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365 dias para decir un te quiero. (Takano x Ritsu) por Yukimura_Takano

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Notas del capitulo:

drama, romance, comedia, busquedas... digamos que es un fic bipolar xD. ola a todos! soy yukimura_takano. digamos que apenas empeze en esta pagina, con este, mi segundo fic. pero yo ya me he familiarizado con mundo yaoi ya ahi con 8 fics, pero les prometo que cada fic que subi en esa pagina... lo resubire aqui... para el gusto de vosotras... vale? empezemos ya!!!!

    Era un día normal y soleado, nos centraremos en el edificio de Marukawa Shoten, justamente en el departamento de manga shojo, ya empezaba el nuevo ciclo más pronto de lo normal, ya todas las mangakas habían entregado sus mangas sin pasarse a la fecha de entrega, que era muy raro entre todos pero por ello el ambiente era agradable, todos trabajaban sin remordimientos, solo el único que parecía más estresado fue el nuevo editor, aunque ya tenía un año trabajando lo seguían denominado como novato, me refiero al joven Onodera Ritsu ya de 26 años.

VISION DE ONODERA.

   *suspirando* ¡ahh!, ya ha pasado un año de trabajar aquí, pero esa no es mi verdadera preocupación, ya ha pasado un año desde que Takano-san me declaro que en la secundaria, fue mi primer gran amor, Saga-sempai… *ruborizado*, ¡NO, NO, NO! Debo dejar de dejar de pensar en ello, pero, todavía me acuerdo la forma en que me lo había dicho.

******FLASHBACK******

    Me acuerdo que después de que me besara repentinamente, reclamándole de lo que había hecho, fui hasta el elevador para detenerle, el me miro y me contesto muy estúpidamente.

    -.hare que me vuelvas a decirme que me amas, y eso será inevitable para ti. —Me contesto bastante confiado, como si fuera a decirle, pensé en aquel momento.

******FIN DEL FLASHBACK******

    Desde entonces me la e pasado por bastantes cosas en su compañía, ¡hasta el grado de tener sexo con él!, claro, contra mi voluntad.

NARRADOR.

    El pelinegro se dio cuenta de los suspiros, sonrojos y en general lo distraído que estaba su Ritsu, así que fue a investigar de que se trataba todo esto, bueno, pero metiendo algo más de relleno.

    -.oye Onodera, ya le has hablado a Mutou-sensei acerca de los nuevos personajes que incluirá en la próxima edición.

    -.*se da cuenta*—aaa, es cierto, gracias por acordarme, enseguida lo hare. Me estaba acordando de algunas cosas que deje en el pasado.

    El seme se sorprendió, pero a la vez se puso algo triste.

    -.*le acaricia el pelo a su uke*—que bueno que de vez en cuando hagas eso, pero quiero el trabajo para antes de la noche.

    Entonces el editor se fue algo pensativo y solemne, Onodera lo vio extraño, pero tanto para preocuparse del todo y mejor se fue a trabajar. Ya en camino a su casa, después del estrés causado para sacarle la sopa a su mangaka; entonces entro a su apartamento y, literalmente, salto a su cama para descansar, a pesar de que ya empezaba el ciclo y el trabajo todavía no se cargaba: quería recargarse con dormir un poco más de que su horario se le permitía.

    En un corto lapso de tiempo, ya alguien tocaba a la puerta: el toc toc resonaba por las paredes del mismo cubículo y para callar ese sonido tan irritante no le quedo de otra que abrir.

    -. *ruborizado* —q…ue haces aquí.

    Entonces el que estaba en el otro extremo abierto de la puerta, era su vecino que lo esperaba con una bolsa de bebidas embriagantes.

    -. ¿Que no acordamos que beberíamos después del trabajo? —Le dijo con tono sarcástico.

    -. ¡Yo nunca dije semejante cosa!, pero mejor entra si eso es lo que quieres.

    El oji verde no se esperaba visitas y más si era la de su jefe, un extraño impulso hiso que este lo dejara pasar. El absoluto silencio reinaba una vez que estaban bebiendo en la mesa, el dueño del apartamento quiso romper el hielo y por ende, fue el primero en hablar.

    -.*nervioso* —mmmm…Takano-san, veras…ya teniendo como referencia de que he trabajado un año en el departamento de manga shojo, me puedo cambiar a otro departamento de Marukawa, como ejemplo el de literatura. ¿Me equivoco?

    Los mechones del cabello del de los ojos cafés, hacían el deber de cubrirle sus ojos que se denotaban tristes.

    -.acaso…piensas… ¿cambiarte de sección e literatura? —Ya a este se le denotaba en su voz ronca; el chico se asusto por la reacción que tuvo el mayor.

    -.*sonrojado* —veras… yo… no quise decirlo por ello y ya te había dicho que sería tu mejor editor y no rompería mi promesa aunque me ofrecieran un puesto ahí.  —Entonces acerco su mano a la mejilla del mayor—. Además de que me e convencido de que me quiero separar de ti porque yo… ¡yo…!

    Más que un suspiro le causaron sus palabras de su único amor, que condujo el mismo la mano de el hasta su pecho que latía rápidamente, Ritsu tuvo el valor  de sostenerle su mano  y también repitió la misma acción que le hicieron escasos minutos: poner la cálida mano justamente en el su acelerado corazón. Los 2 amantes se quedaron mirando, cada uno expresando sus sentimientos sin hablar hasta que el editor en jefe tomo la iniciativa, acechándole lentamente, le plasmo un tierno beso pero apasionado a la vez que su subordinado recibió cordialmente creando una bella danza de sus lenguas, la sensación era tal que abrazo al pelinegro y se acercaba más a su cuerpo.

