fue a la habitación de su padre y su tío pero sintió que no debía entrar.
- Han de estar dormidos… Mejor no los molesto… - Nero se retiró de ahí y fue a su habitación a dormir otro poco.
Dante y Vergil estaban envueltos en las cobijas, desnudos y abrazándose.
- Dante… ¿no crees que despertamos a Nero con nuestros gritos? - Dijo Vergil en voz baja.
- No creo… de todas maneras, él nos va a despertar con los suyos algún día - Dante dijo sin pensar.
- ¿¡Que!? - Vergil se separó del pecho de Dante.
Dante estaba sudando, había dicho algo ¡REALMENTE sin pensar!
- ¿Qué…? - Dante se hacia el que no sabía.
- ¿¡Que habías dicho Dante!?
- Nada…yo no dije nada… yo solo te dije que no creo que hayamos despertado a Nero - Dante sonrió nervioso.
- ¡Después dijiste algo de que Nero nos va a despertar con sus gritos algún día! ¿¡A que rayos te referías con eso!?
- Yo nunca dije eso… ¡Buenas noches! - Dante volteó y cerró los ojos.
Vergil decidió dejarlo por la paz, no valía la pena, Dante nunca afloja la lengua. Vergil se quedó pensando en lo que había dicho Dante, aunque hay que admitirlo ¿Cuándo Dante dice cosas en serio? Fue quizás solo una broma, algo para molestar a Vergil.
**
- Nero…
- ¿¡Q-Que haces aquí Dante!?
- Vengo a darte un poco de lo que tú quieres… - Dante se quitó la gabardina y sus pantalones.
Nero, por alguna razón, estaba desnudo en su cama, con Dante besando su pecho. La puerta estaba cerrada con llave. Dante tomó a Nero y lo besó con una mezcla de pasión y lujuria.
- Nero… - Dijo Dante entre el beso.
- Dante… - Nero suspiró.
- Ya está el desayuno Nero…
- ¿¡Que!? - Nero se despertó bruscamente en su cama, todo fue un sueño.
- ¡Nero! - Era Dante llamándolo desde la oficina.
- Eh… ¡Si, ya voy! - Nero gritó con extrañeza en la mirada, ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué diantres estaba soñando que estaba con Dante haciéndolo?
Nero al ya estar un poco más despierto, se percató de que había algo de humedad en su pantalón, echo una mirada por debajo de sus cobijas y ese extraño sueño lo había excitado de alguna manera. Se levantó, se puso sus pantuflas y se cambió de pantalón para que nadie se diera cuenta de lo ocurrido.
- (Parecía tan real… Hasta podía sentir sus labios contra los míos…) - Nero suspiró y se dirigió a la puerta - ¿¡En qué demonios estoy pensando!? - Lanzó una pequeña risa y bajó a desayunar.
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