Las últimas horas de vacaciones
Ó, cómo hacer que Naruto cierre la boca de una buena vez por todas
Día 1
…
…
…
—Esto es horrible.
Shikamaru cierra los ojos otra vez, no tiene la intención y nunca la tuvo. Pero Naruto agota su paciencia con una facilidad que resulta increíble y por eso cuando se da cuenta ya está de pie, detrás del rubio y golpea su cabeza, no con tanta fuerza. Pero lo suficiente para que el de ojos azules se queje y cierre la boca.
—La única cosa horrible aquí es tu boca. Ya deja de quejarte, Naruto.
Y si Uzumaki se ofendió o no. A Shikamaru eso ya no le importa. Por que ha vuelto a sentarse junto a Kiba que ríe divertido y sacude sus manos.
—Eso fue genial, Shikamaru.— Inuzuka mira a Naruto quien todavía soba un poco su cabeza y se queja del golpe. –A ver si ya dejas de quejarte. Mañana empiezan las clases y no hay nada que puedas hacer.
—Puedo faltar.
—Y tu madre puede llevarte en pijama como el año pasado.
Naruto cierra los ojos. Recuerda ese día como uno de los más vergonzosos en toda su adolescencia. Lo bueno es que al final de todo, Kushina si había puesto su uniforme en la maleta. Como fuera. Naruto está cansado, aburrido y deprimido. Las clases empiezan y él está seguro de no haberle sacado el provecho a sus vacaciones.
Videojuegos, internet, cine. No es la idea de unas vacaciones alocadas a las que Naruto denominó hace tres meses las mejores vacaciones de su vida, siendo que este era su último año en el colegio. Pero ahí estaba, sentado en una mesa del centro comercial, acompañado por sus dos amigos. Definiendo seriamente la idea de cambiar de amistades que le proporcionaran una adolescencia de verdad alocada, o al menos el intento de una.
—Supe que Temari hará una fiesta por el inicio de clases.
—¿Sabaku no Temari?— Kiba de repente parece interesado, viendo a Shikamaru asentir tranquilamente. —¿No se supone que ella ya se graduó hace dos años?
—El inicio de clases de su universidad coincidió con el de nuestro colegio.— Shikamaru hace una leve pausa, mientras juega con el jugo entre sus manos. Duda si decirles o no pero Naruto ya parece entusiasmado y al parecer no hay vuelta atrás. –Me ha invitado.
Las risas y silbidos por parte de Kiba y Naruto no se hacen esperar.
Shikamaru sabe, igual que sus dos amigos que entre Temari y él hay algo más allá de una simple amistad.
—Conversas mucho con Temari, ¿no, Shikamaru?
—Si, ¿y?
Pero Nara sabe que hasta que algo no sea seguro, es mejor no darlo por sentado.
—¡No te hagas el idiota!— Shikamaru solo sintió el golpe por parte de Naruto, quizá como retribución a su golpe anterior. –Serías mi héroe si tú y ella empiezan a salir.— Naruto parecía incluso más emocionado que él. –Temari no solo es hermosa, tiene un buen cuerpo y además es toda una universitaria. ¡Rayos! ¿Cómo hiciste para que se fijara en ti?
—Como sea…— Kiba intervino, con sus ojos repletos de emoción y levantándose de inmediato de su lugar. –Tenemos que prepararnos para esa fiesta. Una fiesta de universitarios no es cualquier cosa.
—¡Kiba tiene razón!— Bullicioso, como siempre. Naruto también se levanta y a Shikamaru no le queda más que seguirlos. –Hay que estar listos para eso. Es más ya ni me importan que inicien las clases.
Naruto tiene muchos planes. Es su último año y TIENE que ser el mejor. Tiene que tener una novia, una con la que por amor a lo que sea, dure más de dos corruptos meses. Y en eso viaja y deambula su mente cuando estirando sus brazos, tan gestual como siempre, ha chocado con un muchacho de camisa azul que lo ha mirado de mala forma y por eso, solo por eso, Naruto no se ha disculpado.
—…Idiota.
El susurro llega hasta sus oídos. Así que gira molesto mientras ve al tipo ese caminar junto a otro un poco más alto. Ambos tan bien vestidos que son envidiables. Por que expolian por cada uno de sus poros una presencia y un poder que Naruto escasamente posee.