    -.*separando su boca a la del ojiverde* —esas palabras me volvieron tan feliz que ahora no se cuanto más te podría amar.

    -.*sonrojado* —ah… sempai, yo… también lo amo demasiado.

    -.no… di mi nombre.

    -.Masamune…

    Entonces lo llevo a su cama, en donde lo hizo suyo de nuevo toda la noche, pero ahora lo sentían diferente: ahora se sentía como si fuera la primera vez que unían sus cuerpos llenados ahora con tanta pasión, lujuria y tanto amor mutuo.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

    Era ya de mañana y el primero que se despertó fue Takano-san, que solo observaba dormir  al de alado, acariciando su hermoso cabello, cara y cuerpo que ahora le pertenecía solamente a él, que luego de escasos minutos se despertaría y admiraría su despertar.

    -.*tono seductor* —buenos días, Onodera.

    -.*algo sonrojado* —bu…buenos días.

    El joven entonces consulto a su celular en donde vio la hora y se percato de que era temprano para levantarse, el otro dedujo que todavía su uke se sentía cansado de lo de anoche y mejor lo recostó otra vez.

    -. ¿Qué tratas de hacer? —El sentía que iba a continuar con algo de espectáculo que el de ayer.

    -.nada, solo que es muy temprano, mejor duerme un poco más si te sientes cansado, yo tengo que hacer algunos asuntos en la editorial pero no llegues tarde. ¿De acuerdo? —Dijo el otro apenas acordándose de su trabajo.

    El otro tanto sonrojado como sorprendido se puso, se sentía feliz con oír ese tipo de palabras venir de la boca ajena, no resistió a sus tentaciones y lo abrazo fuertemente mientras le plasmaba un tímido pero sentimental beso del cual se correspondió de inmediato; sin lugar a dudas, tanto fue su deseo que lo recostó de nuevo en la cama, comenzó con sus manos a explorar su marcado torso que también le dejaba marcas de sus labios en él; ahora que era uke, se sorprendía y a la vez se excitaba. Pero pronto se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se separaba lentamente de el, sin perderse de vista de sus ojos, su tacto, y las sensaciones que solo podían provocarle, solo mas que el.

    -.*sonrojado y avergonzado* —lo…siento Takano-san, ya te e retrasado bastante y creo que ya es ahora de que te vayas.

    Ahora con los ojos muy abiertos como paltos de lo que había hecho y después con su preocupación del trabajo, le dio un beso en su frente y se le quedo mirando esos orbes esmeraldas que contrastaban con el rojizo color que tenían sus mejillas.

    -.*se acerca a la orejas de Onodera* —sabes, deja de decir cosas como estas, porque solo me provocas mas.

    Reacción tan más infantil que hizo: se escondió bajo las sabanas tan rojo como un tomate y claro que el mayor soltó algunas carcajadas por ahí.

    Entonces minutos después de que se vistiera, arreglara y otras cosas; a punto de irse, una mano lo detuvo en el momento, volteo para saber la razón entonces.

    -. ¿No crees que sería mejor si te acompaño?

    Hasta no noto que el pelinegro tenía un leve sonrojo, entonces poso sus manos en sus hombros y se quedo frente a frente con él.

    -.ya te dije que vayas a descansar, además de que no te debes preocupar por mi que nos veremos más tarde, además… —se acerco a la boca de este y le dio un beso de adorno muy leve—         eres tan lindo para decir esas palabras, ¿por qué crees que me traes loco por ti?

    Entonces se alejo y se fue felizmente del apartamento, dejando al joven Ritsu sonrojado y muy pensativo, que se recostó en la cama y miraba para el pecho de este.

    -. (No lo puedo creer, ya e admitido lo que en verdad siento por el, hasta yo me sorprendido de lo que podido hacer con el anoche, hoy y lo que sucederá de ahora en adelante… pero lo hice porque ya no podía cargar con esto, tenía que admitirlo).

POR ALGUN LADO DE LA CIUDAD…

    -. (No lo veo ni lo creo) —Pensó un editor que caminaba en camino a las instalaciones de su trabajo, muy concentrado en lo que decía su subconsciente—. (Sigo sorprendido y abrumado por lo que mi niño hizo, pero eso  quedo en el pasado, ahora me importa que se nuestros sentimientos son mutuos y nadie lo evitara) —concluyo liberado al fin.

    Entonces se quedo esperando a que se pusiera verde el semáforo y cuando va cruzando la calle, una extraña presión lo hace voltear atrás de el, entonces se quedo paralizado, ahí estaba su amante corriendo hacia su dirección pero de lo que no se percato ninguno de los 2 fue de que el semáforo se puso en rojo y un deportivo rojo que estaba a toda velocidad; antes de la catástrofe si volteo con dirección al coche y supo de que eventualmente lo golpearía y entonces con los nervios y su ritmo cardiaco a mil por minuto, pensó en lo muy bien que se lo había pasado en su vida que pensaba que se extinguiría, pero al final pensando en que lo hizo feliz y mas que todo, como se la paso con su niño.

    Onodera solo observaba como el cuerpo era brutalmente golpeado por el frente del coche y de nuevo de cómo caía en el frio asfalto, le salía la característica sangre color carmín; el no aguanto su propio peso y primero cayo de rodillas, unas gruesas lagrimas se hicieron presentes, ya no pudo ver mas de la escena.

    -.¡¡¡¡¡TAKANO-SAN!!!!! Lo único que logro decir antes de caer desmayado del impacto

Notas finales:

creo que no subire en mucho tiempo... con en una semana... se los prometo!!!


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