Una imponente figura se aproximaba desde lo lejos, iluminado por los últimos rayos del sol provenientes del ocaso. Su paso era sereno y elegante, caminando lentamente hasta quedar frente al enorme barco pirata.
La tripulación estaba visiblemente nerviosa, no sabían a que venia o cuales eran sus intenciones. Pero sin duda, su visita solo significaba una cosa: problemas.
El capitán bajo del barco serio, plantándole la cara al recién llegado mientras los demás aun se mantenían en cubierta, expectantes e inclusive aun mas tensos que el pelinegro. Pero había alguien en específico que se mostraba más descompuesto que el resto por la repentina aparición, logrando que la arqueóloga se mostrara curiosa y sorprendida por su reacción pero atenta a lo que ocurría tan solo a unos metros más allá.
Zoro, por su parte, también estaba sorprendido de verle allí y, aunque habían algunos de los Mugiwara que no le conocieran personalmente no había manera alguna de no reconocer a ese hombre: ropajes oscuros, una enorme espada con forma de cruz en su espalda y unos penetrantes ojos dorados.
No había nadie en el mundo que calzara con esa descripción a excepción de una sola persona. Uno de los miembros del Ouka Shichibukai, el reconocido mejor espadachín del mundo, el hombre de los ojos de halcón: Taka No Me Mihawk…
-¿Qué vienes a hacer aquí, Mihawk?- pregunto Luffy, tratando de mantener su semblante sereno
-Tranquilo, Mugiwara. Vine en son de paz- respondió- no me ha enviado ni la marina ni nadie, si eso es lo que te preocupa. Necesito, al ser tu el capitán, que me des la autorización de hablar con uno de tus tripulantes- continuo con tono calmado pero teñido de tristeza- si lo prefieres, puedo darte mi espada como símbolo de una momentánea tregua y como muestra de mi honor de espadachín-
-Shishishi no te preocupes por eso-contesto Luffy volviendo a su semblante habitual- sé que alguien como tu no seria capaz de atacar a una persona por la espalda, va en contra de tus reglas. Vamos, subamos a bordo- le invito, haciendo un ademan a sus compañeros para que bajaran la escalera de cuerdas
A pesar de lo dicho por el pelinegro, Mihawk de igual modo dejo su espada clavada en una piedra cercana para luego disponerse a subir al barco.
Ante tal acción, Luffy no pudo hacer más que sonreír. Entendía perfectamente que ese espadachín era un hombre sumamente orgulloso y que acataría a todas sus palabras aunque estas no fueran necesarias.
Una vez en cubierta, todos miraron de reojo al Shichibukai, curiosos por saber prontamente el motivo que le había llevado a la búsqueda de su tripulación.
-Seguramente quieres hablar con Zoro ¿no? Los dejaremos solos para no molestarles- comento Luffy mientras se dirigía a la cocina con visibles intenciones de saquear la nevera o pedir algo de comer
-Creo que te equivocas, Mugiwara, no es con Roronoa con quien deseo hablar- contradijo el de ojos miel, ganándose el asombro de todos; o de casi todos, ya que había uno de ellos que se había tensado aun mas al ver que sus temores se volvían realidad- con quien necesito hablar es con tu cocinero, si me lo permites-
En ese momento, todos se giraron a ver al rubio estupefactos por la petición del espadachín, en busca de una respuesta. Si bien habían creido que buscaba a Zoro (mas que nada por haber sido su “aprendiz” durante esos dos años), les resultaba ilógico que necesitara de su cocinero.
-¿Sanji?-parpadeo confundido el capitán, sin saber si su nakama aceptaba la petición o no…
Tsusuku (o tal vez no xD)