—¡¿Qué has dicho, imbécil?!
Kiba y Shikamaru se detienen de inmediato cuando ven a su amigo gritar desaforado.
Tan escandaloso que su cuerpo entero siente el mal presentimiento desde los pies hasta la cabeza.
Pero el muchacho solo se detiene, girando apenas un poco la cabeza
Y lo mira con suficiencia. Con una sonrisa altiva y molesta.
—Dije que eras un idiota y además de todo insolente.— Esta vez el muchacho de cabello negro gira. Y tanto Kiba como Shikamaru retroceden un poco. Tienen dinero, mucho dinero. Y ese encontrón huele a peligro. —¿Qué tus padres no han sabido educarte correctamente? Por que los míos me han enseñado a disculparme cuando golpeó a alguien por equivocación.
—No te atrevas a mencionar a mis padres, imbécil.
Naruto estaba dispuesto a armar revuelo. Sus cortos tres pasos fueron detenidos por Kiba y Shikamaru quienes inmediatamente lo tomaron por los brazos, susurrando suplicantes ‘Basta, Naruto.’ Per las personas a su alrededor ya los miraban y susurraban cosas extrañas.
—Ya, Sasuke.— Finalmente habla. El hombre más alto junto al muchacho que mira a Naruto de mala manera. Deja de escribir en su celular y gira un poco. Tan solo para ver al que acaba de llamar por su nombre. –No tenemos tiempo que perder.
Los pasos del más alto parecen sonar con fuerza mientras la gente vuelve a lo suyo y el mundo parece haber recuperado el curso normal del tiempo. Pocos segundos después, el que parece ser Sasuke gira tranquilo con su cuerpo erguido e imponente frente a todos mientras Naruto, sostenido aún por sus amigos, suelta improperios entre murmullos molestos y rabiosos.
—¿Quién se ha creído para hablarme de esa manera?
Los ojos de Shikamaru se abren de par en par de repente. Como si por fin su cerebro trabajara correctamente y los hubiera reconocido.
—Uchiha.
—¿Qué dijiste, Shikamaru?
Naruto parece tranquilo al fin, gira sobre sus talones y mira a Nara igual de confundido que Kiba.
—Ellos son los hermanos Uchiha.— Parpadea, todavía un poco ausente antes de mirar a Naruto y centrar su atención en él. –Los vi esta mañana en el diario. Sus padres son de los más poderosos en el país y diría yo que en toda Asia. Es decir tienen más dinero del que tú y yo podemos imaginar.
—¿Y qué? Mis padres también tienen dinero.
Naruto levanta los hombros, despreocupado. Él no le tiene miedo a nadie.
—Ellos tienen más. No te metas en problemas con ellos, Naruto. Lo digo en serio.
Naruto es de esos muchachos que pocas veces comprende las advertencias con tiempo. De esos que entre más le nieguen algo, más lo necesita. Aunque en algún momento halla olvidado por qué lo quería. Así que solo sacude un poco su mano y se finge despreocupado. Retomando el paso junto a sus amigos y charlando sobre esa genial fiesta en la casa de Sabaku no Temari.
Sabe que mucha gente estará ahí. Que su vida mientras tanto es totalmente despreocupada. Sabe que es afortunado por el mundo que lo rodea, por sus nulas preocupaciones por algo más allá que no sea él. Pero sabe también que ese ‘Sasuke’ le ha dejado un mal sabor de boca. Que se aloja en la punta de su legua y suena más bien como un insulto.
“Uchiha imbécil…”
Y es que nunca en su vida lo habían mirado con tanto desprecio y superioridad.
Naruto es un niño mimado. Lo sabe muy bien. Nunca nada le ha sido prohibido mucho menos negado. Son palabras que no existen en su vocabulario. Así que su estómago arde al recordar esa mirada prepotente y esa sonrisa orgullosa. Maldita la hora en que se cruzó con ese sujeto.
Pero dos horas después Naruto lo ha olvidado.
O al menos se esfuerza por que sea así. Y es que pensar tan tiempo en un sujeto, no puede ser de ninguna forma una buena idea.
…
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Primer día de la bitácora:
He encontrado un espécimen raro.
Su nombre es: Sasuke.
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Fin del primer día.